El castillo se incendiaba. Con el corazón hecho un nudo por saber que su marido estaría ocupándose de la seguridad del castillo de Hyrule y la familia real, la joven madre tomó a su bebé, unas pocas pertenencias, y huyó en un caballo, lejos de la masacre que se avecinaba. Una punzada la invadía en un costado con cada galope, pero ni aunque estuviese herida iba a permitir que su pequeño hijo corriera peligro. Ya algo alejada de la ciudadela se detuvo un instante para reponerse del dolor, y lanzar una última mirada antes de alejarse definitivamente.

Hyrule siempre había sido un país pacífico, pero la guerra civil estaba cobrando cada vez más fuerza. Afortunadamente, el Rey aún tenía la suficiente autoridad para hacerse oir y respetar. Este intento de asalto al castillo no iba a surtir efecto, más que para algunas familias, las familias de los soldados reales más específicamente. La mujer que huía con su bebé era doncella del castillo, y como tal había intentado defender a la Reina. Había funcionado, pero sabía que sería a costa de su vida propia…pero de ninguna forma la de su bebé. Mientras miraba la masacre, unos arqueros enemigos se asomaron hacia fuera, y con voz furiosa uno de ellos gritó:

¬ ¡¡UNA ESPÍA!!…¡¡ACABA DE ESCAPAR UNA ESPÍA!!

¬ "Demonios!"…- pensó apretando al niño contra su regazo.- "Me perseguirán…Debo escapar a toda costa!!"

Haciendo caso omiso de las advertencias de su cuerpo, se lanzó a todo galope hacia el sur, mientras algunos rebeldes salían a perseguirla en caballos.

¬ "¿A dónde iré…? No puedo ir al rancho Lon lon, lo quemarían también…Debe de ser un lugar que no conozca mucha gente…"

Una veloz lucecilla pasó titilando cerca de ella…Pensó que se trataba de una flecha con fuego, pero no era así…se trataba de un hada. Sólo la vió por un segundo, pero ágil como era, se dio cuenta hacia dónde se dirigía.

¬ "¡El bosque Kokiri!…¡Las diosas nos protegerán ahora!"

Osada como los guerreros hylian de su raza, la mujer galopó en dirección a donde vió al hada. El camino al Bosque Kokiri estaba bien camuflado entre la espesura de los árboles, sólo un gran tronco hueco delataba el mundo que había al otro lado. Con la ventaja que les llevaba a sus perseguidores, y rogando que los espíritus del bosque la dejasen entrar, se arriesgó cruzando por el tronco. Cruzó a toda velocidad el puente que la separaba de su destino y no se detuvo hasta que llegó a un pequeño lago. Miró hacia atrás por unos segundos…Todo estaba tranquilo. Miles de mágicas lucecillas volaban por todas partes alrededor de las pequeñas casitas. Era muy noche, y los niños del bosque dormían sin que nada les alterara el sueño.

Convencida de que no la habían descubierto su mente se tranquilizó, al igual que sus reflejos. Bajó del caballo…pero al apoyarse en sus pies se dobló del dolor y casi deja caer al bebé. La tibia sangre escurría por su pierna derecha sin cesar, formando un gran charco pegajoso que el riachuelo se llevaba lentamente.

Y ahora que estaban a salvo, ¿Qué pasaría?

¬ …Grandes Diosas…- miró al cielo.- …Gracias por permitirnos llegar a este refugio…Por favor, guíanos a quien pueda ayudarnos por última vez, se los ruego…

Un hada (diría que fue la misma de hace un rato) revoloteó y se fue por un sendero entre los árboles. Sin pensarlo dos veces la siguió.

El bebé lloraba sin cesar, tal vez por la impresión…Su madre hacía todo lo posible por caminar y ver el camino entre la oscuridad, y aún así encontraba fuerzas para arrullarlo con una canción de cuna. Finalmente llegó donde un gigantesco árbol con rostro reposaba. Estando a los pies del majestuoso árbol Deku se dejó caer con la esperanza de descansar hasta recuperarse.

