Disclaimer: Naruto pertenece a Masashi Kishimoto
Tabla Enamorados.
1. Beso
Y allí estaba otra vez, como una tonta enamorada, soñando con lo hermoso que sería el momento en que sus labios por fin probaran los de su gran amor. Pero solo eso era, un sueño.
Estaba enamorada de él, desde que tenía doce años. Aún recordaba la primera vez que lo vio entrando al salón con su aire de superioridad; sus ojos negros como la noche; su rostro blanco, inescrutable; y su cabello azabache desordenado cayéndole sobre su frente con una gracia que pocos podrían llegar a obtener. Un aura de misterio lo rodeaba, y el que fuese tan callado solo hacía que la atracción hacia el aumentara. Era un año más grande, solo había entrado para darle un recado al profesor que tenían en ese momento, pero lo que sintió al verlo no tenía explicación.
Desde aquel entonces, su único anhelo era poder, algún día, probar sus labios. Fundirse en un beso mágico, tal como lo pintan en las películas.
Con el pasar de los años su sueño acrecentaba, pero sabía que era algo imposible. Tenía la ilusión de que fuese como cualquier amor adolescente, efímero, pasajero…
No tenía una obsesión, lo sabía. No era como esas chicas locas que persiguen a un muchacho día y noche, que conocen cada detalle de su vida, y que su mundo gira alrededor de él. No, definitivamente no era así. Pero eso no quitaba que estuviera perdidamente enamorada de él.
El timbre que marcaba el final de la jornada escolar, logró sacarla de sus cavilaciones. Junto sus cosas y salió del aula. Afuera, la esperaba una muchacha con una larga cola rubia y ojos azules. Su mejor amiga, Ino Yamanaka. Iban en distintos salones, pero eso no impidió que siguieran siendo amigas.
—¡Sakura! —Gritó al verla—, al fin llegó el fin de semana —dijo soltando un largo suspiro.
—Sí, no aguanto más el colegio.
—Hoy saldremos —soltó de una la rubia. Sakura frunció el cejo, Ino siempre hacía planes sin consultarle nada—. Naruto, me invitó a un boliche que inaugura hoy.
Hace dos semanas que estaba saliendo con un chico de último año, Naruto Uzumaki. Un rubio hiperactivo, algo infantil; pero debía admitir que era bastante guapo. Tenía ojos azules, y tres extrañas marcas en cada una de sus mejillas. Hacían una linda pareja, como aquellas que aparecen en las novelas, los dos rubios de ojos azules, perfectos. Y daba la casualidad que era el mejor amigo de Sasuke Uchiha. Sí, el mismo chico que lograba arrancarle un suspiro cada vez que pensaba en sus orbes negros, pero que no sabía que ella existía.
—Genial. Pero, no entiendo que pinto yo ahí —. Cuestionó Sakura.
—No seas tonta. El irá con sus amigos, incluido Sasuke. Esta es tu oportunidad para acercarte.
La joven Yamanaka estaba al tanto de su situación. Varias veces le había dicho que tendría que intentar acercársele a hablar, y quizás lo hubiera echo sino fuese que desde pequeña tiene problemas de autoestima. Siempre fue tímida, y si no hubiese sido por Ino, quien la ayudo a superar sus miedos, quizás se hubiera convertido en una persona antisocial. Pero de ahí a ir a hablarle a él… eso jamás.
—Sabes que no voy a hacer eso —. Le dijo soltando un suspiro de frustración.
—Sakura, es el último año que esta en la escuela. No entiendo porque no lo haces, nunca tienes problemas en hablar con otros chicos —. Sakura se encogió de hombros.
—Esos chicos reparan en mi presencia —dijo como si fuese lo más normal del mundo.
—Y Sasuke también lo haría si le hablaras.
—Basta, sabes que no puedo. No lo haré —sentenció. La rubia decidió dejar el tema allí, no quería iniciar una pelea absurda.
