No sabía qué hacía, no escuchaba, no pensaba, literalmente no podía controlarse.
La energía salía de ella como si fueran llamaradas, ella quería, no, necesitaba detenerse, pero su cuerpo no se detendría.
- ¡Flora, detente! -grito una voz brevemente familiar-
Pero su cuerpo no respondió, estaba en Frenesí, y una vez que entras en Frenesí, la única manera de salir es terminar el trabajo.
Ella no quería, pero ni siquiera podía escuchar su propia conciencia.
Estaba perdida.
Hasta que de repente, sintió un fuerte golpe en su cabeza, haciendo que cayera de bruces al suelo, su energía volviendo a sus niveles normales.
- Auch -se quejó sobándose la cabeza-
- ¡Flora! -grito una niña de cabello azul alborotado de su edad, acercándose con su alma en sus brazos y su propia alma siguiéndola de cerca- ¡¿Estas bien?!
-Si, aunque ese golpe dolió, gracias Anima -agradeció pensando que fue la peli azul quien la detuvo-
-Eh…Yo no fui la que te detuvo, es más, creo que la que te "detuvo" no tenía exactamente esa intención.
- ¿Eh?
-Mira -acuno con un solo brazo a su alma y apunto a su costado- Ella cayo de, aparentemente, la nada, y cayo justo sobre tu cabeza.
La castaña volteo y vio a una pelirroja de su edad con un vestido blanco, la niña se veía demasiado pálida para la salud.
-… ¿Ella cayo de la nada y me golpeó la cabeza deteniéndome?
-Sep.
-…De alguna forma eso es decepcionante…Para mí.
- ¡Dímelo a mí! ¡Soy la Pengyou de los animales! ¡Debería poder haberte detenido!
-Flora y Fauna.
-Recuérdame eso cada vez, recuérdame eso cada vez -refunfuño-
-De todas formas, creo que sería mejor que llevemos a la niña a mi casa, ella se ve muy pálida -dijo la castaña levantándose y caminando hacia la niña para luego cargarla en su espalda- Por cierto -su tono se volvió preocupado- ¿Kouroku está bien? -pregunto haciendo énfasis a su alma en los brazos de Anima-
-Si, ella esta bien, solo la dejaste inconsciente -tranquilizo la peli azul-
La castaña suspiro más tranquila.
-Eso es bueno -dijo para comenzar a caminar-
Las dos niñas, junto con la niña y el alma inconscientes, caminaron a la salida del bosque.
Al llegar, las dos se detuvieron.
-Hasta aquí puedo ir -dijo la peli azul-
-Entiendo -respondió la castaña- ¿Puedes intentar despertar a Kouroku? Tengo que caminar hacia mi pueblo con la niña en mi espalda.
-Está bien -concordó para luego fruncir el ceño- ¿Estás segura de llevar a la niña? Ninguna de nosotras la conoce ni sabe de dónde vino.
-la castaña puso los ojos en blanco- Anima, tanto tu como yo podemos sentir que ella no es de aquí, si la firma mágica dice algo de eso, además, la marca mágica esta limpia y no es muy fuerte, así que no es ningún peligro para nadie.
-la peli azul suspiro profundamente- Lo sé, lo sé, pero ya sabes lo que pienso de la mayoría de los seres mágicos fuera de nuestro mundo.
-Siento lo mismo que tu Anima, pero ella necesita ayuda, y teóricamente, me salvo, se lo debo.
-Por supuesto que si -refunfuño, pero suspiro- Esta bien, pero vendré cada tanto para ver como estas, y para vigilarla -dirigió su mirada a la pelirroja que seguía inconsciente-
-la castaña sonrió- Gracias Anima, por todo.
-ella le devolvió la sonrisa- Para eso están las amigas ¿No? Bueno hora de despertar a tu alma -ella sacudió débilmente a la gatita rosa perla en sus brazos, hasta que finalmente ella abrió los ojos-
- ¿Uh? -parpadeo para intentar ubicarse- ¿Señorita Anima? ¿Dónde…? -de repente todo le llego como una tonelada de ladrillos y se alarmo- ¡¿Y mi ama?!
