Prologo

Ash Ketchum arqueaba la ceja mientras veía el campo de batalla improvisado ubicado en las afueras del pueblo Paleta, casi al rumbo de la ruta uno. Allí estaba su Pikachu, ya algo cansado, luchando frente a un Riolu que se notaba igual de cansado, ambos respiraban pesadamente pero no dejaban su posición de batalla ni sus miradas retadoras. Pikachu en cuatro patas con la columna arqueada levemente preparado para lanzarse a atacar apenas su entrenador ordenara mientras que el Riolu estaba con sus dos patas separadas (lo suficiente) y los brazos de frente preparado para atacar o para defenderse cual sea el caso.

—¡Pikachu ataque rápido! ¡Riolu esquívalo y usa palmeo! — ordenó Ash a los dos pokemon con un movimiento rápido con el brazo.

Pikachu se movió con rapidez para dirigirse al Riolu rival mientras que este lo miraba esperando el momento justo para esquivarlo y burlar su ataque. Cuando el Pikachu estuvo lo suficientemente cerca el Riolu saltó y preparó su garra derecha para acatar la orden de ataque, pero al momento de saltar sus patas fueron alcanzadas por el ataque del roedor, impidiendo que Riolu atacara y dejándolo tirado en el suelo a unos metros. Riolu se levantó mostrando un poco de dolor en su mirada, pero no le importó, aun podía luchar.

—¡Riolu usa puntapié! ¡Pikachu intenta con doble equipo! — Ash quería que sus pokemon aprendieran movimientos nuevos y los perfeccionaran con cada entrenamiento, Riolu hacia no mucho había aprendido puntapié y Pikachu parecía que podía desarrollar el doble equipo así que decidió arriesgar y probarlos ambos.

Riolu saltó desde su posición hacia el Pikachu, este por su parte se irguió en sus dos patas traseras y colocó sus patas delanteras juntas para concentrarse mientras comenzaba la ejecución del doble equipo. Su cuerpo parecía multiplicarse mostrando dos Pikachus más a sus lados, pero fue inútil, el doble equipo falló y los dobles de Pikachu se desvanecieron dejándolo confundido y vulnerable. El Riolu acertó el ataque y golpeó al rival con sus patas aventándolo a cuatro metros de él, Pikachu se levantó, pero ya no con la misma velocidad, estaba ya un poco más débil que el Riolu.

—¡Pikachu usa placaje eléctrico! ¡Riolu salta y esquívalo! —

Pikachu comenzó a correr lo mejor que pudo mientras que su cuerpo se envolvía en un aura de color amarillo, su objetivo era ir lo más rápido posible hacia el Riolu para evitar que este lo esquivara, pero era inútil, su velocidad había disminuido gracias al último ataque. Riolu por su parte obedeció y saltó lo más alto posible, dejando que Pikachu fallara en su ataque y tuviera que detenerse a unos metros después. En el aire, el Riolu se preparó, levantó la pata derecha lo más que pudo hacia su pecho y esta comenzó a brillar.

—¡Esa es…! — Ash quedó sorprendido al igual que Pikachu. Miraban asombrados como el Pokemon de tipo lucha parecía ejecutar un nuevo movimiento: Patada Salto Alta.

Al estar listo, Riolu cayó y dejó que su pata derecha cayera con toda la fuerza suficiente hacia la cabeza del roedor, había acertado y había sido un golpe crítico. Riolu dio un paso hacia atrás alejándose del Pikachu mientras que este cayó varios metros a lo lejos soltando una pequeña nube de polvo al caer, cuando se disipó el polvo se vieron los ojos en forma de espiral en el pokemon eléctrico, estaba derrotado.

—¡Ya es suficiente! — sentenció Ash. La batalla de entrenamiento había finalizado y él se acercaba al campo improvisado hacia Pikachu, se agachó y lo recogió en brazos mientras le sonreía— estuviste genial amigo. Muchas gracias por ayudar a Riolu a entrenar— le dijo dándole una cálida sonrisa de satisfacción y cariño como siempre lo hacía mientras Pikachu igual le sonriera de gusto por haberlo ayudado.

