Ok, ahora la historia ya está bien editada . Lamento si fue difícil seguirla, es solo que no sabía hacer algunas cosillas, pero agradezco la ayuda de Renata para poder subir correctamente el fic :p.
DOS BRUJAS Y UN MAGO
Era la típica mañana en el número 4 Privet Drive. Todo era pelea por la mañana, y por las tardes ni se diga, pues los gritos de Dudley porque le dieran de comer eran insoportables; pero el verdadero problema venía en la noche, pues Hedwig hace mucho escándalo por querer salir a volar un poco.
Las labores que ponían a hacer a Harry cada que Hedwig desesperaba a Tío Vernon, eran realmente exhaustivas, y dejaban a Harry con muchas ganas de comerse una vaca completa, claro si es que los Dursley lo dejaban comer tanto.
Una noche, Harry estaba en su cuarto escribiendo una carta a sus amigos, Ron y Hermione, y pensaba en un buen plan para mandar a Hedwig con sus valiosas cartas y que estuviera en casa para la madrugada, al fin y al cabo, los Dursley era tan estúpidos que se creerían cualquier pretexto sobre Hedwig, con tan solo saber que Hedwig tan vez seguía dormida porque estaba enferma o algo por el estilo, Harry lo pensaría después.
Al día siguiente, Harry estaba despertando, cuando escuchó a tía Petunia que le gritaba...
-¡Baja inmediatamente!- ordena Petunia muy molesta, Harry se preguntaba qué era lo que había hecho para que tía Petunia sonara tan enojada.
Cuando estuvo en la cocina, se sentó al lado de tío Vernon, el cual solamente le intercambió una mirada amenazante
-¿Me llamaron?- preguntó Harry algo asustado
-Tendremos visitas- contesta tío Vernon sin siquiera verlo
-No será de tía Marge, ¿Verdad?- preguntó Harry casi desmayándose de la mesa
-No, Marge está teniendo unas largas vacaciones en Francia, junto con todos sus perros pulgosos- Harry no se atrevió a preguntar de quién sería la visita que tendrían- ... un amigo está arreglando su casa y me ha pedido que le de por un tiempo albergue en la casa, por lo que acepté- tío Vernon cerró su periódico y vio a Harry con ojos amenazantes
-¿Y quieren que me instale en el armario debajo de las escaleras?- preguntó Harry con tono aburrido
-No exactamente- contestó Petunia que le daba una ración de 4 huevos revueltos a Dudley
-Te quedarás en tu habitación, con tu avechucho escandaloso y te comportarás con una persona completamente normal- tío Vernon parecía estar molesto por haber aceptado a una persona en su casa
-Ya me lo has pedido infinidad de veces- contestó Harry en voz muy baja
-Papá, ¿Por qué aceptaste a ese tipo de gente?- cuestiona Dudley enfurecido
-No me queda de otra Dudders, es un amigo empresario muy rico y puede que nuestras empresas se fusionen, y si eso sucede, yo seré el jefe por muchas razones que luego les explicaré- contestó tío Vernon radiante de alegría
-¡Pero, ¿Por qué ellos?!- agrega Dudley que parecía estar más enojado que su propio padre al ver por las mañanas a Harry
-¿Qué tipo de gente es?- preguntó Harry sin pensarlo, con la esperanza de que fueran magos
-Personas realmente extrañas, no son tan anormales como tú, pero no son de mi agrado- contestó tío Vernon tomando su periódico de nuevo
-Mientras menos tiempo estén aquí, mejor- agrega Petunia sirviendo más huevos batidos en el plato de Dudley
Durante todo el día, Harry se preguntaba qué tipo de gente podría ser para que tío Vernon estuviese tan enojado por la visita.
Por la noche Harry estaba en su habitación, pensando en quiénes irían a vivir con ellos por un tiempo, pues tío Vernon solamente los admitiría si es que les daba algún beneficio.
Finalmente el día llegó; todos estaban en el recibidor, pero es de esperarse que Harry sea el que menos se vea entre todos...
-¡Qué gusto tenerte con nosotros, Ryusuke Sakaguchi!- saluda tío Vernon con un tono muy fingido
-Espero no causarte ninguna molestia, Vernon- comenta Ryusuke algo avergonzado
-¡Para nada!, ¡Nuestra casa es su casa!- contesta Petunia pareciendo contenta
-Te presento a nuestro pequeño gran orgullo... Dudley, saluda al amigo de tu padre- Dudley veía a Ryusuke con repugnancia y solamente le alarga la mano, Ryusuke la estrecha
-Es un placer, jovencito- contesta Ryusuke
-Igualmente- contesta Dudley desganado, Ryusuke se fija en Harry y se pasma al ver la cicatriz en su rostro
-¿Quién es usted?- pregunta Ryusuke con mucho interés
-Ah, bueno, yo...- Harry iba a decir su nombre cuando tío Vernon interrumpe de manera inesperada
-¿Y quiénes son éstas lindas señoritas?- había dos chicas a cada lado de Ryusuke casi iguales (una era más alta que la otra; la más alta tenía una expresión en su rostro que se parecía a la de tío Vernon cuando veía a Harry preparado para ir a Hogwarts; la otra tenía sus facciones más alegres y parecía ser una chica muy agradable. Las dos tenían su pelo de color negro como el ébano, sus ojos eran de igual color, la alta tenía el cabello hasta la cintura y la otra tenía un corte de melena)
-¡Oh!, es verdad; ellas son mis hijas- Ryusuke voltea con la más pequeña- ella es Rena- y luego voltea con la otra- y ella es Renata; saluden, niñas
-Es un placer conocerlos- dicen las dos al mismo tiempo, solamente que una sonreía y la otra no
-Vaya, hermosas chicas- comenta Dudley queriendo dar un aire elegante y galán, pero pareció más de esos tipos que van por la calle lanzando piropos a las chicas
-Ajá- murmura Renata sin quitar su cara de mustia
-Ven, te llevaré a la habitación de huéspedes- Ryusuke y Vernon suben las escaleras, Petunia los sigue; pero antes de que desaparecieran por las escaleras, Petunia mira a Harry
-¡¿Qué estás esperando?, sube inmediatamente el equipaje!- ordena Petunia muy enojada, Harry da un tropiezo y hace lo que le ordenan- Cariño, atiende a esas lindas jovencitas- pidió Petunia con tono idiota; Renata usó una expresión tan despectiva que Petunia se fue de inmediato.