-Estoy aquí Kouroku, estoy bien ¿Y tú? -pregunto la castaña volteando con cuidado de no molestar a la chica en su espalda-
- ¡Ama! ¡Gracias a los cielos! -grito Kouroku levitando hacia ella- ¿Esta bien?
-Estoy bien Kouroku -la castaña sonrió por la preocupación de su alma y amiga, pero rápidamente quito esa sonrisa- Kouroku, lo siento mucho…
-la gatita negó con la cabeza- Ama, tranquila, usted no estaba en todos sus sentidos, y despues de lo que paso, era perfectamente normal.
-las lagrimas se acumularon en sus ojos- Pero debí ser capaz de controlarme, me prometí jamás volver a perder el control.
-Ama, eso es inevitable, su…experiencia traumática… es algo que no muchos han experimentado y menos a una edad tan corta como a los cinco años, era inevitable que hubiera secuelas durante su crecimiento, incluso si solo pasaron cuatro años y todo el entrenamiento que hizo.
-Eso -interrumpió Anima- Y también tu terquedad de dejar todo para ti sola, recuerda que nos tienes a nosotros para que te desahogues de la experiencia que tenias en ese momento y ahora, también debes recordar que aun tienes a tus padres, y ellos son conocidos por ser la "familia del amor" incluso entre algunos de nuestro tipo.
La castaña las miro por un momento y sonrió dejando que las lágrimas bajaran.
-Tienen razón, supongo que me tomo todo esto para darme cuenta hehe.
-Eso está bien, al menos te diste cuenta, mejor tarde que nunca, incluso si fueron cuatro años -dijo Anima- Entonces ¿Tomaras la terapia? La de Darren me refiero.
-Creo que si, al menos será con alguien de confianza y que conozco -respondió Flora-
- ¡Genial! ¡Te daré tiempo para pensarlo! ¡Pero avisare a Darren de todos modos! -ella exclamo con una gran sonrisa- ¡Bueno! ¡Shakira y yo nos vamos! ¡Nos vemos luego, Flora! -grito la peli azul comenzando a correr hacia el bosque seguida de su alma-
- ¡Nos vemos luego! -grito de vuelta Flora con una sonrisa, ella sonrió a Kouroku- Sera mejor que volvamos a casa, tenemos que inventar alguna excusa para explicar esto a mama y papa.
- ¡Clara ama! -grito el alma con entusiasmo y siguió a su ama por el camino hacia el pueblo-
Camino silenciosamente por el pueblo seguida de su alma, lo único que podía escuchar era el sonido de los grillos y la respiración de la niña pelirroja.
En todo el camino pensó en alguna excusa para explicar esto a sus padres, estuvo discutiendo con Kouroku sobre alguna, viendo los pros y contras de cada una.
Finalmente se decidieron por una, justo a tiempo, porque estaban en frente del restaurante de sus padres.
Golpeo la puerta esperando que la escucharan. Kouroku se hizo invisible a su lado.
Las luces se prendieron, justo cuando sus mechones rosados y ropa desaparecieron solo para dejar su cabello castaño normal y su piyama.
Era hora del show.
...
Ella estaba abriendo los ojos pesadamente, sentía su cabeza dando vuelta y ni una pulgada de su cuerpo le respondió, intentó mover su mano, pero solo logro mover sus dedos.
-Está despertando -hablo la voz una mujer adulta-
- ¿Ella estará bien, mama? -escucho la voz de una niña-
-Ella estará bien querida, fue una suerte que salieras a buscarla, corría el riesgo de enfermarse allí afuera.
-S-Si, pero la próxima vez avísanos antes de salir ¿De acuerdo? -escucho la voz de un hombre esta vez-
- ¡De acuerdo, papa!
Ella abrió los ojos y vio a una mujer castaña de ojos verde azulado, su estómago parecía hinchado. Había una castaña rojiza a su lado con un piyama rosa con los mismos ojos que la mujer solo que estos tenían un tinte mas verde agua. Junto a ellas había un hombre grande, también castaño, de ojos muy similares solo que más verdes.
