Fandom: Axis Power Hetalia.
Titulo: Hurt.
Claim: Reino Unido, Portugal
Resumen: Herirse no era la solución, aunque lo hiciera sentir vivo por un momento, completo. Al final todos se iban, lo abandonaban. Todos, menos él, porque Portugal siempre había estado ahí y siempre estaría ahí, incluso si Arthur no no agradecía, incluso si pensaba en Liam mientras hablaba con el luso.
Disclamer: Hetalia es de Hidekazu.
Notas: Parcialmente inspirada en la canción "hurt" de Nine Inch Nails.


(No fue una decisión propia)

Lames la sangre que escurre de tu nariz, manchando tus labios. Duele. El dolor físico te hace sentir vivo, te confiere realidad. Existes porque sangras, porque lloras. El dolor emocional te entume y mutila tu esencia, te mata lentamente y sin dejar rastro de nada. Concéntrate, Arthur, todo es familiar.

(Jamás tuve opción de negarme)

—¡A-Arthur! ¿Qué diablos pasó?

Portugal te mira horrorizado y no es por la sangre ni por lo magullado de tu cara, lo roto de tus ropas o lo desaliñado de tu cabello. Te mira horrorizado por las implicaciones de tu sonrisa y la mirada sombría.

—Creo que bebí demás…

No te has molestado en mentir apropiadamente y en lugar de reprochártelo, el portugués se preocupa aún más. Se preocupa, como siempre hace, pero finge ligereza mientras te guía por los pasillos de su casa hasta el baño, dispuesto a limpiarte las heridas como años atrás, cuando eran sólo ustedes dos.

(¿Por qué nadie me cree?)

—Deberías dejar de beber de esta manera, meu caro —susurra, aplicando pomada en tu mejilla derecha que está inflamada.

Nunca le has agradecido nada, siempre dando por sentado que Portugal estará ahí porque es natural que esté ahí, a tu lado, detrás de ti pero nunca delante. Siempre has sido consciente de sus sentimientos, pero jamás fuiste capaz de regresarlos por más que lo intentaste.

(Porque sólo ÉL cree en mi inocencia, aún cuando sabe de mi culpa)

Yaces en su cama, sujetando con desidia la bolsa de hielo sobre tu ojo morado mientras él se encuentra en la cocina, buscando té y remedios para ofrecerte y mitigar el dolor. Suspiras lentamente, si la situación pudiera generarte algún sabor, sería el de chocolate amargo, ya que es precisamente una sensación de amargura y delicia la que te provoca tu estado. Su actitud.

No es justo para él ni para ti, pero hoy no pensarás en ti, pensarás en él. Y definitivamente no pensarás en Escocia y su actitud imparcial al informarte de que se llevaran a cabo votaciones para decidir si deben seguir juntos o no. No pensarás en que eres abandonado otra vez.

Bajas a la cocina con dificultad, conteniendo el impulso de aparecerte, ya le has dado suficientes sorpresas llegando en plena madrugada a su casa (y no te excusas, porque Lisboa no queda de ninguna manera cerca de Edimburgo).

-¿Qué sucede, meu caro?

—Necesito… —carraspeas, tu voz ha salido rota, pero te excusas con la pelea que tuviste en el bar. De igual forma, cambias de idea y prosigues de una manera diferente—. Escúchame, Port.

La expresión de Portugal se ensombrece al momento de dejar su trasteo, el té y los bocadillos pueden esperar (y nadie merienda a las dos de la mañana), para mirarte fijamente y tomar asiento en la cocina, siendo imitado por ti.

Tu lengua está hecha nudo y no encuentras cómo empezar sin sentirte avergonzado, eres una persona reservada, pero incluso tú necesitas desahogarte con alguien y Portugal no se lo contará a nadie, si de algo se enorgullece es de la confianza que le tienes.

—Es sobre mi hermano, Escocia.

Piensas en Liam y en si estará preocupado, pero alejas su imagen de tu mente porque no es el contexto adecuado, porque Liam no entendería. Liam apoyaría la decisión de Ian, Portugal te apoyará a ti, Portugal siempre te apoya a ti.

—Ha decidido irse.

(Escocia quiere abandonarme)

Portugal escucha, entiende y cuidará de ti porque te ama, porque se preocupa por tu bienestar. Sería tan fácil amarlo de regreso, sólo que en realidad no es fácil, aunque sería más seguro. Mientras le narras tu historia, plasmando tu indignación, angustia, miedo y rencor en palabras, te das cuenta que no puedes sacarte la imagen de Liam de la cabeza, sonriéndote mientras te dice "Todo estará bien, Art, Ian no se irá. Ian se quedará contigo, con nosotros." Pero no es Liam, sino Port, quien te conforta.

(Port, oh, Port)

No te sientes mal por pensar en el norirlandés, no te sientes mal por anhelar que sea él quien te escuche y comparta tu opinión, te sientes mal por la sonrisa que te da Portugal, porque entiende y porque te conoce bien, lo suficiente para saber que has ido a él, porque Liam no va a entender. Te sientes mal porque Portugal lo acepta, pero si te gritase te sentirías mejor, si te reclamase.

Y quizá sí tomaste demasiado, pero no importa, porque cuando despiertes tendrás presente el olor del bacalao y té, Liam será un recuerdo al que no aludirás hasta regresar a Londres y mantendrás tu atención lejos de Ian hasta que pasen las votaciones, hasta que te reafirmes con hechos que se queda, como hace dos años.