¬ ¿Quién eres?- preguntó una voz grave proveniente del árbol…La mujer alzó la cabeza en respuesta a su llamado, pero no podía enfocar bien las imágenes.- …Veo que has venido de muy lejos…

¬ Yo……- exclamó, sólo para darse cuenta de que las fuerzas se le iban en tratar de formar palabras.- …Mi……………hijo…………

¬ No te preocupes…Puede quedarse.- respondió el gran árbol Deku.

¬……¿Y yo?..- dijo casi sin aliento…

¬ Te liberarás de tu sufrimiento…Eres buena madre, has dado tu vida para salvar la de tu hijo, y las Diosas no pasarán eso por alto…Este niño hylian está destinado a grandes cosas. Encontrará su destino cuando sea el momento. Mientras, lo cobijaré con mis ramas y los niños del bosque cuidarán de él como un hermano más.

Exhausta, la mujer se dejó caer lentamente mientras seguía mirando a su retoño. Agradeció a las diosas por permitirle una visión clara cuando enfocaba el dulce rostro de su bebé. Un par de lágrimas brotaron al caer en cuenta de que era lo último que vería: El saludable rostro del niño que había llevado en su seno por nueve meses, aquel al que le hablaba en sueños, al que deseaba ver crecer feliz…su amado Link.

¬…Descansa en paz, brava guerrera hylian…

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EPONA'S SONG

1.- Canción para mi vida.

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Abrí los ojos para acostumbrarme al nuevo mundo que se me mostraba. El piso se sentía suave, y un calor agradable estaba junto a mí. Me asusté un poco cuando ví a alguien tan grande a mi lado…¿Qué era?

¬ Hola…-me respondió aquel rostro dulce acercándose a mi.- …Soy tu mamá.

Mis sentidos se agudizaron, moví las orejas y miré a mi alrededor. Unas criaturas extrañas estaban junto a nosotros, la más pequeña se acercó a mí un poco.

¬ ¡¡QUE LINDO ES!!

¬ No te acerques tanto, Malon…- le dijo alguien más.- Puedes asustarlo.

Miré a mi mamá con algo de miedo…

¬ No te asustes…- me dijo mi mamá.- …Son seres humanos, no les temas, son buenos con nosotros.

Los miré de nuevo…uno de ellos, con mucho pelo sobre su boca, se me acercó un poco más. Yo no podía moverme…

¬ Me parece que es una hembra, ¡bella y saludable! Ingo, revísala.

¬ Si señor…

¬ ¡Espera!.- dijo una humana, de cabello rojo, que se me acercó un poco más.- …Déjala que se acostumbre…acaba de nacer, tiene que reconocer a su madre y levantarse, ¿Verdad, pequeña?

Yo estaba muy confundida…

¬ No tienes por qué estar asustada hija…- me dijo mamá.- ¿Puedes levantarte?

Miré alrededor de nuevo…no estaba segura de poder hacerlo.

¬ Puedes hacer eso, y mucho más…Anda, levántate si es que quieres comer.

Algo dentro de mí me decía que debía de levantarme ya, pero no sabía cómo…

¬ Estira tus patitas de adelante, luego las de atrás, apóyalas contra el suelo…- me dijo mamá con mucha paciencia.

Revisé mis patas…me parecieron muy frágiles y delgadas…¿Y si se rompían al levantarme?

¬ No te pasará nada…- dijo mi madre nuevamente adivinando mis pensamientos- …Hazlo, preciosa…

Tal como me dijo, estiré mis patitas de adelante y las doblé sobre el suelo. Cuando sentí que no podían resbalarse supe que era momento de levantar las de atrás. Muy lentamente fui subiendo hasta alcanzar toda mi altura. ¡El suelo se veía tan lejos…! Me tambaleé un par de veces, pero mamá me apoyó contra sí misma para que diera mis primeros pasos…

¬ ¡¡QUE MONA!!- dijo la humana pequeña.- ¿Verdad que lo es, mamá???