—Bien, pero de todos modos, hoy vendrás conmigo. Hinata también viene —. Al escuchar el nombre de la Hyuga, suspiró. Hinata al igual que ella, era tímida, Ino la había conocido porque iba a su mismo salón. Era una joven hermosa, su pelo era largo de color negro con algunos reflejos azules, y sus ojos eran grises. Sabía que si ella había aceptado, le sería casi imposible no asistir.
La noche era calida, soplaba una brisa suave, un clima perfecto para salir. Al estar en mediados de Abril, no hacía ni frío ni calor. El cielo estaba totalmente despejado. Las estrellas brillaban en su máximo esplendor, haciéndole compañía a la hermosa luna llena que surcaba el cielo nocturno.
Las tres jóvenes se encontraban reunidas en la amplia alcoba de Hinata, arreglándose para la próxima salida. Por mucho que Sakura se había negado, Ino logró salirse con la suya, como era costumbre, y había logrado convencerla para que la acompañase, con la única condición de que no hablarían nada más del Uchiha.
Aún faltaban dos horas para encontrarse con Naruto y sus amigos, pero aún así decidieron empezar desde temprano. Cuando estuvieron listas, se despidieron del padre de Hinata, y fueron al encuentro de los muchachos. A pesar de haber echo todo con tiempo, terminaron llegando media hora más tarde de lo planeado. El lugar de reunión era en un bar que quedaba a dos cuadras del boliche al que irían.
Cuando entraron, pudieron reconocer enseguida la voz de Naruto, el cual no paraba de gritar. Ino se dirigió al lugar en donde se encontraba su novio, al cual saludo con un pequeño beso, que el Uzumaki correspondió contento. Sakura al verlos sonrío, se veían tan bien juntos. Sin dudas a ella también le gustaría poder saludar así a su novio, claro si es que tuviera uno. Rápidamente recorrió con la mirada a los otros; sentado al lado de Naruto se encontraba Kiba, un muchacho que tenía pinta de malo, pero que era todo lo contrarío, y al igual que Naruto, era muy carismático. Enfrente de este, estaba Shikamaru, realmente le parecía extraño que saliera, era un muchacho muy inteligente, pero demasiado 'vago'. Para él todo era 'problemático'. Y al lado de este, hablando por celular, estaba él… Sasuke. Tan perfecto como siempre, llevaba una camisa azul, con los primeros botones desabrochados, y su pelo azabache revuelto. Cuando Ino se separó de Naruto, prosiguió a saludar a los demás, salvo al Uchiha, quien estaba ocupado.
Ino las llamó con la mano para que se acercaran, lo cual hizo que Naruto girará para ver a quien le hablaba. Les sonrío y se levantó para presentarlas con los demás.
—¡Que bueno que vinieron! —Les dijo con sincera alegría—. Ellos son: Kiba, Shikamaru, y el bobo que está acá hablando por celular es Sasuke —. Ante ese apodo, Sasuke levantó la vista y lanzó un gruñido al rubio. Lo cual provocó que las jóvenes rieran—. Ellas son Sakura y Hinata. Son amigas de Ino—. Las presentó, mientras agarraba por la cintura a su novia.
Con más confianza, se acercaron a saludar. Sakura estaba echa un manojo de nervios, nunca había intercambiado una palabra con el Uchiha, y ahí estaba, próxima a saludarlo. El había dado por finalizada la llamada, y al igual que los otros, se había levantado para saludarlas. Logró mantener la calma, y lo saludo como si nada pasara, claro que eso era por fuera. Estaba tan concentrada en no dejar que sus sentimientos la dominaran, que no notó la manera en la que el moreno la observo, a diferencia de Ino, quien sonrió al ver tal acción. Quizás, la suerte estaba a su favor, y las cosas saldrían tal y como ella esperaba.
Una vez echa las presentaciones, decidieron que era tiempo de entrar. Los muchachos iban primeros, a excepción de Naruto, que iba a la par de las chicas, junto con su novia.
