KONOHA UNDEAD

Una cuidad sellada; un virus; muerte; conspiración y un solo objetivo…

Sobrevivir.


Otra mañana, otro día aburrido en la Comisaría de Konoha. No es como que fuera la cuidad más pacífica de todas donde nadie hacia nada inmoral. Era solo que las cosas que sucedían no le resultaban tan interesantes como antes pensaba que serían.

¿Qué más podía esperar? Era solo un joven oficial que había visto mucho de C.S.I Miami o La Ley y el Orden

Esperaba siempre a que llegara su supervisor con noticias impactantes. Como que una banda de maleantes trataban de derrocar a otra y harían de la ciudad un caos, o que dijera que el asesino de la firma reconocible había vuelto a sus andadas después de varios años sin movimiento.

En lugar de eso, siempre llegaba con noticias como las multas, disputas domésticas, pleitos entre vecinos o robos a pequeñas tiendas del centro.

Pudo dedicarse a otra cosa como su Madre sugirió, pero él quería continuar el camino de su Padre y ser un oficial reconocido que tratara de llegar a ser el Jefe de la policía o dirigir un caso importante como detective. Pero si quería llegar así de alto, e incluso más, tenía que esperar y trabajar duro en ello… cosa que por el momento no estaba haciendo y menos con esos días donde las cosas estaban demasiado tranquilas.

Tanto que le estaba costando trabajo mantenerse despierto en la oficina donde lo mantenían hasta dentro de nuevo aviso.

Así que estaba apoyando sobre el escritorio, con ambos brazos usados como almohadas no muy cómodas. Había movido incluso el teclado que estaba delante de su ordenador para acomodarse mejor y que la montaña de papeles que estaba al lado de la pantalla le cubriera lo suficiente para que nadie lo viera dormir. O al menos eso servía…

-¡UZUMAKI!—Llego gritando su supervisor al verlo dormir tan plácidamente sobre el escritorio.

El contrario despertó de golpe. Por poco y se caía de la silla de no ser porque logro sujetarse del escritorio a tiempo.

-¡S-Si señor!—Se puso de pie apenas caer en cuenta de quién era la persona que le llamaba.

-¿Cómo es posible que duermas, teniendo tanto maldito papeleo pendiente?—Regaño al notar esas pilas que uso con anterioridad para ocultarse.

Una sonrisa nerviosa fue la respuesta del oficial. Siempre dejaba el papeleo para el último, pero esta vez había dejado acumular casi un mes y medio de trabajo. Pero aquella sonrisa no hizo feliz al supervisor que no tardo nada en comenzar a regañarlo por ser un vago.

-¡Que sea la última vez que te encuentro durmiendo!—Sentenció al joven. —Te dejaría quedarte aquí y obligarte a que hagas tu trabajo, pero hoy es la Feria de Ciencias en las empresas Hyuga y necesitan mucha seguridad

-¿Ya es sábado?—Encarno una ceja.

-Sí, ya es sábado—Respondió algo molesto, todavía no se le pasaba el coraje que le hizo pasar. —Iras a ayudar con la seguridad—

La sola idea de pensar que pasaría su sábado en un centro de convenciones con tipos que tenían un vocabulario mucho más extenso que el suyo y que debería de andar dando vueltas por todo el lugar no le resultaba de lo más interesante.

-Más te vale que disfrutes de esta última salida, porque la siguiente semana te quedaras aquí y terminaras de actualizar todo ese papeleo pendiente—Afilo su mirada acusatoria contra el Oficial y después prosiguió a irse.

Y fue así como Naruto Uzumaki, el oficial de 25 años; cabello rubio desalineado y en picos, de ojos azul claro, piel canela, alto y con un ejercitado cuerpo, se puso en marcha al centro de convenciones de las empresas Hyuga a iniciar con su último trabajo como oficial…


-Odio esas Convenciones—Refunfuñaba por décima ocasión el menor de los herederos de las empresas Uchiha. Sasuke Uchiha de 25 años, no dejaba de maldecir por lo bajo. A pesar de su estatura alta, de su cuerpo trabajado, de su cabello negro y ojos igual, de piel clara y mirada seria, no dejaba de comportarse como un niño. O al menos en ese momento y en presencia solo de su hermano mayor. Itachi Uchiha. Un hombre que apenas estaba pasando los treinta, compartiendo los mismos detalles de su hermano al ser de piel clara y de ojos negros, solo que a diferencia suya, su cabello era largo y sujeto en una coleta baja.

