Get Backers
MemoriasPerdidas
by: Julia Caro
Capitulo Uno: Siempre te protegeréTokio, Japón (mansión Amano)
Tokio, una gran ciudad, en donde habitaban personas, que únicamente les importaba llevar sus propias vidas, solo algunos se dedican a ayudar a los demás; la sociedad cada día estaba más corrompida y la humanidad se acercaba sin saberlo a un fin seguro...
Grandes empresas sólo se preocupan por ganar más dinero sin importarles cómo, y a quienes se llevaran por delante; Dios no creo ese mundo;... ¿Será eso parte de su plan?
- ¿Por qué te detienes abuelo?
Un hombre de mediana edad, de cabellos grisáceos, ojos negros, de contextura delgada miraba hacia lo lejos perdido en el razonamiento de sus recuerdos
- Perdón, Sumimacen, Takumi- kun. El hombre le dedico una sonrisa al niño y prosiguió su relato.
Cerca de las inmediaciones del parque central y no tan distantes de la majestuosa torre de Tokio vivía una familia rica, poderosa y con grandes influencias de apellido Amáno quizás para muchos sería la cuna perfecta donde nacer, pero para Guinji y Sajashijane ese no era el caso; crecieron con todos los lujos que cualquier persona hubiese deseado, pero nada dura para siempre. La familia Amáno, tenia negocios turbios, Toshiro Amáno, patriarca de la familia tenía relaciones con la mafia japonesa y como decía mi abuelo "no se puede jugar con esas personas", si entras en esos tipos de negocios es muy difícil que puedas salir, siendo la muerte la única salida.
Helada y tenebrosa lucia la noche aquel día; el viento soplaba inclemente, pero en la comodidad del gran salón de la mansión, esas cosas no se sentían, más si era la celebración de los diez años del joven Guinji. Todos estaban allí; Asura, su noble madre, Alfons, su fiel mayordomo, Sajashijane, su tierna y sobre protectora hermana mayor y claro como olvidar a Misha, dulce nana de ambos hermanos. Como siempre, el señor Toshiro llegaba tarde, pero llegaba que era lo importante, lo que no sabían era que esa noche seria su última noche juntos.
El señor Toshiro le debía varios favores a la mafia japonesa y aún con su inmensa fortuna, el pago que saldaría sus deudas, él no se atrevía a otorgarlo, entregar la mano de su hermosa hija a Kitotsu Miuyaa al cumplir dieciocho años, ¿ Como renunciar a uno de sus tesoros mas preciados solo para pagar unas deudas ?; imposible, no podia hacerlo, por ello Miuyaa tomo medidas, si no era suya no seria de nadie, la quería solo para el y mas aun sabiendo con el don que la joven amano contaba.
La hija mayor de Toshiro era Sajashijane, una joven de increíble belleza, su piel era tan blanca cual nieve, sus ojos azules parecían dos océanos, profundos y hermosos a la vez, su pelo rubio tan radiante como rayos de sol y su bella sonrisa se ganaba a cualquiera, sin duda alguna se convertiría en una hermosa mujer, aún más que su madre decían algunos, como no culpar al señor Miuyaa de no quererla para él y como no culpar a su padre por no querer entregarla...
Sajashijane a la tierna edad de 12 años podia realizar hechizos que su madre perfecciono cuando cumplió su mayoría de edad; era capaz de transmutar metales, objetos y lo mejor de todo, tenia la capacidad de controlar a voluntad los elementos, era capaz de crear y destruir. Poderes ocultos que la pequeña desconocía pero que con la guía correcta ayudarían a salvar al mundo, por el otro lado si se desatara su oscuro poder el mundo perecería sin remedio...
- Abuelo, pero la señorita bonita...
- Sajashijane...
- Si ella, ¿por que tenia ella esos poderes?, ¿como fue que los consiguió?, ¿y por que si ella era capaz de destruir no lo hizo?
- Calma, calma Takumi-kun, te explicare con lujo de detalles... el noble anciano lo miro tiernamente, como hacia cada ves que la curiosidad del pequeño salía a relucir y prosiguió su relato...
La señorita Sajashijane era descendiente de una familia de poderosos hechiceros, su abuela, la señora Ayumi; era un Avatar, tenia la capacidad de dominar la esencia de la vida, agua, aire , fuego y tierra , era conocida como la maestra de los elementos, de hay la capacidad de la joven de controlarlos a voluntad.
–Abuelo, Abuelo, mencionaste que tenia poderes de alquimista, ¿que es un alquimista?, ¿cómo consiguió esos poderes?, y, y...
- Ja jaja, tranquilo Takumi, no seas impaciente allá voy... el anciano maravillado al ver la atención que aquel pequeño ponía a su historia lo inspiro y con una sonrisa en sus labios, miro a lo lejos a través de la ventana de cristal, suspiro si continúo con la historia...
