Disclaimer: los personajes utilizados en este fic, no me pertenecen son propiedad de Naoko Takeuchi. Yo solo los utilizo con el fin de divertirme y participar en el reto de Ladies Kou para celebrar el cumpleaños de nuestro amado Seiya.
Parejas: Minako/Seiya; Usagi/Haruka
Género: amistad/ romance
Categoría: T
Summary: Él un profesor de matemáticas a punto de recibirse, ella una estudiante de secundaria, una historia de amor llena de números y música. Minific.
Colgando en tus manos
Capítulo 1
Estar a punto de recibirse como profesor a los 21 años era una hazaña que pocos pueden jactarse. Y ser profesor de Matemáticas, era un motivo aún mayor para estar orgulloso y celebrarlo, aunque aún le faltaba su práctica profesional ya la parte académica la había culminado, que mejor manera de hacerlo que haciendo lo que más le gusta después de los números, la música.
Por tal razón estaba ese día en el bar Crown propiedad de un viejo amigo de la infancia, Andrew. Tocando con su banda formada por sus 2 hermanos y él. Los tres eran unos apasionados de la música, pero tocaban de manera local. No tenían planes de hacer una carrera de música. Pues para ellos, la música era su vía de escape. Si se hacían famosos ya no lo seria, por todo el tema de las fanáticas y la actividad mediática, además conllevaba decirle adiós a la vida privada. Y era un precio que no estaban dispuestos a pagar, por el momento estaban todos dedicados a terminar sus estudios.
Esa noche en el bar a cada rato que pasaba iban llegando más y más personas. El murmullo de la gente iba en aumento, la barra del bar estaba llena, los bartenders estaban a manos llenas tratando de atender y satisfacer a los clientes. Pero a pesar de toda esta actividad había un grupo de chicas que sobresalía de esa multitud. Todas guapas, al parecer solteras -pues no había ningún hombre con ellas- y muy divertidas, que de vez en cuando arrancaban miradas de curiosidad por parte del resto de la concurrencia.
La banda tocaba una pieza y era intercalada por una sesión de música del Dj local. Arrancaban aplausos, lo normal para mantenerlos motivados.
Una de las rubias de ese grupo peculiar, se acercó al escenario donde estaban afinando sus instrumentos para su próxima interpretación y le pidió que le dedicara una canción a su amiga Usagi, que estaba de Cumpleaños. A Seiya le pareció una chica muy desenvuelta así que decidió hacerle plática.
— ¿Es la primera vez que están en el bar?—le cuestiona curioso Seiya.
—Sí, tiene un buen ambiente— respondió ella con una sonrisa de oreja a oreja, y a Seiya le pareció que se sonrojo aunque con la luces del bar era difícil de asegurarlo.
— ¿Te ha gustado nuestra música?—le preguntó Seiya tratando de que la conversación se prolongara.
—Me encantan, son muy buenos, por eso me anime a pedirles una dedicatoria. — le comenta la rubia, un poco más emocionada y entrando en confianza.
— ¿Y qué tema te gustaría dedicarle a tu amiga?— preguntó curioso.
—Le encanta un tema llamado "Colgando en tus manos" ¿lo conoces?— inquiere Minako ansiosa y con brillo de felicidad en la mirada.
—Si lo conozco, pero no tenemos una voz femenina para interpretarlo, lo siento—le dijo Seiya algo apenado por no poder cumplir con la solicitud de la rubia.
—Ese no es problema yo pongo la voz femenina. —le respondió ella muy segura.
—¡Wao! ¿Cantas?—preguntó él asombrado.
—Sí, pero no a nivel profesional y mucho menos en público como ustedes— le respondió Minako un poco cohibida ante el cuestionamiento del pelinegro.
Seiya dudo un poco, pero la rubia le estaba mirando con ojos suplicante.
—No puedo garantizar el éxito del performance sin haber tenido una práctica antes— le advirtió Seiya, aun dándole unas pocas esperanzas con respecto a esa petición.
—No te preocupes por eso, la idea es pasarla bien y divertirnos. Si sale bien, perfecto, si sale mal nos reímos juntos. ¿Te parece?— a Seiya la actitud positiva y alegre de la rubia lo deslumbro, por lo que no vio otra alternativa más que aceptar la dedicatoria y la voz de ella.