¬ Oh, si que lo es…

¬ Es de linaje muy fino.- dijo un humano flaco y calvo.- Su padre es un Garañon Real. ¡Pagarán muy bien por ella!

La humana pequeña me miró con mucha tristeza…

¬………¿La vas a vender, papá?…- le dijo al humano gordo.

¬ Pues…el rancho no anda muy bien, querida…necesitamos el dinero…

¬ Ya saldrá de otra parte.- dijo la humana mayor.- …Esta nena es hija de mi mejor amiga…- miró a mi mamá.- …¿Por qué no puede ser la mejor amiga de mi hija?

¬ ¡¡SIII!!

¬ ¡¡Pero……el dinero!

¬ Basta Ingo, no discutiré con mi esposa…Está bien, Malon, puedes quedártela

¬ ¡¡¡SIIIIIII!!!! GRACIAS PAPÁ!!!

Me retiré un poco cuando la humanita se acercó de un salto hacia mí. Me acerqué mucho a mamá.

¬ Con calma Malon…la asustas.

¬ Acércate.- mamá me dio un empujón.- No te lastimará.

Algo recelosa me separé de mamá. La niña me acarició delicadamente la cabeza…

¬…Es tan suave…- murmuró.

¬ ¿Cómo la llamarás?- le preguntó su mamá.

¬ Mmmm……No lo sé………Creo que Epona le va bien, ¿No?

¬ Epona…- dijo su mamá.- …Es un lindo nombre, querida.

¿Un nombre? Qué era un nombre? No lo sé, pero me gusta mucho…miré a mamá de nuevo. Intenté imitar los sonidos que hacían…curiosamente me salía muy bien.

¬ Mamá, ¿Qué es un nombre?

¬ Es como los humanos identifican a quienes somos especiales para ellos.

¬ Ah……¿y qué es Epona?

Tras soltar un suspiro de satisfacción, mi mamá dijo suavemente…

¬ Eres tú, bebé…

Esas fueron las primeras de muchas preguntas…

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¬ Mamá, ¿Por qué el pasto es verde?

¬ Para que sepas que la tierra está tranquila.

¬ ¿Y por qué tu comes pasto y yo bebo leche??

¬ Porque la leche es más saludable para ti.

¬ ¿Qué es saludable?

¬ Que estás bien…

¬ Ah…¿Y por qué comes pasto si no es saludable?

¬ Caramba, eres mucho más inteligente de lo que esperaba, Epona…- mamá me dedicó una sonrisa.- No parece que sólo tienes dos semanas de haber nacido…

¬ Jeje.

¬ ¿Por qué no vas a jugar con los demás potrillos, querida? Te llamaré cuando Malon venga, ¿Si?

¬ ¡Está bien, mamá!

Obedecí saltando por el pasto verde. A veces me pregunto si es que aún hay mas cosas que descubrir, mi mamá lo sabe todo, me pregunto si sabrá de otras cosas más allá de la casa de Malon.

Los otros potrillos de mi edad estaban en una zona casi sin pasto, saltando donde los grandes corrían para impresionar a los humanos. Me les acerqué para brincar con ellos también.

¬ ¡Hola!- saludé.- ¿Qué tal hoy?

¬ ¡Hola, Epona!- me saludaron todos.

Una potrilla negra que dormía en nuestro establo se me acercó.

¬ ¿Por fin tu adorada mami te dejó venir a saltar?

¬ Ehhh…sip! Vamos a jugar!

¬ Estoy de acuerdo. ¡Oh, esperen!.- agregó ella.- …La princesita podría lastimarse sus delicados tobillos, será mejor que vaya a sentarse a la sombra para que no se queme.

Todos comenzaron a reir…yo no entendía nada.

¬ ¡Puedo saltar muy bien!- dije dando unos ejemplos.- El sol no está muy caliente…¿Podemos jugar?

¬ No lo creo, ne-ni-ta.- dijo la negra rodeándome.- …A las que hacen pipí en el establo no las dejamos brincar, ¿Verdad?

