What's up all the people!
¿Saben que es lo malo de escribir sobre un fandom en específico? Que te dan muchas ganas de escribir solo de eso y advfbhfbf, me descontrolé *corazoncillos gays everywhere*
En fin, les traigo una idea que llegó a mi mentecita con tanta euforia y emoción, tenía que escribirla definitivamente sino explotaría, espero de todo corazón les agrade este proyecto que no será muy largo, planeo que sean a lo mucho cinco capitulos.
No sé cuándo se actualizará, porque a la par estoy llevando el reto Abril Fanfictionero y los drabbles de "Crónicas de Homos Primerizos". No abandonaré nada, pero ténganme paciencia, please~
Antes de la trama...
Aclaración: Haikyuu! Y sus personajes no me pertenecen, sino a Haruichi Furudate. Si fuera mío, todos serían homos. Homos del vóley (?)
Advertencias: Universo alterno, realmente alterno (al final pueden ver mi justificación). Un admirador secreto. Chaparrito solecito bello. El atractivo amigo rival del hermoso chaparro. Insultos light.
Dedicatoria: A todas las personitas especiales que suelen dejarme review o mensajitos diciendo que les gusta como escribo, me siento aceptada en el fandom, como en casa, y me hacen muy feliz. ¡Gracias por la oportunidad!
Sin más que decir: AL FIC!
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"Día a día de un florista"
Capítulo prólogo:
Mensaje en espera
Entre las callejuelas de un concurrido barrio en la prefectura de Miyagi, las luces del pequeño poblado se encienden creando senderos indirectos. Los negocios comienzan la mañana abriendo sus puertas a los transeúntes, el Sol saluda con su calor al salir entre las montañas, asomándose con su gran aura. Las voces de los estudiantes que caminan revoloteando las banquetas inundan con su murmullo el silencio espectral de la noche, los que van con tiempo se dan el permiso de observar a su alrededor.
Entre las curiosas cabezas se puede distinguir una melena anaranjada sin un orden, el dueño de ese loco cabello es Hinata Shõyõ, un chico realmente bajito para su edad que incluso seguido le pasa que es confundido con la bola de alumnos de las secundarias cercanas al lugar.
Se abre paso entre el gentío y saca las llaves de sus desgastados jeans de mezclilla, bosteza cubriéndose la boca por educación y saluda asintiendo a su vecino de local que es dueño de una agradable cafetería. Ni siquiera parecía que fuese de él por la cara de amargado que siempre carga.
Ambos al mirarse y asentir comienzan una competencia personal, es parte de su rutina. El primero en llegar a encender las luces de su negocio gana en el día. Corren como bólidos, Shõyõ tropieza entre los tablones de madera que ha dejado regados ayer y todos los tallos de las rosas que cortó para los arreglos. Cae lanzándose sobre la pared y enciende la luz con una sonrisa perspicaz. Sin embargo no ha sido lo suficiente veloz para ganar esta vez. Sin dirigirse la palabra el de cabellos oscuros celebra su victoria dentro de la infraestructura, sale a acomodar las mesas del área de jardín externo y allí se encuentra con los ojos cafés de su rival diario que sale a realizar su inventario de lunes. Suelta una risa burlona que provoca el enfado del más bajito.
— ¡Solo ganaste esta vez, Bakayama!
— ¡Si ordenaras todo el desastre del día en la noche antes de irte, podrías tener una mínima oportunidad de ganarme.
Ese fue un golpe bajo de parte del menor. Nadie podía meterse con el desorden de su negocio.
— ¡Deberías tener más respeto a tus mayores, Tobio! —Responde Shõyõ con un tono de regaño con un estilo a lo maestro de jardín de niños. Si hay algo que el hiperactivo muchacho sabe hacer es devolver el golpe con el mismo impulso.
— ¡Solo me llevas seis meses, Hinata idiota!
— ¡Tiempo es tiempo!
La pequeña discusión termina con un asentimiento. Ya deben empezar labores porque no tardaría en llegar la clientela. Pero antes de volver a sus asuntos, el dueño de la cafeta silba llamando su atención.