Riolu se acercó a su entrenador y se colocó al lado de él. Ash lo miró y le colocó la mano en la cabeza para acariciarlo mientras el pokemon sonreía de felicidad— ¡felicidades Riolu, cada día te haces más fuerte! Si sigues así no tardaremos en llevarte a las próximas batallas para demostrarles a todos quien eres— dijo mientras dejaba a Pikachu en el suelo y se levantaba— ¡Felicidades a los dos, lo hicieron muy bien! —

Ash Ketchum hacia poco que había vuelto a Kanto desde su última travesía en la región de Alola. Había remplazado su pantalón corto y de estilo playero por unos pantalones estilo chino de color azul marino; su camisa de rayas azul y blanco se la cambió por una camiseta de cuello redondo de color negro en el torso y la espalda pero con las mangas cortas de color blanco que terminaban con los bordes del mismo tono negro que el torso; su gorra seguía siendo roja pero con la solapa de blanco y en medio de la gorra mostraba la figura de la mitad de una pokeball de color blanco con el centro de color rojo. Había vuelto a usar guantes sin dedos y de color negro, pero con la muñequera roja como su gorra.

El chico había vuelto a Kanto para volver a ver a sus familiares (su madre) y amigos; al igual que a sus pokemon que había dejado al cuidado del profesor Oak. Su viaje por Alola había sido largo y quería pasar una temporada en casa mientras pensaba en que otra aventura podía adentrarse próximamente. A sus 18 años, sus sueños de convertirse en un maestro Pokemon no habían disminuido con el paso del tiempo ni con las derrotas, sino que seguía fuerte y en crecimiento con cada batalla y con cada pokemon nuevo que obtenía. Como su Riolu, su última captura que logró hace poco tiempo en Alola cuando estuvo en isla Pony por última vez antes de tomar el barco que lo trajo de vuelta a Kanto.

Aquel día de verano, cuando Ash se detuvo en la hierba para descansar y comer, dejó la mochila con las latas de comida bajo un árbol mientras sacaba a su pokemon de sus pokeballs: Decidueye, Torracat, Lycanrock, Meltan y por su puesto Pikachu… cuando estaba distraído fue cuando un Riolu saltó de la hierba alta y robo la mochila del chico para llevarse las latas de comida.

Ash persiguió al pokemon tipo lucha, pero este era ágil y rápido, no le fue difícil burlarse de él, pero siendo un pokemon tan joven era igual distraído y torpe, no tardó mucho para que se golpease con la rama de un árbol y cayera al suelo estrepitosamente tirando la mochila a un lado de él.

Cuando el pokemon cayó, Ash aprovechó para tomar de vuelta su mochila, pero al momento el Riolu le atacó con un puntapié y al verlo tirado en el suelo se echó a reír y por supuesto, no le vino en gracia al entrenador.

Una simple batalla resolvería todo, vencería a ese Riolu y le demostraría que no podía burlarse de él sin esperar una respuesta. La batalla no duró mucho, siendo un pokemon de tan bajo nivel frente a su Pikachu que ya había obtenido experiencia suficiente después de tantos años. La balanza estaba inclinada hacia Ash y así fue, Ash ganó esa primera batalla de solo tres ataques, pero eso no le importó al Riolu. Cansado y herido, el orgulloso Riolu se levantaba después de cada golpe, tenía el coraje y las ansias de seguir luchando y vencer, aunque estuviera en desventaja.

Ver la insistencia del pokemon fue lo que le impresionó a Ash y le dio la motivación suficiente para capturarlo y unirlo a su equipo. Pero aun así la captura no fue nada fácil ese día por lo que tuvo que usar dos pokeballs normales y una greatball para al fin lograr ver que la ball se detenía y la captura se había completado; había obtenido un compañero nuevo que iba a entrenar para su siguiente aventura pokemon en otra región cualquiera que esta sea.

Desde ese momento Riolu se volvió fiel a su entrenador, no se separaba de él como no lo hacia Pikachu y tampoco le gustaba entrar a su greatball como el roedor. Logró encajar bien y colaborar con el resto de los pokemon de Ash y cada vez más iba mejorando con los entrenamientos, era casi oficial que ese Riolu formaría parte de su equipo para la próxima aventura que tuviera, pero antes de eso quería entrenarlo lo mejor posible y entre más poderosos eran los pokemon y más habilidosos los entrenadores con los que batallaba, más rápido obtendría experiencia su Riolu; fue por eso que Ash había programado una batalla, para dentro de pocos días, con Brock, su viejo amigo y ahora (nuevamente) líder de Gimnasio de Ciudad Plateada. Ambos estaban emocionados por reencontrarse y ver qué tan fuerte se había vuelto Ash y su Riolu.