En la puerta del recinto, se podía observar una larga fila de gente, la cual abarcaba más de una cuadra, que estaba esperando ansiosa por entrar. Sakura abrió los ojos sorprendida, si hacían la cola terminarían entrando como a las tres de la mañana. Ino, la miró y le guiñó un ojo.
—No te preocupes, el hermano de Sasuke es uno de los organizadores, nos dejarán pasar sin hacer fila —le dijo, adivinando lo que la joven de rosados cabellos pensaba. Sakura, le sonrió, y se quedó junto a Hinata esperando a que les dijeran que podían entrar.
Tal y como había dicho Ino, entraron sin ningún contratiempo al lugar, el cual estaba lleno de gente que bailaba al ritmo de la música. Se dirigieron al piso de arriba, lo que se consideraría como la zona VIP. Allí, había varias mesas con sillones acomodados, los cuales estaban ocupados por grupos de chicos, que bebían y reían tranquilos, a pesar del ruido que la música hacía. Se sentaron en una de las pocas mesas que quedaban libres. Esta daba directamente a la zona inferior, donde se encontraba la pista de baile. Ino se sentó al lado de Naruto, seguida de Sakura y Hinata; enfrente estaban Shikamaru, Kiba y Sasuke.
Después de una ronda de tragos y una pequeña charla, todos se decidieron que era tiempo de ir a bailar. Sakura bailaba con una Hinata desinhibida gracias al producto del alcohol. Ino y Naruto, se encontraban en un rincón más apartado, para tener más intimidad. Kiba coqueteaba con cuanta chica se le pasara por delante, a diferencia de Sasuke y Shikamaru, que prefirieron acercarse a la barra, para poder estar más tranquilos.
Sakura, sintió que su corazón se oprimía, al ver como una morena exuberante se acercaba a hablarle al Uchiha, con claras intenciones. Sin saber el motivo, seguía mirando la escena a pesar de saber, que eso, lo único que hacía era ponerla peor. ¿Cómo podría creer que le interesaría, teniendo esa clase de mujer a sus pies? Por un instante, sintió como la mirada profunda del muchacho se cruzaba con la suya. Abochornada por verse descubierta espiándolo, apartó la vista con un claro sonrojo, que gracias a las luces de diferentes colores, paso desapercibida para cualquiera que la haya visto en ese momento.
La chillona voz de su amiga logró que subiera nuevamente la vista. En frente de ella estaba Ino, ofreciéndole un trago de un color rosa. Lo acepto gustosa, no podía dejar que se le arruinara la noche por culpa de un amor no correspondido —según ella—.
Sasuke por fin había podido sacarse de encima a esa molesta mujer. Le daba asco ver como las mujeres se regalaban sin ningún pudor. ¿Es que acaso no se valoraban ni ellas mismas? Suspiró pasándose una mano por el cabello. En ese momento una mirada verde jade apareció en su mente. Por inercia busco a la joven dueña de ellos, y la encontró bailando animadamente con sus amigas.
Sakura Haruno, la había visto en el colegio, pero por alguna razón, nunca había reparado en ella. Era de contextura mediana, fácilmente le sacaba una cabeza de altura; tenía el cabello largo, de un exótico color rosa; sus facciones eran finas, agraciadas; pero lo que realmente llama su atención, eran su sonrisa, sincera, cálida, y sus grandes y vivaces ojos verdes. Destilaban una inocencia mezclada con calidez, que producían extrañas sensaciones en él. No era una chica despampanante, pero tenía algo que lograba capturar su atención.
Vio que Naruto se acercaba a ellas junto con Kiba, y como, después de intercambiar unas palabras, la muchacha de cabellos rosados se dirigía hacia donde él estaba.
