Back In Black
By
Lady Baba
Introducción
Sakura Haruno era una chica estudiosa, amable y hasta bonita.
Lastimosamente, su carita de ángel se veía obstruida por unas enormes gafas que había llevado desde los doce años de edad, un regalo de su querido abuelo. Su cabello era rosado pastel, o rosado chicle, como había dicho su hermana. Esto se debía a una falta de pigmento, eso era lo que le había diagnosticado el doctor. Su madre le había ofrecido llevarla al salón y así arreglarlo, pero Sakura se negó, y no se volvió a mencionar el tema.
En el colegio era respetuosa con alumnos y profesores, pero no tenía amigos. Todos la consideraban una nerd. A sus quince años no tenia novio, ni tampoco había dado su primer beso. Algo que, según su hermana, era petético.
La pelirrosa tenía una buena figura pero la escondía con ropa cuatro talles más grande de lo normal y siempre tenía el cabello, largo por cierto, atado en una desarreglada coleta.
En cambio Karin…
Ella era todo lo opuesto a su hermana, mejor dicho hermanastra.
La madre de Karin había muerto en una liposucción, pero ya se hallaba separada del del padre de Sakura, el cual se volvió a casar el año siguiente con una modelo japonesa llamada Amane Yuki.
Karin le llevaba un año a Sakura. Un año de experiencia. Un año al fin y al cabo.
En el instituto era popular y estaba llena de admiradores. No respetaba a nadie y pasaba de todos los profesores.
Era alta y tenia curvas. Usaba lentes igual que su hermana, la diferencia era que los de ella eran ovalados y modernos, no como el culo de botella anticuado de Sakura. Tenía el cabello rojo y lacio, sin ninguna imperfección. Tomaba sol constantemente, por lo tanto su piel era de un dorado perfecto.
Siempre vestía con ropa ajustada y sexy que resaltaba todos sus atributos femeninos. Muy diferente a la mojigata e ingenua de su hermana menor.
Cuando iba al instituto no estudiaba ni trabajaba, entonces se la pasaba molestando a su hermanita, al igual que sus amigos, unos vagos sin futuro, como solía llamarlos Sakura secretamente.
Sakura's POV
Mañana comenzaban las clases nuevamente, mi casa era un desastre. Karin iba de aqui para allá, haciendose faciales y arreglándose las uñas con sus huecas amigas. Yo estaba sentada en el enorme sofá de la sala principal, leía Saga de los Confines casi sin parpadear. Estaba a cincuenta y tres páginas de acabar. No podía creerlo, mi abuelo materno; Jiraya, me había regalado este libro a los trece años. en ese entonces apenas entendía el significado de algunas palabras y tenía que andar con un diccionario en mano cada vez que quería leerlo. Él había fallecido hacía seis meses, por eso había retomado la lectura, ese libro era lo único que me quedó de él.
Tan cocentrada estaba, que no me di cuenta de que Karin se acercaba con una de sus estúpidas bromas en mente.
-Vamos, Nee-chan, tómalo, tómalo.- me chillaba entre carcajadas, mientras balanceaba mi libro arriba de mi cabeza.
-Por favor, devuévemelo.- le pedí amablemente.
-¿O qué?- me preguntó con una sonrisa cínica. Y como si de una pelota de quemados se tratara lo aventó con toda su fuerza a las brazas de la chimenea.
Todo se detuvo para mi. Seguro que mi cara debió parecerles un poema porque podía oir las risas histéricas de ella y sus amigas, Temari e Ino, las rubias huecas. La ira comenzó a fluir por mis venas.
Sin siquiera pensarlo estaba encima de ella propinándole la paliza de su vida. Sabía que iba a pagarlo más tarde, pero no me importaba. Estaba cansada de sus abusos, eso no lo iba a negar, pero nunca me había afectado mucho, sin embargo esta vez se había pasado.
-¡Sakura!¡Detente!- ¡demonios! Mi madre había entrado en acción.
Había pasado una hora desde que me quitaron de encima de Karin y mandaron a mi habitación. Nunca vi esa mirada en mi padre, era una mezcla de enojo y decepción. En vez de estar arrepentida por mi comportamiento o avergonzada, me sentía bien. Realmente bien. Era como si todo el odio y temor a Karin se hubiera esfumado. Ella ya no me imtimidaba y cualquiera cual fuese su venganza me iba a enfrentar a ella.
Unos suaves golpes en mi puerta interrumpieron mi concentración.
-Pase.- esa palabra me salió mas seca de lo que esperaba.
Mi padre abrió la puerta y me vió con ojos tristes. Estaba a punto de decirle que nesesitaba estar sola cuando me habló.
-Espero que sepas que estás castigada, por suerte no le haz hecho un gran daño, pero lo que me preocupa no es el daño sino tu actutud ¿que sucede Sakura?- me pregunto con ojos comprensivos.
-Esoy cansada, solo eso, tuve un mal día y estoy algo nerviosa porque mañana comienzan las clases.- no le dije la verdad, no serviria de nada.
-¿Segura, cielo?- volvió a cuestionarme, no muy seguro de mi respuesta. Yo nunca había sido violenta, sin importar la situación.
Asentí con la cabeza y el pareció aliviado, me dió un beso en la frente y se marchó dejandome sumida en pensamientos, ni siquiera note cuando me quedé dormida.
Mañana sería un largo día.
Espero que les haya gustado.
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