Su abuelo, el señor Kurono era un alquimista del estado, un alquimista es una persona que puede transformar los metales y objetos en otras cosas, y puede crear cosas nuevas partiendo de otras ya existentes, por medio de un circulo de transmutación, pero él, no lo necesitaba. Sajashijane heredo también ese don, solo hizo falta que lo practicara unos años y ya lo hacia a voluntad.
-Aaah, ya entiendo abuelo, por eso era capaz de crear y destruir, pero... ¿solo ella los poseía? ¿Su hermanito no tenia ningún poder al igual que ella? ...
- Haces muchas preguntas Takumi- kun, si escucharas la historia se aclararían todas ¿no crees?- el dulce anciano esbozo una sonrisa y miro al pequeño con ternura, el cual se sonrojo y siguió escuchando atentamente el relato de su abuelo.
Guinji, tenia el poder de llamar a los relámpagos, era capaz de controlarlos, podia convocar tormentas eléctricas tan solo con desearlo, solo que el pequeño no lo sabia, heredo sus poderes de su padre, el señor Toshiro, solo que él nunca los uso en su juventud, también poseía el poder de copiar los ataques de cualquier oponente tan solo con verlo una ves, solo que ese no lo heredo Guinyi, ese lo tenia su hermana.
– ¡Wao! Que bien abuelo, me hubiese gustado nacer con esos poderes, ¿te imaginas?, ¿que más abuelo que más? ¿ que paso con ellos después de esa noche abuelo, dijiste que era su ultima noche juntos
- Eres muy curioso Takumi- kun, igual que tu madre, no te preocupes que ya te contare que paso aquella terrible noche...
Todos los invitados esperaban la hora más divertida de la noche, y no era precisamente la del pastel, era la hora de los regalos, Guinyi la esperaba aún más, estaba ansioso...
-No todos los días se cumplen diez años hijo mío, asi que disfruta tu fiesta, ten, este es mi regalo de mi para ti...- dijo su dulce madre sonriendo y entregándole el regalo en las manos, era hermoso, un relicario con la foto de toda la familia a un lado y la de su hermana del otro. Guinyi sonrió y saltando hacia los brazos de su madre la apretó y le dio un tierno beso...
-Mama, es hermoso, siempre lo llevare conmigo, donde quiera que valla- dijo el pequeño.
En el sótano de la mansión se planeaba algo sombrío, los hombres de Miuyaa colocaron una bomba de tiempo que no tardaba en estallar, volaría toda el ala este de la mansión justo donde se celebraba la fiesta. El jefe de aquellos hombres inspecciono por segunda vez su reloj, cuarto para las doce. A lo lejos un estruendo se escucha anunciando el arribo de aquellos hombres a la mansión.
- ¡Mátenlos a todos! y tráiganme a la pequeña- fue la terrible orden que dio aquel hombre a sus secuaces.
Aquel estruendo sacude la casa, las puertas del sótano explotan volando todo a su alrededor, las llamas envuelven todo a su alrededor, las tejas del techo en llamas se desprenden, caos, destrucción, muerte...
- ¡Mama!, Mama, donde estas ?...
- ¡Guinji!, Guinji sal de aquí, huye déjame aquí, salva a tu hermana, vete...
-No mama. No te dejare aquí, no me iré sin ti...
- Guinji escúchame, tu y tu hermana deben salvarse, en el futuro la salvación del mundo dependerá de ustedes, ¡que no entiendes vete yaaaa! ...
Entre sollozos Guinji se aparta de su madre y la deja atrás en la habitación en llamas, estaba solo, desesperado, no sabia que hacer, busco a su hermana desesperadamente hasta que escucho un grito proveniente del corredor...
- ¡Réquiem eternal formaliiiiis!-, un estruendo mayor que el anterior sacudió el corredor, derrumbando las paredes y haciendo un hueco de gran tamaño que daba al jardín trasero de la casa, Guinji no podia creerlo, su hermana destruyo una pared era increíble y maravilloso a la ves...
- Guinji escúchame, ¡ no te perdonare si no sales de aquí ahora mismo, le prometí a mama cuidarte y lo haré aun acosta de mi vida ¿esta claro?! ¡Ahora vete de aquí! ...
- ¡no!, no me iré, ¡no quiero perderte al igual que mama, me quedare contigo y no me moveré escuchaste no lo haré!... -, la cara de Sajashijane se lleno de sorpresa, nunca habia visto tanta valentía proveniente de su hermano…
- ¡G- Guinji!...