—Es un trato—estiró la mano para estrechársela—no me has dicho tu nombre aun, rubia. — vaya forma de iniciar una conversación de atrás hacia adelante, se amonestó Seiya mentalmente.
—Minako, pero puedes llamarme Mina —contestó sonriente la rubia.
—Perfecto Mina, soy Seiya.
—Un gusto Seiya— dijo ella regalándole su mejor sonrisa.
Después de repasar la letra rápidamente. Minako y Seiya subieron al escenario. Seiya presento a Minako al público, quien ya más animado por el ir y venir de cocteles, vitoreaban a Minako cual estrella.
Minako, se tomó la palabra y expresó—la siguiente canción está dedicada a mi amiga Usagi que está de cumpleaños hoy, ¡Feliz Cumple Usagi! ¡Te queremos!—dijo arrojando sendos besos en dirección a la homenajeada— y sé que te encanta esta canción, amiga todo lo mejor para ti.
La guitarra comenzó a rasgar los primeros acordes y la voz de Seiya se escuchó por todo el bar: —Quizás fue coincidencia encontrarme contigo—Seiya le sostiene la mirada A Mina para darle mayor dramatismo a la interpretación.
Mina manteniendo la mirada contesta: — Tal vez esto lo hizo el destino.
—Quiero dormirme de nuevo en tu pecho—Seiya comenzó a acercarse a Mina. Mina lo notó y lo imitó.
—Y después me despierten tus besos.
—Tu sexto sentido sueña conmigo—Seiya se acerca otro paso más a Mina.
—Creo que pronto estaremos unidos— Minako sonríe y Seiya le devuelve la sonrisa y un ligero asentimiento de cabeza tratando de trasmitirle que lo está haciendo bien.
—Tu sonrisa traviesa que vive conmigo.
—Sabes que pronto estaré en tu camino.
—Sabes que estoy colgando en tus manos— la voz de sus hermanos se agrega la de Seiya para hacer énfasis en este coro.
—Así que no me dejes caer— la voz de Mina se eleva alcanzando perfectamente la nota requerida en esta parte la canción.
—Sabes que estoy colgando en tus manos—Seiya y Mina cantan el estribillo a dúo, alzando sus manos pero sin tocarse.
El ritmo de la música aumenta y Seiya canta: —te envió poemas de mi puño y letra.
Mina contesta: — te envió canciones de cuatro cuarenta.
—Te envió las fotos cenando en Marbella.
—Y cuando estuvimos por Venezuela.
—Así me recuerdes y tengas presente...
—Que mi corazón están colgando en tus manos—cantan a dúo Seiya y Mina. —Cuidado, cuidado que mi corazón está colgando en tus manos.
Continúa un solo de guitarra con cada estrofa más que cantan se nota que hay química entre ellos dos, la compenetración entre ambos artistas transmite un performance totalmente de calidad.
Tanto Minako como Seiya sienten esa conexión en el escenario. Avanzada la canción ambos sienten que se han trasportado a algún sitio paralelo donde sólo existen ellos dos.
La interpretación continúa y ambos cada vez se sienten más cómodos y como si se conocieran de mucho tiempo, además la letra les trasmite un mensaje que tratan de expresar a través de la entrega a la música.
Al final de la canción la multitud del bar rompe en aplausos y en gritos de: — ¡Otra! ¡Otra!
El grito de la multitud los regresa a la realidad, Seiya reacciona mientras que Minako queda aún paralizada por la situación. Esa extraña conexión.
Seiya toma el micrófono: —le agradecemos los aplausos pero nos retiramos a tomar un descanso para poder seguir deleitándolos el resto de la noche.
Una vez detrás del escenario, Yaten y Taiki, hermanos de Seiya, adulan la voz de Mina.
—No había oído una voz tan talentosa como la tuya. — la halaga Taiki.
— ¿Por qué no cantas profesionalmente?— inquiere Yaten.
Seiya notó lo extremadamente callada que estaba la rubia así que intervino: — denle un respiro, muchachos. Ven Minako, vamos por algo de tomar. Estaremos en el privado por si las amigas preguntan por ella.
Mina siguió a Seiya como autómata. Una vez en un privado Seiya le cuestionó: — ¿Estás bien Mina?
