Realmente... como estaba en mi mente, lo sentía más "genial", pero esto fue lo que salió. Últimamente tengo muchas ideas buenas pero a la hora de escribir no me salen, ya tengo 6 oneshots parados por eso... bueno, espero lo disfruten y me apoyen con sus comentarios (:

No se vale ponerse falda después de leerlo(?) hahaha.


Falda

Las cosas no habían cambiado mucho desde que empezaron a… salir, él seguía llamándola de aquella "cariñosa" forma y no es como si sus discusiones por trivialidades hubieran disminuido.

- Estoy lista –anunció Mamori mientras bajaba las escaleras hasta donde se encontraba su, aunque sonara raro, novio- Lamento la espera.

Algunos segundos pasaron, las mejillas de la chica se tiñeron de rojo ante la intensa mirada extrañamente seria que el quaterback le estaba dando ¿Estaba despeinada? No… no era posible, se había visto cuatro veces en el espejo antes de bajar.

- No pretenderás salir así, maldita manager -dijo el rubio por fin rompiendo el silencio, mientras ladeaba ligeramente la cabeza hacia atrás-

El silencio reinó y después de analizarlo medio minuto la chica comprendió, bufó molesta, no tenía que mirarla como si fuera una mujerzuela solo por utilizar minifalda.

- No pienso cambiarme –su ceño se frunció, ligeramente ofendida- ¿Qué tiene de malo como estoy vestida?

Hiruma sonrió, produciendo un escalofrío en ella. La chica había aprendido a reconocer las pequeñas diferencias en las sonrisas del chico y esa… no anunciaba nada bueno para ella.

- Vas a subir a quitarte esa falda –aclaró, caminando lentamente hacia ella, mostrando aún su afilada dentadura-

- N-no… no lo hare -trató de parecer firme, no consiguiéndolo- ¿Qu-qué ha-?

Un gritito de sorpresa salió de su garganta al sentir como era jalada y aprisionada entre los brazos y el pecho masculino.

- No me gusta que vean lo que es mío –su voz era ronca contra el oído femenino, sonrió al notar como la chica temblaba nerviosa entre sus brazos, con suma lentitud lamió su lóbulo haciéndola suspirar-

- Ba-basta –pidió, no queriendo que se detuviera realmente. Abrió sus ojos de par en par al sentir una mano acariciando su muslo izquierdo-

- ¿O acaso prefieres… que te la quite yo? –habló lentamente, saboreando cada palabra. Su blanca sonrisa se amplió aún más al escuchar a su novia gemir cuando él apretó su trasero-

Para cuando Mamori estuvo consiente de sí misma, ya se encontraba hasta arriba de las escaleras con las manos sobre su agitado pecho. Ahogó un grito de vergüenza con ambas manos, tener un novio celoso era demasiado problemático, y más si te hacia hacer cosas tan vergonzosas como esas.

"Kekekekeke"