Luego de dejar descansar y curar a Pikachu, y de haberle dado unas bayas a ambos pokemon para que comieran un poco antes de llegar a casa, Ash se levantó— muy bien. Es hora de volver a casa chicos. Mama ya debe haber preparado el almuerzo y me muero de hambre. Ustedes que dicen ¿eh? — dijo a lo que recibió las afirmaciones de sus pokemon.

Estaban a punto de dirigirse al sendero cuando Riolu presintió algo. Se detuvo y dejó que su entrenador y Pikachu se adelantaron solo unos pasos; volteó hacia atrás y sentía… como una fuerza que lo atraía magnéticamente y se hacía cada vez más fuerte.

Ash se detuvo a los pocos pasos, volteó a ver a Riolu que se había detenido y volteaba a ver a su espalda— ¿Ocurre algo Riolu? — le preguntó.

El Riolu no le respondió; solo cerró sus ojos y los apéndices a los lados de su cabeza comenzaron a levantarse en un ángulo de noventa grados. Riolu comenzó a correr en dirección contraria al sendero que lleva hacia pueblo Paleta, corría a todo lo que podía con la espalda recta, la cabeza y el pecho inclinados hacia el frente y los brazos inclinados hacia atrás, no abría los ojos, no veía el camino y aun así sabía a donde debía de ir; no veía el camino y aun así esquivaba cada piedra o desnivel con el que podía tropezar, pero no lo hizo, no tropezó ni se detuvo en ningún momento solo seguía corriendo.

Ash se sobresaltó apenas vio a su pokemon correr así— ¡Riolu espera! — gritó mientras se daba media vuelta sobre sus zapatillas y comenzó a correr en el mismo camino que Riolu estaba siguiendo mientras su compañero, Pikachu, igual lo comenzó a seguir corriendo en cuatro patas al lado de sus pies (sin tropezar con ellos) mientras gritaba su usual "pika pika" para llamar la atención de su compañero pokemon.

A diferencia de su Riolu, Ash si podía ver el camino, pero eso no evitó que tropezara con alguna que otra piedra que Riolu había esquivado pero que él no pudo, y aunque no perdió demasiado el equilibrio ni se cayó, esos tropiezos lograron demorarlo un poco para alcanzar a su pokemon.

Ash ya sabía que cuando los apéndices de su cabeza se elevaban era porque estaba presintiendo un aura que le atraía, ya lo había visto anteriormente con el Lucario de Sir Aaron quien fuese quien le enseñara todos los secretos sobre el aura. Lo mismo que en sus travesías por el mundo pokemon había encontrado varios Lucarios y Riolus que mostraron el mismo comportamiento.

No era la primera vez que Riolu hacia eso, no era algo relativamente nuevo para su Riolu. La primera vez que supo que lo usó fue cuando se conocieron, Riolu se sintió atraído por el aura que él emanaba y al seguirla dio con él, al ver que tenía comida decidió robarla para así alimentarse y además acercarse a esa aura que tanto le había llamado la atención.

La segunda vez que vio que la usó fue cuando llegaron a Kanto, siendo esta la primera vez de Riolu en otra región alejado de lo que ya conocía en Isla Pony; al llegar a pueblo Paleta sintió un aura tan grande como el de Ash cuando estaba aproximándose a la casa de este, solo le faltaban unos metros para llegar y el Riolu comenzó a correr como lo hacía ahora. Llegó a los límites de la casa, abrió la puerta y allí estaba la madre de Ash, Delia, quien era la que emanaba esa gran aura que tanto atrajo al pokemon tipo lucha. Gracias a eso, Ash se dio cuenta que su pokemon podía sentir las auras de humanos y pokemon así como ese Lucario que conoció en su aventura para encontrar a Pikachu que había sido "secuestrado" por Mew. Y también sabía que cada vez más su Riolu estaba mejorando esa forma de detectar las auras.