-Tenemos que ir… Padre dijo que—

-Se lo que dijo—Apresuro a cortar la respuesta de su hermano.

Itachi suspiro. A él tampoco le agradaba mucho la idea de pasar su sábado en un centro de Convenciones con otros genios que solo hablaban de lo mucho que les gustaba hacer estallar cosas. Tenía mejores planes, pero una orden de su Padre, era una orden que debían cumplir. Les gustara o no.

Ambos eran los representantes oficiales de las Empresas Uchiha, quienes invertirían algunos miles o millones en el proyecto que mejor les convenciera o que ganara su aprobación. Sus Padres no habían podido asistir personalmente por cuestiones de unos vuelos que se retrasaron. Por dicho motivo, ahora iban ellos dos en sus lugares.

Sasuke no tenía realmente mejores cosas que hacer, de hecho tuvo la excusa perfecta para no ver a Karin quien era su novia en turno, pero de igual modo pago, iba aburrirse en la Convención y en la conferencia… pero al menos podía usar su móvil y no recibir un regaño por ello.

Itachi de su lado, iba a salir con sus amigos, y terminar de organizar ese viaje a la playa que llevaban planeando desde hacía un mes.

Ambos llegaron al lugar donde se celebraría la famosa feria. Itachi se había dirigido al estacionamiento de las empresas Hyuga donde mostrando un permiso especial al vigilante este le dejo pasar al lugar. Tras estacionar y bajar del auto, se fueron hacia el salón de Convenciones situado en el centro.

Las empresas Hyuga, constaban de Cuatro edificios altos que rodeaban el salón de Convenciones que era su centro, donde se organizaban muchos más eventos además de ese. Cada edificio estaba conectado por puentes entre ellos en los pisos más altos.

Los dos Uchiha iban cada uno vestidos con un Armani que parecía haberse hecho sobre sus cuerpos. El de Itachi era de color rojo oscuro con una camisa blanca, y el de Sasuke era negro pero con camisa blanca igual. Pero ambos trajes, llevaban el emblema de las empresas Uchiha en la espalda.

Llevaban sobre sus cuellos los pases que les identificaban y que les daban el acceso a todo. Casi a la vez que ellos iban llegando, un autobús escolar llegaba de igual modo. Alumnos tanto de Preparatoria como de Universidad llegaban al dichoso evento.

-Perfecto—Murmuro Sasuke con fastidio. Como si no fuera demasiado malo tener que aguantar a tantos científicos y locos, llegaban también los Universitarios y los de Preparatoria.

Al entrar al famoso salón, se dio cuenta de la alta seguridad que estaban manejando. Cada puerta y ventana tenían detectores de humo que no solamente estaban diseñados para notificar incendios, sino también para alertar de alguna sustancia que se considerara peligrosa.

Policías en varias partes dando vueltas, ambulancias con los paramédicos fuera de ellas listos para atender alguna emergencia, al igual que algunos hombres en trajes amarillos y brillantes que eran fácilmente reconocidos como los de sustancias peligrosas.

Era obvio que los Hyuga estaban preparados y listos para cualquier amenaza. Después de todo… ¿Qué más podría esperar de una de las empresas Farmacéuticas más reconocidas?


-Bien jóvenes, síganme por favor… no se separen del grupo por favor—Indicaba la Maestra a los alumnos Universitarios que descendían del vehículo entre empujones y tirones.

-Sigo sin entender, ¿Por qué nos trajeron a nosotros?—Hablo un chico. Su cabello era castaño desalineado y en picos, de ojos negros y con dos marcas en sus mejillas de color rojo. De piel bronceada y que apenas llegaba a los 19 años. Su nombre es Kiba Inuzuka.

-Porque ganamos el concurso que las empresas Hyuga hicieron—Le respondió otro joven de su misma edad. Salvo que él tenía una piel casi blanca, de ojos negros y cabello negro también mismo que llevaba peinado completamente hacia abajo.

