[K] No me pertenece.
Advertencia: Smut, escenas explicitas yaoi. Spoiler.
(Esta historia se sitúa en los capítulos 9 y 10 del manga "Lost Small World")
Como pocas veces ocurría, escalofríos cayeron en cascada por la columna de Reisi Munakata; él se caracterizaba por su habitual porte serio, pero solo tenía una palabra para describir lo que sentía en esos instantes.
Tentación.
El joven omega de Homra que había invitado cayó a causa del entumecimiento en sus piernas quedando en una posición que, bueno, para cualquier alfa figuraba un delicioso platillo digno de degustar.
Digno de reyes.
Yacía con el pecho pegado al suelo, subiendo y bajando por los resoplidos molestos que escapaban de su nariz. Los ceñidos jeans permitían una vista todavía mejor del trasero alzado, de apariencia suave y atractiva, además la sudadera se había movido por la caída, dejando expuesta parte de la piel de su espalda tan pálida como su rostro, que ahora le devolvía una mueca a medio camino entre el enojo y la vergüenza.
Dios, sus pantalones se sintieron más ajustados por la simple visión, pero debía mantenerse calmo. Al fin y al cabo quería reclutar a este chico como una pieza más, la definitiva. No podía caer en la tentación por un simple error que seguramente resultaría en la evasión del menor y por tanto la imposibilidad de unirlo a las filas de Scepter 4.
Mientras tanto Saruhiko no se encontraba en su mejor momento, eso estaba claro. Y si bien el hombre frente a él se mantenía impasible juraría haber visto un destello de deseo en su mirada, tan fugaz como el aleteo de un colibrí, pero real al fin y al cabo. Maldijo sus malditas piernas por no responder, pero maldijo todavía más la conocida sensación de sumisión que comenzaba a apoderarse de su ser, el calor...
¿Cómo? Se supone que faltaban más de dos semanas para eso.
Pero los síntomas se hicieron evidentes cuando una ligera sensación de vacío se coló en su cabeza y cuerpo: el maldito celo decidió adelantarse precisamente ese día y lo único que el menor podía hacer era rezar para que el imponente alfa frente a él no se diera cuenta.
Estaba tan jodido...
"Realmente me gustaría tener un usuario de armas ocultas" Dijo al fin Munakata, sin signos de cambio en su rostro. Saruhiko pensó entonces que el rey no notó lo que ocurría -cosa extraña por el aire inteligente que le inspiraba- y se permitió soltar un suspiro de alivio. Comenzaba a sentirse aún más extraño y las palabras parecían mezclarse en su cabeza, por lo que sin pensarlo mucho preguntó lo que su curiosidad quería saciar.
"Si dijera que quiero cambiar de clan... -su voz salió más suave que minutos antes- ¿es eso posible?"
Munakata permaneció estoico. Lo tenía donde quería, había movido los hilos para que la conversación fuera en ese rumbo y al fin el chico mostraba signos de interés en su propuesta, pero en lugar de responder a su pregunta se aventuró con una interrogante propia, una que nació cuando sus fosas nasales captaron un aroma dulce flotando dentro de la camioneta
"¿Ocurre algo, Fushimi-kun? -su mirada no abandonó los fieros orbes índigo- Luces acalorado"
Fushimi mordió su labio inferior molesto, quería decirle que no le molestara, levantarse e irse de ese maldito sitio hacia su departamento. Seguramente Misaki estaría besando el suelo que pisaba su amado rey y tendría la privacidad para descansar en las mantas de su amigo por un rato.
Abrió la boca dispuesto hacer real su tren de ideas, pero lo único que salió fue un jadeo cuando el dolor típico del celo se instaló en su vientre de pronto, haciéndole cerrar los ojos con fuerza y abrazarse a si mismo en un intento de reducir el daño.
Reisi no era tonto, sabía perfectamente que tenía frente a sus narices a un omega cuyo celo acababa de manifestarse.
No se movió, sin embargo, pues de hacerlo no estaba seguro de cómo procedería. Desde su pubertad hasta la actualidad se enorgullecía de su gran control frente a un sin fin de situaciones, especialmente cuando se trataba de su lado animal, y si bien el aroma de ciertos omega en el pasado llegó a captar una mirada suya no habían logrado cavar en su interés. Pero esta vez era diferente, el aroma no solo consiguió su atención total, también le excitó de una forma arrasadora.
Y aun así continuó mirando cómo se retorcía de dolor, sin atreverse a acortar la distancia y reclamarlo como suyo.
Saruhiko estaba sorprendido por dos motivos. Primero: su celo no solo se había adelantado, también parecía más fuerte que los anteriores, siendo comparable al primero que tuvo y le dejo llorando por horas. El segundo motivo era un poco más complicado de explicar, al menos en sus condiciones... Munakata permanecía quieto frente a él con la certeza de que su celo se estaba manifestando y aun así no hacía nada.