Todos asintieron…yo me ruboricé un poco…

¬…Pero tú también duermes ahí, seguro te haces de vez en cuando, no tiene nada de malo…

¬ ¿Yo, hacer esas suciedades? Para nada, yo uso el baño.

Mi vergüenza se me olvidó al reconocer otra palabra nueva.

¬ ¿Qué es un baño??

¬ Es el lugar especial para hacer tus necesidades, Eponita…¿Qué nunca lo has usado?

Negué…

¬ ¿Y cuál es el baño?

¬ Es ese de allá, ¿Lo ves?- me señalo un depósito techado…sentí náuseas…

¬…De ahí es donde mamá y yo bebemos agua…

¬ No, ese es el baño…los caballos bebemos de ahí.- señaló otro lugar más grande, donde estaban muchos caballos adultos.- Tu mamá es una tonta por no saber diferenciar.

¬ ¡Mi mami no es tonta!!

¬¡Demuéstralo!………Haz pipí en el baño.

¬………¡Está bien, lo haré!

Corrí hacia el lugar indicado…estaba demasiado alto para mí, pero en ese momento no pensé en cómo los demás potros subían. Junto había un pacas de paja. ¿Por qué no apilarlas para trepar sobre ellas? Empujé unas cuantas…estaban muy firmes, suficiente para aguantar mi peso. Aún así subí poco a poco, esperando no caer…estaba a punto de llegar a lo alto, cuando la fuerte voz de mi madre me detuvo.

¬ ¡¡EPONA!!- gritó galopando rápidamente hacia donde yo estaba.- ¿Qué intentas hacer??

¬ …Voy al baño, mami…

¬ ¡¡Eso no es un baño!!- llegó a mi lado.- ¡Ahí es donde bebemos! Además está algo profundo para ti, ¿Sabes lo que pasaría si resbalas dentro y no puedes salir??- mi mamá sonaba muy enojada.- ¡¡¿Quién te dijo que hicieras eso??!!

Busqué con la mirada a los demás potrillos, pero todos habían desaparecido…de un salto bajé de donde estaba.

¬……Fue la potrilla negra, mamá…

¬ …Está bien, cariño…-se me acercó con ternura.- …No vuelvas a hacer caso de lo que te dicen los demás, sólo lo que te diga yo está bien, ¿De acuerdo?

¬…De acuerdo…

¬ Ya hablaré después con su madre…

En eso estábamos cuando una dulce melodía llegó a mis oídos…Era algo que no había escuchado jamás. El sonido provenía de la voz de la mamá de Malon, quien había venido junto con su hija como todos lo dias…Pero nunca había cantado algo así…Mamá y yo nos acercamos rápidamente a saludarlas.

¬ Hola chicas…- saludó la mamá de Malon.- ¿Qué tal les va?

Mamá acercó su cabeza a la de ella y dejó que la acariciara en el hocico. Por mi parte, yo me acerqué a Malon…

¬ ¡Hola Epona!- me saludó mi amiga extendiendo un par de cubos blancos en su mano.- …Mira, papá ha dicho que es bueno que te traiga esto de vez en cuando, se llama azúcar, espero que te guste n.n…

Tímidamente lamí los cubitos con la lengua…¡Guau, sabían delicioso! Nunca me imaginé probar algo así. Dí muchos saltos alrededor para demostrar cuánto me había gustado el azúcar…

Y en eso la mamá de Malon volvió a cantar. Me quedé quieta, escuchando atentamente el canto tan hermoso…pero ella siempre se detenía en alguna parte. La última vez que lo hizo, dijo:

¬ …Me parece que aún no está completa…¿Crees que le falte alguna parte, Malon querida?

¬ Yo estaba pensando en algo, mami…¿Puedo cantarla?

¬ ¡Seguro!

