Disclaimer: Pokémon es propiedad de Pokémon Company y Nintendo. Yo solo hago esto sin recibir ningún tipo de remuneración.
Disfruten.
Capitulo. 1
Deseo.
La humanidad ha existido desde hace ya varios años, han creado varias ciudades y estas con el tiempo se han ido perdiendo, pero…
¿Qué pasa cuando una ciudad desaparece? ¿Qué pasa cuando sus habitantes dejan de existir? O mejor dicho ¿Qué pasa cuando lo único que se tiene sobre una cultura es un templo?
Bueno… se llama a un arqueólogo, un excavador de templos, un descubridor de lo desconocido y de los secretos que alguna vez existieron.
Uno de ellos en específico, es el mejor de todos.
El Dr. Ash Ketchum.
Descubridor de la estatuilla de oro de Blastoise, en Kanto, señal invaluable sobre la civilización pérdida de los Aquanenses, que vivieron hace ya más de tres mil años…
El hombre que decía estas palabras, era un hombre maduro de pasados los 50 años de cabello canoso y tez morena, muchos lo conocían como profesor Oak, aunque muy pocas personas conocían su primer nombre, él había sido el maestro del homenajeado y su acompañante en su primera expedición.
- Damas y caballeros, reciban con emoción a nuestro homenajeado, Ash Ketchum. – Termino por decir Oak, dándole espacio a un hombre más joven, entre sus veintes, ataviado en un esmoquin blanco con algunos detalles de color negro como en la zona del cuello y las muñecas. El joven tenía el cabello negro como el azabache, bien arreglado hacia atrás; unos ojos castaños claros y una piel morena. De entre todas sus peculiaridades tenía una marca en forma de zeta en cada uno de sus pómulos.
- Es un honor estar con ustedes esta noche, agradezco el homenaje. Esta estatuilla recuperada del tiempo y los ladrones de tesoros, representa un claro ejemplo, sobre la vida común de la humanidad en tiempos más antiguos, esta estatuilla representa al dios que los hombres y mujeres veneraban confundiéndolo con una creatura hoy llamada Pokémon. – Los presentes observaron como el joven arqueólogo daba su discurso con enorme pasión.
- Para esos hombres y mujeres ver una creatura con ese tamaño y tal vez poder, representaba algo, hoy muchos vemos a un Blastoise y casi no nos sorprendemos porque los entrenadores hacen excelentemente su trabajo, por eso puedo afirmar, que este es un claro ejemplo de que los humanos, tenían miedo de las "creaturas mágicas" o Pokémon, gracias. – El joven bajo del estrado, recibido en aplausos, se acercó a su maestro, el Profesor Oak y le dio un cálido abrazo, ambos bajaron del escenario y se adentraron entre la multitud.
- Veo que has mejorado mucho, mi estudiante. – Comento Oak alegre.
- Si, pero aun así todos los días se aprende algo, profesor. – Respondió Ash.
- Dime… - El hombre cambio radicalmente en su habla tornándose seria. – ¿Son ciertos los rumores? ¿Te quedaste sin dinero, Ash? – La mirada preocupada de su maestro y amigo, hizo que el joven se resignara.
- Sí, estoy al borde de la quiebra maestro, la búsqueda de este artefacto, le costó mucho a mi fortuna.
- Ya veo, pero ¿No preguntaste a las universidades sobre un posible financiamiento? – La sola mención de la pregunta hizo que Ash fijara su atención hacia la multitud de personas, a quienes miro con desagrado y resentimiento.
- Si, lo hice, pero todos quisieron no hacerlo por lo arriesgado de la expedición.
- Y ahora, todos vienen a festejar, tu hallazgo… - La mirada del profesor se hizo en la multitud – hipócritas. – Señalo molesto.
- Eso no me importa. – Comento Ash. – Al final así es la gente, no creen en ti y te dejan tirado, cuando logras algo todos vienen ante ti. – Agrego con severidad el azabache.
En cierta manera Oak, tuvo una especie de deja-vu, pues en su juventud había pasado por los mismos problemas que actualmente aquejaban a su estudiante.