—¡Riolu espéranos! ¡Detente un momento! —

Riolu llegó a una bajada muy poco pronunciada. Solo dio un salto y en un momento ya estaba en el suelo sin haber bajado a pie los casi tres metros que aquella pequeña pendiente tenia. Luego de haber aterrizado siguió un par de metros más y se detuvo frente a una extraña flor de casi veinte centímetros de altura que era lo que le llamó la atención desde tan lejos, había corrido casi cuatrocientos o quinientos metros solo por esa extraña flor.

—¡Riolu donde… ARGH! — Ash llegó a la pequeña pendiente pero no se detuvo a tiempo, al llegar al borde que comenzaba a descender, perdió el equilibrio y cayó sobre su cuerpo y comenzó a rodar los casi tres metros de separación hasta llegar al terreno más plano.

—¡Pika Pi! — por su parte Pikachu si logró detenerse a tiempo, correr en cuatro patas le daba más agilidad y destreza para detenerse a diferencia de su torpe entrenador

Ash levantó la cabeza de la tierra donde había caído, su gorra había quedado sobre su cabeza, pero estaba de lado, casi se iba a caer de allí. Volteó a ver a ambos lados— Riolu, ¿Dónde estás? — preguntó al aire esperando una respuesta. Pikachu ya había bajado y se colocó, en dos patas, justo al lado de él.

Ash se levantó y se acomodó la gorra y se sacudió la ropa para quitarse la tierra de encima; volteó a ver a sus espaldas y lo vio, allí estaba Riolu de cuclillas frente a una extraña flor de casi veinte centímetros de altura. Ash dio un leve suspiro y se acercó a su pokemon— aquí estas. ¿Por esto fue que saliste corriendo? — dijo con un tono de fastidio al ver que no era gran cosa… aunque se daría cuenta, más tarde, que mucho se equivocaba y en realidad si importaba.

Cuando se acercó más, y se colocó al lado de Riolu, y dobló sus rodillas para ver la flor más de cerca, notó que no era una flor común y corriente como él suponía. No. Esta flor parecía casi de cristal; sus pétalos iban formando una especia de espiral hacia el lado derecho y sus hojas de la base parecían igual hechas de cristal. Tenía un color fucsia en la base y luego un color más como azul metalizado desde la mitad de la flor hasta la punta del final.

—¡Es una flor del tiempo! — dijo impresionado. Sus ojos se abrieron tanto y su boca quedó abierta. Se había equivocado, si fue por eso que Riolu salió corriendo, entonces si había valido mucho la pena el medio kilómetro que había corrido para verla.

Riolu volteó a ver a su entrenador un poco confundido. Siendo una cría tan joven nunca había visto algo como eso y esperaba que su entrenador le explicara. Igual al voltear a ver momentáneamente a Pikachu notó que este igual estaba impresionado, pero este tenía una ligera sonrisa en su boca que mantenía abierta.

—Es una flor del tiempo. No veía una desde que estuvimos en Pueblo Rota(1)— Ash se agachó más colocando su rodilla derecha sobre la tierra y el pie izquierdo firme mientras le hablaba a Riolu sin dejar de ver la flor— es una extraña flor que puede mostrarte imágenes del pasado de gente que haya pasada frente a ellas. Solo se necesita un aura lo suficientemente fuerte para activarlas. Mira—

Ash pasó su mano derecha justo encima de la flor del tiempo y esta comenzó a brillar y a abrirse desde la punta de donde comenzó a salir una pequeña esfera de luz que parecía ser la que guardaba la información de la flor. Los tres comenzaron a maravillarse mientras el holograma que transmitía la flor comenzaba a rodearlos y a mostrarse en una visión de 360° a su alrededor. Ash se levantó con una sonrisa en la boca y los ojos abiertos; pero pronto esa sonrisa cambió a una mueca de asombro y aturdimiento.