Malon afinó la voz…y su canción me gustó aún más que al cantarla su mamá. Sonaba muy tierna, muy dulce, y…

Me recordaba algo…

En mi mente ví a un bebé humano, pequeño y rollizo…sonreía junto a un humano rubio…pero rápidamente regresé a la realidad, sin darle importancia a ello.

¬ ¡Mamá, creo que a Epona le gusta!

¬ Parece que le gusta mucho…- tosió ruidosamente.- …¡Eso es!…La Canción de Epona…ese es el nombre de esa melodía.

¬ ¡SIIIIIIIII!!

Yo dí saltos de alegría, ¡Malon me había dedicado una canción! Pero algo más nos distrajo…Todas nos volvimos a la entrada al ver a un cliente acompañado por el señor Ingo…Era un hombre moreno, muy alto, vestido finamente y acompañado por varias mujeres con velo y lanzas. Malon se escondió detrás de su mamá y yo de la mía…

¬…Buenas tardes…- saludó aquel señor a la mamá de Malon.

¬ Hola, ¿Qué se le ofrece?

¬ Mi caballo se lastimó, me temo que necesito otro…

¬ ¿Y por qué si se lastimó usted no lo llevo a un veterinario? Pobre caballo…

¬ Era irremediable, tuve que sacrificarlo…- el hombre miró a mi mamá.- …Venimos del desierto Gerudo con rumbo al Castillo de Hyrule para una entrevista con el Rey, quiero causar una buena impresión…- miró nuevamente a la mamá de Malon.- ¿Cuánto vale esta yegua?

¬ Esta no está en venta, señor…Pero permítame mostrarle a nuestros demás Pura Sangre, seguro que alguno le gusta…

¬ Creo que no me ha entendido…

El hombre metió la mano debajo de su capa…Me asusté mucho, pensé que podría llegar a sacar un arma…Pero no, sólo sacó una enorme bolsa llena de rupias doradas, la cual extendió frente a la madre de Malon, quien seguía seria.

¬ Estoy dispuesto a darle lo que sea por esta yegua.

¬ Es una oferta muy generosa, pero por mucho menos que eso puede escoger usted otro caballo tan bueno como ella, y además le regalo la montura.

Un par de mujeres bajaron de sus caballos y se acercaron amenazadoramente…El hombre había cambiado su mirada por una más furiosa.

¬ Este caballo va a ser MIO.

¬ Y yo insisto en que esta yegua NO-ESTA-EN-VENTA, señor. – señaló la salida.- …Si fuera tan amable…

Él intentó tranquilizarse un poco, y luego miró a Malon de forma extraña…

¬…Su hija es muy bonita, señora…

Malon se escondió aún más.

¬………Ojalá que usted y su familia estén bien…siempre…¡Vámonos!

Y después de montar un caballo de una de sus acompañantes todos se fueron. La tensión formada se fue rápidamente…Miré a mi mamá, que parecía tan asustada como yo, sólo que algo más tranquila…

¬ …Mami…- pregunté.- …¿Por qué ese hombre quería llevarte con él?

¬ …No lo se, Epona, pero ya no tienes que preocuparte por él, creo que no volverá.

¬ ¡Bien hecho, mami!- exclamó Malon súbitamente.- ¡Que bueno que no dejaste que se la llevaran!!

¬ Me siento muy feliz, a pesar de que necesitamos mucho el dinero, no me atrevería jamás a deshacerme de mi mejor amiga.- le acarició el hocico a mamá y Malon me dio unas palmaditas.- …Regresaré a la casa a terminar mis labores.

¬ ¿Puedo quedarme cantando la canción de Epona, mamá?

¬ Por supuesto!

