RUMOR HAS IT

CAPITULO 1

EN BOCA DE TODOS

Era la noche en que la luna había brillado más fuerte que en todo el año.

Los smokings habían sido rentados con anticipación y las compras y peleas por el mejor vestido habían terminado cuando por fin llego la gran noche.

Los jóvenes habían llegado prácticamente en multitud, pues el viento de aquella noche era muy fuerte. Después de tomarse una foto para congelar este bello recuerdo pasaron todos al gimnasio en donde la música era el alma principal.

Las parejas habían tomado su lugar en la pista y todos bailaban sin ninguna preocupación aquella noche. El ambiente era totalmente relajado y las risas y las despreocupaciones reinaban en aquel sitio.

Fue en ese instante cuando dos personas entrando por la puerta irrumpieron con la tranquilidad del lugar.

Jesse St James había regresado.

Después de un año lleno de escándalos en los cuales había hecho sufrir a varias personas mientras estaba en el instituto Mckenley, parecía volver como si hubiera olvidado todo lo que su actitud había causado.

Y por si eso no era lo suficientemente impresionante, podías quedarte con la boca abierta al ver quien lo acompañaba. Rachel Berry, con un vestido rosa y un ramillete del mismo color se paseaba al lado de aquel hombre que le había roto el corazón un año antes como si eso nunca hubiera pasado.

¿Qué acaso los dos habían perdido la memoria? ¿No estaban consientes del pasado que arrastraban?

La multitud no tardo en comenzar a murmurar. Sobre todo algunas personas en especial.

De pronto muchas dudas y preguntas comenzaron a llenar las cabezas de los ahí presentes.

¿Cuándo había regresado Jesse? ¿Por qué lo había hecho? ¿Por qué Rachel lo había perdonado?

Nadie se imagino que todas estas dudas se enredaban en una telaraña más grande de lo que pudieran imaginar. Y bueno, como en toda historia tejida entre mentiras y secretos. No todos saldrían a salvo de ella.

Rachel despertó agitada en su habitación aun perturbada por aquel sueño recurrente.

La noche del baile de bienvenida en la escuela Mckenley.

Miro por la ventana y el sol había salido. El usual ruido matutino comenzaba a hacerse cada vez más fuerte. Y el olor del desayuno la termino por conducir afuera de su cama. Se miro en el espejo por solo unos momentos y después tomo un gran respiro.

Este era el primer día que iba a la escuela desde aquel incidente en la noche del baile.

Temía por lo que dirían sus compañeros. Quienes ahora tenían una perspectiva totalmente distinta de ella a la que estaba antes acostumbrada. ¿Y cómo esperar que todo pudiera ser igual que antes? Cuando su rostro había salido en cada uno de los noticieros locales junto a la foto de un chico desaparecido quien presuntamente estaba muerto.

Pueblo pequeño. Grandes rumores.

Apenas se había sentado a la mesa cuando su amiga Quinn toco la puerta para entrar.

- Hola – dijo Quinn en el instante en que Rachel abrió la puerta.

- ¿No es muy temprano? – pregunto Rachel aun algo adormilada.

- Le dije a mi mama que nos llevara en su auto. Sé que no es un buen día para ti y quería evitarte un viaje incomodo en el autobús.

- En realidad no creo que hubiera sobrevivido.

Quinn sonrió.

- ¿Estás lista? – pregunto Quinn.

- Si, solo voy por mis cosas y nos vamos.

- ¿No vas a desayunar?

- No tengo mucha hambre.

Las dos sonrieron esta vez y Quinn espero por unos minutos mientras Rachel iba por su bolsa. Unos minutos después las dos salieron por la puerta junto con el sonido del clac son de la madre de Quinn haciendo que amabas aceleraran el paso.

De pronto la mirada de Rachel pudo notar algo al otro lado de la calle.

Una mujer con lentes obscuros la observaba a ella y a su amiga mientras salían de la casa.

Le tomo tiempo reconocerla, pero al final pudo recordar quién era.

La detective Sue Sylvester había quedado a cargo del caso de la desaparición de Jesse St James la noche del baile. Y desde aquella noche había estado muy pendiente de la manera en que Rachel se movía por la ciudad.