Pasó por su lado y se apoyó en la barra para pedir un trago. Siguió sus movimientos mirándola de reojo, como el camarero le sonreía coquetamente cuando le entregaba su trago, a lo que ella se sonrojo y le correspondió con una inocente sonrisa. Se dio la vuelta y apoyó la espalda en la barra, mirando hacia la pista de baile, donde se podía ver a Ino con Naruto y Hinata bailando con Kiba. Escuchó como suspiraba, y volvió a mirarla de refilón, viendo como humedecía sus rojos labios con la lengua, quitando el azúcar que había quedado en ellos, y sintió unas insoportables ganas de probarlos. Apartó esos pensamientos de su mente, dirigiendo su mirada hacia otro lugar; escuchó que un hombre le preguntaba su nombre, y que ella respondía tímidamente. Parecía algo incomoda ante la presencia de ese sujeto, ya que quería finalizar la charla que mantenían lo antes posible, pero él no se lo permitía.
—Mis amigas me esperan —. Escuchó que le decía Sakura.
—Espera, porque no te invitó un trago —dijo él tomándola de la mano para que no se vaya.
—No, de verdad. Ellas me están esperando —. Mientras intentaba zafarse del agarre.
—Vamos linda, no seas así.
De un rápido movimiento, la pegó a él mientras acercaba su rostro para poder besarla. Sakura se removía incomoda, intentando separarse. Creyó que vomitaría cuando sintió el aliento a alcohol que desprendía aquel hombre.
—Suéltame —pidió. Pero él no le hizo caso.
Cerró los ojos fuertemente cuando estaba por besarla. Pero eso jamás pasó, en cambió sintió como alguien la tomaba por la cintura y la pega a su cuerpo en un posesivo abrazo. Y entonces todo sucedió demasiado rápido, hacia un instante estaba a punto de ser besada a la fuerza, y ahora se encontraba siendo jalada fuera del lugar, junto con otras dos personas.
La seguridad del lugar los había arrastrado hacia la calle sin nada de delicadeza. Estaba asustada, aturdida, no entendía nada. Volvió a sentir que alguien la tomaba por un brazo, y tuvo miedo de que otra vez quisieran besarla. Pero cuando levantó la mirada para ver quien era, se encontró con dos pozos oscuros que la miraban con ¿preocupación?
—¿Estás bien? —le preguntó Sasuke, mientras la alejaba del alboroto que se había formado en la entrada por su abrupta salida.
—S-si —fue lo único que pudo articular. No podía creer lo que estaba pasando. Entonces, adentro, ¿había sido él quien la había salvado?
—¿Ese tipo no te hizo nada? —siguió cuestionando, pero Sakura no entendía lo que decía. Estaba tan confundida, su mente aun intentaba procesar lo que acababa de ocurrir.
Sasuke la observó para ver si se encontraba bien. Suerte que reaccionó a tiempo y la separó de ese desgraciado que quería aprovecharse de ella. No sabía bien porque lo había echo, lo único que sabía era que cuando la escuchó rogando para que se detuviera, un extraño sentimiento de protección lo invadió. No lo pensó dos veces y enseguida intervino, propinándole un fuerte golpe en la cara a aquél imbécil. Y ahora se encontraban afuera, por haber causado alboroto dentro del lugar.
La volvió a examinar, pudo ver en sus ojos confusión, y su cuerpo temblaba ligeramente debido a que la noche había refrescado. Y en ese instante se le antojo increíblemente hermosa. Quizás fuera lo vulnerable que parecía, o el hecho de que sus orbes jade tenían un brillo especial, distinto, el cual no sabía descifrar; o tal vez, el hecho de ver su pecho subir y bajar agitadamente, sus mejillas sonrojadas, y sus labios rojos entreabiertos, pidiéndole a gritos que los devorara en es mismo instante. Y no se hizo de rogar, la tomo de la cintura, ante la atónita mirada de ella, y la acerco hasta que sus labios se rozaron. En ese instante sintió una pequeña descarga eléctrica que lo recorrió de norte a sur, haciéndole experimentar algo que jamás había sentido.