Durante toda aquella tarde, y las tardes de muchos días, Malon me cantaba esa dulce melodía. Cada vez que llegaba al corral lo hacía cantando, y yo corría a su lado para hacerle saber lo mucho que me gustaba mi canción…

Todo era tan bueno que jamás esperaría que las cosas cambiaran tanto…

Un día la mamá de Malon dejó de venir a vernos. Yo podía verla a veces asomarse por la ventana de su casa. El señor Talon se ponía muy triste cada que nos acomodaba el pesebre y miraba a mamá…Pero el cambio más notorio fue el de Malon. Su papá la obligaba a pasar mucho tiempo fuera conmigo, y ella ya no cantaba mi canción con la alegría de antes…sonaba como si algo le doliera mucho. Y por si eso fuera poco una noche alguien abrió el establo junto al nuestro y se llevó a muchos de los mejores caballos del rancho Lon-Lon. La familia de Malon casi no tenía dinero…

Finalmente llegó un oscuro día en el que nadie salió de la casa a atendernos. Mamá y yo permanecimos en el establo todo el día. Al día siguiente Malon por fin salió a saludarme, y en esta ocasión no cantó nada…simplemente se derrumbó llorando sobre mí. Yo estaba muy confundida, no entendía lo que pasaba…

¬ Mamá, ¿Qué le sucede a Malon?

Ella sólo miró al cielo, bastante triste…

¬…Está deprimida porque su mamá se ha ido.

¬ ¿Y a dónde fue?…¿Cuándo regresa?

¬ …No volverá, querida…

¬ ¿Por qué?

¬ …Ha muerto…

Miré a mi mamá a los ojos…repetí aquella nueva palabra para mí misma…no me parecía tan nueva ahora que lo pensaba…

Sentí una angustia terrible, como si hubiera recordado algo que hice mal, y un enorme deseo de seguir con vida…

¬…¿Mamá…moriré yo también?

¬…Algún día todos moriremos, querida…No es malo morir, pero sí es malo que alguien te mate…La mamá de Malon estaba enferma y por eso falleció, pequeña…lo mejor que podemos hacer ahora es permanecer a su lado, está bien?

¬……Si, mamá…

El señor Talon entró de repente al establo, con la pinta de tener culpa de algo…

¬…Malon, ¿Puedo hablar contigo?

La niña se alejó de mi regazo y se acercó a su papá, aún desconsolada.

¬ …¿Qué pasa, papá?

¬…Hija, sabes que las cosas en el rancho no andan muy bien……Necesitamos dinero.

¬¿Qué puedo hacer yo?

¬…………Hay un hombre afuera, que dice querer una yegua a la cual había visto hace mucho…y ofrece mucho dinero por ella.

Yo tuve un escalofrío…no quería que se tratase del mismo hombre de la otra vez…Malon también lo presintió, y abrió mucho los ojos.

¬…¿Quiere a la mamá de Epona?

¬…No lo sé……Pero ruega porque así sea, así podremos levantar de nuevo el rancho y darle una buena sepultura a tu madre…- el Sr. Talon se agachó a la altura de su hija. - …¿Puedo venderla si es que es ella?

Malon me miró y luego miró a mi mamá……Le rogué con la mirada que no lo hiciera…

¬…Dejemos que Epona decida…es su mamá, no la mía…- dijo la pelirroja.

Me sentí aliviada…no quería perder a mi mamá. Pero ella no parecía estar pensando lo mismo que yo…

¬…Epona…

¬ ¿Qué pasa, mamá?

¬…Si ese hombre me quiere, no tendré más remedio que ir con él…

Su tono de voz me intranquilizó…

¬ …Querida Epona…El papá de Malon no tiene más dinero para levantar el rancho…Ni siquiera para sepultar a su esposa……¿Te sentirías bien sabiendo que se pudo hacer algo tan simple y no se hizo sólo porque una potrilla no lo quería así?

¬ Pero mamá…- atiné a decir.- …No quiero estar sola…

¬ No lo estarás. Malon te cuidará como su mamá cuidó de mí por todos estos años…

En eso entró aquel imponente hombre del desierto… Mi mamá dio unos pasos adelante y agachó la cabeza frente a él, sumisa…

¬ Si, es esta yegua.- dijo aquel hombre.- …Le daré este gran saco de rupias doradas ahora mismo si me la dá.

¬ ¡Aún no! – dijo Malon enojada.- ¡Epona es quien decidirá si su mamá se vá con usted!

