Aquí les dejo un pequeño oneshot. Aunque empieza algo serio, no tiene nada que ver con el final. Lo hice algo a la carrera y por pura inspiración, así que tal vez hay cosas que pude haber hecho mejor...aún así espero les agrade.
Disclaimer: Death Note (c) Tsugumi Ohba & Takeshi Obata
Lil-Blue-Tiger
"¿Y aún cuando...?"
(NOTA: Se supone que esto toma lugar cuando Matt y Mello aún estan en Wammy's House)
Matt tomó el arma entre sus manos y se la llevó hacia su cabeza. Aquí terminaría todo, este sería el fin. Solo debía jalar el gatillo y todo acabaría.
Tragó saliva y su respiración se agitó. Podía sentir su corazón palpitar más fuertemente y el sudor recorrer su sien. Posicionó la pistola y cerró los ojos.
A la cuenta de tres, pensó. 1...2...¡PAS!
En ese justo momento la puerta se abrió y Matt abrió los ojos de par en par paralizado. El chico rubio que entró se detuvo en su trayecto observandolo confundido.
-¿Matt?-empezó a decir el rubio.-¿Qué demonios estás…?
-¡NO!- lo interrumpió. –¡Cállate! ¡No te acerques, Mello! Juro que voy a jalar el gatillo si te acercas un milímetro más.
Mello se quedó quieto con cara irritada. –Matt, no hagas estupideces. Por favor, eso…
-¡Dije que te callaras! Yo…yo no quiero seguir viviendo. No aquí…yo quiero morirme, ¡déjame!
Mello se llevó una mano a su frente.- Matt, no estoy de humor para esto, por favor quieres calmarte y bajar la maldita pistola.
-¡No, Mello! Yo estoy harto de todo esto. La vida es tan tonta, tan complicada, no quiero seguir sufriendo, siempre fallando y tropezando. ¡No sirvo para vivir! ¿Por qué voy a seguir haciendo algo de lo que no soy capaz?
El otro escuchó algo extrañado los motivos de su amigo y al final una chispa de conocimiento se filtró en sus ojos.
-¿Acaso…?-comenzó-Matt…No me digas que todo esto fue porque ayer perdiste en Mario Bros.
Matt se cubrió la boca impresionado de que fuera capaz de recordárselo.
-¿Como puedes repetírmelo? ¡Lo haces a propósito para hacerme sentir peor!
-No puedo creerlo.-dijo el rubio rodando los ojos.-Ya basta. Es suficiente.
Empezó a caminar directo al confundido amante de los videojuegos.
-¡Alto ahí, Mello! Te lo advierto, dispararé.
-Pero…
-Lo haré si no paras.
-Pero, ¡Matt...!
-No voy a dudar…
-¡MATT, NI SIQUIERA ES DE VERDAD!
Matt se quedó ahí parado, temblando, sin saber que responder. Mello se acercó quedando a un paso de él y extendió la mano.
-Ahora, dame la maldita pistola de agua.
Matt dudó, vió los amenazantes ojos azules de su compañero y con resignado entregó su arma.
Mello sonrió complacido. El pelirrojo se quedó mirando el suelo, por lo que un repentino abrazo lo tomó por sorpresa.
Matt levantó la mirada, con las mejillas sonrojadas.
-¿En verdad vivir es tan malo?
Matt no respondió.
-… ¿Aún cuando me tienes a mí?
Matt jadeó en sorpresa. No podía ver la cara de Mello, pero podía imaginarla simplemente por la seriedad con que dijo esas palabras. Y tras considerarlo contestó:
-Bueno…tal vez. Tú haces todo más divertido.
Mello sonrió orgulloso. –Exacto. –deshizo el abrazo y miró a Matt directamente a los ojos, que por esta ocasión, de esas raras veces, no estaban escondidos debajo de sus googles naranjas. –Así que por favor, Matt. No trates de suicidarte con una pistola de agua.
Matt soltó una risa avergonzada entonces. –Está bien.
-Ahora vamos a jugar tu estúpido videojuego de Mario Bros. Te enseñaré como juegan los expertos como yo.
Matt suspiró nuevamente. A veces la vida era algo pesada.
Pero en verdad, Mello hacía que todo fuera más llevadero.
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