Capítulo 1 - Chateando con un gatito
-Bugaboo?
Estaba cosiendo en mi cuarto, cuando me llegó el nuevo mensaje por correo. No pude evitar reír levemente al ver quién era el portador de ese mensaje.
-¡Hola gatito! ¿Me buscabas? ;)
Nunca pensé que algún día tendría que darle las gracias a Alya por sus disparatadas y locas ideas o por su obsesión por las redes sociales.
Hace años atrás, cuando ambas nos conocimos, creo su propio blog personal. En la plataforma online publicaba teorías, reviews y realizaba encuestas de sus series y libros favoritos. Y no solo eso; también, eventualmente, fue creando nuevas secciones para entretener a sus seguidores, como por ejemplo un video-diario. A través de él, logró entrar en contacto, cara a cara, con otros usuarios de su página, y estrechando los lazos aún más si podía ser posible. Un álbum donde recopilaba fotos de todas sus actividades y eventos, los cotilleos más interesantes de la escuela o de la propia ciudad que llegaban a sus oídos a través de intermediarios… ¡Era increíble todo el materia que tenía!
Realmente no había nadie que se pudiera resistir a visitar su blog.
Ella misma, orgullosa, ya se autoproclamaba una periodista de prestigio cuando apenas solo estábamos a punto de acabar los estudios para ir a la universidad. Pero lo cierto, es que todos los que la conocíamos no podíamos más que darle la razón a la morena ante ello. No había forma de negarlo. Tenía mucho talento para conseguir todo aquello que se propusiera; ya fuera información o uno de mis postres caseros recién hechos y a los que nunca podía negarle un trozo.
Realizar una actividad extraescolar conllevaba a que nuestra loca y activa amiga hiciera un auténtico reportaje de todo el viaje. Pero al final, todo eso nos beneficiaba desde cierto punto de vista. Muchos gracias a ella lograban guardar momentos divertidos de todo y de todos. Aún recuerdo cuando publicó en el blog la carrera por la que apostaron Kim y Alix el año pasado; o la huida apresurada de Max por el campamento de verano escolar tras asustarse al ver una mofeta en su habitación.
Sí…Había que admirar y respetar a Alya si no querías sufrir las consecuencias… Esa chica era de armas tomar, y bien que lo sabíamos yo, su mejor amiga, y Nino, su novio.
-¡Claro! ¿Una noche sin hablar contigo? ¡Tierra trágame!
Jajajaja…Ese gato y sus ocurrencias…
En el último año de escuela Alya creó algunas nuevas secciones en blog, entre las cuales estaban su recién creado sistema de chat-room y mensajería.
Ahora no solo sus usuarios de la plataforma online podían hablar solo con ella, sino entre ellos mismos. Así se podía comentar sobre anécdotas y gustos entre todos y, gracias a ello, se había creado una gran comunidad. Mi amiga tenía cada vez más y más seguidores entre sus redes sociales.
Por mi parte, he de decir que fue algo inevitable que me hiciera usuaria fiel de su página. Desde su creación, disfruté de las secciones de chat y mensajería. Si bien es cierto que conocí a mucha gente interesante con la que compartía ciertos gustos, solo seguí manteniendo contacto con una persona a través de esa vía con el paso del tiempo…hasta el día de hoy…
-Eres un exagerado, Chat Noir XD…
-Adoras mi compañía, my lady, asúmelo…
-Más quisieras :P
-Sin mí tus tardes serían más que aburridas
-Sin ti me cundiría más la tarde haciendo deberes
-¡Pero si luego soy tu profe particular!
-En física, que es tu fuerte y no el mío
-¡No lo has desmentido! XD
-Lo mismo que yo soy tu profesora particular en historia
-No me cortes las alas, bichito…
-Si no te corto las alas, ¿quién te bajaría de las nubes?
-Para tu información, este gatito es más listo de lo que aparenta
-Jajaja no te lo discuto… ¿Qué tal tu día hoy?
Chat Noir se había convertido en mi confidente durante todo este tiempo.
Y en un gran amigo.
¡Y eso que no conocía su identidad!