No podía creer que su sueño se estuviese haciendo realidad. Seguramente estaba alucinando. Pero cualquier duda que tuviera, se esfumo en el momento en que sus labios tocaron los de Sasuke Uchiha. Cerró los ojos, intentando grabar ese instante en su memoria para siempre. Quizás no era tal como lo había imaginado, claro que no… era mucho mejor, de eso estaba segura. A pesar de que hacía unos instantes estaba a punto de ser la victima de un hombre borracho, de que la habían sacado a la fuerza del boliche, y de que se estaba muriendo de frío, ese era el mejor momento de su vida.
Cuando se separaron, vio como ella aún mantenía los ojos cerrados. Se veía tan linda, sus mejillas estaban aun más rojas, si es que eso era posible. Y una tonta sonrisa de niña enamorada adornaba su cara. Era increíble que él estuviera pensando esas cosas de una mujer. Una pequeña sonrisa ladeada apareció en su rostro, Sakura Haruno era distinta a todas las otras mujeres que había conocido. Pudo ver como seguía temblando, y en un acto de caballerosidad —demasiado extraño en él—, puso sobre sus hombros su campera.
Ella abrió sus ojos al sentir el contacto del cálido abrigo sobre su piel, aún más sorprendida que antes y vio la sonrisa que adornaba la cara del Uchiha.
—¿Estás mejor? —preguntó, acercándose a ella nuevamente.
—Sí, gracias —contestó tímidamente.
En ese instante, el celular de la Haruno comenzó a sonar sobresaltando a los dos. Sacó rápidamente el pequeño aparato del bolsillo de su pantalón, mientras se alejaba unos pasos de Sasuke.
—¿Sí? —Dijo cuando lo tuvo pegado a su oreja, bajo la atenta mirada del moreno.
—¡Sakura!, ¿Dónde estás? —Preguntaba una alterada Ino—. Te estamos buscando por todos lados.
—Estoy bien Ino, estoy afuera con Sasuke —dijo para tranquilizar a la loca de su amiga, la cual callo de golpe al escuchar quien la acompañaba.
—¡Sí! Sabía que ustedes dos terminarían juntos —gritaba emocionada, haciendo que Sakura se sonrojara—. Bueno, entonces veo que estas muy bien. Mañana te llamo y me contas todo—. Ino cortó el teléfono, antes de que Sakura pudiera responder. Suspiró, sabía que mañana tendría una larga charla con su mejor amiga.
—¿Sucedió algo? —Preguntó Sasuke, acercándose nuevamente.
—No, todo está bien.
Estaba a punto de preguntarle que había sido el beso de hace un momento, pero los labios del Uchiha, impidieron que cualquier palabra saliera de su boca…
—¿Qué hacías abuela? —preguntó una pequeña de seis años.
—Nada, solo recordaba el primer beso entre tu abuelo y yo —contestó con su sonrisa de enamorada. A pesar de los años, algunas cosas no cambian.
—¡Qué asco! —grito un niño, apareciendo por la puerta de la sala.
—¡Cállate Souta! Es tan romántico —dijo la pequeña, abanicando las pestañas.
Sakura reía mientras observa a sus nietos discutir.
¿Quién hubiera dicho que terminaría casándose y formando una familia con Sasuke Uchiha? Si lo hubiera pensado a los quince años, se hubiera echado a reír por lo imposible que parecía. Y ahora ahí estaba, sentada en el sillón de la sala, viendo como peleaban dos de sus cinco nietos. Mientras una de sus tres hijos, preparaba algo en la cocina.
Sintió como una mano se apoyaba en su hombro, giro la cabeza, y allí lo vio. A pesar de los años, sus ojos tenían el mismo efecto en ella que cuando eran más jóvenes. Sus facciones eran igual de elegantes, y sus sonrisa aun perduraba, al igual que sus sentimientos por él.
—Te amo tanto Sasuke —dijo, tomando su mano.
—Y yo a ti Sakura.