¿Qué clase de alfa era este? Cualquier otro ya le habría saltado encima sin duda alguna, pero él estaba como una estatua, podía sentir sus ojos fijos sobre su figura encorvada pero no percibía movimiento alguno. El único cambio que exteriorizó fue su aroma, que se hizo más fuerte con el paso de los segundos, pero ello podía ser una simple respuesta natural como alfa a su celo, tal vez no sentía ningún tipo de atracción por Saruhiko y esto en lugar de aliviarle -por la seguridad de su trasero- le ponía un tanto malhumorado.
Debía ser su deseo tomando control de su mente, porque Saruhiko se encontró a si mismo ansiando por ese hombre que apenas conocía y no le tocaba pese a todas las feromonas que estaba emitiendo.
"Munakata..." Llamó débilmente, quiso pensar que en principio fue contra su voluntad, pero en el fondo sabía perfectamente que no era así.
"Fushimi-kun, creo que debo salir de aquí, tu actual estado nublara tu juicio y..."
"Por favor" El ruego interrumpió al rey, cuyos ojos comenzaron a adquirir un matiz más oscuro del violeta claro.
"Ow, el pequeño mono está rogando~"
Al fin el chico alzó la mirada y no fueron esos ojos terriblemente parecidos a los propios los que le devolvieron una mirada burlona, sino los orbes amatista de Munakata. Inhalo profundamente y procedió a apoyarse sobre sus codos. Tal vez era un error, pero...
Era un error que se le antojaba correcto ahora.
"Alfa, -murmuró bajando la cabeza, tocando ahora la frente en el suelo- por favor"
Y el cuello libre de marca alguna señaló a Reisi que el chico se encontraba a su completa disposición.
Con elegancia se irguió abandonando su posición sentada y avanzó hacia Saruhiko, ignorando las piezas de rompecabezas esparcidas en el suelo. Cuando estuvo frente a él se agachó y con el índice levantó su barbilla, con la nueva cercanía vislumbró mejor su rostro; las lágrimas que se acumulaban volvían cristalinos sus ojos, el tenue rubor sobre sus pálidas mejillas y el rosado tierno de sus finos labios.
¿Por qué una criatura tan delicada y hermosa acabó en Homra?
"¿Cómo podría yo negarme a tal petición?" Preguntó retóricamente, el ceño fruncido del moreno le indicó que se lo había tomado como burla, así que sin perder tiempo acalló cualquier replica con un beso suave.
Saruhiko olvidó cualquier reclamo de inmediato, zambullendo su ser en aquel toque, envolviendo su brazos alrededor de su cuello como si se asegurara de que era real, y si tuviera que definir el beso que compartían diría perfecto sin pretensión alguna. En el pasado besó otros labios, los de ese amigo que ahora le dejaba de lado a él y sus viejas caricias; pero este ósculo era distinto, había algo que no podía poner en palabras, y ese algo establecía una diferencia abismal entre Munakata y Misaki.
'Ah, Misaki... Estoy besando al enemigo de tu querido Mikoto-san ¿Qué pensarías?'
Una mordida en su labio inferior le sacó de esas cavilaciones, abrió los ojos sorprendido cuando Munakata se separó de él.
"No pienses en otro hombre ahora, Fushimi-kun. -Le reprendió con peligrosa amabilidad y apartó las piezas del juego que quedaban entre ambos para sentarse de piernas cruzadas, luego sonrió con astucia y dio palmaditas en su regazo. -Quítate pantalones y ropa interior, luego siéntate aquí"
Una voz dentro de Saruhiko le gritaba que aun podía retroceder y mantener su dignidad intacta, pero tal cosa no ocurrió. En lugar de eso cumplió con la orden de Munakata, temblando cuando estuvo semi desnudo y con su erección apuntando vergonzosamente en dirección al mentado.
"Una excelente vista, debo decir" Saruhiko chasqueó la lengua y como quien no quiere la cosa se sentó con rudeza a horcajadas del hombre. La primera sonrisa burlona nació en su boca cuando sintió la protuberancia oculta por los pantalones azules rozando su propia intimidad.
"Seguro te está gustando mucho, ¿eh?"
Reisi se limitó a asentir sin vergüenza. Se dedicó a bajar la cremallera de la sudadera del menor y desabrochar su camisa, luego rozó con la yema de sus dedos los pezones, obteniendo un gemido más alto como respuesta.
"De verdad estas muy caliente, lo extraño es que cuando entraste no había signos de celo en ti. -Pellizcó sin fuerza un botón rosado, esta vez ganando un siseo de impaciencia. -Me preguntó qué habrá ocurrido para que te pusieras así..."
Fushimi no respondió, solo desvió sus ojos para no verse aún más lamentable. Podía sentir ya la viscosidad de la lubricación natural ahí atrás y la sola idea de manchar el uniforme pulcramente azul le hacía sentir infinitamente nervioso; su sentido le hacía notar como sus aromas interactuaban; no se mezclaban, pero si se juntaban sin intención de repelerse.