En la página de Alya los usuarios siempre utilizábamos nuestros nick-names para no compartir nunca, entre unos u otros, información personal. De esta manera se mantenía la seguridad de todos los que entraban y salían de la página, o la usaran. Ante todo, mi amiga era responsable ante lo que hacía.
Pasaba tanto tiempo entre bromas y anécdotas con Chat que decidimos intercambiar correos electrónicos para seguir en contacto fuera de la página. Para que fuera más divertido, Chat dio la idea de que siguiéramos manteniendo nuestras identidades en secreto. Y así fue…
Hasta el día de hoy nunca nos hemos revelado, el uno al otro, datos que puedan comprometer nuestra identidad. Pese a todo, sí he de admitir que, de vez en cuando, nos lanzábamos preguntas con segundas intenciones para saber más del otro.
Me encantaban los ratos que pasaba conversando con él todas las noches sin parar. Era divertido, listo y detallista. Un adulador hasta la saciedad, pero un bromista de primera. Me gustaba hacerle creer que no me hacían tanta gracia sus chistes de gatos. Se picaba y se las ingeniaba para lograr hacerme reír de cualquiera de las maneras. Aunque eso incluyera contarme alguna anécdota personal divertida o vergonzosa. Lo más lamentable era cuando te soltaba un comentario o te contaba alguna broma relacionada con gatos…
¡No pudo elegir mejor nickname para su usuario!
También era una de las personas más inteligentes que había conocido. Y habíamos mantenido muchas conversaciones intercambiando opiniones de todo tipo; ya fuera sobre formulaciones químicas, críticas sobre obras de arte, libros o música favorita.
Era increíble la capacidad que tenía de acordarse de las cosas más mínimas e insignificantes de las que habíamos hablado un día, una semana o incluso meses anteriores.
-Monótono… Seguro que tu vida es más interesante que la mía… Me divierte más siempre lo que me cuentas tú siempre
-Aburrido
-Ladybug…me ofende tu duda, ¿sabes?
-¿No me digas? ¡Mil perdones, mi estimado minino! XD
-¿Acaso no crees que este pobre gato no te echaría en falta, my lady? Oh…eso ha sido un golpe gratuito…
Reí a carcajada suelta tras ese comentario.
-En fin…Mi día ha ido bien. Como la seda más bien. Pero, ya sabes, me faltaron tus "oportunos" mensajes de texto en mitad de mis clases :P
Era inevitable recordar, ante esa referencia, la "pequeña" trastada que cometí en su contra ayer.
Me aburría durante clases de química, y como Alya estaba lo suficientemente aplicada a la clase aquel día como para prestarme atención porque si no lo hacía podría suspender la final, me puse a escondidas a mandarle simples mensajes a mi gatuno amigo para que me diera conversación… o incluso algún gif gracioso de gatos.
No solíamos hablar mucho en las mañanas puesto que cada uno tenía sus labores que atender. Por eso hablábamos más tiempo durante las noches generalmente. Y las conversaciones, a veces, tendían a alargarse incluso hasta altas horas de la noche si no era consciente del reloj. Más de una vez me había quedado durmiendo en la cama con el móvil en mano y luego él, al día siguiente, me había reclamado por no avisarle y haberle dejado hablando solo.
En aquel momento, cuando empecé a mensajearle, no contestó a mis mensajes. Por un momento, pensé que la profesora de turno, la señorita Mendeliev, me regañaría en clase al alzar la mirada al frente. Pero para mi desconcierto, al que regañó fue a Adrien, que estaba delante de mí, también revisando algo en su celular y oportunamente sonó en mitad de la clase alertando a la maestra.
Esa noche mi amigo, por mensajería, me recriminó por esos mensajes puesto que lo había metido en un apuro gordo durante sus clases cuando él nunca se había metido en líos. Yo estuve toda la noche burlándome de él por ello. Y no pude evitar pensar si se habría metido en un lío similar al que tuvo Adrien en mi clase.
-No fue culpa mía que te pillaran en clase con el móvil
-¿Perdona? ¿Entonces, dices que fue MI culpa? XD
-Sé más cuidadoso cuando revises el celular gatito ;P
-Eres malvada my lady
-Soy una villana horrible XD
-¡Pero eres mi villana favorita! Al menos me libraste de un aburrimiento eterno en clases.
