HARRY POTTER Y LA BÚSQUEDA DE LAS 7 ALMAS
CAPÍTULO 1
ÚLTIMA INFRACCIÓN AL DECRETO PARA LA PRUDENTE LIMITACIÓN DE LA BRUJERÍA EN MENORES DE EDAD
Un ruido como de una explosión acompañado de un fogonazo despertó a un muchacho de ojos verdes y pelo negro muy alborotado. Tomó rápidamente su varita de la mesita de noche para ver que pasaba. Se sorprendió al ver a un ave de color rojo con plumas doradas en la cola y ojos negros. No era una ave cualquiera, era un fénix, y llevaba una carta atada a sus patas.
-¿Fawkes¿Eres tú?
Como respuesta, el fénix se le acerco y le estiro la pata con la carta, en la que reconoció, con la caligrafía de Dumbledore, su propio nombre. Por un momento Harry pensó que tal vez Dumbledore estaba vivo, pero enseguida descartó esa idea. Era imposible, había recibido un Avada Kedavra. Tomó la carta y comenzó a leerla.
Querido Harry:
Si estás leyendo esta carta es porque debo haber muerto y, si todo salió según mis planes, haciendo algo productivo y luego de haberte enseñado, aunque sea algo, sobre los Horcruxes.
Antes que nada me gustaría decirte que desde que en tu segundo año, cuando Fawkes fue en tu ayuda a la Cámara Secreta, supe que, una ves que yo muriese, el pasaría a ser tuyo. Al igual que con la varita, es el fénix quién elige a su amo, y pienso que te elegirá a ti, aunque no pueda asegurarlo. Sin embargo, le pedí que te diese esta nota antes de elegir un nuevo amo. Habitualmente, una vez que su amo muere, los fénix tienden a estar un tiempo, por decirlo de alguna forma, de luto. Luego de ese tiempo, como te decía, te entregará la carta y elegirá a un amo.
Ahora pasemos a la parte importante de esta carta. Empecemos con una breve explicación sobre la vida y la muerte de un mago. Cada uno de nosotros nace con un objetivo, una misión por cumplir. A veces es algo de gran importancia que afecta a la comunidad mágica entera. Otras veces, son cosas simples, que uno no las nota y por lo general, uno no llega a conocer sus objetivos. Tu principal objetivo, como te imaginarás, es vencer a Voldemort, pero no me sorprendería que tengas otros, con menos importancia y que nunca descubras, que simplemente, los cumplas o no de forma inconsciente. El momento de la muerte, llega cuando se fracasa en uno de los objetivos o al momento de cumplirlos todos. Tu objetivo y el de Voldemort son opuestos, por eso la profecía. Tu, debes luchar por el bien, él por el mal. Tu objetivo es matarlo, el suyo, matarte.
Ahora hablemos más particularmente de ti Harry. Conociéndote como te conozco, estoy seguro de que querrás abandonar Hogwarts. Si lo deseas puedes hacerlo. Te entiendo perfectamente, pero te pido que pases por la cabaña de Hagrid a buscar algunas de mis pertenencias que podrían servirte para derrotar a Voldemort, que por cierto, están a tu nombre.
Como te imaginarás, Minerva quedará a cargo de Hogwarts y también de la Orden, pero esto último es provisorio. Le dejé dicho que, una vez que fueras mayor de edad cuando quisieses y si te sentías preparado, la Orden quedaría, en caso de que le pidieses, a cargo tuyo. Tu decides.
Me imagino que querrás ir a visitar la tumba de tus padres. Está en el cementerio familiar de la casa del Valle Godric, ya la encontrarás.
Las cosas no siempre son lo que parecen Harry, a veces, para descubrir la verdad hay que mirar más profundamente, a veces, hay que hacer sacrificios. El sabe de los horcruxes y te podrá ayudar a eliminarlos, pero no se lo digas nadie más que al señor Weasley y la señorita Granger.
Se que en un principio no entenderás el párrafo anterior, pero piénsalo. Cuando lo entiendas, te será muy útil. Estoy seguro que la señorita Granger te podrá ayudar a descifrar este mensaje. Solo una pista. Mira en el pasado, mira mi muerte muy detenidamente, y si todo salió como lo planeé, el señor Malfoy aún no se convirtió en asesino.
Adiós Harry, te deseo toda la suerte del mundo, solo recuerda, antes de enfrentar a Voldemort, prepárate.
Tu viejo directo, Albus Dumbledore
P.D.: Después de que venzas a Voldemort y cumplas todos los objetivos por los que viniste al mundo, nos veremos de nuevo, en esta gran aventura, que es la muerte.
Leyó y releyó la carta durante horas, pero no consiguió entender ni el párrafo que Dumbledore pensó (o más bien supo) que no entendería, ni la pista que le dio, y tampoco le quedó muy claro lo de los objetivos de la vida.
