Summary: Ella no quiere estar con él, pero un pacto familiar hace que sea su esposa. Él no la quiere pero tampoco dejará que esté con nadie mas, porque ella es solo suya. Se veran envueltos en las trampas del destino, que ninguno de los dos sabrá como salir.
"La pasión que se esconde tras la posesión".
Disclaimer: Ninguno de los personajes me pertenecen, ellos son propiedad de la inigualable Stephanie Meyer, yo solo los ubico en una historia que mi loca cabeza imaginó.
Capitulo beteado por la beta mas hermosa Day Aguilar Beta FFAD.
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Capitulo 1. La encontré.
Reneesme POV.
Quiero odiar a mi padre, en serio, quiero odiarlo. Toda esta situación es su culpa, y de los Black. Parezco una fugitiva. Ya llevo más de un año desaparecida de mi casa, lejos de mi familia. Los extraño mucho. Extraño la sonrisa de mi hermano y a mi cuñada: Bella, que a veces puede ser algo pesada. Quiero ver a mi sobrina, quien ya debe de estar grande y hermosa, con esos ojos verdes que heredó de mi hermano y su cabello castaño, que sacó de mi cuñada. Extraño a mi familia, extraño a los Cullen.
Vivía en New York, en una gran casa, llena de mucho amor. Mi hermano siempre me mimó y cuidó de mi bienestar desde que nuestros padres murieron. No puedo decir que los extraño, ya que no los recuerdo, en cambio, Edward fue casi un padre para mí. Él y nuestros tutores, Carlisle y Esme, me llenaron de amor, me inculcaron valores, pero lo que nunca me enseñaron fue a ser independiente; esto lo aprendí por mí misma al huir de casa.
Si mis compañeros de trabajo supieran quién soy, seguro morirían. Para nadie es un secreto que mi tío y mi hermano son unos reconocidos doctores en New York y mi madrina, Esme, es una chef muy conocida también. Esa es la vida que dejé atrás hace un año.
Espanto todos esos pensamientos de mi loca cabeza y decido arreglarme para ir al trabajo. Mi vida se divide en: ir a trabajar como mesera en una tranquila cafetería, al sur de Chicago, y luego regresar a mi pequeño departamento rentado. Es increíble como pasé de dormir en una habitación más grande que el sitio donde vivo a estar aquí.
El día de trabajo pasa muy rápido, y juro que ya no soporto las insinuaciones y los comentarios de doble sentido del gerente de la cafetería. No entiende por qué no acepto salir con él en una cita, pero no quiero, ni puedo, hacerlo. Tengo valores que no me lo permiten.
Al día siguiente llego al trabajo. Siento que hay una tensión en el aire que no logro descifrar. Juraría que alguien me observa, pero no le presto atención y voy a ocuparme de mis mesas habituales.
Todo lo que llevo encima se me cae de las manos al ver como un hombre alto, moreno, de espalda ancha y hermosos ojos negros me mira fijamente, transmitiéndome su enfado.
Mierda, Jacob está aquí.
No entiendo cómo me encontró. No he usado mis tarjetas de crédito y boté el IPhone que tenía. No utilizo mi nombre real, en su lugar uso mi segundo nombre, junto con el apellido de soltera de mi cuñada; para todos aquí soy Carlie Swan. Jake se acerca a mí y siento que me fallan las piernas. Cuando está a mi lado me toma por la cintura y me da una vuelta. En el momento en el que habla tengo la sensación de que me falta el aire.
—Hola Nessie —Me dice—. Has estado jugando al gato y el ratón durante mucho tiempo. —Siento las miradas de todos mis compañeros, pero no se qué hacer, ni decir.
Justamente en ese momento, se acerca mi jefe. Ese mismo que me coquetea a diario.
—Carlie, ¿sucede algo? ¿Este hombre te está acosando? Estoy a punto de llamar a lo policía, así que le sugiero que se retire caballero y deje en paz a mi empleada.
Jacob solo se ríe de él.
—¿Carlie? ¿Él te llamó Carlie? No me sorprende que no pudiera encontrarte… Pero ya que lo hice, es hora de que regreses a casa —No puede ser posible. No quiere que regrese con él. No, no, no—. ¿Nessie? ¿Me escuchaste? Es hora de irnos.
Yo no puedo hablar, así que sólo asiento. Dejo que tomé mi mano y me lleve con él a la Hummer.
Jacob POV.
La encontré, al fin. No puedo creerlo. Cuando Jenks me trajo la información que decía donde estaba Nessie, no lo dudé y salí de la oficina a buscarla de una vez por todas. Me la iba a traer a como diera lugar, así tuviera que arrastrarla de los cabellos.
Cuando estamos en la Hummer, la atraigo hacia mí. Le arranco esa estúpida peluca rubia y hundo mi rostro en su cabello para inhalar su aroma. Como la he extrañado todo este año y medio…
—¿No piensas decirme nada Nessie? —Le pregunto y ella alza sus hermosos ojos chocolate para mirarme—. ¿No me dirás por qué te fuiste de casa? —Quiero que me responda y no lo hace. Siento que pierdo la paciencia.
—¿Qué quieres que te diga, Jake? ¿Cómo me encontraste? —Me dice. Sé que está abrumada. No quiero verla así.
—¿Cómo te encontré? Eso no importa. Yo quiero saber por qué me dejaste en nuestro primer mes de casados. ¿Tan repugnante te parezco? —Tengo ganas de sacudirla y luego ponerla sobre mis rodillas por haberme abandonado, pero calmo mis impulsos. No es bueno para ninguno que pierda la paciencia en este momento.
—Jacob, por favor, no me grites. Era lo mejor para los dos, somos muy jóvenes, sólo tenía 20 años cuando me casé contigo. Yo no quiero esto, no quiero seguir siendo tu esposa. —Ella suspira. Cierra los ojos y sé que lo hace para no llorar.
—Lo siento Reneesme, pero esto no entra en discusión. Tú eres mi esposa. Mía. Y no dejaras de serlo, así que ni sueñes con el divorcio, ni con volver a huir de casa. Tu lugar está en Manhattan, conmigo, punto. Tú eres Reneesme Black y así seguirá siendo.
Dios, es tan frustrante, pero no hará lo que quiere. Seguirá siendo mi mujer, fin de la historia. Le prometí a su hermano que siempre cuidaría de ella y así será. La he extrañado tanto que no aguanto más, la agarro por la cintura, para que esté sentada a horcajadas sobre mí, y estrello mis labios sobre los suyos. Se siente tan bien. La beso hasta dejarla, literalmente, sin aliento. Paro para que tomemos aire y luego vuelvo a besarla profundamente. Ella gime y me siento endurecer, pero éste no es el sitio, ni el momento, para que tengamos sexo.
—Jake. —Ella suspira. Me mira con los ojos oscurecidos por el deseo.
—¿Ves, Nessie? ¿Ahora ves lo mucho qué te he extrañado? Nunca vuelvas a dejarme. Volveremos a casa y todo será como antes…
¡Hola! Espero que les haya gustado, gracias por acompañarme en esta aventura.