-¡Ladybug al rescate!
A veces sentía que en verdad estaba sincronizada con él en todo… Muchas veces me he planteado que hubiera pasado si lo hubiera conocido en persona; si hubiera tenido más trato con él… y no solo a través de mensajería.
No negaba que si no hubiera existido Adrien antes en mi vida… no hubiera dudado en admitir estar loca por este gato de bromas malas… Era encantador.
Pero…aún lo dudaba a veces…
Agh…
La historia de mi vida titulada "Adrien Agreste" es un asunto demasiado largo de contar…
Durante los últimos años mi trato con Adrien ha ido mejorando. Con el paso del tiempo, al menos, he podido entablar más conversación y trato con él; más allá de lo nulo que tenía en sus inicios, cuando solo era capaz de tartamudear frente a él. El que quedásemos juntos algunas tardes o en los recesos, junto con Alya y Nino, fue de mucha ayuda para que esa relación de amistad surgiera y mejorase. Sin embargo, entre la timidez de ambos, por naturaleza, y la poca existencia de tiempo libre en la agenda del rubio, muchas veces se hacía imposible que quedáramos los cuatro en grupo.
¿Cómo podía fantasear con tener algo con él, si ni siquiera podía tener suficientetrato con él, y cuando lo tenía, no era capaz de pronunciar palabra?
Estos años aprendí que todo llega a su tiempo. Estaba a punto de graduarme. Seguramente entrase a una escuela de diseño en la que había echado plaza, y muy probablemente vería menos a mi amiga Alya y perdería el contacto con muchos de mis compañeros de clase…incluido a Adrien.
¿Por qué ilusionarme entonces? ¿Por qué seguir aferrada a un crush que no me traería nada para el futuro más que dolor y desilusión?
Estaba claro que él no sentía lo mismo por mí. Después de tantos años, sería imposible. Y de haberse dado el caso de que notase mis sentimientos, yo ya me habría percatado de ello, si intentaba corresponderme, ¿no?
Para cuando más determinada me sentí a dejar correr el tema de Adrien atrás, surgió toda la dinámica de Alya sobre el chat de su blog… Y allí fue donde conocí a Chat Noir…
¿Podría ilusionarme?
No paraba de preguntarme eso cada vez que nos poníamos a hablar de manera incansable hasta las tantas o cuando él me coqueteaba a modo de broma. Era su forma, extrovertida, de decirme que me apreciaba en su vida y yo se lo devolvía de igual manera. Pero… nadie podía asegurarme que, de darse algo entre ambos, se fuera a dar bien.
No nos conocíamos realmente… o al menos, no en persona. Solo sabíamos de la vida del otro lo que nos habíamos dejado entrever o adivinar el uno al otro para conocer nuestras identidades.
Pese a todo, y a estas alturas, creo que puedo admitir, casi con toda seguridad, que he aprendido a conocerle y apreciarle por quién realmente es él. Y eso es algo que no mucha gente en la vida real puede hacer cuando conoce a una persona. De esta manera se aprende más a conocer a la persona por dentro, que es lo fundamental, y mucho más allá de las apariencias o cómo se muestre al mundo físicamente. A través de esta forma de comunicación entre ambos he tenido la suerte de conocer su personalidad; su verdadera forma de ser y no, según él, como se muestra ante los demás. Sabía que no me decepcionaría el chico detrás de la pantalla y el nickname del gato negro…Fuera quién fuera…
Pero… ¿y él?
¿Se decepcionaría de mí?
¿Qué imagen tendría él realmente de mí?
¿Podía dejar completamente atrás el recuerdo aférrimo de Adrien?
¿Seguir adelante con mi vida?
¿Encontrar a otra persona en mi vida?
¿Alguien a quién querer tanto o más que al rubio y que me correspondiera?
¿Sería Chat Noir esa persona?
-¡Ni que lo digas! Hay ciertas clases que me resultan demasiado pesadas a ciertas horas…
-¿No era que te gustaba ir a la escuela gatito?