Había ido al hospital todos los días mientras Rachel estaba ahí. Y después de varios interrogatorios, los cuales Rachel no pudo contestar ella estableció su distancia y dejo a la chica sola por unos días.

En esos momentos, al verla de nuevo, la memoria de Rachel comenzó a volar de nuevo, y acompañada por un dolor de cabeza logro recordar un momento justo después de que despertó en el hospital.

- Buenos días señorita Berry – dijo con suave voz la mujer de pie mirando por la ventana de la habitación.

- ¿Dónde estoy? – pregunto Rachel desconcertada.

- En el hospital general de Lima Ohio.

- ¿Quién es usted?

- Detective Sue Sylvester, soy oficial de la estación de esta zona. Al parecer se metió en uno de nuestros casos señorita, mi trabajo es vigilarla.

- No entiendo, ¿Qué está pasando?

- Me dijeron que era posible que no recordara mucho de lo que paso la noche del viernes.

Rachel se esforzó por recordar aquella noche, pero por más que trataba, no podía traer a su cabeza las imágenes de ese baile.

- No se preocupe señorita Berry, yo me encargare personalmente de que esos recuerdos lleguen a su cabeza. Después de todo es mi trabajo. – continuo diciendo esta mujer.

En ese instante Rachel giro su cabeza al sentir que un artefacto estaba colgando de su brazo.

Unas esposas estaban tomándola contra la cama y su mano parecía comenzar a ponerse roja a causa de los dobleces que se había hecho mientras dormía.

- Tiene que recordar – dijo esa mujer con una mirada profunda sobre Rachel.

- ¡Rachel! ¡Sube al auto! ¡Ya es tarde! – dijo Quinn al notar que su amiga se había perdido en sus pensamientos una vez más.

- Si, lo siento – dijo Rachel mirando hacia el otro lado de la calle atentamente a Sue.

Al parecer no se había librado de ella.

Uno de los carteles de búsqueda de Jesse voló por el aire mientras el auto de las chicas avanzaba, y la mirada de aquella mujer se hacía cada vez más severa…

La escuela se había convertido en una jungla para Rachel. La mayoría de los jóvenes la veían como una asesina. Y cada vez que la miraban pasar, sus ojos la hacían sentir incomoda y culpable.

Quinn la tomo de la mano y comenzó a hacerla caminar más rápido para evitar que las personas comenzaran a hablar a sus espaldas.

- Me siento en un programa de chismes. – dijo Rachel cuando por fin estuvieron dentro de la escuela.

- No les hagas caso, al parecer no tienen vida y les gusta meterse en la de los demás – dijo Quinn en voz alta para que los demás dejaran de mirarla.

- Solo quiero que todo esto acabe.

- Todos queremos eso.

Las dos comenzaron a reír y hablar de otro tema para quitarse un poco de tensión de encima.

En ese momento una chica se paro frente a ellas quitándoles la diversión del rostro.

- Miren quien volvió. Pensé que estabas en un reformatorio – dijo Santana, una chica que odiaba a Rachel por razones que toda la escuela sabia.

- Sigue caminando, no tienes nada que hacer aquí – dijo Quinn poniéndose frente a Rachel.

- Esto no es contigo – respondió santana haciéndola a un lado. - ¿Qué no te cansas de causar daño? – dijo esta vez mirando a Rachel. – no tenias porque regresar.

- Esto no te incumbe. – respondió Rachel.

- Me incumbe si te sigues metiendo con Finn.

- No sé de qué estás hablando.

- Hay por favor, no te hagas la tonta, ambas sabemos que te gusta treparte en todos los que puedas. Solo déjame advertirte. Que a él ya lo perdiste hace mucho. Y ahora es mío ¿Esta claro?

- Estás loca – dijo Rachel.

- Qué curioso. Eso es lo que dicen sobre ti – dijo santana antes de alejarse con su peculiar paso por el pasillo.

Rachel tomo aire y después de unos segundos olvido lo que Santana había dicho.

- ¿Estás bien? – pregunto Quinn tomándola del hombro.

- Si, vamos a clase – dijo Rachel avanzando entre la multitud.

El salón de clases parecía ser el mismo. Al menos Rachel estaba segura de que aquella imagen de paredes blancas y muchas personas susurrando no había desaparecido de su memoria. Se sentía segura en ese lugar, porque al menos aquel ambiente no lo había olvidado.