Y que le llamen loco, pero si se ponía a compararlos desde una vista general no eran tan diferentes. Y en ninguno estaba el hedor de cenizas que marcó su infancia, tampoco el fuego que ahora no soportaba.
Volvió a la realidad cuando una sensación húmeda recorrió su cuello, encontrando a Munakata inclinado lamiendo su piel. Jadeó por ello, apretando el abrigo por la pura necesidad de aferrarse a algo, y no se había recuperado de ello cuando un dedo trazó directamente sobre su entrada.
"¡E-espera...!" Tartamudeó viéndose incapaz de formar una frase completa, pero su petición fue ignorada.
"No tenemos mucho tiempo, Fushimi-kun. -Las palabras del rey azul provocaron que el aliento tibio chocara contra la piel humedecida, dándole placenteros escalofríos- Pero no te preocupes, me aseguraré de que disfrutes"
"Quien está preocupado..." Logró murmurar el de Homra frunciendo el ceño, pero sus labios temblando le quitaron toda credibilidad al fingido desinterés.
"Uhm. -Asintió nuevamente Munakata, ya algo acostumbrado a las respuestas del chico. Con facilidad introdujo el dedo en su interior, arqueándolo un poco. -Tan mojado"
Y consideró entrañable el rostro molesto que encontró al separar sus labios de la piel ajena; Fushimi podía fingir toda la molestia del mundo si quería, pero bastaban el rubor y los gemidos para que el alfa entendiera que lo estaba disfrutando.
No solo eso, su aroma se hacía más fuerte y delicioso... Reisi sabía que si esto se prolongaba mucho más perdería todo autocontrol.
Introdujo dos dedos más de golpe, haciendo gritar a Saruhiko de la pura sorpresa. Los hundió hasta que sus nudillos establecieron el límite y comenzó el vaivén de entrada y salida, la lubricación natural jugaba un rol fundamental, permitiendo el deslice más rápido.
Fushimi mordió su hombro izquierdo mientras que con una mano apretaba el otro, la idea de una pequeña marca por parte del omega logró estimular más a Munakata, que aceleró el ritmo de sus dígitos con el pensamiento de cómo se sentiría hundirse en esa cavidad apretada y caliente, tan virginal. Tomarlo por completo, vaciarse dentro de él.
Marcarle...
Cerró con fuera sus ojos, empujando esas ideas fuera, lo que importaba ahora era Saruhiko, única y exclusivamente él. El celo era una pesada carga y Munakata estaba ayudándole, habría tiempo de indagar con profundidad en sus sentimientos más adelante.
Cuando fuera su usuario de armas ocultas.
Fushimi comenzó a mover sus caderas cuando le faltaba poco, desesperado por liberarse de una vez, la rapidez de su clímax no le sorprendió pues durante el celo era realmente hipersensible. Así en pocos segundos alcanzó el orgasmo y el rey azul se apoderó de su boca con hambre de él.
"Si te escucho gemir al acabar no podré contenerme" Fue el pensamiento de Reisi.
Tuvieron que pasar unos minutos para que Saruhiko se recompusiera, se encontraba todavia perezosamente acurrucado en el pecho del hombre, con el rostro oculto en su hombro. No podía manejar todas las cosas que comenzaron a llegar a su cabeza. El haber tenido intimidad con el enemigo, la idea del rostro decepcionado de Misaki y su distanciamiento; la voz de Munakata invitándole a Scepter 4, sus ojos presos de lujuria... Tantos pensamientos y sentimientos encontrados, pero solo una cosa se filtró hacia sus labios.
"¿Qué hay de ti?" Preguntó lentamente, consciente del prominente bulto todavía encerrado en los pantalones ajenos.
"No pensemos en eso ahora, Fushimi-kun, solo quiero saber si te encuentras mejor"
"No es de tu incumbencia..."
Y pese al tono huraño su aroma todavía abrazaba el del uniformado.
Reisi Munakata no le marcó ese día, tampoco le tomó por completo.
Adios Homra. Adiós Tatara Totsuka. Adios, Suoh Mikoto.
Jungle. Dresden Slate. Misión secreta, traición. Misaki.
Azul. Munakata.
"Esta persona es mi Rey"
Pasaron los años y el joven omega confundido se volvió un hombre consciente de sus sentimientos.
"Este Rey es mi alfa"
Nota de autora: La idea es hacer una serie de oneshots con Saruhiko como protagonista, con distintos personajes masculinos de K. ¿Por qué? Porque es mi favorito y lo shippeo con todos, lo he dicho. Incluso ronda mi cabeza un smut Scepter x Saru... Ejem.
En fin, la cosa es que si esto llega a un público algo más grande y les gusta mi estilo me hagan pedidos y conforme pueda los cumpliré, pese a no contar con mucho tiempo actualmente :) Esta es mi primera incursión en el fandom de K y estoy muy feliz~