-ME EN-CAN-TA bugaboo.
-¿Entonces?
-Lo que no entiendo es porque se hacen las horas tan largas cuando estoy en clases y tan cortas cuando hablamos juntos
-Admite tú ahora que te encanta mi compañía
-Lo admito… Me encanta estar contigo
Eso…
…
E-eso…
Agh…
Gato bobo..
A eso, amigos, era a lo que me refería cuando me preguntaba si de verdad podía hacerme ilusiones con él…
No puedo evitar paralizarme al leer ese último mensaje en ese momento y sonrojarme como una boba.
-¡Oh! Tan adulador como siempre Chat.
Intenté salirme por la tangente disimulando que no me ha afectado lo anterior…
-Siempre, my lady…
E inevitablemente, de vuelta, no puedo evitar sonreír levemente. Definitivamente Chat siempre sacaba mi mejor lado y terminaba por alegrarme el día.
-Gatito, no estás nunca conmigo… "te escribes" conmigo, que es distinto. Y por cierto, no me evites el tema con tus bromas. Sabes que con esta Catarina no te van ;P
Esperé impaciente un par de segundos frente a la pantalla por su respuesta para volver a contestarle de vuelta cuanto antes. Dejando así atrás lo que estaba haciendo antes de que comenzara nuestra conversación.
-"Te escribo", como tú dices, porque nunca se nos ha dado la oportunidad de algo más… my lady…
¿Qué?
No sería eso acaso una indirecta para conocernos por fin cara a cara… ¿no?
…
No…
…
No, no, no y NO…
…
Kyaaaaaaaa!
…
No, no, no…
…
¡Qué va!
…
No
…
Rotundamente no, ¡NO!
…
¡No podía estar pasando eso!
…
¡¿Qué le contestaba yo ahora?!
..
A los segundos, para mi desgracia, me llegaba un nuevo mensaje suyo.
-No bromeo al decir que me encanta pasar tiempo contigo… ¿Cuándo te he mentido yo bugaboo?;)
...
Ok…
Marinette Dupain Cheng… Vamos a ver… Respira hondo e inspira…
…
Con tranquilidad…
…
Respira…
…
Inspira…
…
Respira…
…
…
…
…
…
Mierda…
…
Y más mierda…
…
¡Maldito gato coqueto, presuntuoso, encantador y romántico!
…
Espera un momento… ¿Eso ha sido un insulto o un halago mío?
…
¡AGH! ¡Rayos!
…
Enserio… ¿Qué le decía yo ahora?
…
Había dejado la pantalla del ordenador y me estaba revolcando en la cama desesperada.
Siempre me había mandado constantes indirectas que yo contestaba con bromas… Pero esto era demasiado "directo".
Oh Dios mío… Oh Dios mío…
Desesperada, volví a acercarme corriendo a la pantalla. Me temblaban las manos ahora ante la obligación de contestarle. Dudé dos o tres veces antes que querer posar mis dedos de vuelta sobre el teclado. Si no escribía algo pronto se daría cuenta de que aquello me había afectado. Nunca tardábamos mucho en contestarnos mutuamente los mensajes una vez iniciábamos la conversación.
Podía decir, y temer incluso ahora, que nos conocíamos lo suficientemente bien por mensajes. Dependiendo de nuestra contestación sabíamos qué sentía o pensaba el otro. O al menos eso pasaba en mi caso. Sin conocerme cara a cara, me leía como un libro abierto en la palma de la mano.
Con cierto esfuerzo y tras un suspiro profundo volví a escribir "algo"…
-Nunca…
-¿Mmnn?
-No… Es que… Me refiero a que sí. Quiero decir, sí, que tienes razón. Sé que nunca me mentirías… o al menos eso quiero creer por lo que nos llevamos conociendo todo este tiempo por aquí…
¿Realmente estaba actuando tan nerviosa que no podía ni intentar de escribir con normalidad y aparentar calma? ¡Ni siquiera entendía lo que acababa de escribir yo misma! ¿Quién diría que aprendería a trabarme al hablar hasta escribiendo online?
-Acaso… ¿Acaso dudas de mí?