Se sentó casi al final de la primera fila como de costumbre. Quinn se sentó a su lado y comenzó a hablar con ella por unos momentos mientras el profesor llegaba.

De pronto una chica con cabello rubio se sentó detrás de ellas haciendo que ambas guardaran silencio.

- ¿Quién es ella? – pregunto Rachel a Quinn.

- Nueva estudiante – respondió Quinn – no tiene mucho aquí, no te preocupes, ni si quiera yo la recordaba.

Ambas sonrieron.

La chica nueva se sentó y comenzó a mirar fijamente a Rachel. Cuando ella sintió su mirada clavada en la espalda se dio la vuelta y le sonrió. La chica nueva no le devolvió la sonrisa y se limito a mirar hacia otro lado.

Rachel se desconcertó por unos momentos. ¿Había hecho algo contra esa chica que ya no recordaba? Solamente el tiempo lo diría, pero por ahora, podía descartar de sus planes ser amiga de aquella chica.

El profesor entro por la puerta y todo el mundo rápidamente guardo silencio. Dejo sus cosas en el escritorio y comenzó a escribir su nombre en el pizarrón. "Will Schuester" era el nombre de este maestro, quien al parecer era nuevo pues la cara de todos se sorprendió al verlo entrar por la puerta.

- Disculpe ¿Es usted un maestro suplente? – pregunto Quinn

- No, soy el nuevo profesor de español. Me da mucho gusto conocerlos – respondió aquel hombre señalando el pizarrón.

- ¿Qué paso con el anterior profesor? – pregunto Santana.

- Al parecer no puede seguir dándoles clases.

En ese momento, Rachel quien había estado agachando la mirada, alzo la cabeza y miro directamente al nuevo profesor. Los dos se observaron mutuamente, mientras la memoria de Rachel comenzaba a volar por muchos recuerdos que aun la seguían.

Imágenes de aquel hombre tapizaron su mente en un segundo. Para ella lucia familiar. Pero estaba segura que nunca en su vida lo había visto.

La clase entera giro la cabeza hacia Rachel al notar como los dos se miraban. Y en las cabezas de todos comenzaban a correr varias sospechas que no favorecían nada, la imagen de la chica ya suficientemente arruinada.

Ambos miraron hacia otro lugar rápidamente cuando notaron que los demás comenzaban a murmurar. Aquella clase paso muy lenta. Mientras las dudas en la cabeza de Rachel solamente crecían sin control.

Al salir Quinn y Rachel fueron directamente hacia sus casilleros. En ese instante un joven se paro frente a ellas y miro a Rachel con atención.

- Finn, ¿Qué haces aquí? – dijo Rachel.

- Tengo clase en el salón de al lado. – respondió aquel chico.

Quinn se paro junto a Rachel y miro a Finn con enojo.

- No deberías hablar con ella. Solamente si quieres que tu novia termine matándonos a ambas.

- Vino a darnos un ultimátum esta mañana. – dijo Rachel.

- No me extraña. Lo ha hecho con casi todas las chicas en la escuela – dijo Finn. – pero en realidad. Necesito hablar contigo.

- Mira Finn, no quiero tener más problemas. Sabes a que me refiero. Y no voy a arriesgarme a que Santana nos vea hablando y después este contra mi todo el tiempo.

- En ese caso podemos hablar en otro lugar. Habrá una fiesta en mi casa esta noche. Ese podría ser un buen lugar. – dijo Finn con una sonrisa en el rostro.

Rachel miro a Quinn y ella no dijo nada.

- Está bien. Iré solo a hablar contigo. No estoy de humor para fiestas. – dijo Rachel.

- Serán solo veinte minutos. Lo prometo. – dijo el aun sonriendo.

- Me tengo que ir – dijo Rachel caminando hacia la salida.

- Te veo esta noche – grito Finn cuando ella estaba casi en la puerta.

La sonrisa que estaba pintada en la cara de Finn traía más problemas que alegría. Pues se rumoraba que él aun no había superado lo que había tenido con Rachel hace algunos meses. Y siendo esta su reacción. Aquel rumor parecía ser cierto.

Antes de irse a alistar para la fiesta a la que asistirían esta noche. Las chicas fueron al café frente a la escuela y comenzaron a platicar por un momento.

