Capítulo 1: Insinuaciones
La muerte repentina de Minato Namikaze los tomo a todos por sorpresa, él no estaba enfermo y no tenía ningún problema de salud físico o mental, al contrario, todo en su vida parecía estar completamente bien, era un hombre sano y fuerte a su edad, sin embargo un día amaneció muerto.
La causa, aparentemente fue un suicidio.
Nadie lo entendía, Minato no mostro ninguna señal para cometer un acto tan atroz como ese, al contrario, todos admiraban la destreza con la que él amaba a la vida, aún en los peores momentos, él siempre le buscaba el lado bueno a los problemas.
Entonces ¿Qué fue lo que lo orillo a tomar tan drástica decisión? Todos se preguntaban pero nadie lo comprendía en lo absoluto.
Sakura quien se encontraba junto a la familia de Minato mucho menos podía entenderlo, ella nunca se imaginó que él les haría algo así, él los amaba demasiado como para causarles tanto sufrimiento. Se sentía apenada, entristecida, no tenía un sentimiento claro sobre todo esto.
Minato había sido un buen hombre, la había visto crecer desde pequeña y al mismo tiempo él la había cuidado por más de tres años después de que los padres de esta fallecieran, era claro que su muerte no se comparaba con la perdida de sus padres pero aun así le dolía, le dolía mirar a todas aquellas personas sufriendo por alguien como él.
–Sakura-. Sollozo Kushina acercándose a ella con los ojos enrojecidos. – ¿Por qué lo hizo?-. Sakura la observo, la tristeza en su mirada le quebraba el corazón.
–No lo sé señora, no entiendo porque él haría algo como esto. Yo, no lo sé-. Apenas y podía hablar con claridad ante el nudo que se había formado en su garganta.
– ¿Cómo no puedes saberlo? Tú más que nadie debería darme una razón para que mi esposo hiciera esto. Llevabas trabajando con él mucho tiempo, él estaba más contigo que conmigo. Sakura, por favor respóndeme, dime algo-.
No pudo evitar sentirse culpable, las palabras de Kushina la habían hecho sentirse así aunque no tenía respuesta para ella quien amaba demasiado a su esposo, Sakura lo sabía, ella sabía que para Minato no había otra mujer más en el mundo. Suspiro profundamente pensando en algunas palabras.
–Señora…-. La miro a los ojos. –Lamento decirle que no tengo idea del porque su esposo hizo lo que hizo, esta noticia me tomo por sorpresa tanto o igual que a ustedes-. Kushina meneo la cabeza desconcertada. Bajo la mirada.
–Lo siento, es solo que…-. Hizo una pausa. –…pienso que tú sabrías el motivo del porque se suicidó-. Sakura suspiro nuevamente. Rodo los ojos conteniendo sus lágrimas.
–Señora, le repito que no lo sé y a decir verdad yo no creo que haya sido un suicidio-.
– ¿No lo crees?-. Kushina la miro taladrándola especulativamente.
–No, no lo creo. No creo que el señor Minato haya sido capaz de esto, no sabiendo cuanto los amaba, dudo mucho que él quisiera provocarles tanto daño-. Murmuro bajando la cabeza luego la elevo susurrando despacio. –Yo creo que lo asesinaron-.
–Yo pienso lo mismo-. Kushina no dejaba de observarla. Sakura asintió en dolor derramando las lágrimas que había contenido durante todo el sepelio y el entierro mismo.
–Yo también pienso lo mismo-. Interfirió Naruto, el hijo de Kushina que recién llegaba al lado de ellas pero que sin duda no se perdió de esa conversación. –Vamos mamá, estas cansada y necesitas recostarte un rato. Te llevaré a casa-. Le dijo tomándola del codo suavemente.
–Si señora, él no se suicidó, a él lo asesinaron-. Musito con voz rasposa, inmediatamente Naruto le contesto con una mirada furtiva.
– ¡Sakura!-. La reprendió en voz baja mirando a su alrededor esperando a que nadie más pudiera haber escuchado esas palabras. –No vuelvas a decir eso, mucho menos en un lugar como estos, ten más respeto-. Termino arrastrando esas palabras con repulsión. –Vamos mamá-.
