El regreso de un Héroe.

Para la aldea, esta era una noche oscura lluviosa normal.

Pero para alguien más era una noche trágica y solitaria.

En una parte del bosque, dentro de una caverna, estaba un niño pequeño de no más de 5 años con una sábana sucia para protegerse del frio.

Suspiro agotado, estaba en este lugar por varios días para alejarse de su aldea, ya que lo estaban persiguiendo por ser su cumpleaños y a su vez ser el 5 aniversario de la derrota del Kyubi. Desde entonces se estaba escondiéndose en los próximos días para que se pueda calmarse un poco las cosas o que por lo menos no lo maten al verlo.

Pero una especie de luz, una luz pequeña del tamaño de su mano, se veía más dentro de la caverna y se estaba acercándose más hacia el niño.

El jovencito se levantó, curioso de esa cosita que se acercaba. Cuando finalmente llegó donde estaba, lo vio mejor y era una cosa redondeada flotante un poco más grande que su puño, que se detuvo mirando al niño aunque este no sabía si lo estaba viendo.

- Ven – se escuchó una voz en su mente, aunque el niño miraba por todas partes pero no veía nada con la excepción de la bola voladora – Ven – miro a la luz que se adentraba más a la caverna.

Naruto, sin nada que hacer, fue caminando para seguir a la cosa voladora, adentrándose más en la caverna.

Después de pasar algunos minutos, se detuvieron en una especie de callejón sin salida, con la excepción de una especie de túnel un tanto grande.

La cosa voladora se adentró – Ven – le dijo nuevamente. Naruto la siguió y había suficiente espacio para él.

Cuando atravesó el pequeño túnel, vio a la esfera iluminada pequeña volando en una especie de columna de piedra, que encima de ella había un objeto de color azul con algunos huecos que en su boquilla tenía había un dibujo de tres triángulos dorados.

- Tócala – la esfera le dijo y el joven se acercó a la ocarina azul. Al tocarla, automáticamente lo llevó a su boca y toco una melodía, todo como si lo hiciese de memoria.

Al terminar la melodía y agitar la cabeza para quitarse el mareo; en el suelo aparecieron los mismos tres símbolos que antes, para hacerle levitar hasta tal punto de casi llegar al techo rocoso.

Mientras que Naruto miraba por todas partes por no saber que pasaba, para después chocar el techo.

O eso ocurriría.

En verdad, en rubio atravesó el techo como si no existiese ahí, para estar en una especie de templo o estructura con columnas altas, tan altas como si pudiesen llegar al cielo, pero algunas de ellas se veían muy deterioradas o directamente destruidas. Había dos gigantes de piedra custodiando una especie de puerta de tres metros de alto.

Al ver que no había otra entrada o salida, camino hasta la entrada, pero se detuvo y casi grito cuando una de las dos estatuas golpeo su arma al suelo. Al mirarlo, los ojos de la estatua brillo para después dejar de brillar.

Con miedo, avanzo un paso más pero no ocurrió nada anormal.

Al entrar a la puerta y ver una especie de zona vacía con varios cristales que perdieron su brillo y elegancia, y en el centro había una espada enterrada en una especie de soporte. El mango de color azul y la unión de la espada y el mango tenía una forma de M.

Naruto se acercó a la espada y, antes de agarrarla, otra voz le grito pero no era como la otra.

- ¡No la toques! – se escuchó un grito en su cabeza, que era más robusta y dura que la otra, que era femenina y tranquila.

- ¿Q-Quién eres?

- Eso no importa, lo importante es que no la toques.

- Pero… - a pesar de esa voz, se acercaba a la espada – Me parece…familiar.

A pesar de que la voz le gritaba una y mil mares que no la tocase, la agarro y la jalo con gran facilidad.

"Imposible"

El niño movía la espada de un lado a otro, pero a pesar de su gran tamaño era bastante liviano, casi comparado como esa pluma de esa Agila bebe que le regalo esa mujer de las serpientes.

Pero algo le interrumpió sus pensamientos, ya que a su alrededor una figura similar en el mango de la espada brillo. Haciendo levitar por unos instantes.

- ¡¿Q-Qué pasa?! – grito intrigado, hasta que desapareció en el cielo, como si fuese a chocar contra el techo para después desaparecer.

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En una oficina, había un hombre de cierta edad avanzada viendo fijamente a sus Anbus con una mirada de pena y odio, ya que han fracasado en hacer una misión sencilla para ellos.

- ¡¿Dónde está?!

- N-No lo sabemos, H-Hokage-sama

- ¡Pues no me importa si tienen que levantar edificios, encuéntrenlo y – antes de que pudiese terminar, sintió una energía tan grande y poderosa atrás suyo. Se levantó de su silla y giro rápidamente para ver qué pasaba y vio un rayo de luz que se dirigía al cielo y se perdía más allá de las nubes.

- ¿Q-Qué fue eso? – pregunto uno de sus Anbus.

- Eso no importa – se giró para ver a sus Anbus con una mirada furiosa - ¡¿Qué esperan?! ¡Vayan!

- H-Hai – todos salieron por las ventanas.

El Hokage suspiro y se sentó en la silla masajeándose los ojos de puro cansancio. Levanto su mirada para ver las fotos de los Kages anteriores, pero vio a un Kage joven que sería su descendiente para el puesto, pero murió protegiendo a su esposa e hijo, pero todo termino en esa fatídica noche

"Minato…Kushina…Naruto…perdonen a este viejo débil y tonto" llamo a unos Anbus para que investiguen esa esencia y que llamasen a Jiraiya para que lo investigue a fondo, ya que se sentía como el Kyubi que ataco casi 5 años atrás, pero se sentía diferente y no sabía cómo expresarlo.

OOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOOO

En el mismo lugar donde Naruto desapareció, se pudo escucharse un sonido de una música en el total silencio de la caverna donde estaba la espada.

En el medio, una gran luz ilumino el lugar, para después, cuando la música se terminó, se eliminase apareciendo un joven de 12 años; 1,60; con una vestimenta de color verde oscuro, una camisa de mangas largas, pantalones, botas marrones, y un gorro largo que terminaba la punta hacia atrás. Abrió los ojos, revelando unos ojos azules cielo; unas marcas como de un zorro en su cachete. Además que tenía la espada Maestra en su espalda con un escudo Hyliano de color azul, con una especie de ave roja volando arriba y encima de ella la Trifuerza.

Suspiro y guardo la Ocarina en un sello especial que tenía para su uso y camino para salir de la habitación cavernosa.

- ¿Cómo te sientes, Kurama? – le pregunto a su amigo en su mente.

- Mareado y deseando golpearte la cabeza – le respondió, con una voz de malestar.

- No sabía que los viajes del tiempo te daban mal.

- Ni yo, aunque la primera la Trifuerza me encerró, pero después de nuestra conversación ¡?n – se pudo escuchar cómo Kurama vomitaba.

Naruto se detuvo, ya que no había ninguna salida visible, pero también para levantar una ceja, ya que Kurama era un ser de energía viva y no un ser físico, pero se preguntaba cómo podía que este ser podía vomitar.

- No me lo preguntes ¿! – nuevamente, vomito.

Naruto suspiro, mientras miraba a su alrededor, para después una vocecita muy familiar se pudiese escuchar.

- Lo lograste, Héroe del Tiempo.

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