Capítulo 1
Los personajes y lugares de este fanfic son propiedad de Rowling :)
-¡POTTER! ¡YA BASTA!
James dejó de reír y volteó, dejando solo a Sirius destornillándose de risa viendo a Snape flotando de cabeza en el aire. Black también volteó unos segundos después para observar a Lily y luego a su mejor amigo, rodando los ojos. Dominado, pensó, volviéndose al espectáculo que tenía delante. Remus lo miró, negó con la cabeza y siguió su lectura, tratando de ignorar las carcajadas que Peter y otros estudiantes emitían.
-Oh, vamos -dijo James, con el ceño fruncido-. Ya no es más tu amigo, Evans. O al menos eso es lo que me pareció cuando él te insultó diciéndote ya sabes qué. -perdiendo su aire serio, James recuperó su tono despreocupado y bromista y agregó-: ¿Qué tal si nos olvidamos de esto y sales conmigo? Solo tú y yo, Evans. -luego, girándose hacia su mejor amigo dijo-: ¡Eh, Sirius! ¡Me parece que Quejicus está demasiado cerca del suelo!
Sirius echó la cabeza hacia atrás mientras largaba una carcajada. Con un hábil movimiento de varita, elevó todavía más alto a Snape.
Eso enfureció aun más a Lily. Era cierto que ella había terminado su amistad con Severus el curso pasado, pero eso no significaba que aquel par de idiotas se aprovechara de él.
-¡Si dejaras de comportarte como un niño y maduraras, quizá aceptaría salir contigo! -gritó, irritada.
El lugar quedó en silencio. Hasta Sirius, sorprendido, dejó caer a Snape, sin dar crédito a las palabras de Lily. Cuando James se atrevió a abrir la boca, la joven ya estaba volviendo al castillo a paso rápido y furioso.
-¿Qué sucede, Cornamenta? -preguntó Sirius. James había estado actuando extraño todo el día, desde el incidente de esa mañana con Evans.
-Nada, Canuto. Es que estoy pensando en lo que dijo Lily y...
-Eso solo te lo dijo para que dejaras a Quejicus en paz. Si no ha salido contigo antes, no lo hará ahora.
Al terminar de decir estas palabras, Sirius supo que había cometido un error. Sus amigos, hasta Peter, dejaron de comer y lo miraron fijamente. Remus abrió los ojos como platos, con una advertencia escrita en ellos. Pero James, a quien las palabras de su mejor amigo habían herido, solo suspiró y se levantó de la mesa.
-Ya lo sé, Sirius -contestó este- pero quiero cambiar por ella. Este último mes que nos queda voy a terminar con todo esto...
-¿A qué te refieres con esto? -interrumpió Remus, alzando una ceja.
-La inmadurez -respondió James, sin apartar la mirada de los ojos de Sirius.
-¡¿QUÉ?! -dijo Peter, aterrado-. James, por favor, Lily no lo vale. Por favor, por favor, por favor...
-Estuve pensándolo, chicos -dijo James, haciendo caso omiso de Peter-. Y la verdad es que no pierdo nada. Solo quiero probar. -y luego de pensar un poco, agregó con aire dramático-: Si ella sigue sin aceptar, entonces dejaré de intentarlo.
Diciendo esto, abandonó el Gran Salón, rumbo a los dormitorios. Sirius miró hacia Remus, levantando las cejas.
-Demonios -dijo Black, pasándose las manos por la cara.
-¿Acaso no te lo esperabas? -le preguntó Remus- Escucha, Sirius: Cornamenta está enamorado. No es sólo un capricho. Y como sus amigos, debemos apoyarlo -echándole una última mirada de advertencia, abandonó el comedor y siguió a James.