Entré en pánico ante su respuesta y duda. Lo que menos quería era que se apenara o le disgustara conmigo por el comentario de antes.
-¡NO! ¡Claro que no! Confió en ti y lo sabes…es solo que…
-¿Es solo que qué?
No me dio tiempo a terminar de escribir mi mensaje cuando él escribió este último y el siguiente. ¿Estaría molesto conmigo?
-¿Tienes miedo de conocerme en persona? ¿Es eso Ladybug?
Oh, ni mucho menos, Chat noir…
Si tan solo supiese
Casi nunca solía llamarme por mi nickname. Usualmente me llamaba con un mote cariñoso como anteriormente; bugaboo, my lady o bichito eran algunos de esos a la orden del día…
Y he de admitir que me encantaban…
La conversación se estaba llevando hacia un terreno que no me gustaba y debía evitar que acabara en desastre. No quería dejar de hablar con él… No ahora que durante el último tiempo que hemos conversado juntos durante estos meses me he dado cuenta de lo imprescindible que se está haciendo en mi vida…
De lo importante que realmente podría ser para mí…
Y aún no era capaz de confesar ni a mí misma en voz alta…
-No es eso Chat…
-¿Entonces? ¿Cuál es el problema?
Dudé unos segundos ante el teclado antes de contestar finalmente y empezar a escribir de nuevo.
-Claro que quiero conocerte, ¿qué problema va a haber?
Calma Marinette… Tú puedes…
-Has dudado durante un rato antes de contestarme.
¿Veis? A eso me refería con que me entendía demasiado bien…
¿O es que le era demasiado transparente realmente?
-No es eso…Es solo que…Agh…Me ha sorprendido que…quieras que nos conozcamos…
-¿Por qué?
Suspiré una vez más al escribir la respuesta con sinceridad.
-El que lo admitieras de esa manera, tan sincera y abierta… No me lo esperaba la verdad… Me has tomado por sorpresa…
Ahora fue él el que tardó unos segundos de más en contestarme de vuelta. Ya sentía que nada ni nadie podía despegarme de la silla. Escuchaba los llamados de mi madre para que apagara las luces de mi cuarto y me fuera a dormir. Ya era tarde e iba siendo hora de irme a acostar. Pero simplemente apagué las luces y seguí con la mirada pendiente de la pantalla y la contestación de mi misterioso amigo. Ansiedad era la única emoción que se me venía a la mente en esos momentos para imaginar cómo me sentía.
-Para serte sincero… Yo también estoy sorprendido de habértelo admitido de manera tan fácil… Y después de tanto tiempo
-No lo parece
Revelé aún nerviosa y abierta a la sinceridad totalmente a estas alturas.
-Verás… Llevo dándole vueltas al asunto durante los últimos días y… Sé que dijimos al principio que esto de las identidades ocultas, tal y como en el blog de Alya, sería entretenido para conocernos mejor a nosotros mismos sin saber quiénes éramos. Sin prejuicios de por medio y demás… Pero, lo más curioso, es que siento que nos hemos conocido, en todo este tiempo, incluso más de lo que nosotros mismos llegamos a pensar, en un principio, que haríamos…
Ese chico tenía que ser inteligente. O al menos tener un don de palabra.
Era fascinante la capacidad que tuvo para expresar todo lo que pensaba o sentía de esa manera a través de palabras y con tanta soltura. Comparada con mi escritura torpona de antes, estaba de sobra decir que me daba mil y una vueltas. Y cómo broche final, es que o podía llevar más razón en lo que afirmaba. Cuando quería sabía hablar con propiedad y de acuerdo a la situación. Nunca paraba de sorprenderme.
-Tienes razón
-Es por eso que quería plantearte esto… No acabar con nuestras noches de mensajes y eso… Sino mejorarlo
¿Cómo?
Eso provocó un vuelco en mi pecho de forma inesperada. Después no pude evitar tapar mi boca, intentando contener una exclamación sorprendida para que no me oyeran mis padres desde el piso de abajo.
-Quiero conocerte de verdad y compartir momentos "reales" contigo… No es que me queje de los ratos que pasamos "hablando"… Es solo…
Corté su discurso queriendo yo hablar también y opinar.