-Sai tiene razón, no es culpa nuestra que ganáramos ese dichoso concurso… siento que puedo oler las lágrimas de los de la facultad de Ciencias—Sonrió con diversión la joven que venía con ellos. Misma edad, de cabello rubio anaranjado cortó por debajo de los hombros y un mechón que cubría una parte de su rostro. Piel clara con tonos rosáceos y ojos azul oscuro.

-¡Ja! Concuerdo con eso, Nae—Rio el chico castaño apoyando el comentario de su amiga.

Los tres jóvenes, al igual que el resto pertenecían a la facultad de Artes de la Universidad. No es como fueran los más indicados para ir a un evento como ese, pero habían ganado justa y limpiamente el concurso que se había realizado.

Además del hecho de que algunos de los jóvenes de la Facultad de Ciencias hicieran estallar un laboratorio, ellos fueron los ganadores para asistir.

Todos avanzaron con la Maestra y una de las mujeres que organizaban, quienes les fueron entregando los pases correspondientes.

-Recuerden que deben estar aquí a las siete en punto, ni un minuto después—Decía la Profesora. —Eviten la pena de que les haga una sanción y no vuelvan a salir—

Una vez que los tres jóvenes tenían sus pases listos, entraron al lugar.

-¿A dónde vamos primero?—Hablo Sai.

-Yo opino que vayamos a ver eso de las bacterias—Sugirió la chica.

-Por mi lo que sea está bien—Dijo Kiba, colocando sus manos detrás de su nuca para darse un aire despreocupado.

-¡Será las bacterias!—Sonrió Naemi entusiasmada.

Dicho y hecho… fueron a las Bacterias.


Mirando desde uno de los edificios, se encontraba una joven que era comida lentamente por los nervios. Joven de 23 años, delgada, guapa, de piel clara, de ojos grandes y de inusual tono perlado. Cabello largo y de color azul muy oscuro.

Estaba contemplando la cantidad de personas que iban llegando y entre más veía llegar, más eran los nervios quienes la controlaban. Ella sería la maestra de ceremonias después de todo.

-Lo hará bien, Hinata—Hablo seguro de ello, su Primo. Neji Hyuga. Un chico de 25 años, cabello castaño y largo, de ojos perlados al igual que los suyos, pero que de cierta forma eran algo diferentes. Piel clara de igual modo y vistiendo un elegante traje negro con corbata y saco.

-¿Y… y que tal si… si me equivoco en algo?—Giro a ver a su Primo. Ambos estaban en una de las pequeñas salas de reunión que se encontraba en los primeros pisos. Misma sala donde se ofrecía una vista casi completa de lo que desarrollaba en la Convención.

-Estará bien—Volvió a apoyar su Familiar.

Pero ella continuaba nerviosa e insegura. Muchas otras veces había hablado en público, delante de las juntas, en reuniones o en exposiciones pequeñas, pero nunca había tenido que hablar y que peor, dirigir toda una vez arriba del escenario.

Si tan solo su hermana estuviera, sería ella quien tomaría las riendas de todo y a ella solo le tocaría decir algunas cosas. Pero Hanabi tuvo que pedir estudiar en el extranjero.

Regreso su mirada al salón, suspirando fuertemente. Ya tenía todo listo, todo lo había practicado delante del espejo. Se sabía de memoria lo iba a decir, y tendría un panel delante suyo donde le indicarían las palabras que ya se sabía. Todo lo había practicado, pero aun así, los nervios pueden volverse muy traicioneros cuando uno menos lo espera.

-Venga, vayamos abajo y socialicemos un poco con los inversionistas y algunas personas, quizá con eso se le pase—Neji había llegado hasta con ella, y le dedica una mirada que le tranquilizo en cierta medida.

La idea del Hyuga no sonaba nada mal, y sin tener algo mejor que hacer más que dejarse consumir por su inseguridad, salió de la sala de reuniones al piso de abajo a socializar.

Una vez en el lobby, caminaron hacia la entrada. La entrada constaba de dos puertas de vidrio. Ambas puertas separadas por un detector de material peligroso que constaba de un espacio de un metro y medio de distancia entre puerta y puerta.

Al salir al espacio, se sentía un oleaje de aire que desbloqueaba la siguiente puerta, en caso de detectar algo peligroso esta se bloqueaba y evitaba la salida.