- ¿D-Donde? -intento preguntar hasta que la mujer la detuvo-
-No te esfuerces, estas muy débil y no deberías esforzarte, ten, toma esto, esto debería aliviar tu garganta -dijo la mujer mayor tendiéndole un vaso con agua-
Ella quiso agarrarlo, pero apenas y pudo mover los dedos. La mujer noto esto y le hizo una seña a su, aparente, esposo para que la ayudare a sentarse.
Con la ayuda del hombre, ella se sentó y bebió el agua gracias a la ayuda de la mujer. Su garganta inmediatamente se sintió aliviada al sentir el líquido correr por ella.
- ¿Mejor? -pregunto la mujer, ella asintió- Que bueno, espero que no te asustemos querida, pero ¿De donde vienes? No pareces ser de por aquí.
Ella quiso responder, hasta que de repente, se dio cuenta de que su mente estaba en blanco, solo una cosa revoloteaba por su mente.
-Towa…
- ¿Eh?
- ¡Q-Quiero decir! -ella se puso nerviosa- Mi nombre es Towa, creo… -susurro lo último-
- ¡Oh! ¡Discúlpanos en no presentarnos! Mi nombre es Haruno Moe, él es mi esposo, Haruno Ibuki, ella es nuestra hija mayor, Haruno Haruka -hizo un gesto a cada miembro y luego llevo su mano a su vientre- Y ella es Haruno Momoka, pero aún falta para que la conozcas.
-O-Oh entiendo -de repente recordando el significado del embarazo, por alguna razón- Uh eh ¿Dónde estoy?
-Estas cerca de la ciudad de Yumegahama, este pueblo no tiene realmente nombre por ser un lugar turístico, solo podemos decirte que estas en un lugar seguro -respondió Ibuki-
-D-De acuerdo… ¿Cómo llegue aquí? -pregunto confundida-
-Haruka te encontró inconsciente cerca de nuestra casa, ella escucho un ruido de golpe y salió para ver que era, y te encontró, luego nos avisó -explico Moe-
-O-Oh muchas gracias… -inclino la cabeza hacia la niña-
- ¡No hay problema! Siempre ayudo a quienes pueda -dijo seriamente-
-Aunque a veces enserio nos preocupamos por eso, pero no cambiaríamos a Haruka -dijo entre nervioso y orgulloso Ibuki, junto con el asentimiento de Moe-
-Entonces… ¿De donde eres? -hizo la pregunta nuevamente Haruka-
-He… -la pelirroja hizo esfuerzo por recordar algo, más allá de su nombre, sin embargo, no le llegaba nada, lentamente, su rostro mostro pánico- N-No…No recuerdo… -susurro con horror-
- ¿Cómo? -pregunto Moe preocupada pues pudieron escucharlo por el silencio-
- ¡N-No recuerdo! ¡¿De donde soy?! -grito llevándose las manos a la cabeza intentando recordar algo-
-Cálmate Towa -intento tranquilizar Moe dándole rápidas miradas preocupadas a su esposo y su hija- Respira hondo y cálmate, ¿Estás segura que no recuerdas nada? ¿Nada de nada?
-S-Solo mi nombre… -dijo con mucho miedo notable-
La familia Haruno noto esto y supieron al instante que ella no estaba mintiendo, ella no recordaba nada, a excepción de su nombre, pero ¿Por qué? ¿Por qué ella no recordaba nada?
Moe abrazo repentinamente a la pelirroja sorprendiéndola.
-Tranquila, te ayudaremos, haremos lo posible para que vuelvas con tu familia -prometió Moe-
Towa fue sacudida por el abrazo, al punto en que lloro un poco y correspondió.
- ¡G-Gracias!
Ibuki y Haruka sonrieron, desistiendo de abrazar a Towa por si abrumaba. Haruka en todo momento mirando a la pelirroja con preocupación.
Ella tendrá que decirlo esto al consejo…