Fue entonces cuando la mirada de Rachel se dirigió hacia el chico vestido de negro que cruzaba la calle hacia la escuela. Al parecer las sorpresas de día no habían terminado.

- ¿Ese es Kurt? – pregunto a Quinn.

- Si, ¿que tampoco recuerdas que había vuelto?

Ella negó con la cabeza.

- Fue justo una semana antes del baile. Casi al mismo tiempo que Jesse regreso. – dijo Quinn.

La mirada de Rachel se dirigió de nuevo a Kurt. Había sido su mejor amigo durante mucho tiempo, pero de pronto un día sin decir nada a nadie había desaparecido de Lima y nunca nadie supo algo de él.

De pronto la mirada de Kurt se encontró con la de Rachel, quien trato de saludarlo desde lejos. Pero Kurt se limito a agachar la mirada e irse del lugar.

- Está actuando raro desde que llego. – dijo Quinn al ver su reacción.

- Me pregunto que le habrá pasado. – dijo Rachel.

- Bueno, no pienses en eso ahora. Mejor vamos a buscarte algo bonito para hacer enojar a Santana esta noche ¿sí?

Ambas rieron y se pusieron de pie para irse.

Esta noche parecía ser una de aquellas noches divertidas. Pero en Lima, después del baile, estas noches solían ser las más peligrosas.

Cuando llegaron a la fiesta notaron que la música se escuchaba cinco calles a la redonda. Y varios jóvenes estaba afuera haciendo locuras y cayendo a causa del alcohol.

Las dos entraron tomadas del brazo y lo más rápido posible. Parecía una fiesta sin control. Al parecer la primera de la temporada. Pero para Rachel ni si quiera esto era divertido ahora.

Busco a Finn con la mirada pero no logro encontrarlo.

Todas las personas de la fiesta de pronto comenzaron a mirarla igual que lo habían hecho en la escuela. Sabían que Rachel era la principal sospechosa de la desaparición de Jesse, y por eso ahora la tachaban de criminal.

Varias de las amigas de Santana la vieron entrar, y rápidamente, siguiendo el código de chicas fueron a avisarle que Rachel estaba en la fiesta.

Los problemas comenzaron a llegar solos para estas dos amigas. Cuando ellas habían querido mantenerse alejadas de todo esto.

- ¿Qué estás haciendo aquí? – dijo Santana cuando estuvo frente a Rachel. – esto no es uno de esos grupos de rehabilitación a los que acostumbras a ir.

- No quiero problemas Santana ¿Podrías dejarme en paz? – dijo Rachel.

- Debiste pensar eso antes de atreverte a venir aquí. Además ¿Cómo puedes tener el valor para acercarte a nosotros después de lo que paso con Jesse? Nadie te quiere aquí, a todos les asustas.

- No sabes de lo que hablas.

- Tal vez no, pero lo que si se, es que si no te vas en… - Santana miro su reloj – un minuto. Voy a hacer que todos me vean como heroína echándote de aquí a patadas.

- Esta no es tu fiesta – dijo Quinn.

- No te metas Barbie. – dijo Santana.

En ese momento Finn llego detrás de Santana y la tomo de los hombros.

- ¿Qué pasa aquí? – pregunto él.

- Solamente me encargo de sacar la basura. Soy muy buena persona. – respondió Santana.

- ¿Por qué no les dices quien nos invito? – dijo Quinn.

Finn miro con miedo a Santana y ella lentamente giro la cabeza hacia él. Su mirada no parecía ser buena.

- Yo lo hice – dijo Finn entrecerrando los ojos.

Santana abrió la boca y miro con enojo a Finn.

Justo antes de que él pudiera decir algo ella le tapo la boca con la mano.

- Solo una palabra cielo – dijo ella – púdrete.

Después de eso ella se perdió entre la gente y dejo a Finn con las otras chicas.

- Creo que no fue buena idea que viniera – dijo Rachel.

- No te preocupes, no es tu culpa – respondió Finn - ¿Me acompañas para poder hablar? – dijo ahora tomando la mano de Rachel.

- No puedo dejar a Quinn sola, tendrá que ir con nosotros.

Finn se puso a mirar a todos lados como si buscara a alguien. De pronto miro a uno de los chicos que estaba parado junto a ellos y lo llamo.