Después de todo, las instalaciones estaban diseñadas para contener y evitar la propagación de la mayoría de virus o toxinas. De igual modo la seguridad que también era cuidada con casi el mismo nivel.

Una vez que lograron salir y entraron al salón, se toparon con los dos representantes de las corporaciones Uchiha.

-Itachi, es placer que asistiera—Saludo Neji al mayor con un apretón de manos.

-Es un Honor estar aquí—Sonrió. —Mis Padres lamentan no poder asistir—

-No tiene de que, espero que disfrute del evento como otros años—Ante la charla de los dos, Hinata había observado velozmente al Uchiha menor que venía con Itachi. No es como que los conociera de años, pero se habían visto una que otra vez. —Espero que recuerden a mi Prima, Hinata Hyuga—

-Hace bastante que no la volvía a ver, señorita Hyuga—Itachi con elegancia y modalidad, tomo la mano de la Hyuga, quien se coloraba más y más, para besarla suavemente. Como un caballero que conocía a la princesa.

-Un p-placer—Tartamudeo.

-El placer es mío—Dijo. —Creo que no conocen a mi hermano menor, Uchiha Sasuke—Itachi dio la oportunidad a Sasuke de presentarse.

Este estrecho su mano con la Neji sin mediar palabra alguna, y después estrecho manos con Hinata de igual modo. Aunque no dijera nada, su sola mirada era capaz de gritar lo que sentía.

-No parece muy… emocionado—Susurro Neji más hacia Itachi que a Hinata.

-Así es él… poco expresivo—Respondió como si fuera una disculpa. Sasuke suspiro y saco su móvil del bolsillo, con la esperanza de pasar del tema. Pero lo único que encontró fueron mensajes de sus amigos, y los 85 de Karin.

Neji paso de ese grosero gesto, y propuso una idea.

-Los molesto con que nos acompañen a ver las exposiciones—Dijo.

-Sera un placer—Sonrió Itachi en respuesta.

De dicho modo, el pequeño grupo comenzó a recorrer por dentro del lugar los diferentes expositores que se presentaban ese día.


En una pequeña carpa, se encontraban las dos paramédicos encargadas de la salud de los que entraran.

Ambas eran delgadas y altas; de unos 25 años; una de cabello rosa con ojos en color verde, su cabello era corto por encima de los hombros; la otra tenía el cabello rubio, largo y sujeto en una coleta de caballo alta con un flequillo largo que cubría la mayor parte de su rostro, de ojos azul claro.

Era la primera vez que salían a un evento como ese, y ambas estaban muy emocionadas. O al menos una de ellas.

-Oh, ojala pudiera salir de la carpa para ver todo—Dijo la chica de cabello rosa, cuyo nombre es Sakura Haruno.

-¿En serio? No parece ser la gran cosa—Respondió su amiga, Ino Yamanaka.

-¡¿Qué no lo es?! ¡Claro que lo es!—Dijo en defensa de su gusto. —Estar aquí… rodeadas de grandes mentes que podrían descubrir la cura al cáncer, o resolver los problemas de adicción… ¿no te encanta?—

-Sí, pero también están los locos que pueden crear cosas dañinas para la salud—Saco el lado negativo de las cosas.

-Siempre tan positiva—Murmuro sarcástica la muchacha.

Ambas eran mejores amigas, se habían conocido cuando entraron a estudiar y ambas cumplían poco a poco sus sueños. A pesar de sus notorias diferencias, de sus diferentes gustos y de sus disputas, seguían queriéndose como siempre.

Ino había aceptado el trabajo solo porque Sakura quería asistir a ese lugar rodeado de geniecillos, no porque ella realmente quisiera estar ahí. Le debía una a su amiga, y esa fue la forma de regresarle ese favor.

-Crees que sea mala idea que… salga un poco—Dijo Sakura mirando a su amiga con ojitos de súplica.

-¿Quieres dejarme sola? ¡Ni lo creas!—Se cruzó de brazos, frunciendo suavemente el ceño.

-Por favor Ino… es lo único que voy a pedirte hoy—Insistió la peli-rosa.

