Te recordaré
Parte I: La caja
Hermione Granger despertó y somnolienta comenzó a bajar las escaleras que daban al vestíbulo de su casa. Era Navidad.
Al llegar al vestíbulo prendió la luz y miró fijamente el árbol de navidad; se acercó a el sigilosamente con su mirada todavía en el: Había muchos regalos bajo el mismo, pero a ella le llamó la atención uno, solo uno.
Se arrodilló a el y lo miró con escrutinio: el papel era brillante, muy diferente a los demás. Zarandeó la caja pero no se escuchó absolutamente nada. Buscó alguna tarjeta que le diera la información de la persona que se lo había enviado pero no tenía nada; extrañada, Hermione rompió el hermoso papel para ver una caja común y corriente, como cualquier otra.
Bufó y buscó un cuchillo de la cocina para abrir la bendita caja y luego de hacerlo, vio que solo tenía montones de tela. Rebusco por cada centímetro algún objeto pero no tenía nada más. Al fin se dio por vencida y la dejó a un lado para abrir los demás.
Había regalos por parte de sus padres, Ron, Luna, Ginny, el Sr. y la Sra. Weasley, Fred y George, Hagrid, McGonagall, Neville, Parvati y Padma Patil. Por un momento extrañó no poder abrir el regalo que por muchos años había sido el más esperado… y lo seguía siendo.
Y tenía tres navidades esperándolo, cuando ella sabía nunca iba a llegar; Esperaba el regalo de su mejor amigo, la persona con la que había compartido dolor, felicidad, tristeza, batallas y cosas que ningún amigo podría ser capaz de igualar. Esperaba un regalo de Harry Potter.
Ese chico peli-azabache que tanto extrañaba desde esa Navidad, cuando se lo arrebataron. La castaña dejó escapar un suspiro de nostalgia mientras recordaba ese horrible día, donde Voldemort aprovechó para quitarse la vida… y la vida de Harry; porque asi había pasado: Harry se sacrificó por el mundo mágico y por el mundo muggle.
Hace tres largos y dolorosos años se tuvo que despedir repentinamente de ese muchacho que la había protegido y cuidado, al que había considerado su fuerza y soporte… Hace tres años, Hermione Granger se quedó sin su mejor amigo.
Se levantó del suelo y tomó todos los regalos (incluyendo la caja vacía) y los llevó hacia su habitación. Se dio un baño, se vistió y cuando estuvo lista salió de la habitación.
En las escaleras se paró en seco "Toma la caja" le dijo una pequeña voz en su cabeza. ¿Por qué tenía que llevar una caja vacía a la reunión en casa de los Weasley? Y aunque le parecía extraño todo ese misterio que ella misma estaba creando, tomó la caja y salió de la casa.
Tenía el presentimiento que todo lo que estaba ocurriendo era algo importante, pero mientras más se acercaba a la Madriguera, más intentaba de olvidar; llegó a la casa de los Weasley 20 minutos después.
"¡Hermione!" Luna abrió la puerta y se abalanzó sobre ella para abrazarla. Ron y Neville se unieron en el abrazo mientras el Sr. y la Sra. Weasley se acercaban.
"Feliz navidad" susurró la castaña a los chicos. La Señora Weasley se acercó a ella y la miró con tristeza.
"Hermione…" la abrazó gentilmente "Feliz Navidad, cariño" añadió con un hilo de voz. La castaña sintió como las lágrimas de la Sra. Weasley mojaban su hombro, pero solo se limitó a abrazarla fuertemente, brindándole el apoyo que ella sabía que necesitaba.
"Feliz navidad, Sra. Weasley… otra navidad más" respondió la chica y su vista se comenzó a nublar, pero se negaba a llorar en frente de todos un día de navidad.
"¿Te gustó mi regalo, cielo?" preguntó la mamá de Ron deshaciendo el abrazo y mirándola fijamente.
"Por supuesto, muchísimas gracias" Hermione sonrió en forma de agradecimiento y fijó su mirada en Ron "Tu regalo es muy hermoso, Ron… gracias" el chico soltó un suspiro y sonrió.
"De nada, el tuyo también es muy lindo" respondió el pelirrojo y luego carraspeó "Bueno, es hora del desayuno de mamá" todos se dirigieron a la larga mesa de comedor mientras la Sra. Weasley junto con Ginny, Luna y Hermione colocaban los platos.
El desayuno pasó entre anécdotas por parte de Fred y George, chistes de Ron y muchísima plática; Hermione se dio cuenta en algún punto del desayuno que la Sra. Weasley estaba sollozando por lo bajo, y el Sr. Weasley la consolaba con susurros.
La castaña se sentía desdichada. Todas las navidades veía como la mamá de Ron lloraba en la cena del 24 de diciembre y en el desayuno del 25, y ella no podía hacer nada más que consolarla.
Luego de que terminaran de comer, los chicos se sentaron en frente de la chimenea a tomar cerveza de mantequilla y platicar mientras que Luna y Hermione subían a la habitación de Ginny.
"Herms, ¿irás?" preguntó la rubia con algo de precaución.
"Si, todos los años voy a dejarle flores" respondió la chica con nostalgia mientras se sentaba en un extremo de la cama de la pelirroja.