Frente a él, estaba una figura femenina un poco más baja de estatura que él (a sus dieciocho años, Ash ya había alcanzado una estatura más decente que cuando inició su viaje midiendo un metro con setenta y dos centímetros de estatura, siendo un tanto más alto que sus compañeras de viaje, que su madre y que algunos amigos y rivales masculinos); llevaba puesta una blusa a cuadros de colores verdes, un short corto de mezclilla azul marino con dobladillo de un tono de azul más claro y un tanto opaco. La mujer frente a él era de tez blanca con el cabello arreglado en dos trenzas que se iban hacia los lados y de color carmesí que con la luz del atardecer se veía más anaranjado en aquella ocasión. Pero el rasgo que más llamaba su atención era su vientre, parecía estar en estado de gestación, y si bien no se veía tan abultado se podía persuadir que debía estar pasando por el primer trimestre.

—Esa es… esa es mi mama— dijo finalmente mientras parpadeaba atónito.

Una versión mucho más joven de Delia Ketchum estaba frente a él de pie con su mano derecha empuñada y en su pecho. Se podía notar en su rostro una fuerte preocupación. Estaba afligida con la vista al frente como si lo estuviera viendo a él; parecía que había estado llorando ya que sus ojos todavía se mostraban húmedos y rojos de la irritación.

Ash estaba asombrado, de un momento a otro su madre estaba frente a él. Debía tener quizá veinte o veintiún años. Sin pensarlo sus pies comenzaron a moverse hacia adelante para acercarse a Delia. Ash caminó y extendió los brazos lentamente mientras su boca se abría lentamente maravillado— mamá…— él solo quería cerciorarse que fuese real lo que estaba viendo.

Cuando estuvo frente a Delia, quiso tomarla de los brazos, pero sus manos traspasaron el cuerpo de ella y él se balanceó hacia adelante casi perdiendo el equilibrio. Había olvidado que la visión de Delia era parte del holograma que hacia la flor del tiempo. Cuando Ash se alejó, la flor dejó de sentir su aura y volvió a cerrarse haciendo desaparecer el holograma.

—¿Eh? — Ash pareció despertar de un estado de shock en el que había quedado por un corto tiempo. Volteó a ver a sus pokemon que lo veían confundidos y Riolu parecía preocupado por la acción de su entrenador. Él había olvidado que la imagen de Delia era solo un recuerdo y no pertenecía a su realidad o por lo menos a su línea de tiempo. Al darse cuenta de su error, volteó a ver la flor— ¡No espera! — se acercó de prisa y se agachó mientras colocaba su mano sobre la flor — ¡Necesito ver más! Muéstrame más—

La flor se volvió a abrir y volvió a mostrar la imagen de Delia. Ash se volvió a levantar y miró nuevamente el holograma de Delia colocándose muy cerca de la flor del tiempo para evitar que volviera a cerrarse. Delia estaba a su izquierda, sobre un camino que en la actualidad había desaparecido, pero gracias al holograma allí estaba.

—Dónovan por favor. No te vayas— dijo la imagen de Delia.

Ash volteó a su lado derecho. Al otro lado del camino estaba un hombre joven dándole la espalda; desde la posición de Ash podía notar que media solo un poco más que él.

El hombre joven respondió al nombre Dónovan, así que le respondió a Delia— Debo hacerlo Delia. Ha destruido mi dignidad y mi meta de ser líder. Ha destruido nuestro hogar y ahora quiere destruir a nuestra familia…— se dio la vuelta para voltear a ver la chica— y no lo voy a permitir. Te juro que no debo permitir que lo haga.

Ash logró tener una mejor visión del hombre que respondía al nombre de Donovan: sus ojos de color como las castañas y el cabello negro alborotado, pero a la vez no tan rebelde como el suyo. Este joven, Donovan, llevaba una chaqueta, color azul con franjas rojas en los hombros y en los bordes de la parte inferior de la chaqueta, sus mangas estaban arremangadas hasta los codos y le llevaba abierta mostrando su camiseta negra; unos pantalones café tan oscuros como el tronco de los árboles y un cinturón de color gris como sus botas.

