Disclaimer: Ni los gemelos Kagamine, ni ningún otro personaje me pertenece. Todo es propiedad de su respectivo dueño. (El cual he olvidado el nombre)
Nota: Llevaba un tiempo en esta página, pero no me había animado a subir nada mío, hasta ahora. Este es mi primer fanfic (bueno, no exactamente. Es el primer fic que publico, en realidad). Estoy nerviosa, y seguramente tenga muchos errores. Espero ir mejorando y aprendiendo de mis errores pasados corrigiéndolos. Gracias por leer :) (Si es que alguien leé esta cosa rara. Touché)
El reloj suena estrepitosamente, marcando las doce. Todos duermen.
No.
Quizá, no todos duermen.
Allá, en la última habitación, hay luces prendidas. No está oscuro, como en las otras.
Los gemelos se miran, y sonríen, como si estuvieran haciendo otra de sus travesuras a Kaito (o el que se les apareciera por delante).
«Somos cómplices; somos pecadores» Parecen decirse, entrelazando sus manos y soltando una risa burlesca, como si se estuvieran riendo de alguna desgracia ajena. Luego se miran, y dejan detrás el eco de la risa, siendo ahora acallado totalmente por dos labios uniéndose.
(Y parece que batallan, como siempre lo han hecho)
Y ahora, en la intimidad obscura, la risa cambia.
Ya no es una risa, ahora es un sollozo.
Rin solloza de nuevo, y Len le cubre los labios con los suyos, suavemente, como si estuviera jugando con una muñeca de porcelana a punto de partirse en pedazos. El suave compás de sus respiraciones es notable…
…y hace frio. (mucho, demasiado)
"Tengo frio" parece decirle, pero no habla y en vez de eso calla en las penumbras, pareciendo un ser inanimado.
(Y es que ni siquiera parpadeaba con normalidad)
"Lo sé"
Len la mira, y sonríe. No es de alegría, ni de tristeza. Es solo un gesto, un gesto que ha servido muchas veces para tranquilizar los sollozos de su hermana.
Rin. La fuerte. La orgullosa. La enojona (y la más débil, la más quebradiza, la más rota).
Él. El aniñado. Infantil. Comprensivo (pero no es tan débil, aunque igual está roto, roto como su otra mitad)
—Len…—su voz, quebrada y fina (finísima, aguda) resuena en la habitación, y Len solo la mira, como siempre ha hecho. (si-em-pre)
Kagamine Len. Kagamine Rin. Son gemelos, familia, ¿está mal?, ¿está mal sentir ese tipo de "amor" por tu otra mitad?
Porque Len la ama, y Rin lo ama a él. Se aman mutuamente.
—Está bien.
Y no se escucha nada más. Ahora todo está en silencio, las velas se han apagado y las fugaces voces se han esfumado.
No queda nada.
Nada, excepto el rítmico movimiento de dos respiraciones juntas, como parte de un mismo ser.
(Y es que ellos eran como un espejo roto)
