Disclaimer: La historia me pertenece. Los personajes no son míos sino de su respectivo dueño.

Fis de navidad para Luisee. Sí, tomé muy literal cuando dijo que tratara de frutas jaja. Con mucho cariño y espero le guste.

―F―

Frutas

En un mundo donde la armonía se mantiene, donde la prosperidad es la que reina y la paz es mantenida por los ninjas que acaban con quienes la amenazan. Tenemos dos ninjas jóvenes durante una misión que implica custodiar a una persona de renombre.

Naruto y Hinata. El par de ninjas especializados y codiciados por muchos personajes de renombre para protegerlos. Entonces es cuando por la tarde ambos se sientan en la entrada. Si sintieran algo sería cuestión de milisegundos para reaccionar, por lo que no les preocupaba relajarse lo suficiente, al menos para comer algo.

Así que mientras descansaban comían algo de lo que ellos mismos transportaban, algo pequeño. Una de las empleadas del lugar lo notó, así que se fue a la cocina y regresó con un plato de fruta picada, ofreciéndola a ambos jóvenes.

― ¡Muchas gracias! ―decía el rubio tomando el tazón con esa exquisitez.

―Muchas gracias ―dijo más tranquila la otra, tomando los dos cubiertos.

―Es un gusto, buen provecho a los dos ―la joven sonrió retirándose.

―Esto se ve delicioso, ¿No, Hinata? ―el muchacho sonrió tomando los palillos.

―Sí, bastante ―ella asintió sonriendo, algo sonrojada cabe mencionar, mientras posicionaba los palillos en sus dedos.

Gustosamente ambos jóvenes gustaban de la deliciosa fruta. Pero llegan al final y sólo queda una cereza, grande, roja y jugosa. Hinata estuvo a punto de tomarla pero al ver que Naruto haría lo mismo quitó su mano, apenada. Cuál fue su sorpresa a ver que Naruto, algo sonrojado y con una amplia sonrisa, tenía levantada la sabrosa fruta frente a ella, haciendo un gesto gracioso y tierno: "Di Ahhh".

Hinata, con un revoltijo en su estómago y muy apenada, abrió su boca levemente, "Ahhh". Entonces la cereza llegó a parar a la dulce Kunoichi. Naruto rió levemente, mirando lo linda que se veía Hinata con ese acto, además de verse muy sonrojada.

― ¿Estaba rica? ―preguntó el rubio, apartando el tazón.

―S-Sí…Gracias, Naruto.

―Por nada.

Dijo sonriendo para darle un pequeño beso en los labios. Porque ese fue un pequeño gesto cariñoso de parte del muchacho, rara vez hacía algo romántico pero cuando lo hacía daba su mejor esfuerzo, ya de todos modos eso era lo que hacían los novios.