Capitulo 1
Cuando Blaine despertó esa mañana sentía una mezcla de felicidad, ansiedad y dolor de estomago incluso. ¿Cuál era la razón de ello? ¿Estaría feliz porque era viernes? ¡Ah! Pero, ¿Cómo explicar lo demás? Ese día era especial.
Dio una rápida mirada a su cuarto en Dalton antes de levantarse, aun bostezando se levanto de la cama y fue directo a lavarse la cara, para luego concentrarse en su rebelde cabello al que domaría con un poco (bastante) de gel, se puso un poco de su perfume favorito y se miró al espejo más veces de lo normal. Sí, se veía bien.
Kurt solía despertarse temprano cuando iba a McKinley, tomaba una relajante ducha, elegía el vestuario de ese día (ya que a la noche estaba cansado), solía ponerse un poco de crema en su rostro para mantener esa piel de porcelana que poseía. Ahora que estaba en Dalton dormía media hora más, bañándose rápidamente y conservando el hábito de ponerse crema para su cutis. Si bien le molestaba un poco usar siempre lo mismo, los treinta minutos más de descanso lo compensaban.
Su compañero de cuarto recién se estaba levantando, cuando Kurt vio que estaba listo, es que a Taylor, su compañero, le gustaba ir corriendo hasta su clase y llegar segundos antes que el profesor, al menos eso pensaba Kurt.
Entonces llamaron a su puerta.
En definitiva ese día era especial, pensó Dylan mientras se dirigía a la habitación de Kurt Hummel. Él y Kurt se habían conocido desde el principio, pero empezaron a conocerse realmente recién dos semanas atrás.
Sí, catorce días atrás, un día que empezó mal y que terminó tan bien. Lo recordaba bien, eran las cuatro de la tarde cuando su madre lo había llamado, al atender supo que algo estaba muy mal debido a su desesperado tono: a su hermana la había atropellado un auto. Pidiendo permiso se retiró de Dalton y rápidamente condujo hasta el hospital. No había sido tan grave como se lo había esperado; el brazo derecho dislocado y varios hematomas en la espalda y en sus piernas. Ella estaba bien. Sin embargo, ¿Cómo no sentirse mal cuando alguien a quien tanto quería estaba en esas condiciones? Su hermana, conciente, le pidió que volviese a Dalton, que no había problema. Secándose las lagrimas de su rostro, decidió volver recién al saber que no tardarían en darle el alta, pero que harían un par de pruebas más.
Sentado en la sala de estar con la cabeza baja, triste, preocupado y arrepentido de haber vuelto, sintió una mano sobre su hombro izquierdo y, al levantar la cabeza, vio a un chico con unos perfectos ojos azules que mostraban preocupación.
_ ¿Te encuentras bien?_ preguntó. Incluso a compañeros con los que solía hablar mostraron desinterés en lo que le sucedía.
_ No mucho. Es que… no quiero agobiarte con mis problemas.
_ Al contrario_ dijo, esta vez sentándose a su lado._. Pero, entenderé si no quieres.
_ A mi hermana la atropello un coche._ dijo en voz baja, casi quebrada, mientras que Kurt abría los ojos y se llevaba una mano a sus labios.
_ ¡Lo siento mucho! ¿Está bien?
_ Sí, lo más serio fue el haberse dislocado el brazo. Pero no dejo de sentirme mal. Por más que pelees con tu hermana, con tu hermano, no quieres que nada malo le suceda, ¿no es así?
_ Soy hijo único, pero entiendo a lo que te refieres. Cuando mi padre sufrió un ataque cardiaco mi mundo se fue abajo. Esta bien ahora, pero más frágil que antes. Por suerte, mi madrastra sabe cuidarlo ahora que no lo veo todos los días.
_ Soy Dylan Baker.
_ Kurt Hummel.
Al otro día, Dylan lo encontró con Blaine, ¿quién no conocía a Blaine? Debía ser el más popular del colegio, apenas saludándolo, se dirigió a Kurt, agradeciéndole por la conversación del día anterior e invitándolo a un café. Sin embargo, él se disculpó diciendo que tenía otros planes, mientras echaba una mirada en Blaine, que tal vez otro día. Pero Dylan nunca más se lo ofreció y Kurt tampoco sacó el tema.
Cuando Kurt abrió la puerta se encontró con los ojos oscuros y el cabello castaño de Dylan.
_ ¿Te importaría caminar conmigo hasta clases?_ dijo Dylan, olvidándose de saludar.
_ Sí que eres oportuno, estaba a punto de salir.
Cerrando la puerta tras de sí, Kurt no pudo evitar sonreír, él hacia que se olvidase de lo que sentía por Blaine y como él nunca lo correspondería.
Había algo en él, en Kurt, que lo hacía sentir mejor. Todavía faltaban cinco minutos para la clase de Literatura, cuando ingresaron al aula. Dylan se armó de valor.
_ Kurt, ¿te gustaría ir mañana a tomar un café?
Kurt se le quedó mirando algo sorprendido y sin decir nada. Dylan empezó a sentir sus mejillas entrando en calor. OH, Dios, ¿lo rechazaría de nuevo? Sin embargo, Kurt le sonrió.
_ ¿No me habías dicho eso una semana atrás?_ trece días._
_ Pero no aceptaste.
_ Pudiste volver a preguntar.
_ Lo estoy haciendo ahora.
_ Salgo con Mercedes a la tarde, pero no me caería mal un café como desayuno.
_ Entonces… ¿estas aceptando?
_ Al parecer._ dijo Kurt sonriendo.
Dylan se sintió tan bien que casi se asusta. Nada podría salir mal… entonces lo vio, Blaine atravesando el salón con una sonrisa en el rostro y sus ojos clavados en Kurt.
_ Hola, Blaine._ dijeron ambos. Kurt con una sonrisa y entusiasmo, mientras que Dylan ni lo miró y lo dijo de la forma más desinteresada posible.
_ Fui a buscarte a tu cuarto, es que tenía algo que decirte._ dijo con una sonrisa que ocultaba su nerviosismo, en definitiva no iba a decírsela en frente del curso, luego tenían un examen y el ensayo con los Warblers. Mierda. No tendría tiempo de decírselo… en el colegio.
_ ¡Llegaste tarde! Dylan fue a buscarme primero_ dijo Kurt en broma._. Pero, puedes decírmelo mas tarde.
_ O podemos salir mañana y ahí te lo digo._ dijo sonriendo. Pero lo que vio no le gusto. Kurt puso una cara de disculpas, pero antes de poder decir algo, Dylan lo interrumpió.
_ Tiene otros planes._ dijo él con una sonrisa burlona.
