La mayoría de los personajes de este Fan fic no me pertenecen, tan sólo Kathleen, el resto pertenece a Riot Games, yo tan suelo "bailo" con ellos para entretenerme a mí, y al resto, espero que disfrutéis, también cambio un poco el tema, para hacerlo más real, pero intento que se parezca todo lo posible a lo guay del juego xD.
Oh, sí. Ésto es sólo el prólogo, así que tan sólo explico la situación en la que se encuentra la protagonista y un poco el ambiente en el que fluirá la historia, los próximos capítulos intentaré que no sean tan cargantes, ni mucho menos, y si os gusta me gustaría que lo expresarais, ¡al igual que si no os gusta! Me gustaría también las cosas en las que puedo mejorar, y tal. Bye, bye~ ^-^
Prólogo
El suelo era frío, ella no se quejaría mentalmente si su piel no estuviese desnuda y literalmente estampada contra él. En su cabeza, había un doloroso vacío y notaba su corazón latir contra sus costillas sin motivo aparente, eso marcaba en su rostro una mueca de dolor, aparte de aquel gran vacío que inundaba la mayor parte de su mente también había dudas las cuales aun no era capaz de expresar en palabras, cuando abrió los ojos una de esas dudas se reflejó en su rostro.
¿Dónde estaba?
Sus ojos se acostumbraron a la oscuridad de la sala lentamente y la mueca de angustia de su rostro no tardó en intercambiarse por una mueca de asco, la sala estaba totalmente vacía, bueno, relativamente, si contaba la suciedad de sus paredes, sus rincones y el viejo colchón destartalado no estaba vacía del todo. Intentó incorporarse lentamente, primero apoyando su palma izquierda en el suelo y empujando su cuerpo hacia arriba despegando su mejilla del extrañamente grasiento suelo, apoyó la otra palma en el suelo y ayudó a la izquierda a soportar todo el peso de su cuerpo pero sus brazos no aguantaron lo suficiente para hacerlo y su vulnerable cuerpo volvió a caer al frío suelo que empezaba a acostumbrarse a su temperatura natural. No supo si fue por el asco que le había proporcionado el olor que se estampó en su nariz al levantar el polvo al caer de nuevo al suelo, o si era por el mareo que le producía esa sensación de confusión, pero vomitó, cuando la bilis le rozó la mejilla una nueva arcada abofeteó su cuerpo pero antes de volver a regurgitar consiguió arrastrarse lejos de su vomito, cuando notó la pared estamparse con su espalda, dejó a su cuerpo descansar, cerró los ojos y volvió a caer en la inconsciencia.
- Tiene todo el cuerpo lleno de grabados, ¿la has visto? – preguntó una voz femenina, a quince pasos de la puerta de aquella celda cuyo inscrito era nuevo: Kathleen. Cuando leyó esa palabra en voz alta se mantuvo callada durante unos segundos para después añadir: – No debería haber figurado en las listas, dicen que… – la chica de ojos negros que hablaba ladeó la cabeza, como si no le entrase en la cabeza la idea que quería expresar – que su invocador ha pagado una millonada para hacerla disponible y hacerla morir en el campo de batalla. Su invocador quiere que muera de la peor forma posible, debe de odiarla mucho. Es más, ha conseguido persuadir al jurado para aumentar considerablemente el precio de su cabeza y que su muerte sea mucho más rápida.
Unos ojos gélidos alzaron la mirada para examinar la puerta entre abierta. Había visto cómo habían traído a la chica, sí, totalmente desnuda, su complexión era delgada, su estatura muy baja, y a pesar de todo eso parecía que había luchado contra los soldados hasta la inconsciencia porque tenía todo el cuerpo cubierto de moratones e incluso el labio inferior abierto. Habían tenido que drogarla, había visto la droga reflejada en sus ojos verdes entre abiertos, y sí, también había visto los grabados que recorrían su pálido cuerpo, le habían parecido extraños, complicados, y habían llamado su curiosidad cuando estos brillaron levemente con un atisbo rojizo al tirarla al suelo. Llevaba días inconsciente y faltaba un día para el agrupamiento, si no estaba despierta para entonces no quería ni imaginarse como la despertarían.
Los nombres de los seres que figuraban en las listas eran de "campeones" de toda la península con posibilidades de sobrevivir a una batalla, podrían ser escogidos por unos entes, ser desconocido que son llamados "invocadores" para hacerlos entrar en un campo de batalla en el que tendrían que luchar por su vida y por la vida de su equipo, por cada muerte conseguida por el "campeón" ganaría dinero para él y su "invocador", también lo ganaría si inutilizara al "campeón", el dinero que se gana varía por el poder, la fuerza de la víctima, si la cantidad es muy elevada, es que el ser es considerablemente fuerte, la cantidad de dinero por la muerte del "campeón" la eligen un grupo de personas ajenas totalmente al dinero con el que se juega, al igual que también eligen el tipo de ser que entra en la lista, es extraño que esa cantidad sea manipulada por invocadores, realmente extraño, pero si es cierto lo que ella decía, y el invocador había dado el suficiente dinero para subir el precio de la cabeza de alguien que ni si quiera ha sido elegido por el jurado para entrar en las listas, es que quería que los demás "campeones" se le abalanzaran encima y lo descuartizasen en cuestión de segundos. Si esa chica tuviese posibilidades, el jurado la había obligado a entrar en las batallas de hace mucho, como habían obligado a la mayoría de "campeones", pero estaba destinada a la muerte.
Sus ojos volvieron a abrirse, las nauseas habían desaparecido a pesar de que aun sentía una leve presión en su estomago y Kathleen seguía sin explicarse la razón de su presencia aquí, ese gran vacío seguía presente en su cabeza, por más que quería recordar no lo conseguía, incluso había tenido que meditar sobre su nombre y su estado durante una hora y poco más para darse cuenta de que sentía tanto frío porque estaba desnuda y de que su nombre estaba inscrito en letras pequeñas en una esquina de la puerta, cuando se recompuso y dejó a un lado su estado de histeria su mente le buscó sentido a las otras palabras que había inscritas en la puerta semi-cerrada desde el calor de su posición ovillada en esa esquina. Sus pequeñas manos empezaron a temblar casi instantáneamente al encontrarle sentido, sus ojos, ahora vidriosos y abiertos de par en par se tornaron asustados.
Liga de Leyendas.
