¡Hola a Todas! Al fin tengo el gusto de estar nuevamente con ustedes, ésta vez dejándoles otra historia más de Sailor Moon. Un songfic, para ser más exacta.

La canción es del autor que aparece abajo...Y los personajes de sailor moon, como ya saben, son de Naoko T.

Yo solamente he tomado todo prestados :)

Espero que sea de su agrado, y si es así, me lo hagan saber. Sus reviews siempre serán bienvenidos.

Songfic de Sailor Moon, por Lirit-N

CANCIÓN: Mi Soledad y Yo

AUTOR: Alejandro Sanz

En el aeropuerto de Tokio, entre los cientos de historias que se entretejían por el ir y venir de viajeros, una pareja en particular ponía una pausa en su romance debido a que uno de ellos tenia que viajar a otro país.

Antes de partir, el joven de ojos negros y cabello oscuro le da un obsequio a la chica, quien no parece entender el significado de tal objeto. En el azul de su mirada solo se refleja la tristeza al saber que pronto se separará de quien mas ama.

Un anillo. Darien le ha dado un anillo. Y a pesar de que aprecia tal gesto, Serena sabe que eso no bastará para compensar su ausencia. Ha prometido llamarle. El teléfono se convierte entonces en lo más preciado para ella, por que ahora será lo único que atenúe su soledad.

Los días transcurren lentos para ella, mientras espera ansiosamente que las clases terminen para volver a casa y aguardar por una llamada, una carta, cualquier noticia sobre Darien que alegre su corazón aunque sea un poco.

¨ Cómo estás, qué tal te va
allí es de día, o es de noche
¿Es bonita esa ciudad, para ir de vacaciones?
Y el hotel, era verdad que es tan romántico y lujoso
como en la publicidad con esas playas de las fotos ¨

Serena al teléfono:

- Hola Darien! ¿Que tal el vuelo? Apenas te fuiste, y ya siento que te extraño demasiado.

- El vuelo transcurrió con tranquilidad. Como te dije, no había por que preocuparse. Yo también te extraño..

- ¿Ya te instalaste en el hotel? ¿Es bonito? ¿Y tu cuarto? ¿Estás cómodo? Pregunta ella apresurada.

- Vaya, al menos toma aire, esas son muchas preguntas para una sola frase. Comenta divertido. Llegué al hotel hace unas horas, tardé más de lo que había previsto, pero finalmente aquí estoy. Te encantaría éste hotel, hay bellos jardines por todas partes, con mucha luz, una piscina enorme, un restaurante, servicio a la habitación.

- ¿Ah, si? Que bien. Al menos podrás disfrutar del lugar, si es que tanto estudiar te deja tiempo.

- Si tú estuvieras aquí conmigo, en verdad lo disfrutaría… Tú y yo solos, en ésta maravilla de hotel…Sería genial, sin duda.

- ¡Darien!, qué cosas dices. Su tono pretendía ser de reproche, pero tenia que admitir que era lo que quería escuchar.

- Debo colgar. Te llamaré mañana, ¿de acuerdo? Y por favor cuídate mucho. Dale mis saludos a las chicas. Buenas Noches, Serena. Dulces sueños.

- Buenas noches, Darien… No olvides que te quiero.

Ahora que había escuchado su voz, podría dormir tranquila.

Las semanas transcurrían de manera casi agónica para ambos corazones. Día tras día, hora tras hora, esperando el momento en que el teléfono sonara y pudieran escuchar esa voz tan anhelada.

A pesar de la nostalgia que sentían, en cada llamada relataban con el mayor ánimo posible su acontecer diario, intentando dar un poco de tranquilidad el uno al otro. Darien procuraba que el cansancio y la presión a la que estaba siendo sometido no se evidenciaran en su voz.

Había sido una decisión difícil, pero sus esfuerzos se verían recompensados en el futuro. En ese futuro que compartiría con ella. No iba a echarse atrás ahora. Serena, por su parte, disfrazaba de risas y bromas la tristeza que sentía por no estar a su lado.

Se esforzaba en reprimir el llanto y no pedirle que volviera cada que llamaba. Eran una pareja, y ella debía apoyarlo, no echarle en cara la falta que le hacía. Sería fuerte.

