Disclaimer: todo lo que te sea conocido, es de meyer.
¿Qué pasaría cuando ese día llegase? ¿Cómo iba a reaccionar cuando le entregara a su hija a un perro pulgoso?
Nadie lo sabía.
Él tampoco.
Había tratado de atrasar cuanto pudiese ese trágico día. Pero no pudo más. Él Día llegó. Y con él, la luna de miel.
Odiaba pensar en ese tema; no lo podía imaginar. Se contenía ganas de arrancarle la cabeza a su mayor enemigo, que, desgraciadamente, ahora era su yerno.
Él caminaba, con la mandíbula tensa, llevando a su hija hacia el altar. Hacia la boca del lobo (nunca mejor dicho), como lo veía él.
Quería parar la boda. Quería echar a todos. Y matarlo a él. Pero no podía. No debía.