Pero la rubia continua negando. No quería quedarse sola, ¿y si pasaba algo? ¿Y si algún raro llegaba diciendo cosas que ella no comprendería? ¿Quién iba a traducir? A diferencia suya, a Sakura le gustaba mucho todo el enfoque de la ciencia, biología y todo lo que se le pudiera abarcar a esos temas, ella entendía mucho mejor las jergas de los científicos.

Sakura inflo infantilmente sus mejillas. No sabía si volverían a asistir a un evento como ese, y quería aprovechar al máximo su estadía. Sin embargo, tampoco se sentía muy convencida de querer dejar a Ino sola. Ambas eran un equipo y la rubia había hecho suficiente por ella cuando acepto el trabajo. A fin de cuentas, ese sábado indicaban sus vacaciones. Y gracias a ella, decisión posponerlas.

-Bien… me quedare—Sakura regreso algo derrotada a la silla al lado de Ino. Y solo se dedicó a mirar a los pasaban. Talvez no se estaba perdiendo de mucho.


Algunas personas piensan que para salvar al mundo que amamos, se deben hacer pequeños sacrificios, otros piensan que pueden salvarlo sin tener que poner en riesgo la vida de otras personas… pero existen ciertas personas que no piensan exactamente lo mismo.

Algunos creen que para salvar al mundo, y a la humanidad, deben hacerse sacrificios muy grandes, demasiado grandes.

Creen que los humanos ya no tienen salvación, y que deben ser eliminados, dejando claramente a algunos selectos que se encargaran de repoblar la tierra y crear un nuevo orden mundial.

Personas que perdieron la fe en la humanidad, y que solo su extinción traerá la paz y la salvación del mundo… Esas personas deberían de mantenerlas alejadas de los laboratorios o de los puestos altos de gobierno.

Porque nunca se sabe en qué momento vayan a hacer cumplir sus objetivos.

En este caso, un hombre caminaba, algo sospechoso para el gusto de los policías. Usaba saco café y sus manos estaban metidas en sus bolsillos. Protegía en parte su identidad con un sombrero y unas gafas.

Avanzaba mirando a cada persona que se atravesaba en su camino. Pronto el plan que habían estado organizando se cumpliría y un nuevo mundo se alzaría. Aun si él debía sacrificarse para ello, lo haría, porque de dicho modo lo recordarían como un héroe.

La hora estaba cerca, y la mayoría de las personas estaban tomando sus lugares para presenciar la exposición y la presentación. Algunos tomaban sus lugares en las primeras filas, otros en medio y algunos más atrás.

-Tengo que ir al baño—Dijo Naemi a sus dos amigos.

-Te cuidamos el lugar—Sonrió Kiba. Colocando su mochila en el lugar de la rubia.

Los tres habían elegido sentarse en las filas medias, al igual que otros compañeros más. Los más interesados, tomaron los lugares de enfrente, notándose emocionados y haciendo algo de alboroto.

-Apuesto a que los de la Universidad estarían igual que ellos—Menciono Kiba.

-Si… Pero sigo sin ver porque estarán tan emocionados, hasta donde he leído la Convención se celebra cada año y casi siempre es lo mismo—Dijo Sai.

-Nosotros somos chicos de artes, Sai—Hablo Kiba. —Si no eres un genio como ellos, no lo comprenderemos nunca—

-Supongo que es verdad…

-Es como si ellos estuviesen en una exposición de arte de Picasso o de Van Gogh, a nosotros nos emocionaría pero a ellos no—

Sai comprendió perfectamente lo que su amigo quiso decir. Pero aun así, le continuaba pareciendo demasiado la emoción de ellos.

Naemi de su lado, caminaba en busca de los baños. Si hubiese usado el baño antes de irse, no tendría que volver a caminar por los mismos lugares, siendo observada por algunos tipos que le veían y susurraban a su espalda. ¿Es que acaso no habían visto a una joven mujer antes?

Apresuro el paso hasta que llego a donde había visto los baños antes. Pero, ahora que estaba más cerca, pudo ver la enorme fila de mujeres.

-¿Disculpe, esta es la fila para el baño?—Pregunto a la última mujer que se había formado.

-Sí, desgraciadamente un gracioso entro al baño de mujeres e hizo de las suyas dentro… ya te imaginaras, así que por ahora solo está un baño disponible—Explico brevemente. —Digo, por si pensabas ir al otro baño—

-Está bien… Gracias—Dedico una sonrisa rápida a la mujer antes de alejarse nuevamente.