¨ En Madrid está lloviendo

y todo sigue como siempre,

solamente que no estás,

y el tiempo pasa lentamente. ¨

En la habitación del hotel, Darien marcaba por cuarta en vez en esa noche el número de celular de Serena. Comenzaba a preocuparse. La mayoría de las ocasiones ella contestaba al primer timbre.

¿y si le ha ocurrido algo? Pensaba, agobiado. ¿y si han tenido que pelear? Talvez esté herida… y yo no estuve ahí para ayudarla. Su mente le otorgaba cientos de trágicas razones por las cuales ella no respondía, cuando al fin escuchó su voz, tan alegre como siempre.

- ¡ Hola, Darien!... creí que no llamarías hoy… es algo tarde…

- Y yo creí que no contestarías nunca… ¿qué ha pasado, estás bien?

- Lamento que te preocuparas, es que mi celular se quedó sin batería, y como he dejado el cargador en casa, hasta hace rato estuvo apagado, acabo de llegar..

- También traté de comunicarme antes a tu casa, pero nadie respondió.

- Eso es por que mis padres y Sammy han ido de paseo el fin de semana, a un lugar con aguas termales, fuera de la ciudad. Regresarán mañana.

Guardó silencio unos minutos.

- Verás…como reprobé el examen de matemáticas, mi castigo ha sido quedarme en casa.

- ¿Y han preferido dejarte sola?...No me parece adecuado.Le molestaba no ser él quien estuviese cuidándola en ése momento.

- Tranquilo. Las chicas vendrán a pasar la noche aquí, no estaré sola realmente. Da un largo suspiro. Aunque, si tu no estás conmigo, igual me siento sola… Te he extrañado tanto… Como si no debiera haber mencionado eso último, añadió de inmediato, con tono optimista.

- Pero sólo será por un tiempo. (Estornuda). Cuando regreses, haremos muchas cosas juntos.

- De verdad ansío que así sea. He estado muy preocupado por ti. Eres la única razón por la que regresaría sin siquiera pensarlo. Tomaría mañana mismo un vuelo a Tokio de ser necesario. Ten en cuenta eso.

- Sé que lo harías. Pero por ahora tus estudios son lo primordial. Además, todo parece estar en calma en la ciudad. Quédate tranquilo.

Ella estornuda fuertemente en dos ocasiones seguidas.

- ¿Qué sucede, estás enferma?

- No, solo tengo frío. Estoy empapada. Estábamos en el parque cuando comenzó a llover.

Entonces, se escucha la voz de alguien más en la habitación.

- Cabeza de bombón, te preparé un té, para que entres en calor… aunque conozco maneras más efectivas y agradables. Deberías cambiarte de ropa, o vas a enfermar.

El que esa voz le fuera conocida no evita que Darien casi maldiga en su mente.

- ¿Ese ha sido Haruka? Creí que solo las chicas se quedarían en tu casa.

- Sí, iremos por ellas más tarde. Nos topamos en el parque por casualidad, y Haruka se ofreció a traerme a casa, para que las demás fueran por sus cosas. Pasaremos a recogerlas en cuanto me cambie.

- Que amable de su parte. Estaba siendo sarcástico, pero eso pasó desapercibido para Serena.

- Darien, debo colgar. Cuídate mucho… Te llamaré pronto.

Al quedarse en silencio, Darien se repetía a sí mismo lo que había dicho: ¨De ser necesario, regresaría ¨. Y ella únicamente había contestado que no se preocupara. No estaba muy seguro de que esa respuesta le gustara.

¨Estoy loco por que vuelvas,

Hace tanto que te fuiste.

No te irás a enamorar allá.

Lo prometiste. ¨

Serena había comenzado ese día con el pie izquierdo.

Se había quedado dormida, no tuvo tiempo para desayunar, y además, llegaba tarde a clases. Ninguna novedad para ella. Lo que no sabía, es que ese día sería especial.

Después de cumplir con su ya acostumbrado castigo en el pasillo, le permitieron entrar al salón de clases, donde la profesora se disponía a presentar a unos nuevos alumnos.

