A Dragón Ball Súper.


Primera "cita"


Capítulo I


Hace años que estaban juntos. Ya habían tenido un hijo, se conocía de años, pero todavía les faltaba algo.

Si bien ellos eran una pareja un poco extraña ⸻porque no eran de esos tortolos que daban paseos por los parques, demostraban su amor y se besaban a cada segundo. Y tampoco eran de las parejas normales⸻ donde, a simple vista, podían confundirlos con amigos, no estaban privados a hacer lo que ellos quisieran cuando algo loco se les ocurría. En esta ocasión era el príncipe quien tenía una idea.

Bulma había estado trabajando en la máquina del tiempo. Ese sería el invento que presentaría en un concurso de científicos para ver quién era el mejor, pero desgraciadamente Bills se enteró y destruyó la máquina.

Para entonces, la gran científica no tenía ánimos para construir otra, además corría el riesgo de que, esta vez, Bills la asesinara, y nadie, ni Vegeta realmente furioso, iba a poder defenderla.

Por eso, después de aquel evento, cuando por falta de tiempo y de ideas Bulma no ganó, Vegeta se dio cuenta de su desanimo. Quería hacer algo para ayudarla, hacerla sonreír y que recuperara las ganas de seguir trabajando ⸻porque sí trabajaba, pero sin las mismas ganas que siempre⸻.

Tenía que hacer algo original, no esas tonterías de los terrícolas, ni mucho menos algo cursi, pero si no era cursi ¿qué otra cosa podía ser? Bulma muchas veces le contó sobre las cosas con las que fantaseaba, eran más indirectas que una simple conversación, pero Vegeta siempre se lo tomaba con calma y la escuchaba.

Normalmente estaban en la cama cuando tenían la oportunidad de hablar como marido y mujer civilizadamente sin estarse gritando, se tomaban el tiempo de hacerse preguntas y responder hasta que les daba sueño. Y él bien recordaba que Bulma, desde que fue una adolescente, tenía la ilusión de que un hombre algún día la invitaría a la mejor cita del mundo, y ese, evidentemente, debía ser Vegeta.

Ellos nunca habían tenido una, tampoco se conocieron de esa forma como en una película romántica. Y vaya que Bulma era insistente con el tema.

Cuando Vegeta merodeaba por la casa y se encontraba a Bulma viendo la televisión, siempre estaba disfrutando de una de esas películas que él ni loco vería, o una telenovela. Poco a poco se iba pareciendo a su suegra, pero eso era lo de menos.

Ella siempre estaba sentada en el sofá, sujetando una taza de café y a su lado había una caja de pañuelos. Los usaba casi al final de cada sesión, lloraba como una niña a la que no le daban lo que quería a la vez que abrazaba una almohada, y continuaba llorando después de los créditos.

Eso con el pasar del tiempo lo fue preocupando. Quizás se ponía de esa forma porque nunca tuvo una cita tan bonita como las que ocurrían en los films que ella veía. Por ende, una tarde fue hasta el living, donde siempre la encontraba frente a la televisión, encendió el aparato antes de sentarse en el sofá y puso la primera película que vio en la lista.

Tenía que estar más que loco para hacer algo como esto, pero era por ella y por ella era capaz de hacer lo que fuese, hasta aguantarse una película de hora y media.

⸻No puedo creer que esté haciendo esto ⸻masculló luego de presionar el botón que daba comienzo a la película, ésta comenzó y se quedó estático, prestando atención hasta el más mínimo detalle.

Sí quería algo original para la primera cita que estaba planeando, pero no se le ocurría nada más que las citas que los saiyajin acostumbraban a tener con las mujeres en su planeta natal. Y, siendo sinceros, no era lo mejor del mundo, menos para una mujer terrícola sensible como Bulma lo era.

Al principio de la película bostezó infinidad de veces. Le parecía completamente aburrido que todo comenzara con una trama inentendible, pero medida avanzaban los minutos lo comprendía y, por primera vez en toda su vida, se colgó con la historia. Incluso dejó de lado las chucherías que se trajo antes de la película para prestar más atención.

¿Cómo era posible que un saiyajin viera estas cosas? Ni durante las peleas se sintió tan atraído como ahora lo estaba. Pero, como dije: por Bulma era capaz de hacer lo que sea.

Ya no le importaba el entorno, no sabía quiénes estaban en la casa ese domingo a la noche. Trunks se había marchado a la casa de Goten por una noche y los padres de Bulma debían de estar ocupado en los jardines. Pero, ¿Bulma dónde estaba?

Cuando la primera película que puso terminó se quedó sentado, perdido en el infinito. Se sentía extraño después de esto, aunque lo más importante era analizar lo que pasó. ¿Qué se suponía que debía hacer ahora? ¿En serio una cita iba a solucionarlo?

No le convencía estar fuera de la casa, a la luz de la luna en un restaurante disfrutando de una cena romántica y hablar de quién sabe qué. Tampoco le pareció buena la idea de pasear por la ciudad, visitar algún lugar en especial y hacerle una sorpresa. Ni siquiera le gustó el hecho de cocinarle algo, preparar el comedor con velas y música romántica y hacer lo mismo que en una cena en un restaurante.