- Eso es cierto, pero dime, ¿El museo no te pagara nada por darles la pieza?
- No y dudo que lo hagan, el museo que tiene las piezas de la civilización Aquanense, es pobre, y sería una lástima no darles la estatuilla, representa mucho para la investigación sobre la civilización. – Respondió Ash con honestidad. El profesor puso su mano sobre el hombro del muchacho dándole seguridad.
- Ash si te falta algo, no dudes en comentarme, estoy ansioso por ver a donde te diriges esta vez, mi joven alumno.
- Por ahora no se profesor. – Ash sonrió en agradecimiento. - Me han hecho una oferta de trabajo en Johto, pero sabe muy bien que no me gusta excavar en donde ya lo han hecho antes.
- Si eso lo sé, por eso te metes casi en lugares donde terminas casi muerto. – Recordó graciosamente el profesor.
- Me conoce maestro. - Tal vez demasiado, chico. Pensó el hombre - Bueno Ash me retiro.
- Adiós maestro.
Ambos arqueólogos se despidieron y Ash se quedó a la merced de muchos hombres, quienes se acercaron a felicitarlo, cosa que el joven por su puesto odiaba; ellos habían sido quienes lo habían abandonado cuando monto una expedición para recuperar parte de los secretos de la civilización Aquanense, dejándolo al borde de la bancarrota, pero que aun así hacía con gusto.
- Veo que su locura le llevo a algo Dr. Ketchum. – Comento con una sonrisa el rector de la universidad de Ciudad Verde, un hombre calvo de tez blanca y robusto que dejaba ver que llevaba un buen estilo de vida.
- Por supuesto, señor Rector. – Respondió el Dr. Ketchum con una sonrisa fingida, mientras le daba la mano al hombre.
- Me dije a mi mismo que era una tontería el no apoyarle, pero usted sabe cómo es la política, y bueno, nuestros inversionistas no veían con buenos ojos un gasto tan grande. – Ash por su puesto no se creyó ninguna palabra de miel que el hombre recitaba, era obvio que el mismo rector había jugado en su contra para así no perder ningún centavo y seguir comiendo como una persona rica.
- Me di cuenta señor rector, y espero que su política lo lleve lejos. – Termino por alejarse dejando al hombre con las palabras en la boca.
Ash camino por el salón, evitando en lo máximo posible a cualquier persona, estaba hastiado de sonreír hipócritamente, sentía las comisuras de sus labios casi entumecidas, el joven se preguntó como lo hacían los hombres y mujeres aristócratas que se encontraban en el salón.
Un mesero paso cerca de él con copas llenas de champaña, el hombre tomo una y se la bebió lenta y gustosamente, haciendo que la espuma pasara por su garganta, fue terminada la copa que vio a tan bella mujer.
Con un vestido rojo de una sola pieza, que dejaba ver una hermosa figura y con un prominente escote, que harían babear a cualquier hombre por donde ella pasara, su mirada adornada con dos bellos ojos de color azul oscuro se cruzó con la del arqueólogo, quien se acercó a ella, al mismo tiempo que ella lo hacía, ondeando la castaña cabellera por todo el salón dejando a algunas mujeres celosas por el camino.
- Profesor Ketchum, por fin tengo el gusto de conocerlo, me presento. Mi nombre es May Balance y soy fanática de su trabajo y de usted.
El joven arqueólogo como un caballero tomo la muñeca de la chica, que parecía estar en sus veintes al igual que él, y la beso, en formalidad.
- El gusto es mío, Madame, ¿En qué puedo ayudarle? – La joven Balance, se acercó al oído del profesor y con una voz coqueta respondió.
- Quiero proponerle algo profesor, en privado. –Ash sonrió con galanura al mismo tiempo que respondía.
- De acuerdo y llámeme Ash madame, odio que me llamen profesor, me siento más viejo.
La castaña guio al arqueólogo, moviéndose por todo el salón concurrido y elegante, llegando a un pequeño balcón, en donde se dejaba ver la noche estrellada y las voces y risas de los invitados eran solo pequeños murmullos.