-Chat Noir…
Pero él siguió…
-Te has convertido en cuestión de meses en una persona muy importante en mi vida my lady… Muchas veces te he dicho que me sentía solo y enjaulado en una torre de marfil por mis problemas en casa…Y tú has sido la única que ha estado para mí cuando nadie lo ha podido…
Eso me llegó al alma y me conmovió.
Solo hacía lo que sentía. Y muchas de las veces en las que se había dado algo parecido a lo que estaba comentando fue por mis impulsos irremediables de querer ayudarle. ¿Cómo no iba a animarlo y querer incentivarle, si cuando intercambiábamos mensajes lucía apagado?
-Tú también has estado para mí cuando lo he necesitado… ¿para qué están los amigos?
Hasta a mí me dolió la última palabra que empleé para justificarme, pero… ¿qué otro término podía emplear para definirnos?
¿Compañeros de mensajes?
Eso sonaba peor…
-Y es por eso que te pido esto my lady…Quiero conocer a mi amiga…
Sus palabras me conmovieron. Y al mismo tiempo me clavaron una flecha dolorosa con el uso del término "amiga" de nuevo… ¿Podía ser eso más bipolar?
-Yo también quiero conocerte.
-Entonces solo di hora y lugar y tu deseo será concedido bichito ;)
La situación parecía tan surreal y sin embargo a la vez tan emocionante. Quería conocer al chico tras el nombre de gato negro. Aunque también me abrumaba con más fuerza el miedo que sentía de decepcionar cualquier expectativa que hubiera depositado en mí…
-¡Dios! ¡Es tarde y mañana tengo uno de los exámenes finales de curso! Lo siento my lady pero tengo que dejarte. Mañana hablamos y espero tu respuesta. ¡Que tengas mañana un día gatástico!
La leve risa que solté tras su última broma y su contestación apresurada fue captada por mi madre desde abajo al final. Me regañó y me advirtió de que me acostara ya pronto en voz alta desde abajo. Y resignada, suspiré aliviada por tener al menos un día de descanso para consultar con la almohada una decisión que bien podría marcarme.
-Hasta mañana Chat. Yo también tengo examen a primera hora del día. ¡Suerte!
-Tú también :D
-Buenas noches gatito
-Dulces sueños princesa
Su última frase era mi favorita.
Me la repetía todas las noches antes de acostarme cuando nos despedíamos desde casi nuestros inicios. Nunca quiso explicarme el porqué de ese curioso y cariñoso apelativo, pero no iba a indagar en ello tampoco. Ni mucho menos, por supuesto, iba a negarme. Siempre he pensado que sus apodos hacia mí han sido por molestarme o por bromas, pero, de manera gradual, se ha convertido en nuestra manera peculiar de hablarnos. Antes parecía cosa de amigos o hermanos… Y ahora ya no lo veía ni lo quería imaginar de esa forma afectiva tan "fraternal"…
Agh…
Sería una decisión difícil. Quizás hablarlo al día siguiente con Alya me podría ayudar. Si no se ponía demasiado pesada con el tema. Últimamente se muestra bastante insistente y burlona conmigo cuando le mencionaba cualquier asunto que tuviera que ver con mi amigo gatuno. Decía que era la manera perfecta de eliminar a Adrien Agreste de mi cabeza si esa era mi intención. Y no le quitaba razón. Pero…esa es la pregunta que tendría que hacerme antes de darle una respuesta a Chat…
¿Elegiría a Adrien o a Chat en mi vida?
Sabía que, aunque fuera a conocer a mi amigo de Internet, eso no implicaba forzosamente que tuviera que decirle cómo estaba empezando a sentir cosas por él. Sin embargo, el verdadero problema sería si realmente me gustaba más la realidad que fuera a encontrarme cuando le conociera al fin en persona, o la expectativa que ya tenía de él…
Ante todo, no quería perderle. Deseaba seguir formando parte de su vida, y que él también lo fuera de la mía…
¿Quién me diría que chatear con un gatito me traería tantos quebraderos de cabeza?