Suspiro. De verdad necesitaba ir, y no estaba segura de poder aguantar hasta que el baño estuviese listo o hasta llegar a casa.

Por dicho motivo, salió del salón hacia el edificio de la derecha con la esperanza de que la dejaran usar el baño. A fin de cuentas, solo era una alumna de artes y no una espía que buscara los secretos de la compañía.

Hinata había salido de igual modo, necesitaba refrescarse por última vez antes de iniciar todo, solo necesitaba un poco de agua a su rostro y mirarse al espejo para terminar de darse ánimos.

Sasuke decidió acompañarla, con la esperanza de perderse por ahí y no aguantar más de todo eso, así que le siguió con la mentira de que también iría al baño.

Cuando ambos estaban dentro del edificio, vieron a la joven rubia mirar un mapa del edificio.

-Oye, no deberías estar aquí—Hablo Sasuke hacia la chica. A juzgar por su estatura un poco más baja que la suya, y por el pase que llevaba, era una alumna de Universidad y hasta donde él sabía ellos no tenían permitido el acceso a los edificios.

-Oh, yo… lo siento, necesitaba usar el baño pero… los del salón están ocupados y creí que—Se excusó la menor.

Antes de que el Uchiha continuara a reprocharle, Hinata intervino.

-Sí, lo se… un accidente con ácido en el baño femenino y la fila del otro—Apoyo las palabras de la chica. —C-Claro, ven conmigo, yo también iba para el baño—Dedico una sonrisa amable a Naemi, misma que correspondió a esa sonrisa.

Sasuke la observo, si eso pasara en su compañía, ya habría llamado a los de seguridad para que la sacaran.

-¡Alto!—Los tres se giraron en dirección de la persona que hablo. Era un oficial que se apresuraba a llegar con ellos, justo la persona que pensaba el Uchiha. —No tiene permitido estar aquí—Señalo a la rubia.

-Es lo mismo que dije yo—Susurro Sasuke.

-E-Esta bien, Oficial—Sonrió la Hyuga. —Ella viene conmigo al sanitario, ya q-que hubo un problema, es mi deber ofrecer una solución—

Naruto había visto entrar a la chica al edificio y las órdenes eran claras. No dejar que nadie entrara a los edificios a menos que fuera por orden de los Hyuga. No se sentía seguro de dejarla entrar, pero si era una Hyuga quien pedía por ella, él debería obedecer.

-Está bien… pero iré con ambas para después escoltarla a ella a la salida—Dijo. Hinata afirmo ante la petición y ambas caminaron hacia el baño.

Dicho y hecho, el pequeño grupo se encamino a los baños de la siguiente planta.


Naruto estaba recargado sobre la pared contraria a la de los baños. Aquello era lo más interesante que había hecho en todo el día, y lo que haría en la siguiente semana que estuviera metido en la comisaria terminando de actualizar todo lo que debía.

No evito suspirar. Pero al menos ya con algo de movimiento como ese, dejaría de estar muriéndose de aburrimiento.

La puerta de los baños masculinos se abrió, dejando salir a Sasuke. El Uchiha se recargo de mismo modo junto a él, justo cuando pensaba en perderse en la empresa o salirse por algún lado para escapar de lo que seguía, su hermano le enviaba un mensaje para decirle que le esperaba junto a Neji, a que llegara la Hyuga y él.

No estaba en sus genes obedecer, no del todo al menos. Pero a falta de algo mejor que hacer y de que negar esa orden podría significar una disputa con ese tal Neji Hyuga, tuvo que quedarse.

Dando como resultado a que ambos varones estuvieran sumidos en silencio, esperando a que salieran las otras dos.

-¿Has matado a alguien?—Inicio una conversación el Uchiha. A su respuesta el Uzumaki se quedó pasmado por lo directo que era y por el nivel de pregunta que le hacía. ¿Quién iniciaría una conversación así?

-¿D-Disculpa?—

-¿Has matado?—Repitió.

-¿A qué viene esa pregunta?—

-Simple curiosidad, nunca había estado tan cerca de un oficial de Konoha—

Naruto no supo que decir. ¿Qué se supone que debería decir? Como otros oficiales, había estado en medio de tiroteos, pero nunca se vio obligado a usar su arma para matar a otras personas.

