Me siento como cuando era un bebé, ya que veo alrededor mío puro barrotes y estoy encerrado. El juez ya dio la sentencia al horrible crimen que he cometido y no hay vuelta atrás. Mi nombre Sasuke Uchiha y lo que más me gustaría es borrar toda mí amargada vida, porque con sólo susurrar mi nombre empiezan los problemas.

Es verdad que he cambiado desde que conocí a mi único y verdadero amor, pero la ambición me jugó una mala pasada, tan mala que ahora estoy pagando las consecuencias.

Años Atrás.

Recuerdo cuando la conocí, ella se llamaba Sakura Haruno mi Bella Cerezito, con sus hermosos ojos color jade y su cabello corto y rosa que era el más hermoso de toda la tierra. Había desembarcado desde Francia hacia el puerto de Konoha, el lugar donde yo vivía, cuando tenía apenas diecisiete de edad. Su padre era un tacaño al igual que el mío y los dos trataban de conspirar contra nosotros para que nunca estuviésemos juntos, al punto de que prohibió que nos viéramos. Fue un amor violento como dice una canción que la verdad ya no recuerdo pero de lo que si recuerdo perfectamente es de su título.

Ella y yo al momento de conocernos no pudimos dejar de pensar el uno en el otro durante dos largos años. Ella siempre me comentaba que quería aprender medicina para ser una doctora profesional y que lo lograría a como diera lugar, ya que desde pequeña tenia gran adicción al ayudar a las personas y no iba a dejar pasar su sueño. Yo le contaba lo que podía, le decía que el amor a la naturaleza era una de las cosas vitales para mí y que me gustaría estudiar algo relacionado con eso. Siempre caminábamos a escondidas de nuestros padres por las noches y cada vez nuestro amor iba agrandándose. Éramos la pareja más feliz del planeta hasta que un día, más específicamente veintiocho de febrero, ella me miró soñadoramente a los ojos y me dijo que debíamos hacer una promesa de amor eterno, porque se iría a vivir al extranjero para estudiar lo que ella ansiaba tanto "Medicina".

Me puse expresivamente triste hasta el punto de que empecé a llorar desconsoladamente así que le prometí que me casaría con ella a su regreso y viviríamos felices para siempre, sólo debíamos esperar un tiempo para volvernos a encontrar. Escribimos nuestros nombres en el árbol donde nos conocimos que era un hermoso árbol de Cerezos y prometimos ser fieles hasta el día en que nos volviéramos a ver. Después de eso simplemente se fue, mientras tanto por otro lado yo decidí viajar a una ciudad que quedaba en el norte del país y allí estudiar para hacer algo con mi vida, sin saber del infierno que me esperaba allí. Había llegado a mi destino días después de la partida de mi Cerezo y me había hospedado en la casa de unos parientes lejanos de mi padre.

Al principio me recibieron muy amablemente, pero al pasar de los meses me empezaron a pedir dinero que yo no tenía para costear los gastos de la casa, ya que mi tío era un alcohólico y no dejaba dinero para vivir. Un día decidí encararlo para que dejara de robarme y simplemente me miró a los ojos, tomó mi maleta, la arrojó a la calle y me echó de su casa. Ahora sí que estaba solo y sin lugar donde pasar la noche, más encima al otro día debía presentar un proyecto en la universidad, esa había sido la noche más larga de mi vida. Al otro día decidí acercarme a un grupo de jóvenes para ver si tenían un lugar en donde yo pudiera vivir por un tiempo y me dijeron que si, pero antes debía hacer un "Encarguito" para ellos, consistía en ser un transportador de droga en una esquina de la ciudad. En un principio dije que no, pero al "Analizar" la situación acepté el trato e hice el encargo. Al otro día me dijeron que estaba todo listo para que yo entrara en su comunidad y empezara a vivir con ellos. Era algo arriesgado pero debía hacerlo.

En las noches siempre pensaba en mi Cerecito y en cómo lo estaría pasando, si seguía pensado en mí o ya me había olvidado. Cada vez me daban más encargos y ganaba más dinero. Fácilmente podía llevar esa doble vida sin saber en el hoyo en que me estaba metiendo. Mi vida siguió así hasta que salí de la universidad por asuntos académicos y gracias a eso tuve más tiempo para el tráfico y todas esas cosas. Mis "Amigos" me decían que era el más eficiente de toda la comunidad y bueno realmente me daba cuenta que cada vez me hacía más adicto a la heroína que era lo que traficábamos pero no me arrepentía de nada en ese momento.