No sabía cocinar, no tenía idea de qué música poner o cómo funcionaba. Tampoco estaban tan solos como para hacer demasiado. Debía ser algo sencillo y esa misma noche. ¡Y tenía que ser algo original, porque no iba a estar tranquilo si no era algo que saliera de él y no de unas simples películas!

⸻¿Qué hago? ⸻musitó con el control remoto en mano, y fue cuando vio el aparato que se le ocurrió algo más. Justo en ese momento pensó en la idea más original que pudo ocurrírsele, y la mejor que tenía disponible, además Bulma estaba llegando al living⸻. Perfecto.

Rápido se levantó de sofá y adoptó pose de caballero erguido, con una mano en la espalda sujetando el control y la otra extendida hacia adelante. Pronto apareció Bulma por la entrada del living.

⸻Vegeta ⸻bostezo aburrida⸻. ¿Dónde estabas? Te estuve buscando por todas…

⸻¡Bulma! Necesito que guardes silencio y me escuches con atención.

⸻Em… ⸻Bulma analizó la escena, lo miró a él de arriba abajo y con una sonrisa continuó⸻. Adelante, te escucho.

⸻Muy bien ⸻carraspeó la garganta y sus mejillas lograron un tono carmesí por culpa de los nervios y la vergüenza⸻. Esta noche quiero invitarte a una cita, y será mejor que aceptes.

⸻¿¡Una cita!?

⸻Así es, y como soy generoso te daré los detalles. Veremos cuantas películas quieras, ahora mismo traeré tu comida y postre favorito y nos desvelaremos toda la noche haciendo lo que quieras.

⸻¿No estás bromeando? ⸻sonrió con los ojos brillantes de la ilusión.

⸻Yo nunca bromeo, mujer. Ahora ven aquí ⸻añadió tomando la mano de su esposa, beso el dorso con gran caballerosidad y la llevó hasta sentarla en el sofá⸻. Ahora espera aquí.

⸻Sí ⸻respondió maravillada. Su voz casi iba a quebrarse de la alegría.

Vegeta salió del living y fue directo a la cocina. Tal vez no sabía cocinar, pero Kamisama le había dado una mujer que amaba la sopa instantánea y eso si podía prepararlo. Así que, mientras se calentaba el agua para la sopa, sacó helado del refrigerador, tomo prestado los chocolates de Panchy, algunos dulces y los incrustó en la crema helada. Luego, con solo usar un poco de su energía, derritió una barra de chocolate y baño el postre con él. Al final devolvió el postre al refrigerador servido en hermosas copas para helados, cuidando de no desarmar la elegante forma en que estaba servido y se dirigió a la estufa para apagar el fuego y servir el agua hervida en la sopa.

En menos de diez minutos tuvo todo listo, y con dos grandes tazones llegó al living, entregándole uno a su esposa, quien muy emocionada aceptó con gusto y comenzó a comer.

⸻¡Vegeta! ⸻habló con la boca llena⸻. ¿Cómo se te ocurrió todo esto? ¿Lo estuviste planeando?

⸻T-Todo fue planeado hace días ⸻mintió soplando los primeros fideos que sujetaba con los palillos⸻. ¿Por qué preguntas?

⸻Quiero saber qué piensas celebrar. Jamás tuvimos una cita, así que debe de ser algo importante.

⸻No, en realidad ⸻volvió a mentir, sujetó el control remoto y buscó una película del gusto de Bulma.

⸻¡Dímelo, sé que hay algo detrás de esto!

⸻Hm…

⸻¡Por favor! ⸻suplicó como niña pequeña, hasta sacó puchero.

⸻¡Ag! Está bien ⸻suspiró y dejó lo que hacía para nuevamente tomar las manos de su esposa y besarlas con todo el cariño posible. Quería que esta noche fuese perfecta, y estando solos no había algo que pudiese salir mal⸻. Pensé en hacer esto porque siempre me dijiste que una de tu fantasía era tener una cita. La verdad que no quería hacer nada de lo que los terrícolas hacen, así que estar aquí ahora fue lo mejor que se me ocurrió.

⸻Y no te juzgo. Yo tampoco quisiera algo como lo de las películas o los cursis de la capital.

⸻¿En serio lo dices? ⸻indagó confundido⸻. Creí que sí.

⸻¡Por supuesto que no! Esta noche veremos una película de terror, así que será mejor que te prepares, Vegeta.

⸻¡Ja! ¿De terror? Por favor, esas tonterías no podrían asustarme.

⸻¿No? Entonces apostemos. El primero en asustarse deberá hacer lo que el otro quiera por una semana, y sin quejas.

⸻Entonces me pondré a pensar todo lo que harás por mí esta semana ⸻bromeó sonriente y buscó una película del género que buscaban.

⸻No estés jugando. Ya sé quién me acompañará hacer mis compras ⸻dijo igual de bromista que él y luego lo miró fijamente a los ojos⸻. Gracias, Vegeta.

