Título: De vampiras rubias y lobos.

Disclaimer: ningún personaje me pertenece, todos son de Stephenie Meyer.

Summary: —¡Hey, Rubia!, – el aludido sabe que tiene su atención por completo – ¿tú hablas cuando haces el amor? – la vampira frunce el ceño y se acerca al sofá. Seth/Rosalie, momento divertido. Para Vani.

Nota: Para Vani que merece no sólo está viñetita por Navidad, sino muchos regalos (en especial tus personajes favoritos con un moño rojo), disculpa por la tardanza.


De vampiras rubias y lobos.


Cambia de canales sin decidirse para luego bufar, ¿por qué no había diversión en la casa de los Cullen?

La respuesta es fácil: el doctor Cullen y su esposa pasan su nueva luna de miel juntos, las vampiras restantes fueron de compras (típico de Alice Cullen), mientras que los chicos han salido de caza (descubrir cuál de todos es el macho más fuerte como diría Emmett)

Los pasos retumban en el salón a lo cual el lobo se pone en guardia mientras deja de cambiar canales, dejándolo en un programa cómico; las piernas largas hacen su entrada al igual que la melena dorada, sin dudar a dudas la vampira más fría de todo el clan Cullen: Rosalie Hale. Siente su mirada escrutándolo mientras las facciones femeninas terminan formando una severa mueca de disgusto, no necesita escucharla para saber lo que claramente está pensando: chucho sarnoso.

—Alex, dime: ¿por qué las rubias no hablan mientras hacen el amor? – la voz resuena en el televisor, la vampira sólo atina a fruncir más los labios mientras el lobo piensa que quizás debería divertirse (como Jake siempre lo hace)

—¿Por qué? – el menor de los lobos espera la respuesta expectante, no será Jacob pero esta seguro que enfadará un rato a esa chupasangre.

—Porque sus madres le dijeron que no hablasen con desconocidos – las risas inundan la sala, mientras el metamorfo se dice a sí mismo: piensa algo interesante Seth.

—¡Hey, Rubia!, – el aludido sabe que tiene su atención por completo – ¿tú hablas cuando haces el amor? – la vampira frunce el ceño y se acerca decidida al sofá.

—Eso es algo que quisieras saber, lobito – indica ella mientras sus dedos recorren los hombros juveniles, el joven sólo traga saliva, - pero lastimosamente nunca sabrás – las palabras se cuelan en su oído mientras los labios fríos se separan lentamente del lóbulo de su oreja.

Y ella inicia la caminata de regreso hacia su cuarto, mientras el vaivén de caderas es acompasado por el suave taconeo y las suaves risas que parecen campanas.

—Nunca digas nunca rubia – gritas, mas te sientes feliz cuando ella para las risas y el taconeo, - porque tu nunca entraras en mis sueños – por fin sonríes triunfalmente, haz podido con Rosalie Hale, eso es algo digno de contar.

—Pero los sueños, sueños son – escuchas la fina y aterciopelada voz responderte, y quizás por fin entiendes porque Jacob siempre juega ese juego…porque desde ahora tu también lo jugaras.