- Quinn el es mi amigo Noah – dijo cuando el chico estuvo en la conversación.

- Hola Quinn – dijo Noah sonando algo tímido.

- Hola – respondió Quinn fingiendo una sonrisa.

- Rachel no quiere dejar a su amiga sola ¿Crees poder entretenerla un rato? – dijo Finn.

- Sería un placer – respondió Noah.

- ¿Lo ves? Quinn ya no estará sola – dijo Finn llevando a Rachel al patio trasero.

- Vuelvo en un momento – dijo Rachel a Quinn perdiéndose entre las personas.

Noah miro a Quinn con timidez y después ella volvió a fingirle una sonrisa.

- ¿Solías ser porrista no? – pregunto Noah.

- Aja – respondió ella.

- ¿Por qué decidiste salir?

- Cosas – dijo ella.

- ¿quieres algo de beber?

- No gracias.

El agacho la mirada al darse cuenta que Quinn en realidad no quería estar con él.

- Mira Noah no quiero ser grosera pero, en realidad no estoy de humor para conocer gente. ¿Hablamos después?

Noah asintió con la cabeza y después se alejo.

Rachel y Finn se sentaron en unas de las sillas que estaban en el patio trasero y comenzaron a platicar.

- ¿Cómo te sientes después de lo que paso? – pregunto Finn.

- ¿Cómo crees? Todo el mundo cree que soy una asesina.

- Aun no sabemos qué paso con Jesse. Solamente les gusta rumorar.

- Si tan solo pudiera recordar esa noche.

- Creo que sería lo mejor. ¿Qué es lo último que recuerdas?

- No lo sé, me llegan piezas poco a poco. Olvide por completo toda la semana en que Jesse estuvo aquí. Solo sé que fui con él al baile, y después todo se pone borroso.

- Aun no puedo entender cómo es que pudiste ir con él.

- Yo tampoco recuerdo porque lo hice.

- Sé que pronto volverás a recordar lo que paso.

En ese momento la memoria de Rachel comenzó a volar y otro recuerdo llego a su cabeza.

Ella y Jesse corrían detrás de la escuela, al parecer huyendo de algo.

Los dos parecían estar agitados y de pronto Jesse se detuvo justo antes de cruzar la calle.

- Vas a estar bien Rachel – le dijo él.

- No estoy segura de eso. – respondió ella.

- Sé que eres una persona muy valiente – dijo él – vamos a estar juntos muy pronto, y todo gracias a ti.

Después de decir eso la beso y la memoria de Rachel volvió a bloquearse de nuevo.

Finn la miro desconcertado y antes de que pudiera preguntar algo noto que todo el mundo había dejado de bailar y la música se había detenido.

Ahora todos estaban alrededor de la televisión y Finn tomo a Rachel de la mano para ir hacia allá. Cuando llegaron, la piel de Rachel se enchino completamente. Había una anuncio en la televisión de los noticieros locales, en el cual, decían que el cuerpo de Jesse St James había sido hallado.

Todos miraron a Rachel cuando llego, y ella no pudo evitar sacar lágrimas sin control.

En ese momento, Sue, la oficial a cargo llego de entre las personas y llevo a Rachel afuera.

Quinn se quedo al lado de Finn mientras todos los demás aun no podían creer lo que había pasado. Esta era una noticia que había sacudido a todos lo que sabían la historia. Ahora Jesse estaba muerto y nadie sabía cómo había pasado.

- ¿Vio la noticia ya? – pregunto Sue cuando estuvo con Rachel afuera.

- Si – dijo ella llorando - ¿Cómo paso?

- Eso es lo que usted me ayudara a averiguar. Señorita Berry usted es la principal sospechosa de la muerte de Jesse St James. Fue la única persona que estuvo con él antes de que desapareciera. Esta en sus manos recordar lo que paso esa noche, y ayudarnos a encontrar un culpable.

- ¿Qué pasa si no logro hacerlo? – pregunto Rachel.

- Usted será acusada del asesinato. – respondió la Oficial.

Ahora estaba en manos de Rachel saber que había pasado con Jesse. Y solo tenía una semana para recordar todos los secretos que esa noche escondía.

"Se rumora que… Rachel Berry asesinó a Jesse St James"