Miró la hora y ya eran las 10 de la mañana de aquel 30 de julio. Al día siguiente probablemente recibiría su carné de aparición. Había dado el examen hacía una semana y le enviarían el carné (o en caso de no aprobar el examen una nota en que se lo comunicarían) el día en que cumplía la mayoría de edad. Ya estaba ansioso por recibirlo. Ese mismo día lo irían a buscar para llevarlo a La Madriguera para el casamiento de Bill y Fleur, al día siguiente, en su cumpleaños. No demorarían mucha más de una hora en llegar a buscarlo. Ya había guardado todas sus cosas en el baúl la noche anterior, inclusive los periódicos (había estado recibiendo El Profeta y el periódico Muggle, siguiendo el ejemplo de Dumbledore.) Voldemort había estado bastante inactivo, no había pasado mucha cosa, y a Harry, eso le preocupaba, y mucho. Sospechaba que Voldemort podía estar planeando un ataque a Azkabán para rescatar a los mortífagos, y un sueño que había tenido hacía 4 días confirmaba sus sospechas.
-¡CRUCIO!- Draco Malfoy se retorcía en el piso, entre las tumbas de un viejo cementerio, a unos pocos metros, apuntándole con la varita, se hallaba Lord Voldemort. Se podía ver un gran círculo de mortífagos rodeándolos y más alejado, una vieja mansión. .
Era una noche cerrada y despejada la luna llena y las estrellas brillaban de forma impresionante. Lo único que se escuchaba en aquel lugar eran los gritos de un joven siendo torturado.
-Parece- siseó Voldemort –que tu padre aún no será liberado Draco. Te perdonaré la vida, y la de tu familia, solo porque terminó muriendo. Si me fallas en la próxima misión- hizo una pausa y se vio una sonrisa diabólica en su cara –no tendré tanta piedad
-Y... mi señor... ¿cuál será esa misión?
-¡No me interrumpas! ¡CRUCIO!- esta vez el dolor duró solo unos segundos –Ahora... tu misión será... muy difícil... pero también muy secreta... te la diré cuando estemos solos, luego de la reunión. Ahora, vuelve a tu lugar
-Claro mi señor- besó su túnica y volvió a pararse en su lugar del círculo
-Ahora es tu turno Snape¡adelántate!- Severus Snape dio unos pasos al frente, se arrodilló y besó la túnica del Lord. –has recuperado mi confianza Severus, nunca había estado totalmente seguro de ti, pero ahora... debo felicitarte por matar a Dumbledore, recibirás tu recompensa... y probablemente vuelvas a mi círculo interno. Puedes irte.
-Claro mi señor, muchas gracias- al igual que Malfoy le besó la túnica a Voldemort, pero mientras volvía a su lugar, este volvió a hablar.
-Ah, y Severus, casi lo olvidaba, sabías que Draco debía matar a Dumbledore ¡CRUCIO!- cuando Voldemort terminó de castigar a Snape y este volvió a su lugar, continuó hablando –ahora que terminamos con esta charla, hablemos del ataque a Azkaban...
Y ahí había terminado su sueño, no podía estar seguro de que fuese verdad, pero por las dudas le informó a la profesora McGonnagall, quien le respondió agradeciéndole y diciéndole que ya tenían sus sospechas, que un anónimo se los había informado.
Decidió bajar a desayunar. Sus tíos y su primo ya estaban abajo, desayunando, así que se preparo su desayuno.
-Este... tengo algo para decirles...- tío Vernon gruñó, en señal de que lo escuchaba –Este... mañana es mi cumpleaños, ya saben, y como en el mundo mag... e, perdón, en... mi mundo la mayoría de edad es a los 17, bueno, yavoyasermayordeedadasiquemevoyairaviviraotrolado- terminó de hablar Harry a las apuradas
-¿Puedes hablar más lento chico? No se te entiende nada- gruñó tío Vernon
-E si claro, claro, bueno, que como voy a ser mayor de edad me voy a ir a otro lado, en un rato me vendrán a buscar unos amigos.
-O, bien por ti, ahora me dejas escuchar el informativo
-E... si claro, solo quería agradecerles por cuidar de mi todos estos años y por haberme aceptado
Nadie contestó nada así que Harry siguió comiendo su desayuno hasta que tía Petunia habló por primera vez en la mañana
-¿De donde piensas sacar la plata como para vivir y todo lo que necesites? Si quieres, bueno, podemos prestarte, y luego nos lo devuelves, cuando trabajes...
-Muchas gracias tía,- comenzó Harry, un tanto sorprendido del ofrecimiento -pero no lo necesito, mis padres me dejaron una herencia que me va a alcanzar y sobrar hasta que consiga un tra...
-¡Y recién ahora lo dices chico!- se puso a gritar tío Vernon, sacando por primera vez los ojos del televisor –tantos años manteniéndote y tu con tus billetes bien guardados valla a saber en que banco...
-Bueno... era plata mágica, no les serviría de mucho- comenzó Harry, omitiendo el dato que se podía cambiar dinero mágico por muggle –y no son billetes si no monedas, guardadas en Gringgotts, el banco de los magos- terminó de hablar Harry mientras se levantaba e iba a su cuarto dispuesto a bajar sus cosas, todavía escuchando los gritos de su tío de que le devuelva su dinero.