No me gustó que esa gran responsabilidad recayera sobre mí…Pero mi mamá tenía razón, yo no me iba a sentir bien jamás si no hacía algo por las personas a quienes les debemos la vida…

¬ Mamá…- dije acercándome con lagrimas en los ojos.- …¿Estarás bien?

¬ Claro, claro, yo sé que este hombre me cuidará bien, no te preocupes mi pequeña…

¬…¿Vendrás a visitarme?

¬…No lo creo, pero haré lo posible, ¿vale?

¬………Te echaré mucho de menos, mamá……

¬ …Yo también te echaré de menos, Epona…

Me froté contra ella a manera de despedida…y me alejé con Malon hasta el fondo del establo. El hombre le dio el dinero al Sr. Talon, tomó a mi mamá de las riendas y se la llevó calmadamente con sus demás guardias…

Esa fue la última vez que ví a mi mamá.

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Pasaron muchísimos días más, las cosas mejoraron bastante en el rancho. Malon recuperó su alegría y todo iba sobre ruedas. Aunque yo seguía extrañando a mi mamá no me hacía tanta falta como pensé que sería. De una o de otra forma yo recibía toda la atención necesaria…aunque fuera metiéndome en problemas…

¬ Hola, ne-ni-ta…- me dijo la potrilla negra acercándose a donde yo estaba pastando.- Dime, ¿Has puesto a funcionar tu cerebro recientemente?

¬ Piérdete, negra…- le dije alejándome un poco, sabiendo que ella odiaba que le llamaran así.

¬ ¡¡TE HE DICHO QE NO ME LLAMES ASÍ!!…

¬ ¡Tranquilas!!- dijo un potrillo acercándose, era algo mayor que nosotras.- …Epona, no le hagas caso, es sólo que no ha comido…

¬ No te preocupes, yo no estoy haciendo nada.

¬ JA, con esa actitud…- dijo la negra dando vueltas a mi alrededor.- …jamás conseguirás un caballo que te quiera.

¬ No está dentro de mis prioridades…- respondí con desdén. El otro potrillo agachó la cabeza.

¬ Entonces…¿Cuáles son tus aspiraciones, Epona?

¬ ……Aún no lo sé, soy sólo una hembra que jamás ha ido más allá del corral…

Aunque la verdad yo sí tenía un sueño……Quiero que alguien me compre, como pasó con mi mamá. Sé que Malon jamás me dejará salir demasiado lejos puesto que ella misma no se atreve. Quisiera recorrer las planicies de Hyrule…

Otro recuerdo me vino a la mente. Últimamente eso me pasa con frecuencia. Recordé a un hombre alto, rubio, de ojos azules y vestido de forma elegante…Ambos caminábamos por una gran llanura con rumbo hacia una ciudadela…Aquel hombre me miraba mucho, me decía cosas que me hacían sentir bien…muy bien……Deseaba tanto tener frente a mí a aquélla persona…Sentí como si hubiera perdido lo más importante en mi vida…los ojos se me llenaron de lágrimas…

Oportunamente llegó Malon. Salté hacia ella, con la esperanza de que con una caricia en la cabeza me hiciera sentir mejor…no fue así.

¬ …¿Qué tienes, Epona?- me preguntó algo preocupada- …¿Te sientes mal?…

Yo me alejé un poco…intenté olvidar esa tierna imagen de aquel hombre mirándome a los ojos, pero no podía…seguí sintiendo un enorme vacío en mi corazón.