— ¡Hinata!
— ¿Qué pas-...? —Un paquete de papeles llega a estamparse en su cara haciéndole caer de bruces.
— De nuevo dejaron tu correo aquí.
— ¡No tienes que golpearme con el!
— Demasiado tarde.
Nuevamente esa sonrisa hace aparición, dejándolo atrás con la sangre hirviendo de corajes internos. No entiende como alguien como él puede tener amigos. No entiende como puede ser su mejor amigo. En última instancia tras el inicio de los deberes toma entre sus manos el papeleo. Hay notificaciones de adeudos que vendrán además de recibos por los servicios de luz y agua, notas de cómo va el rendimiento de su hermana menor en la secundaria cercana, algunos recados en su ausencia, una carta en sobre blanco que tenía una caligrafía en dorado perfecta con su nombre de pila. Ese sobre se veía tan sospechosa, fuera de lo común. No tenía remitente ni destinatario.
Hey, Kageyama.
El menor se asoma por encima de la cerca de madera pintada en blanco que divide sus patios traseros.
— ¿Qué?
— ¿De casualidad sabes quien envió esto?
Muestra la carta entre sus manos. Tobio la observa de cerca sin inmutarse, intentando obtener pistas sin mucho éxito.
— Ni idea.
— Hmm...
—Tal vez adentro diga quien la mandó.
La curiosidad le mataba tanto en esos momentos que sin pensarlo abrió el sobre tratando de no ser lo suficientemente brusco para romperlo. El papel era suave con un gramaje y textura tan fino que le daría mucha pena si algo le llegara a pasar. Al abrirlo un rectángulo pequeño cae en el suelo, el chico se agacha para tomarlo mirando de nuevo la perfecta escritura en curvas de cursiva. Le maravilla lo delicado que es al tacto ya que ni siquiera llega a marcarse del otro lado de la hoja la presión del escrito. Lee con la mirada reproduciendo su propia voz dentro de su cabeza.
"¿Te das cuenta de lo rápido que late mi corazón al verte todas las mañanas?"
Con algo de vergüenza volvió a meter el contenido en el sobre. Sentía las mejillas calientes por tanto sabía que se trataba de un sonrojo muy evidente.
— ¿Qué dice?
La voz de Kageyama lo devolvió al mundo real haciendo que los colores en su rostro se desvanecieran. Hinata lo volteó a ver con los ojos abiertos hasta cierto punto en shock, no quería que viera leyera "eso", de por si era penoso sólo leyendo para él mismo. Más no pudo evitarlo, el menor saltó sobre la cerca atrapando esa hoja sin que pudiera tener tiempo de reaccionar. Tobio releyó la frase para después devolverle el sobre. Ambos se miraron fijamente, Hinata esperaba la risa escandalosa del muchacho burlándose del cursi material. Sin embargo, no lo hizo, en vez de eso le hizo una pregunta.
— ¿Qué opinas al respecto? —La seriedad del chico le provocó ciertos escalofríos.
— No sé... Nunca me han dado cartas de este tipo.
Los ojos del pelinegro estallaron en algo parecido a la furia.
— ¿¡Cómo que nunca has recibido algo así!? ¡Tú escribes cosas como estas todos los malditos días!
— ¡E-es diferente leerlo a escribirlo!- No pudo evitar tartamudear. Su voz temblaba aun de la adrenalina inyectada en el ambiente- Además... ¡Yo ayudo a las personas a expresar su sentir! ¡No invento cosas desde cero!
Su amigo resopló alejando la tensión de su voz, no era momento para ponerse histéricos. Debían resolver esta pista juntos de una forma u otra.
— Bueno. ¿Qué opinas entonces? Algo debes de pensar, ¿no?
La pregunta hizo eco en todos sus sentidos. ¿Qué sintió al leer ese corto pensamiento? Pues sorpresa. Sorpresa mezclada de confusión, algo de euforia. Como si sus ideas presentes se licuaran con las palabras de la hoja.
— Pues creo que me sentí como...