—Debo volver con mis amigas— respondió la rubia, tratando de evitar a Seiya, fue muy fuerte esa conexión y temía preguntarle y que eso tan especial solo lo hubiese sentido ella.
—Espera un momento, ¿Cuéntame que paso? Fue una interpretación estupenda la que hiciste allá arriba. ¿Por qué no estas feliz celebrándolo?—intentó convencerla de que hablara con él.
—Necesito irme por favor. —Mina estaba al borde de las lágrimas.
—Tranquilízate. Por favor. —Seiya la sentó, y le ofreció una bebida rehidratante— ¿Crees que sea algún ataque de ansiedad?
Mina comenzó a llorar.
Seiya se sintió culpable y tonto y se amonestó mentalmente por ser un insensible sin saber que más hacer le abrazó en un intento de consolarla.
La química resurgió instantáneamente al contacto.
Esta vez no había duda, para ninguno de los dos, había atracción entre ambos.
Un rato después de que Mina dejara de estremecerse por el llanto y Seiya notó que respiraba más pausadamente, la levantó con cuidado de su hombro y le limpió los rastros de lágrimas de debajo de los ojos.
—Se te ha corrido el maquillaje. Pero aun así estás hermosa.
Ante el cometario Mina reaccionó asombrada. Sintió la cercanía de joven y se sonrojó.
—Debo irme—insistió ella.
—Como quieras Mina. — Seiya había comprendido que lo mejor era no presionarla. La ayudó a ponerse de pie.
—Gracias por todo Seiya. — y se levantó de puntitas para darle un beso en la mejilla.
Seiya se giró un poco y el beso asestó en la comisura de los labios.
—Promete mantener el contacto. —quería pedirle su número de celular pero había comprendido que podía ser muy pronto para ese gran paso. Ya se las ingeniaría para volverla a ver.
— Seguro — contestó la rubia, dando la sensación de que sería todo lo contrario.
Seiya sin embargo se puso como meta encontrársela otra vez. Le daría otra oportunidad al destino. La chispa que sintió con ella no la había tenido con nadie antes.
—Estoy colgando en tus manos, Minako—soltó Seiya una vez se quedó solo.
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Cuando Minako llegó a su mesa, trató de actuar normal. Sus amigas la felicitaron como tal cual lo hicieron los hermanos de Seiya e incluso animándola a que lo hiciera profesionalmente. A lo cual ella solo se limitó a contestar con una sonrisa muy falsa que pasó desapercibida para la mayoría, excepto para Usagi quien le susurró al oído: — ¿Estás bien? Te noto inquieta. — y así era cada vez que podía, Minako miraba de soslayo al escenario.
Minako no podía mentirle a sus mejor amiga desde la infancia, pero tampoco estaba lista para decirle nada, pues ni ella misma sabía que le había pasado en ese escenario: — la verdad Usagi, no lo estoy, pero no quiero arruinarte la celebración y tampoco sé que decirte con respecto a mi estado emocional ahora mismo—Usagi quedó un poco impresionada ante la seriedad y los términos con los que le habló. Algo grave estaba pasándole.
—Me preocupas, Mina—explicó Usagi sinceramente— ¿Qué deseas hacer?
— ¿Te molestarías sin me retiro antes de nuestro toque de queda?— dijo Minako consultando el reloj y percatándose que apenas eran las 11:00p.m. y sus madres les habían dado permiso hasta las 12:00p.m.
—Claro que sí me molestaría—respondió muy seria Usagi, su amiga no estaba bien pero no por eso la iba a abandonar—llegamos juntas y nos vamos juntas.
Minako se sorprendió, pero no esperaba menos de su amiga, aunque a veces llorona, malcriada era la mejor—pero… ¿y las chicas?
—Veremos…—dijo Usagi antes de girarse donde estaban las demás, alzando la voz para hacerse oír por encima de la música—Chicas, mi mamá me ha pedido que llegue antes a casa, ¿se molestan si nos vamos más temprano?
Y como el grupo unido que eran, así como llegaron todas juntas, todas juntas se fueron. Una última mirada de dirigió Minako al escenario pero aún estaba vació. Solo atinó a pensar "Seiya, estoy colgando en tus manos".
La ausencia del grupo más alegre de la noche se notó de inmediato y así se percató Seiya. Se le escapó una vez, pero dos no lo haría. Para su próximo encuentro estaría preparado para no dejarla ir.