Cuando bajó su tío ya se había calmado y nuevamente miraba el informativo. A los pocos minutos
-En unos minutos me vendrán a buscar mis amigos, no volveré.
Nuevamente tía Petunia sorprendió a Harry al levantarse a despedirlo y desearle suerte. Tal vez, aunque le costase demostrarlo, muy en el fondo, lo quería, aunque sea algo. Y también a su madre.
No pasaron ni cinco minutos cuando sonó el timbre. Harry se apresuró a abrir, y allí se encontraban los gemelos Weasley, el señor Weasley, Ron, Hermione y Ginny. Mientras Harry, los gemelos, Ron y Ginny iban a buscar las cosas a la sala, Harry pudo ver, de reojo, al señor Weasley intentando entablar una conversación con tío Vernon, a tía Petunia mirando a escondidas desde la cocina y a Dudley que subía corriendo a su habitación en un estado de pánico, y no pudo reprimir una sonrisa.
-¿Pasa algo?- pregunto Ron
-No¿por qué?
-Por nada, simplemente que te vi sonriendo
Cuando volvieron a la puerta de entrada, Harry le preguntó al Sr. Weasley como volverían.
-Mediante un trasladador. Está en un callejón sin salida acá cerca. Sin embargo, haremos desaparecer tus cosas ahora. Hizo un movimiento de varita y, tal como dijo, sus cosas desaparecieron. Fawkes, en cambio, se quedó apoyado en el hombro de Harry.
-Vamos Fawkes, tienes que irte a La Madriguera
El fénix entonó una suave melodía y desapareció en un fogonazo.
Salieron de la casa y caminaron unas cuatro cuadras hasta llegar callejón que había dicho el señor Weasley. Era muy oscuro. El señor Weasley les dijo que se pusiesen alrededor de la bota, lo hicieron, pero Harry tenía un mal presentimiento. Por las dudas, agarró su varita con fuerza y por primera vez en el día miró a Ginny a los ojos. Tenía miedo que fuese la última vez.
-Agarren sus varitas- murmuró –tengo un mal presentimiento.
Y no pasaron ni 3 segundos cuando se escucho un hechizo convocador.
-¿Sorprendido Potter?- dijo una voz burlona que Harry reconoció como la de Bellactrix Lestrange. Unos 20 mortífagos estaban en la entrada del callejón, no tenían salida. Uno acababa de destruir el trasladador.
-No tanto como tú... Bella...- no tardó ni un segundo en gritar –¡ALARTE ASCENDERE!- y el cuerpo de la mortífaga se elevó unos 10 metros y luego calló. Parecía que se hubiese quebrado un brazo y tenía un corte en la cabeza. A partir de ese momento comenzó la batalla, en la que obviamente los mortífagos llevaban ventaja. Eran demasiados mortífagos, y ellos estaban apretados contra la pared. Volaban hechizos en todas direcciones.
Ginny había quedado en una punta, a su izquierda estaba Harry, le seguía Hermione, luego Ron, a continuación los gemelos y más a la derecha el señor Weasley. La mente de Harry no paraba de pensar en una forma de escapar, tenía que haber una forma, entonces se le ocurrió.
-Hermione, a las tres prendemos fuego sus túnicas, lanzamos humo y nos aparecemos en los cuarteles. Yo me encargo de Ginny. No tuvo tiempo de decirle el plan a Ginny, los mortífagos volvieron a atacar con todas sus fuerzas y tuvo que defenderse al igual que los demás. A penas había comenzado el duelo con su mortífago cuando cuándo escucho a un Mortífago gritar la maldición asesina y ver salir de la varita del mortífago grande y rubio que había estado en Hogwarts el rayo verde. Apenas alcanzó a ver que se dirigía a Ginny. Ni lo pensó, fue un acto reflejo. Saltó sobre Ginny, empujándola a un lado. Aún en el aire se dio vuelta y cayó sobre el piso, con Ginny encima de él. Estaba dolorido, se había golpeado. Aún en el piso le dijo su plan y le dijo que se agarrase a él. Siguió luchando, aún desde el piso. Se vengaría del mortífago que intentó matar a Ginny, y no iba a esperar.
-¡SECTUSEMPRA!
El mortífago empezó a sangrar y quedó inconsciente. Miró hacia la otra punta y vio como Fred le hablaba a su padre, luego como este asentía y supo que todos estaban enterados de su plan
-¡1... 2... y 3...!
-¡LACARNUM INFLAMARAE!- gritaron siete voces -¡FUMOS!- Harry comprobó que Ginny estuviese agarrada de su brazo y se desapareció, al igual que todos.
Apenas tocó el suelo, Harry no pudo más que comprobar de haber llegado al lugar correcto y que todos estuviesen allí. Sintió pasos apresurados que se dirigían hacia donde estaban ellos, no pudo ver más que la silueta de 4 o 5 personas que entraban con las varitas en alto y luego se desmayó. Aún estaba abrazado a Ginny, que tras caer Harry, fue tirada al piso.
Bue... hasta aca el 1º chapt...
dejen reviews! espero q les guste