— ¿Cómo qué? —Reiteró rápidamente su vecino de local analizando sus expresiones.
— ¡Cómo cuando metes todo en una licuadora!
— ¿Eh? —La cara de poema inescrutable en el más alto no había captado la analogía en lo más mínimo.
— ¡Sí! Así como "Fiiiiush" y luego "Gwaaaaaah" -El más bajito manoteaba intentando dándose a entender, imitando los sonidos que se formaban en su cabeza- ¡Totalmente "Whaam"! ¿Entiendes?
Tobio no sabía si era una pregunta retórica o a su formidable rival se le había zafado un tornillo.
— ¡Claro que no! ¿¡Cómo se supone que voy a entender eso!?
No me grites, estoy justo a tu lado. Espantarás a las personas.
Los refunfuñaron y tras eso soltaron un largo suspiro. Así no llegarían a ningún lado, ni mucho menos descubriría la identidad del autor de aquella bonita caligrafía.
— Tal vez solo se trata de una broma de algún estudiante.
— No lo creo.
— ¿Cómo estás tan seguro? —Cuestionó el joven florista, Kageyama era una persona desconfiada, ¿Cómo podía defender a un extraño?
— Es un presentimiento.
Antes de que fuera a contradecirlo otra vez, sonó la campanilla de la puerta en la entrada de la cafetería vecina. Kageyama volvió a saltar la cerca con prisa, previo a su huida al interior del confortable restaurante se detuvo para decirle algo:
Ponte alerta, dice que te ve todas las mañanas.
Shõyõ asintió comprendiendo el mensaje cuando se retiró. Si ponía atención, quizás hoy averiguaría de quien se trataba el remitente. Continuó con sus labores, organizando las flores en el huerto closetero del patio. Sonrió acomodando cada clase de flor, todas eran como personas, tenían diferente físico y expresaban diversos mensajes cuando acompañaban una a la otra.
Era una bella forma de expresar tus sentimientos correctamente y un apoyo visual nunca hacía mal para revelarlos. Tomó las tijeras recortando los tallos en trasversal, esto las haría más duraderas entrando la temporada primaveral. Su época favorita del año, llena de luz, efusividad y el momento perfecto para recordar que estamos vivos en un mundo diverso.
Recordó la frase de nueva cuenta. ¿Sería el o la autora? ¿Le diría su sentir en persona? ¿Y si no podía corresponderle cómo debía? ¿O si se trataba como pensó de una broma adolescente? Todo comenzaba a darle vueltas. Sacudió su cabeza también dándose unas palmadas en las mejillas para quitarse esas ridículas ideas.
Y salió corriendo a atender a su primer cliente esa mañana.
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Hora de aclarar cosas aquí. Como pudieron apreciar este fanfic tendrá lugar en un Universo Alterno.
Este Universo se desarrolla como lugar en Miyagi, hogar de nuestros cuervitos bellos. Hinata es un florista local de veinticinco años, Kageyama es su amigo-rival de infancia además de vecino de local, tiene la misma edad y es dueño de una cafetería. Ósea, son grandes, no son los pequeñines del Karasuno, y el voleibol es algo que comparten pero no lo más indispensable aquí. Perdón (?)
¿Habrá más personajes? Si, los habrá. Pero como cambié las edades y puestos u ocupaciones de este par, lo haré con los demás también. Incluso habrá historias cruzadas, esperen lo mejor, todo está por llegar.
Igual creo que iré aclarando cosas cada final de capitulo. Jiji.
Agradeceré infinitamente sus comentarios, críticas y mentadas de mother a la comunidad. Son importantes porque eso me ayuda a hacer level up como escritora o algo así.
¡Escuchen la Randomfrecuencia de hoy~!
"Na na nara, na na nara. Yeeeeeh~ You're the music in meeeee."
"You're the music in me" de HSM (High School Musical, duh~) Back to the Secundaria times. Esas eran las rolas de mi época adolescente, cuando todas querían comerse a besos al Zac Efron. Khé (?)
Ay los vidrios!
-Lady