—Ha ido demasiado lejos. No voy a quedarme a esperar a que la justicia llegue por si sola. ¡Tengo que ir yo! ¡Desafiarlo y rescatar la dignidad de nuestra familia! — continuó Donovan con firmeza

—¡Pero es muy peligroso! — Gritó Delia— No te digo que no hay que detenerlo, pero debe haber otra manera. No debes arriesgarlo todo tu. Podemos buscar otra manera. Pero te necesitamos aquí, por favor

No puedo Delia. No puedo soportar quedarme de brazos cruzados mientras él se burla de nosotros de esa manera

—¡Yo también estoy sufriendo! — lagrimas salieron de los ojos de Delia después de ese último grito de reclamo— ¡Esto es más difícil para mí! Estamos hablando de mi hija Donovan, ¡Mi hija! Yo le di a luz y ahora la he perdido. Yo igual lo odio como tú, yo igual quiero justicia para nuestra familia. Pero no quiero perderte igual a ti, no quiero que te separes dejándome durante esta situación tan difícil. No puedes dejarnos desamparados

Donovan caminó lentamente y se colocó justo en frente de Delia. Ella lo miró con sus ojos húmedos y su rostro rojo, pero con la mirada seria.

—¿Sabes en que pienso? En una familia como la nuestra. Tu y yo mientras vemos a los niños jugar juntos. Esa es una imagen que siempre he querido ver… Pero ahora ya es imposible gracias a que Giovanni nos ha dividido. Nos ha separado. No puedo dejar de pensar en ese momento en que…

—¡Pues entonces piensa en el bebé! ¡Piensa en el niño que estoy esperando! ¡Vamos a tener otro hijo y no parece importarte!... necesitará a su padre. Necesitará que su padre este allí el día que nazca. Si te vas quien sabe si volverás, Donovan entiende

Donovan miró a Delia y luego volteó a ver su vientre. Con cuidado acercó su mano y la posó sobre su vientre. Ash notó sus guantes, sin dedos como los que usa él, pero de color azul como su chaqueta mientras que la muñequera era negra, pero lo llamativo era una especia de círculos color azul rey que estaba en la palma de cada guante.

—Por eso lo hago. Por nuestro hijo. No me lo perdonaría jamás, si veo a Ash crecer y no está su hermana junto a él. Los niños deberán estar juntos. Los cuatro debemos estar juntos. Por eso lo hago, por los niños, por Ash, por nuestra familia

Delia se quedó callada, solo miraba a Donovan mientras gimoteaba. Donovan alejó la mano del vientre de Delia y abrió su mochila de color gris con blanco que tenía colgada en el hombro. De allí sacó una gorra roja con la delantera blanca y un particular símbolo verde en el centro, el símbolo del expo oficial de la liga Pokemon. Ash reconoció esa gorra de inmediato…

Donovan tomó las manos de Delia y las juntó alrededor de la gorra que sacó. Delia solo la tomó mientras miraba a Donovan, pero ahora confundida por el gesto

—Esta gorra, fue la que me regaló el viejo Charles Goodshow(2). ¿Lo recuerdas? — decía Donovan mientras sonreía. Delia solo asintió— han pasado tantos años desde entonces. Y desde entonces, se ha vuelto mi amuleto de la suerte. Esta gorra le pertenecerá a nuestro futuro hijo… algún día, cuando esté listo. Y quiero que tú la tengas hasta que llegue ese día

Luego de dejarle la gorra a Delia, soltó las manos y comenzó a alejarse nuevamente. Cuando estuvo lo suficientemente lejos volvió a voltearse a ver a Delia— prometo regresar. Y regresaré con Annelie. Pronto la familia volverá a estar unida mi amor— dijo para darse la vuelta y comenzar a alejarse por el sendero que llevaba hacia la ruta uno y hacia la ciudad verde.

Delia se quedó de pie, mirando al hombre que se iba caminando.

—Donovan…— dijo soltando una última lagrima sobre su mejilla derecha.

A los pocos segundos, la flor se cerró y la imagen desapareció. Al lado de la flor del tiempo, Riolu y Pikachu miraban a todos lados, sorprendidos, buscando el holograma y a los personajes que allí se mostraron. Pero era Ash quien más sorprendido había quedado.

El joven entrenador estaba quieto, estático, con las manos casi extendidas y un poco encorvado. Su boca estaba abierta levemente y los ojos abiertos como platos. Su corazón le latía con fuerza como si estuviera asustado, y comenzaba a dificultarse el respirar.

—Acaso el… ese era… ¿mi padre?... —

1- 1.- Ciudad donde llega Ash, junto con May, Brock y Max, al principio de la película "Lucario y el misterio de Mew."

2- 2.- Presidente de la Liga Pokémon y el jefe del comité de la llama.