¬…¡Ya se que te falta!!…

Y Malon comenzó a cantar mi canción…La canción de Epona…………La sentí muy distante…nunca antes me había sentido así, tan extraña, como si yo no perteneciera aquí…me alejé un poco más sin prestarle mucha atención a Malon, quien siguió cantando con la esperanza de que me acercara a ella…comí un poco del pasto, aunque no tenía hambre, así que lo dejé…corrí hasta alejarme a la parte más lejana del corral (y la voz de Malon seguía resonando hasta ese lugar…canta muy bien). Mi mente comenzó a divagar…

De pronto la niña se quedó callada. Miré hacia donde ella estaba……

Y lo ví, por primera vez me encontré con él…

Un pequeño niño rubio vestido de ropas verdes hablaba con Malon…Sentí una inmensa curiosidad, quería saber quién era él…pero también me sentí tímida, no quería que me viera…me quedé en donde estaba. Lo seguí mirando mucho rato mientras él hababa con la pelirroja…

El niño sacó un instrumento………

A mis oídos llegó el sonido de mi canción, pero con otro timbre, no era una voz…era un instrumento de viento suave……me sentí llena de confianza y me acerqué corriendo hacia él. Me miró sorprendido…

Permanecimos en silencio un instante…Malon fue la primera en hablar.

¬…¡Ella es Epona!…

¬………Entonces……- dijo aquel niño con voz tímida.- …¿Es su canción la que acabas de enseñarme?

¬ ¡Sip!

Otra ves silencio…él me miraba de una forma bastante curiosa, como si hubiese advertido en mí algo nuevo y desconocido…Yo, por el contrario, lo encontraba extrañamente familiar…me gustaba mucho verlo!

¬……¡Wow!- exclamó por fin.-…Eres muy bonita, Epona…

Me dio unas palmaditas en la cabeza. Pero, por instinto, me alejé un poco. E chico se puso algo triste…

¬……No me quiere…

¬ No es eso.- dijo Malon.- …Es sólo que no te conoce……Toca nuevamente su canción, y verás que siempre se acercará a ti n.n

El chico sacó nuevamente su ocarina…la hizo sonar con mi melodía favorita. Me acerqué a él gustosa, quería estar con él el mayor tiempo posible…

¬…Que linda!- exclamó de nuevo.- …Quisiera montarla n.n

¬ Aún no, eres muy pequeño, y ella también…- dijo Malon con aire analítico.- …Regresa en un par de años, y tal vez te la preste un rato.

¬ ¡Me encantaría!

De repente un hada salió del sombrero del niño…me sobresalté un poco.

¬ ¡Link, ya es tarde, no puedes estar perdiendo el tiempo aquí, debemos de ir por las piedras espirituales!!

¬ Así que te llamas Link…yo soy Malon.

¬ Jeje, olvidé presentarme XP…………Está bien, me voy…gracias por la leche, Malon!

¬ Ni lo menciones!!

Lo ví alejarse poco a poco.…¡No quería que se fuera!…Lo seguí mientras él me miraba de reojo…

¬……Jeje, me está siguiendo…

¬ No podemos llevarla con nosotros.- dijo el hada, quien se acercó a mí.- …Escucha, deja de seguirnos, estarás mejor aquí que con Link…

¬…Pero……………yo quiero ir con ustedes…- dije para mí misma…

¬…No puedes por ahora, ya escuchaste a tu dueña, te quedarás aquí bastante tiempo.

¬…Siiiiiii u.u……o.o…Momento, ¿Me entiendes?

¬ Claro, soy un hada XD…Soy Navy.

¬…Yo me llamo Epona.

¬…Si, lo se…¡Vale, adiós!

Salieron del rancho……me sentí muy emocionada. Quería volver a ver a aquel chico, por alguna extraña razón me sentí con muchos deseos de estar a su lado…jamás olvidaré ese día, y esa esperanza…de que algún día él regresará y me llevará con él a pasear al campo…

Link regresará…

CONTINUARÁ………

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Yakío- ¡¡HOOOLA!! Para los que no me conocen, me presento, soy Yakio Mishima, loca otaku de Zelda y FullMetal Alchemist. Deseo que les guste este fanfic, no sé por qué pensé en Epona…pero espero que lo disfruten, y me imagino que ya adivinaron por donde va la cosa con la introducción del capítulo…ojalá que sigan leyendo, y me recomienden entre sus contactos, a los cinco reviews sigo escribiendo vale? Ja-ne!