Ante el agradecimiento de su esposa, el príncipe apartó la mirada del televisor y se perdió en esos ojos celestes. Era hermosa, se veía más joven de lo que aparentaban sus años. Su mirada brillaba otra vez, su sonrisa seguía siendo perfecta, su melodiosa voz era un dulce para sus oídos atrofiados de años de guerras y gritos. No lo pensó dos veces y dejó el tazón de sopa a un lado para acariciar la tersa piel de su mujer, enredad sus dedos en ese cabello suave y brillante, darle placer a su alma y corazón con solo acariciarla y susurrarle al oído.

⸻Te amo.

Ella no tenía idea de cuán afortunado se sentía de tenerla con él. Vegeta, que siempre se frustró de no ser el guerrero número uno en la faz del universo, ahora no podía pensar en una vida sin esa mujer. Porque siempre que se sentía humillado aparecía ella para levantarle los ánimos y decirle: no serás el guerrero número uno, pero tienes el primer puesto como padre y esposo. Y eso vale más, aunque no lo creas.

⸻Te amo ⸻le respondió ella sonrojada y también lo acarició. Se miraron por más segundos que se les hicieron eternos y finalizaron con un cálido beso.


⸻¡Qué delicioso está este helado! No me digas que también lo hiciste tú ⸻alardeaba la mujer después de ver la segunda película de terror. Degustaba del delicioso postre, el mejor que pudo haber probado.

⸻Así es, yo lo hice ⸻respondió orgulloso y se llevó la cuchara llena de helado a la boca.

⸻Podría pedirte que los hagas todos los días ⸻rio y abrió los ojos vehementemente recordando algo⸻. ¡Ah! Por cierto, ¿estás listo para acompañarme de compras esta semana?

⸻¡¿Qué?! ¡Eres una tramposa! Yo no me asusté en ningún momento.

⸻Sí que te asustaste, ¿recuerdas cuando la niña de cabello largo corrió de forma extraña para atrapar a ese sujeto?

⸻¡N-No! Yo no reaccioné en esa parte ⸻gruñó de brazos cruzados. Si tuvo un leve escalofrío, pero no pensó que ella lo notaría⸻. ¡Además tú te escondiste detrás de mi brazo más de una vez! Eso sí vale.

⸻Entonces estas afirmando que sí te asustaste, ¿eh?

⸻¡Maldición!

⸻Está bien. Como sé perder aceptaré hacer lo que quieras, pero tú también debes cumplir.

⸻Como quieras, no creo que sea tan tortuoso ir contigo a un centro comercial.

⸻Pero esta vez llevarás las bolsas. ¡No será como en las vacaciones!

⸻Pero…

⸻Cumple ⸻exigió cruzada de brazos. Él pensó en una buena excusa, pero no había escapatoria.

Debía aceptar.

⸻Está bien. Haré lo que quieras.

Bulma soltó unas risitas y continuó con el helado tranquila, hasta que vio su reloj de muñeca. Eran las tres de la mañana y afuera se notaba cómo poco a poco se aclaraba la ciudad.

⸻¡Mira qué hora es! ⸻alardeó ella y Vegeta miró la hora en el televisor. ¿Cuándo habían estado juntos tanto tiempo? ⸻. Mañana tengo que seguir trabajando con lo que dejé ayer.

⸻Está bien ⸻suspiró él satisfecho⸻. Quizás no te di una cita de película…

⸻Sí…

⸻Pero si un final para esta noche ⸻musitó y sin previo aviso tomó el rostro de Bulma entre sus manos y la besó apasionadamente.

Ella no podía creerlo, estaba sorprendida, hasta que después se dejó llevar y fue cerrando los ojos lentamente. Muy pocas veces ocurrían estos acontecimientos, porque sí, Vegeta era una caja de sorpresas que debía de aprovecharse en el momento, de lo contrario el tren no volvía a pasar. Así que aprovechó y lo acarició lo más que pudo, abrazó su musculoso cuello, toco sus brazos, contorneó su abdomen y volvió para sentir esas mejillas calientes. Era su príncipe y solo suyo, no había nadie más que tuviera tanto dominio sobre él o lo disfrutara como ella lo disfrutaba y amaba.

⸻Buenas noches ⸻susurró Vegeta dando la última caricia a su rostro⸻. No me molestes, porque estaré entrenando. Cuando despiertes puedes avisarme para que hagamos esas malditas compras.

⸻Está bien. Buenas noches, Vegeta ⸻sonrió ella y se levantó del sofá para llevar los tazones y copas a la cocina⸻. Te amo.

⸻Hm… ⸻se limitó a decir y desaparición por un pasillo para ir a su cámara de entrenamiento. Había sido mucho por esa noche.

⸻Eres adorable, cariño ⸻dijo ella una vez sola, llevó las cosas a la cocina y cuando terminó de lavar se fue en dirección a su habitación⸻. De todas formas, te amo. Y tú a mí, mi príncipe.


Fin.