-No, no he matado a alguien—Respondió al paso de unos minutos.

-Aburrido—

Honestamente no se esperó esa respuesta. Y fue notoria su sorpresa por eso.

-Uzumaki, Uzumaki ¿Dónde estás?—Una voz interrumpió esa charla, era uno de los otros oficiales que estaban en el evento.

-Estoy en el edificio de la derecha, un civil entro y he venido a sacarlo—Respondió a su compañero.

-Bien. Acabamos de ver a un hombre sospechoso, vamos de camino a detenerlo—

-Entendido—

-Sera mejor darles presión—Dijo Sasuke acercándose a la puerta del baño femenino.


Dentro, Hinata se miraba al espejo, tratando de darse los ánimos faltantes para poder subir al escenario e iniciar con todo.

Seguía sintiéndose insegura, y muy nerviosa. Pero haría lo posible por enorgullecer a su Familia y demostrar que era toda un Hyuga. Se dedicó una sonrisa.

-¡Ah~ que bien se siente descargar la vejiga!—El sonido del retrete vaciándose automáticamente se escuchó, seguido de la puerta abrirse y de la rubia saliendo por ella.

Camino hasta donde estaba Hinata y paso ambas manos bajo el tubo nariz, del cual empezó a salir agua de forma automática. No se esperaría menos de un edificio con tan alta tecnología como las empresas Hyuga.

Después de mojar ambas manos, tomo algo de jabón.

-Gracias por la ayuda—Inicio la conversación la rubia.

-N-No tienes porque—Respondió Hinata.

-Soy Naemi, por cierto—Observo a la ojos perlados por el reflejo del espejo dedicando una sonrisa con ello.

-Un gusto, Naemi. Yo soy Hinata—Y de igual modo, la Hyuga le correspondió la sonrisa.

-Hinata… Hinata Hyuga… ¿Tu eres la que va a ser la maestra de ceremonias o algo así?—Naemi hizo memoria. Había leído ese nombre en el panfleto que le dieron.

-S-Si… algo… así—Suspiro. Dejo ver que estaba nerviosa e insegura de lo que haría en breves momentos.

-Descuida, lo harás bien—Dijo la joven terminando de enjuagar sus manos y sacudiéndolas un poco para secarse. —Puedes imaginar al público desnudo…

Hinata negó algo sonrojada por esa idea. Había escuchado que algunas personas usaban ese método para superar el miedo al escenario, pero era tan tímida que no estaba segura de eso le ayudara en algo.

-Yo lo haría… sobre todo con ese oficial que viene—Menciono lo último en voz baja, pero no tan baja como para que Hinata no escuchara. Ante la mirada de sorpresa de la Hyuga, la chica se defendió. — ¿Qué? No me digas que tú no te fijaste en él—

La Hyuga volvió a negar, pero era cierto. Ese oficial era atractivo, y el uniforme que llevaba no dejaba mucho a la imaginación.

-Oh ya veo… el moreno que viene es tu novio, claro—Naemi se alejó un poco para pasar ambas manos nuevamente por debajo de una máquina que se activó expulsando aire para secar sus manos.

-¡¿M-Mi novio?!—Se acaloro solo con la idea de pensar en el Uchiha como su pareja.

-¿Mm? ¿No lo es?—Encarno una ceja mientras se aproximaba a ella otra vez para recoger sus cosas que antes había dejado sobre el lavado. —Pensé que sí lo era…

-No, no… es… un amigo—Realmente ni ella estaba segura de que fueran amigos, eran más bien conocidos.

-Ah… hacen una bonita pareja—

Hinata volvió a colorarse y acalorarse por la idea. Sasuke era bastante guapo, pero su carácter era…

-¿Ya van a salir? ¿O es que quieren que entre y las saque a ambas?—Se escuchó casi como un grito desde el otro lado de la puerta, la inconfundible voz del moreno que se denotaba irritado.

-Tu novio es un encanto—Soltó Naemi sin pensarlo. —Es decir… tu "amigo"—Hizo comillas con las manos. No se creía que fuera solo su amigo.