La mujer con coquetería se acercó de nuevo al oído del arqueólogo, quien simplemente se dejó llevar por la situación.
- Seguramente tienes pensado que te vine a proponer algo indecoroso, ¿Cierto Ash? – Comento provocativamente, mientras el arqueólogo se mantenía estático, intentando no avergonzarse por sentirse descubierto. – Sin embargo... – La joven se alejó un par de pasos del hombre, mirándole con rostro serio. – A lo que vine es a proponerte un nuevo proyecto. Y es un proyecto de las que a ti te gustan. Arqueología.
- ¿A qué se refiere con eso señorita Balance? – Respondió él olvidando un momento su vergüenza y observando a la joven con curiosidad.
- Es una misión de búsqueda, sé que estas pasando dificultades financieras y esto podría ayudarte a salir del bache. Es una relación de ganar-ganar, tú ganas algo y yo gano otra cosa.
- ¿Qué se supone que es esta misión de búsqueda, señorita Balance? – Pregunto serio Ash, la chica miro por un momento al paisaje de la noche y sonrió, para luego mirar al joven.
- Quiero encomendarle la búsqueda de dos orbes Profesor Ketchum.
- ¿Dos orbes? – Pregunto extrañado, el arqueólogo.
- Si como usted escucho dos orbes, escuche, en la región de Sinnoh existió hace mucho tiempo una civilización muy poderosa, creo ciudades por toda la región y se hizo del control de muchas rutas comerciales.
- Eso lo sé. –Apunto Ash. – La civilización de Sinnoh era poderosa, pero desapareció misteriosamente hace mucho tiempo.
- Si, pero lo que no sabe, es que la religión de esta civilización se basaba principalmente en el culto a dos deidades, y cada deidad tenía una reliquia especial, un orbe.
- ¿Que sabe sobre los orbes? ¿Dónde puedo buscarlos? – Ash pregunto completamente curioso, mientras miraba el paisaje nocturno, desde ese pequeño balcón.
- Desafortunadamente, no tengo información sobre eso, Ash. – Sonrió la mujer elevando los hombros.
- ¿Y cómo quiere que busque algo que solo se sabe que existe por leyendas? – Ash pregunto incrédulo.
- Usted encontró la estatua de Blastoise de oro, casi sin nada.
- Lo descubrí por información en un pergamino antiguo. – Señalo el arqueólogo. – Esto es otra historia, será completamente difícil.
- Estoy consciente de eso, y confió en sus habilidades, por eso… - Ella lo miro a los ojos completamente decidida. – ¿Puedo contar contigo Ash?
- Debo consultarlo con mi equipo primero, no es una decisión de un solo hombre.
- Entiendo, déjeme decirle que todos los gastos que usted tenga en la búsqueda correrán por mi cuenta, además al final si el trabajo es exitoso, tendrá una buena paga.
- Como dije Madame Balance, esa no es mi decisión completamente, es de mi equipo, tengo que preguntarles.
- Comprendo, y aquí tiene – May extendió la mano y le dio una tarjeta a Ash. – Es mi tarjeta, llámeme cuando se decidan, por favor.
- De acuerdo.
- Ahora si me disculpas Ash, me tengo que ir… - La joven se acercó de nuevo al arqueólogo, haciendo sonrojar al hombre, para luego decir en forma provocativa. – Aunque me gustaría convencerte de otra forma. – Finalmente sonrió y sin decir más, se alejó dejando al joven completamente contrariado.
Ash decidió por su salud mental, ignorar el último comentario de May y centrar sus pensamientos acerca de su propuesta, una vez más, el arqueólogo Ash Ketchum iba a por la aventura.
N/A: Primer capitulo arriba.
Gracias por leer esta historia, no se que decir en esta parte la verdad, fue lo mas difícil, solo quiero decir que si han visto Indiana Jones, pues aquí va un poco por ahí, claro esta guardando las debidas distancias.
El capitulo 2 estará arriba pronto, nos vemos hasta entonces.