Sakura miró a Naruto quien la miraba con rabia a lo cual ella simplemente se encogió de hombros cohibiéndose ante esa mirada reprobatoria. A pesar de que él la trataba o le hablaba con tanta indiferencia y frivolidad, Sakura no podía evitar que su corazón latiera de amor por él aun cuando esté no sintiera más que odio y rencor por ella.
–Acompáñanos Sakura-. Murmuro Kushina en un tono dulce.
–No creo que sea prudente señora. Ustedes tal vez quieran estar solos y yo…-.
–No Sakura, eres parte de la familia y quiero que estés con nosotros, además quiero saber qué le pasó a mi esposo y tú puedes saber más de lo que piensas-.
–Pero señora…-.
–Solo ven con nosotros. Si tienes algo que decir y no lo recuerdas ya no los dirás allá-. Dijo Naruto con dureza.
– ¿Y si no tengo nada que decir?-. Naruto la miró con desaprobación y recelo. – Está bien, iré con ustedes-.
Sakura sabía que Naruto desde hace un tiempo no le tenía ninguna simpatía y ahora menos que Minato había muerto.
Naruto pasaría a tomar las responsabilidades de todo, tanto de su empresa como de la casa en sí, ella hubiera preferido que Menma, su hermano gemelo tomará las responsabilidades de las que Naruto se ocuparía pero este ya tenía planes en marcha lo que le imposibilitaba manejar la vida de su padre, era por eso que Naruto sería quien se encargaría de ahora en adelante.
Irremediablemente Naruto, la persona con quien menos se llevaba desde hace un tiempo sería ahora su jefe.
Menma, ya estaba en el auto cuando ellos llegaron, él sería quien conduciría, Kushina se sentó en lugar del copiloto por lo que Sakura y Naruto se sentaron en el asiento trasero.
Sakura lo miró brevemente, este se sintió observado, la miro escudriñándola con la mirada al mismo tiempo en el que se apartaba lo suficiente como para no tener contacto alguno lo que a ella le dolió demasiado, viro su vista hacia la ventana con lágrimas en los ojos sintiendo una impotencia y rabia juntas pensando en la crueldad y el comportamiento indiferente e irracional de Naruto.
Ella no entendía porque él se comportaba así, ella nunca le dio motivo alguno para hacerlo o al menos eso pensaba.
Desde que ellos eran unos niños siempre estuvieron mucho tiempo juntos, jugaban, se peleaba, se divertían siendo como eran. La familia de Sakura y la de Naruto eran muy unidas pero al ir creciendo estos dos las cosas se tornaron diferentes más aún cuando se convirtieron en novios después de ello todo cambio y aunque aún seguían compartiendo momentos gratos estos ya eran escasos los cuales terminaron cuando murieron los padres de Sakura junto con su relación con Naruto.
Cuando todo esto paso ella tenía dieciocho años y aunque ya era mayor de edad el tratado que hicieron Minato y su padre Kizashi, el cual consistía en que si alguna familia por alguna razón dejaba desamparados a sus hijos, estos otros se harían cargo de los niños hasta que pudieran tener una vida independiente lo que le permitió a Sakura de cierta manera poder ser parte de la familia Namikaze aceptando la ayuda desinteresada de Minato quien la trató como a un miembro más de su familia ofreciéndole un trabajo en su empresa para que ella de cierta manera no se sintiera mal por estar dependiendo de ellos sin hacer nada y si bien era cierto, ella podía haberse independizado pero la búsqueda constante de sus padres y el tratamiento psicológico y médico que recibió por su trauma no se lo permitieron.
Recordar esos angustiantes momentos hizo que Sakura se estremeciera.
Ella y su familia se encontraban de viaje, iban en un crucero por las costas de Europa, se suponía que llegarían a Ibiza pero eso no ocurrió. El barco hizo una explosión una tras otra, nadie supo bien lo que ocurrió, una atentado, una falla en los motores, hasta hoy las investigaciones no dieron resultados. Sus padres no fueron encontrados por el servicio del país por lo que ella contrató a su propia gente para encontrarlos sin tener suerte.
Luego, el traslado.