De repente los hombres de Miuyaa aparecieron, entraron a la casa en llamas, sujetaron al pequeño por el cuello apretándolo con todas sus fuerzas, estaban dispuesto a matarlo como su jefe se los ordeno, pero algo impresionante paso, de pronto y como de la nada salió un rayo se poso en el cuerpo de Guinyi como si este lo hubiese invocado electrocutando asi a su agresor; pero eso no fue suficiente su compañero tenia a Sajashijane sujeta por la cintura
- ¡Suéltame!, ¡suéltame gorila inmundo!, ¡Guinji!
Guinji, al ver a su hermana en tal predicamento no sabia que hacer, aquel hombre parecía que le trituraba los huesos...
- ¡Guinji! ¡Ayúdame! ...
De repente relámpagos envolvieron al pequeño, parecían bailar alrededor suyo, estaba furioso, sus ojos proyectaban una ira que nunca antes vi.
- Suelta a mi ¡hermana!...- el pequeño grito desatando un caos a su alrededor, aquellos relámpagos impactaron al agresor de su hermana, dejándolo aturdido unos segundos, Guinji habia descubierto su poder, no podia creerlo, el también podría proteger a su hermana, como ella siempre lo protegía.
Aquel hombre reacciono y enfurecido saco unas garras de metal, dispuesto a matar al pequeño, a la hora de encestar el golpe, Sajashijane se cruzo en medio, recibiendo ella el daño...
- G-Guinji, ¡huye hermano, vete, no te preocupes por mi, estaré bien!
- No, ¡hermana, hermana resiste no te dejare!
- G- Guinji escúchame, no te preocupes por mi, estaré bien créeme, además prometí protegerte aun acosta de mi vida, ¿recuerdas?, además nunca estarás solo, y- y- yo siempre estaré contigo.
-: ¡H-h – hermana!... la cara de Guinji se lleno de sorpresa, su hermana estaba dispuesta a morir para salvarlo, pero su voz lo devolvió a la tierra…
- Solo prométeme algo Guinji, prométeme que siempre estaremos juntos, no importa que nos pase de aquí en adelante, nos volveremos a ver.
- S-si te lo prometo h-hermana... -dijo Guinji entre lágrimas
- ¡Ahora lárgate de aquí!
Esas fueron las ultimas palabras que Guinji escucho de su hermana esa noche, o al menos eso pensaba el pequeño, corrió y corrió hasta alejarse de aquel lugar, sin rumbo, solo corría albergando en su corazón aquella promesa que le hizo a su hermana, se volverían a ver y siempre estarían juntos. Llego a un parque cercano al centro de la ciudad, no sabia como habia llegado allí, solo sabia que habia huido toda la noche y necesitaba descansar, diviso una banca a lo lejos y se sentó un momento, recordaba a su dulce hermana diciéndole
"no te preocupes, todo estará bien, yo siempre te protegeré"...- y su corazón se llenaba de esperanza, pero recordaba ese accidente, la casa, el fuego, su madre y se esfumaba tal cual llego al ver que su hermana ya no estaría con el, nunca más, estaba solo...
El pequeño estaba tan agotado, que solo quería dormir, se olvido un momento del dolor y se entrego al sueño, durmió, durmió mucho tiempo, en sueños veía a su padre, su familia, todo estaba bien, eran felices, en sus sueños todo era perfecto, se aferró a esa idea y no quería despertar nunca mas...
Días mas tarde despertó en un lugar que nunca antes habia visto, a su lado se encontraba un hombre alto, de tez blanca y ojos azules, de contextura delgada y con un arete en su oreja izquierda, era el señor Teshimine, lo encontró en las calles, solo, vagando y llorando sin consuelo alguno, este buen hombre se apiado de el y lo crió en un lugar llamado "La fortaleza ilimitada", un lugar sombrío, barbarico, tenebroso, inclemente con los débiles, un sitio peligroso, lleno de malhechores; si no te manejabas con cuidado era probable que aparecieras muerto en un callejo al día siguiente. Tan alta como montaña, invencible e impenetrable, hecha de acero y hierro, llena de corredores e intrincados laberintos, en sus veinte niveles se encontraban mundos distintos y el la cúspide se encontraba ciudad babilón, así era aquel lugar.
–Abuelo, ¿cómo es posible que el pequeño Guinji se criara en ese lugar tan horrible?
- Creo que corrió con suerte y encontró a alguien que no era malo, entre tantas personas malas que vivían allí, no crees Takumi?- sonrió el anciano, mirando dulcemente al pequeño, continuando con la historia.
En aquel lugar, Guinji desarrollo sus poderes ocultos y poco a poco se fue volviendo mas fuerte, podía convocar a los relámpagos y crear electricidad con su propio cuerpo, era increíble; pero el tiempo es implacable y con el paso de los años Guinji se encerró en sus recuerdos y borro los hechos dolorosos que le habían pasado, tal cual hacia cuando tenia ocho años, se olvido de que alguna ves tuvo familia y una hermana a la cual amaba mucho...