Recuerdo que en una de las transacciones había conocido a un tipo y que me había ofrecido ir a Paris por dos años. Yo había aceptado encantado porque pensé que mi futuro se aseguraría. Lo malo es que lo haría, pero en la cárcel. En un principio sufrí mucho porque era duro el trabajo y los jefes eran muy exigentes, sufría maltratos físicos y verbales, pero cada vez me hacía más fuerte. Luego de difíciles pruebas que tuve que pasar me ascendieron a jefe y éramos los traficantes más poderosos de Centroamérica. Siempre pensé que si la policía me atrapaba, sería fatal para mí, porque este trabajo era uno de los más peligrosos que había, pero ya tenía demasiado poder y no iba a dejar que me lo arrebataran tan fácilmente. Siempre había pensado qué diría mi Cerezito de todo esto y qué le diría cuando volviera a verla en Konoha. Eso siempre me tuvo muy preocupado, ya que en tan sólo dos meses estaría devuelta allá.

Esos dos meses habían pasaron volando y ni me di cuenta de cuando ya estaba en Konoha. Recordé que mi Cerecito sería una Doctora, así que me imagine que estaría en el hospital ya que anteriormente había escuchado por unos ancianos de que la alumna de la Famosísima Lady Tsunade estaba trabajando con ella en el hospital desde hace ya un mes. Ella ya había vuelvo un mes antes que yo, y ni pensándolo dos veces emprendí mi camino hacia el hospital y justo cruzando la puerta de entrada en ese preciso momento la vi, su belleza estaba intacta, no había cambiado en casi nada, a excepción de su cabello que lo tenía largo y hermoso.

Era perfecta y sin siquiera pensármelo me acerque donde estaba ella y nos reencontramos mirándonos fijamente a los ojos, la emoción fue tal que sólo lo demostramos en un largo y apasionado beso. Ese día fue infinito para los dos, después de su trabajo salimos a comer y dar un pequeño paseo por un parque que quedaba cerca para hablar del pasado. Ella me hablaba sobre la gran vivencia que experimentó al ser la alumna de la Gran Famosa Lady Tsunade, le había sido un duro trabajo aprender, pero se esforzó que acabo siendo la mejor alumna que se allá visto.

Mientras tanto yo trataba de inventar algo, porque ella no podía enterarse que su antiguo novio de la juventud se había transformado en un traficante de drogas buscado por la policía en todo el mundo, así que decidí mentirle y decirle que era un gran empresario. En ese momento me sentí la persona más sucia del mundo porque le había mentido a la persona más importante en mi vida, pero como dicen en el circo: "El Show Debe Continuar", ¡Que Patético!

Luego de esa charla decidimos ir al hotel donde me estaba hospedando y pasamos la noche allí. Al otro día ella debía estar en el hospital atendiendo a los pacientes y por otro lado yo tenía que reunirme con los hombres de Orochimaru (Mi Socio). Allí discutimos sobre el cargamento que debíamos llevar y posiblemente yo debería hacerlo, pero ya no podía dejar sola a mi Cerecito y mucho menos dejar que se enterara de esto, así que le dije a Orochimaru que iba a renunciar al cargo y él me contestó que podía renunciar, pero sus hombres siempre me perseguirían porque de esto jamás podría salir.

Eso me preocupó mucho porque podía poner en peligro la vida de mi Cerecito, así que mejor me retracte y seguí con todo esto. Luego, en la tarde fui en busca de mi amada y vi que estaba conversando con un tipo y este trató de darle un beso a la fuerza, me apuré e iba a ir a golpearlo, pero ella me dijo que no porque era el hermano de su maestra y siempre jugaban así, ya que eran buenos amigos.

No tuve más remedio que soltarlo y él le dijo a mi Cerecito que yo era muy agresivo y que se cuidara de mí. Ella lo quedó mirando y le dijo que ya era una señorita y que no andaba con cualquiera y él se largó a reír. Luego de esa extraña situación, la invité a cenar y decidí que era el momento de pedirle que nos casáramos, porque nos conocíamos bien y teníamos los medios para formar una familia. Ella aceptó encantada y en dos meses más nos uniríamos en matrimonio.

Nunca pensé que sería la peor decisión de mi vida.

Estuvimos los dos meses preparando la boda para que fuera fantástica y no tuviera ningún detalle. A ella se le había ocurrido informar de esto a los periodistas y yo le dije que no porque quería que fuese más privada. (No podía decirle que era, porque si los policías internacionales me veían en televisión yo iría a la cárcel) ella entendió perfectamente, así que todo estaba listo para la boda. La boda salió casi perfecta, sólo por una minúscula cosa, los hombres de Orochimaru también estaban allí. Tuve que excusarme en la cena en la cual estaban mis padres para ver qué carajo hacían ellos allí y era para decirme que a mi gran amigo que me llevó a cuba lo habían pillado y tuvo que decir toda la verdad, así que en términos simples y vulgares estábamos fritos, pero Orochimaru y sus contactos podían aplazar el tramite a unos cuantos años más.