Ella no salió ilesa de aquel percance, varias zonas de su cuerpo sufrieron quemaduras de tercer y segundo grado sobre todo su abdomen y piernas que fueron las que recibieron más daño, fue por ello que estuvo casi un año en tratamiento dejando marcas en ella hasta el día de hoy lo que la hacía una chica tímida y retraída. No se atrevía a salir a la calle con ropa corta, mucho menos ir a la playa o a la piscina, era por esa misma razón que tampoco salía con chicos pues temía que la vieran y se asustaran por sus cicatrices las cuales con el tratamiento que recibió eran casi invisibles pero para ella ese trauma sería eterno aun cuando estuvo en varias terapias que apenas si pudieron ayudarla con su problema.
Cuando volvió de Europa ya casi no le quedaba dinero, Minato quien se enteró de la terrible noticia quiso hacerse cargo de ella pero esta no se lo permitió, no quería ser una carga, ella no era una mantenida y nunca lo sería aunque existiera aquel tratado, así que Minato tuvo una idea, la contrato como su secretaria personal a pesar de tener una, entraría como auxiliar y una vez que su secretaria renunciara porque ya se sospechaba de que Anko haría eso, Sakura pasaría a ocupar ese puesto. Tras una semana, Sakura oficialmente se convirtió en la nueva secretaria de Minato.
Desde entonces han pasado cinco largos años y hoy a sus casi veinticuatro sentía que había perdido por segunda vez a su padre, eso era lo que Minato representaba para ella, él siempre la protegió y cuido sin ningún tipo de distinción, era amoroso y de alguna manera Minato se había encariñado tanto con ella porque de cierta manera la veía como a una hija pero ahora que él se había ido…
– ¡Sakura!-. El grito de Naruto la volvió a la realidad, él tenía la puerta del auto abierta esperando para que ella saliera.
–Lo siento-. Sacudió ligeramente su cabeza despejando su mente de aquellos pensamientos.
–Baja-. Ordenó Naruto en tono cortante ofreciendo su mano.
Él era un caballero y aunque Sakura no le agradará en lo más mínimo, no iba a permitirse ser alguien hostil. Sakura lo miró desconcertada pero finalmente tomo su mano bajando del auto. Inmediatamente sintió un escalofrío recorrer su columna al sentir su cálido contacto que se desvaneció luego de cerrar la puerta.
– ¿Naruto, por qué me odias tanto?-. Esa pregunta apareció repentinamente, era algo que no pensaba decir pero que salió en esos momentos. Naruto enarco una de sus cejas proyectando enojo.
–Porque eras la amante de mi padre-. Respondió en su característico tono petulante aunque demasiado bajo para que nadie más pudiera escucharlos, sin duda era discreto.
– ¡¿Qué?!-. Estaba sorprendida, no podía creer lo que Naruto acaba de decirle.
–Vamos Sakura que a mí no me engañas. Aunque… lo que no entiendo es ¿por qué?-. Rio con ironía. –Después de todo lo que esta familia ha hecho por ti-. Movió la cabeza en desaprobación.
–Naruto. Yo nunca, jamás…-. La detuvo amenazándola con un simple dedo frente a su cara.
–Un paso en falso, sólo uno y te juró que te hundiré en lo más profundo de la cárcel-. El silencio se hizo presente, Sakura no podía dar crédito alguno a aquellas palabras que habían sonado tan duras y fuertes, nuevamente su mentón tembló.
Una cosa era que ella no le agradara a él y otra muy distinta es que él la amenazara de esa manera.
Naruto dio media vuelta, caminando hacia su casa. Ella simplemente lo observo desde la distancia, congelada, viendo su espalda luego suspiro profundamente conteniendo su llanto y lo siguió tan despacio como si le doliera cada paso. Era injusto que él pensara de ella de esa manera.
Cuando entraron en la casa esta se sentía demasiado fría, sin duda la ausencia de Minato marcaba un gran vació. Kushina y ella se sentaron en la sala mientras que Menma directamente huyo a algún lugar, en cuanto a Naruto, Sakura no sabía en donde estaba él.
–Dijiste que no creías en el suicidio de mi esposo…-. Musito Kushina observando nuevamente los ojos verdes de Sakura quien tenía atrapadas sus manos entre las manos de una mujer desesperada por una explicación.