"Lo extrañas, ¿cierto?" preguntó Luna sentándose a su lado.
"No sabes cuanto" y por primera vez en ese día comenzó a sollozar débilmente mientras Luna la abrazaba consolándola. El teléfono celular de la castaña comenzó a sonar y la chica suspiró antes de contestar "¿Si?"
"Buenos días, ¿Estoy hablando con Hermione Granger?" la voz le parecía conocida.
"Si, soy yo. ¿En que le puedo ayudar?" un suspiro de alivio se escuchó en el otro lado del teléfono.
"Hola, es Dudley Dursley… el primo de Harry" Hermione quedó petrificada y carraspeó.
"ehh… Hola Dudley, ¿Qué puedo hacer por ti?" Preguntó haciendo que Luna abriera los ojos como platos al escuchar el nombre del chico.
"sé que no nos llevamos muy bien, pero quisiera que te pasaras por casa de mis padres… es muy importante, Hermione" extrañada, la castaña quedó sin habla "Es sobre Harry" terminó sonando asustado. Hermione tragó saliva.
"Muy bien, voy saliendo para allá" dijo y colgó.
"¿Qué pasó?" preguntó Luna con curiosidad.
"Quiere que pase por Privet Drive. Es sobre Harry" respondió la chica tomando su bolso y saliendo de la habitación; sin decir más nada se despidió de los demás y emprendió su camino hacia la casa de Petunia y Vernon Dursley, los malvados tíos de Harry.
40 minutos después, la castaña aparcó su auto en el estacionamiento del número 4 de Privet Drive; sintió nostalgia al ver que estaba entrando a un lugar donde Harry había dejado sus recuerdos y memorias -que no eran muy gratas- desde que tenía un año. Tocó el timbre y segundos después un muchacho de su misma edad abrió la puerta.
"Feliz navidad, Dudley" le dijo al chico que sonrió débilmente.
"Feliz navidad, Hermione" le respondió moviéndose a un lado para que la castaña entrara "Entra" le dijo y la chica obedeció. Dudley la guió escaleras arriba y ella lo miraba extrañada.
"¿Que pasa?, ¿por qué esa llamada tan extraña?" preguntó y el chico la miró fijamente.
"Últimamente han ocurrido… cosas extrañas en la antigua habitación de Harry" respondió con voz temblorosa.
"¿A que te refieres?" le preguntó viendo como el chico abría la puerta de la habitación que ella recordaba.
"Han desaparecido cosas, se mueven los muebles… cosas que a las personas como yo no les ocurre" añadió Dudley; Hermione comenzó a revisar cajones silenciosamente.
"¿Y…?" pero no pudo terminar porque en uno de los cajones encontró algo que la dejó paralizada: un trozo del mismo papel de regalo en el que estaba envuelta la caja vacía. La sacó observando a Dudley que la miraba extrañado "¿Esto era de Harry?"
"Si, ni mis padres ni yo hemos movido nada de esta habitación. Todo está como el lo dejó… con mas polvo, claro" Hermione estaba anonadada, ¿Harry había enviado el regalo? Ella había aprendido a que en el mundo mágico nada era imposible, pero esto ya era absurdo… ¿o no?
"Dudley, creo que me tengo que ir. Cierra la puerta y no muevas nada de esta habitación… yo vendré luego y discutiremos el futuro de estas cosas" dijo apresurándose a la salida. Dudley la siguió.
"¿pretendes que me quede con todo esto aquí?" preguntó sorprendido y asustado al mismo tiempo.
"Si quieres vete a un hotel mientras vengo" dijo y salió de la casa, dejando a Dudley allí parado.
Entró a su auto y buscó la caja; algo le decía que la abriera, asi que le hizo caso y la abrió para ver el montón de tela de nuevo. Tanteó dentro de ella pero esta vez sintió un bulto: una carta dirigida a ella.
¡Era la letra de Harry! Hermione se apresuró y abrió la carta para comenzar a leer:
Querida Hermione:
Feliz Navidad; Espero que todos estén bien… si, sé lo que en este momento estás pensando: ¿Cómo puedo escribir una carta si estoy muerto?
Si quieres saber todo reúnete conmigo en el cementerio del Valle de Godric… donde mi cuerpo está.
Tranquila, no te asustes… te prometo que te explicaré todo.
Por favor, ven
Con amor,
Harry
Las lágrimas de Hermione comenzaron a salir mientras se dirigía hacia el Valle de Godric; Después de conducir unos 30 minutos, llegó a su destino: el cementerio. Todo el terreno estaba cubierto de nieve a causa del invierno, y se le hacía muy difícil poder caminar en el. Entró cautelosamente en el cementerio y buscó alguna señal que le hiciera saber que Harry estaba allí… hasta que lo vió. Harry estaba allí.
Nota de Autora: Les explico... Ésta historia no es nueva, de hecho fue una de las primeras que escribí hace unos dos años aproximadamente; decidí subirla porque esta historia se ha ganado un puestecito en mi corazón desde que la terminé.
Está constituida por sólo 2 capítulos, y es mini-fic. Espero que les guste, y una vez más muchas gracias por leerme. Les agradecería que comentaran.
xx
Sofía.