Tres apuestos hermanos, que para fascinación de Mina, también eran cantantes. Taiki, Yaten y Seiya Kou. El grupo Trhee Lights. Demasiado distintos entre sí como para llevar los mismos genes.

Su canción, Search for your Love, había causado sensación por toda la ciudad, convirtiéndose así en los ídolos juveniles del momento.

Las Sailors rubias estaban encantadas de compartir el aula con tan famosos jóvenes. Mina tenía plena convicción de que Yaten y ella eran el uno para el otro. Mientras que Lita, cada vez que se daba la ocasión, decía que alguno de los tres le recordaba a ¨ aquél chico que le rompió el corazón ¨. Amy al fin tenía en Taiki a alguien que rebatiera sus opiniones con inteligencia. Eso era un reto, y ella nunca retrocedía ante un reto.

Y para Serena, Seiya se había convertido rápidamente en un buen amigo, su cálida sonrisa le inspiraba confianza. No podía evitar admitir que le agradaba su compañía, aunque a Haruka parecía molestarle ese hecho.

Para todas las Outers esa amistad que a simple vista era inofensiva, representaba un riesgo latente para ese futuro que tan celosamente protegían y por el cual estaban dispuestas a arriesgar su vida.

¨ Por Favor

Cuando Puedas Llámame,

Que Mi Soledad y Yo

Sin Ti No Nos Llevamos Bien. ¨

Desde hacía tres días Darien no se comunicaba. Serena se repetía una y otra vez que se debía a lo ocupado que lo mantenían sus estudios, ya que él siempre fue muy responsable.

Pero no era un argumento totalmente convincente para su corazón. Esperaba y esperaba frente al teléfono, mirándolo fijamente, como si así pudiese obtener del aparato algún sonido.

Nada. Tres días que le parecían una tortura, seguidos de largas noches de insomnio y llanto.

Y a pesar de todo, intentaba con todas sus fuerzas mantener una sonrisa en su rostro. No deseaba preocupar a sus amigas.

Esa tarde se dirigía a su casa después de clases.

Caminaba despacio, como si cada paso requiriera un esfuerzo sobrehumano, cuando una voz interrumpió sus tortuosos pensamientos.

- ¡Hey, Bombón! Espera, te acompaño.

Se detuvo. Ese sólo podía ser Seiya. Le simpatizaba ese chico. Al estar con él su soledad no dolía tanto.

- ¡Hola Seiya!

- Te ves triste, Bombón, ¿Qué sucede?

Ella puso su mejor cara, tratando de aparentar lo contrario.

- No es nada, solo pensaba.

- ¿Y en qué piensas, que tu semblante luce tan serio?

Ella guarda silencio, evadiendo su mirada.

- ¿Es por él, verdad?... por tu novio… Puedes confiar en mí. Cuéntame que te pasa.

- Es que… hace días que no sé nada de Darien, no me ha llamado, y estoy preocupada.

- Yo diría más bien, triste. No tienes que fingir todo el tiempo que la situación no te afecta… al menos, no frente a mí… ¿De acuerdo?

La tomó del mentón para que lo viera a los ojos.

- De acuerdo.

En los labios de la rubia pudo notar al fin una sonrisa sincera.

Él metió la mano en el bolsillo de su saco.

- Toma, usa mi celular. Llámalo, si eso te hace sentir mejor.

- ¡Gracias! .

Sus ojos brillaban de alegría, con esa chispa que lo tenía cautivado desde el día que la conoció.

Serena marcó el número, pero para su decepción, no hubo respuesta. Así que únicamente le dejó un mensaje: - ¡Hola Darien! Soy yo, Serena. Espero que estés bien. Te extraño. Si puedes, llámame más tarde, por favor.

- Estoy seguro que en cuanto escuche tu mensaje, te llamará, no te preocupes más. Debe estar muy ocupado estudiando, es todo.

- Eres muy lindo conmigo, gracias Seiya, aprecio mucho lo que haces por mí.

- No tienes que agradecerlo, para mí es un placer. Me gusta estar contigo, y me encanta verte sonreír.

Siguieron caminando, hablando de nimiedades y sonriéndose el uno al otro.

En algún momento, Seiya tomó de la mano a Serena, y así continuaron, hasta llegar a su casa.