–Aparte de ti ¿Quién más crees que pudo asesinarlo?-. Interrumpió Naruto llegando junto a ellas, traía una copa de licor en la mano. Sakura frunció su ceño molesta al mirarlo, preguntándose como había sido tan cruel para acusarla de haber matado a Minato.
¿De verdad él creía que ella lo había asesinado?
–Contesta Sakura-. Ordeno imponente.
–Naruto… yo jamás hubiera hecho una cosa así. El señor Minato era como mi padre, tú más que nadie sabes lo mucho que él me ayudó, prácticamente se hizo cargo de mí cuando perdí a los míos en ese horrible accidente-.
– ¡Mientes!-. En ese instante una sensación extraña se apodero del cuerpo de Sakura, estaba temblando aunque no daba señal física de hacerlo porque el hormigueo que sentía era interno.
–Naruto, por favor-. Rogó Kushina en tono conciliador, no quería discusiones y mucho menos tener ideas en su cabeza que involucraran a Sakura en un acto como esos.
– ¡¿Por qué madre?! ¿Acaso soy yo el único que ve las cosas claras aquí?-. Preguntó molesto.
– ¿Qué quieres decir?-. Sakura se puso a la defensiva, no iba a permitir que Naruto insinuara ese tipo de cosas sobre ella. Quería llorar pero no lo haría. Naruto la miró obsesivamente meneando la cabeza gimiendo.
–Tú sabías que en unos días mi padre iba a dejar la empresa para estar más tiempo con mi madre, con su esposa-. Enfatizo sus últimas palabras.
– ¿Y eso qué significa? Todos sabemos claramente cuanto Minato amaba a Kushina y el que tú creas que yo era su amante no te da el derecho de pensar que lo asesine-. Se puso de pie, enfrentándolo.
–Sakura, se iba tu amante y con él tu fuente de dinero-.
– ¡Él y yo no éramos amantes! ¡¿Cómo puedes pensar eso?! Estás mal de la cabeza-. Sakura miró a Kushina con ojos preocupados pensando en que quizá esas palabras la habían herido y puesto a pensar pero en vez de ello Kushina estaba tranquila negando con la cabeza en señal de desaprobación por tan inesperadas palabras de su hijo.
– ¡Vamos Sakura! No te hagas la inocente, ustedes eran siempre el tema principal de todo el mundo en la oficina-.
–Te equivocas Naruto, eso no es así-.
– ¿Acaso me estás llamando mentiroso?-.
–No, pero no puedes acusarme de ser la amante de tu padre-.
– ¿Acaso no lo eras?-.
– ¡No! ¡Maldición no!-. Un par de lágrimas se deslizaron por sus mejillas, ya no podía retenerlas, era mucho sufrimiento. –El señor Minato era como mi padre, nunca lo vi de otro modo y estoy segura que él tampoco me veía de otra manera-.
– ¿Entonces estabas de acuerdo con que él se fuera?-. Interfirió Kushina.
–Claro ¿Por qué no iba a estarlo? Él siempre se recriminaba por no pasar más tiempo con usted, su esposa, el amor de su vida, él siempre decía que…-. Aunque intentaba mantener la calma sus sollozos no la dejaron continuar y por un rato nadie dijo nada hasta que finalmente las palabras volvieron a romper el silencio. –Él decía que no le daba el tiempo que usted se merecía y ahora que se iba a jubilar tendría todo el tiempo del mundo para compensar su falta de todos estos años. Por eso no entiendo cómo es que él se… -. Corto su frase, no podía seguir.
–Mi esposo siempre me decía lo mismo-.
–Y es cierto, él la amaba muchísimo. Señora Kushina, lo que él señor Minato sentía por usted era más que especial, único diría yo-. Kushina volteo el rostro admirando una fotografía de su esposo que estaba sobre un pequeño mueble al lado del sillón.
–Como sea. Este mismo lunes voy a tomar el puesto de mi padre-. Intervino Naruto. –Así que no quiero que vayas a la oficina hasta ese día-. Sakura lo miró sorprendida. –No te preocupes que no estás despedida, es solo que no quiero que alteres nada-. Agregó dándose media vuelta. –Y aunque lo hagas de todos modos no tienes autorización para entrar hasta que yo de la orden-.
Y con esas palabras se marchó dejándola en silencio.
...