Hinata forzó una sonrisa, como si se disculpara por el mal comportamiento del moreno, aquello solo le hizo darle más señales a Naemi de que eran algo más que sencillos amigos.

Tras que salieran del baño, Naruto tomo a la menor del brazo para llevarla a su lado. Seguido de ambos, les seguían Hinata y Sasuke, todos en silencio.

O al menos lo fue hasta que una explosión sacudió el lugar.

-¡¿QUE DEMONIOS?!—Dijo Naruto. Soltó a Naemi y de inmediato llamo a sus colegas. — ¿Me escuchan? ¿Alguien me oye? ¡Roy, contesta, ¿Qué paso?!—

Los tres se intercambiaron miradas para después ver al oficial.

-¡Cof, cof! ¡Naruto! ¡¿Dónde estás?!—Esa era la voz de ese tal Roy al que llamo Naruto antes. —El tipo sospechoso que dije…

No completo su frase cuando escucho al supervisor en turno toser fuertemente. Ni siquiera podía seguir hablando.

-¿Qué paso?—Volvió a hablar Naruto.

-Oh no… ¿q-que… que esta…

Naruto decidió seguir caminando, mientras que Sasuke, Hinata y Naemi le seguían el paso. Después de todo, los tres tenían a personas importantes en ese lugar.

Al bajar completamente al lobby, vieron una nube de humo que salía del lugar de color azul. Apenas esa nube llegara hasta las puertas, y se empezara a filtrar, las puertas dieron un pitazo de alerta.

-Toxina detectada. Sellando el lugar-

Las puertas se sellaron completamente evitando el paso de aquella nube.

-¿Qué paso?—Dijo el rubio. — ¿Por qué se ha sellado? ¿Qué ocurrió?—

-S-Se activó el sistema de defensa—Respondió Hinata. —Se han sellado las puertas, ventanas, todo por donde pueda entrar una toxina.

-¿Alguna forma de desactivarlo?—Insistió el policía. —Tengo que salir y ayudar a mis…

-S-Si… yo, ahora mismo voy a…

-O-Ofi… Oficial—Naemi le había tocado el hombro con suavidad cuando este se había girado con la Hyuga. Su mirada se veía aterrorizada, el tono claro de su piel se había vuelto blanco.

-¿Qué demonios?—Dijo Sasuke de igual modo mirando en dirección a donde la rubia miraba igual.

Naruto dirigió su mirada hacia la puerta nuevamente, para tomarse con las personas de la Convención. Arañando el vidrió, queriendo entrar al lugar. Pero, ya no parecían lucir como las había visto antes.

De sus bocas corría sangre al igual que de sus ojos, sus movimientos eran torpes pero desesperados a su vez.

La radio del Uzumaki comenzó a sonar con palabras irreconocibles y gruñidos raros. No entendia que pasaba, y al parecer ninguno de los otros tres lo sabía.

-¡D-Debemos irnos! ¡Ya!—Suplico asustada la menor de los tres. — ¡Tenemos que irnos a un lugar seguro, ya! ¡YA!—

-¿Qué es lo que está pasando? ¿Sabes algo de esto?—Dijo Naruto mirándola seriamente.

-Sí creo que son lo que creo… debemos correr, y huir—Suplico nuevamente.

Los otros tres no entendieron lo que pasaba o porque la menor se puso así de asustada. Antes de querer decir algo, más personas fueron llegando y golpeando la primera puerta que no tardó mucho en ceder.

-La seguridad detecto una toxina, si rompen las puertas y seguimos aquí nos expondremos y posiblemente terminemos igual que ellos—Dijo Naemi, tirando ahora del brazo de Naruto en señal de desesperación por salir huyendo.

-N-Naemi tiene razón… es mejor no arriesgarse a contaminarse—Ahora ya con el apoyo de la Hyuga, los otros varones decidieron seguirlas.

Sin saber, que aquello solo sería el inicio…


Y bueno, después de musha desaparición, he regresado. Que no se diga que mis desapariciones son malas, que si me tardo es porque venia una buena historia (?) Bueno no.

Esta es tematica sera de infectados o zombies, ya como quieran llamarle. Pero bueno, espero que les guste y que disfruten de esta nueva obra.

¡Gracias por leer! (ᴖ ɜ ᴖ)