Luego regresé a la boda y Sakurita me estaba esperando para presentarme con su maestra de medicina y luego hablar con su hermanito y decirme que todo lo que había pasado el otro día había sido un mal entendido y que empezáramos de nuevo. Lo miré y me di cuenta de que era una rata que debía ser aplastada y le di falsamente un abrazo, pero recibí una gran sorpresa porque me dijo que tuviera cuidado porque esto estaba recién comenzando. Yo sonreí y le dije que se cuidara la espalda cada vez que anduviera con mi esposa.

En ese momento me di cuenta del monstruo en el que me estaba convirtiendo y que si lo alimentaba más, él me iba a comer a mí. Pasaron unos meses y todo marchaba a la perfección, no habían acosos de parte del disque fulano amigo de mi esposa y no habían rastros de la policía, hasta que sucedió lo que es el milagro de la vida para algunos y una simple equivocación para otros, Mi Cerecito estaba embarazada.

En ese momento fui muy feliz porque era el fruto de nuestro amor que iba a nacer y nadie iba a impedirlo. Iban pasando las semanas y el doctor decía que iba a ser una enorme niñita y le pondríamos como nombre Sarada. Luego pasaron los días, semanas y meses hasta que llegó el momento decisivo en que mi esposa estuvo en el hospital para dar a luz a mi hija. Todo salió perfecto, a mi Cerecito no le sucedió nada anormal y a mi hija tampoco. Lo que me sorprendió fue que el amigo de Sakura la fuera a ver a la sala de maternidad, pero no le di mayor importancia. Lo importante era que mi vida al fin podría ser normal.

Eso era lo que yo esperaba, porque sucedieron demasiadas cosas que cambiaron ese final feliz. Fuimos bien felices en los dos últimos años de nuestro matrimonio, pero sucedió algo muy turbio en el cumpleaños de mi hija, el fulano amigo de mi Cerecito llegó un tanto ebrio al cumpleaños sin ser invitado apelando a que dejaran ver a su hija, mi esposa se puso muy nerviosa y se puso a llorar, al ver eso yo lo saqué de mi casa y le dije que le costaría muy caro si nos volviera a molestar.

Dijo que Sarada era su hija y no iba a descansar hasta verla con él. Luego de eso fui a ver como estaban las dos y les prometí que ese tipo no se iba a salir con la suya. Pasaron unas semanas y llegaban muchos mensajes a mi celular diciendo que ella no era hija mía y que Sakura me estaba mintiendo, así que no esperé ni un segundo y fui a casa de ese tipo para arreglar todo de una vez por todas. Llegué a su casa y lo golpeé para que dijera todo lo que tenía que decirme y él me explicó que Sakura mi esposa había sido su amante durante tres largos años, ya que no había quedado para ser la alumna e ir a las clases de medicina con Lady Tsunade que ahora era su maestra, así que se vendió para poder entrar y todo lo que ella tiene, desde la fama de ser médica, pertenencias materiales y hasta su hija eran parte de él y ahora reclamaba por lo que era suyo.

En un principio yo no le creí, pero luego de unos minutos me quedó todo claro, ella llegó a casa de ese tipo y abrió con su propia llave y traía bolsas de supermercado. Al verme se le cayeron las bolsas y estas traían unas botellas de vino y champagne. Me dijo que nada era lo que parecía y todo era un mal entendido, también me dijo que me amaba. Yo le dije que todo era por la culpa de ese tipo y en ese momento, el monstruo que llevaba dentro tomo posesión de mí y tomé mi arma y le disparé en la cabeza.

Ella no lo creyó y luego cuando reaccionó me dijo que era una bestia y que nunca me iba a perdonar. Le pregunté si era verdad que Sarada era hija de él y no mía y ella dijo que sí. Quedé perplejo por un rato cuando recibí la llamada de mi muerte: era Orochimaru y me decía que la interpol nos había encontrado y me andaba buscando por fraude. Mi corazón latía cada vez más fuerte y mi mente se quedaba sin ideas. Justo en ese momento llegó la interpol a la casa para llevarme a la cárcel.

Sakura bajó la cabeza y me preguntó que había hecho yo para que la policía me estuviera buscando, así que le conté todo y ella dijo que era todo lo contrario al joven que había conocido en Konoha. Yo dije lo mismo porque creía que ella era una "dama" y sin más que decir, me llevaron hasta acá donde estoy ahora, la cárcel.

Actualidad.

El juez me halló culpable y me condenaron al fusilamiento. Así termina mi cruda realidad en que la ambición de poder fue el principal responsable de este amargo final. Creo que escuche en la TV que Sakura la hallaron muerta en su apartamento y que pusieron en custodia temporal a Sarada. Triste final para una historia de romance, encuentro y muerte. Ahora me despido porque los guardias ya me vinieron a buscar y mi fin ha llegado, pero recuerda que lo peor en la vida es cambiar algo preciado para ti por la fama, dinero o por el poder.

Fin…