Capítulo 1: Bienvenido a Bacon
En el momento que puso un pie fuera del vagón de tren, sintió ganas de vomitar. Su estómago era un desastre a pesar de no haber desayunado nada pesado esa mañana, y sus manos temblaban incontrolablemente, los nervios le estaban enfermando y aun no entraba por la puerta principal de la academia.
¿Podría lograrlo? ¿Pasaría desapercibido entre tantos estudiantes destacados e increíbles que albergaba aquella academia a la cual, desde que era solo un niño, deseaba ingresar? Aun no podía creer que lo haya hecho, pero ya no había vuelta atrás, le demostraría a todos que él; Jaune Arc, era merecedor de estar ahí, pero no solo a su familia y conocidos, sino también a sí mismo.
Al mismo tiempo dos chicas descendían del vagón contiguo; Yang, una rubia alta y bien proporcionada con un desplante confiado, y Ruby, una pequeña de cabello negro con roques rojizos que, si bien se veía animada, se encontraba igual de nerviosa que Jaune.
Yang: En serio, Ruby, esta es la oportunidad perfecta para hacer nuevos amigos.
Comentaba la rubia en un intento optimista de hacer sentir alivio a su hermana pequeña, sin demasiado éxito.
Ruby: ¿y cómo esperas que haga eso? No se hablar con las personas sin parecer estúpida.
Yang: No eres estúpida, eres adorable. –Continua, brindando un meloso y fuerte abrazo a la menor, sacándole unos cuantos quejidos- Ya veras, todo saldrá bien.
Ruby: -Aun dubitativa- No lo sé… Creo que mejor me quedo contigo.
Yang: oh… si… Hablando de eso –La rubia mordió su labio inferior con cierta incomodidad, peinando sus largos cabellos con sus manos-
Ruby: ¿Que…? –Observo a la más alta con total molestia, intuyendo lo que esta diría-
Yang: Resulta que prometí juntarme con unos amigos asi que debo ir con ellos ahora –Explica dando unos cuantos pasos lentos, pero rápidamente alejándose de su hermana antes de que esta pudiera impedírselo. A lo lejos le grita- ¡Tranquila, solo se tu misma! ¡Te veo luego!
Ruby: ¡Esp…! ¡Yang! –Sin ser capaz de detener a su hermana mayor, se queda sola en el camino a la academia, dejando salir un suspiro cargado de resignación- ¿Cómo se supone que me lleve bien con alguien?... ¡Es ridículo! No tengo idea de que debo… ¡Agh!
De la nada, al menos para Ruby, tropieza con varias maletas detenidas frente a ella en un carro de transporte dorado, logrando con esto que todas y cada una de ellas terminen en el suelo.
A lo lejos, Jaune observaba toda la escena, indeciso en su ir a ayudar a la pobre chica o no, pero aquello queda en segundo plano cuando nota que otra joven entra en escena, aunque no precisamente a ayudarla.
Con solo verla lo primero que se venía a su mente era nieve. Weiss Shnee se encontraba de pie regañando a la pobre de Ruby por haber chocado con sus preciadas pertenencias, y a pesar de estar furiosa, Jaune pensó que jamás había visto a alguien tan hermosa.
Se pasó un buen rato, embobado en sus pensamientos hasta que se dio cuenta que en la escena nuevamente la joven de capa roja se encontraba completamente sola tendida en el concreto y, a su pesar, desamparada. Se sentía mal por la chica y, ciertamente, ambos se encontraban en la misma situación; desadaptados sociales que no sabían cómo acercarse a las personas, lo menos que podía hacer era tenderle una mano ¿verdad? No era un poderoso héroe, pero al menos podía darle una mano a aquellos que lo necesitaban.
Jaune: Hey… -Llamo la atención de la joven, manteniendo una pequeña sonrisa en su rostro al tiempo que tendía su mano para que esta la tomara- ¿Derrotada tan pronto?
Ruby: -Agradecida por la aparición del rubio, tomo la mano ajena y permitió que este le ayudara a levantarse- Maldito primer día ¿verdad?
Jaune: Esperemos que no empeore. Jaune Arc
Ruby: Ruby Rose, mucho gusto Jaune.
Y con las presentaciones listas, ambos se encaminaron al interior de la academia, sintiendo que, al estar juntos, los nervios comenzaban a deteriorarse. Reían y jugaban en el camino al auditorio, completamente ajenos a la presencia de una pelirroja de alta estatura que, con cierta ternura albergada en su pecho, miraba a lo lejos la escena, más específicamente, la silueta del joven rubio.