Dudley, Renata y Rena se habían quedado en el recibidor...
-Bueno, mis linda jovencitas, hay un gran pastel en la nevera, ¿Quisieran tener el honor de acompañarme y ver como lo devoro?- propone Dudley con el mismo tono de antes
-Ah, bueno...- Rena no sabía decir que no, pero...
-No gracias, no me divierte ver como un cerdito engulle lo que le dan- Renata se dirige a la sala sin siquiera ver a Dudley, éste estaba rojo del coraje, pues como sabemos, nunca le habían dicho que no, al menos no de ese modo; Rena sigue a su hermana
-Renata, no seas grosera- pide Rena en voz baja y con mucho miedo
-Recuerda que debemos ser coherentes- Renata miraba los retratos de la sala- ... eres un niño mimado, ¿Cierto?- comenta Renata tomando una fotografía
-Renata- Rena se ponía más tensa
-Apuesto que te siguen tratando como un niño a pesar de tus 17 años- comenta Renata muy divertida
-Renata, ya basta- Rena comenzaba a enojarse.
Los adultos bajaban junto con Harry...
-No te preocupes, la comida pronto estará servida- comenta tío Vernon ya saboreando la hora
-Eres muy amable, Vernon; pero comimos algo en el camino- contesta Ryusuke muy avergonzado
-Pero no me despreciará una tacita de té, ¿O sí, señor Sakaguchi?- propone Petunia muy interesada en la respuesta
-Está bien; ¿Niñas quieren venir?- las dos chicas voltean con él
-No gracias, papá- contesta Rena con una sonrisa tierna
-No, gracias- contesta Renata dejando la fotografía de Dudley
-Está bien; Dudders, ¿Quieres?- pregunta tío Vernon omitiendo a la chicas
-¡Sí!- Dudley se va con los adultos, a Harry no se le hacía raro que lo trataran tan mal, al contrario, el prefería no estar cerca de las visitas.
Rena y Renata miraban a Harry, parecían dudar en hablarle o no...
-... El famoso Harry Potter- comenta Renata muy interesada y con una mirada petulante, Harry se quedó pasmado al escuchar lo que dijo Renata
-¿Cómo saben mi nombre?, los Dursley jamás me mencionan en las pláticas con sus amistades- pregunta Harry con un poco de miedo
-No lo hemos escuchado de tus tíos, ni tampoco de nuestro padre- contesta Rena con una sonrisa amable
-¿A no?
-No
-Eres el famoso Harry Potter, el héroe que venció a Lord Voldemort cuando eras muy pequeño... eres un chico interesante- agrega Renata, Harry se asombra, pues se da cuenta de que ellas son de las pocas personas que nombraban a Voldemort sin temor
-¿Cómo saben eso?
-No somos muggles, Potter- contesta Rena
-Somos brujas- agrega Renata
-Entonces ¿Estudian en Hogwarts?- pregunta Harry algo contento
-No, nosotras estudiamos en Japón- contesta Renata
-¿En Japón?, ¿Entonces por qué han venido hasta acá?- pregunta Harry asombrado
-Que estén arreglando nuestra casa es solo una excusa, papá quiere que estudiemos nuestro último curso en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería, y como tus tíos son los únicos amigos de mi papá aquí, pues por eso venimos con esa excusa- contesta Renata
-¿En Japón también hay escuelas para magos?- Harry estaba muy interesado en todo lo que ellas pudieran decirle
-Sí, no creas que Londres es el único lugar en donde hay escuelas para magos- contesta Renata algo ofendida
-La escuela a la que íbamos se llama Colegio Yokohama de Magia y Hechicería Japonesa- contesta Rena con una sonrisa
-¿Entonces su padre es un mago?
-No, papá es muggle, mi madre era una bruja, pero ella murió hace mucho tiempo- contesta Renata con el mismo tono duro de siempre
-Lo siento
-No te preocupes, estamos muy bien con papá- contesta Rena con tono alegre
-¡POTTER!- llama tío Vernon con voz enérgica
-Disculpen- Harry iba a retirar
-¿Por qué dejas que te traten así?- pregunta Renata decepcionada, Harry no contesta solamente baja la cabeza avergonzado- en tu lugar los convertiría en conejos por una semana- agrega Renata muy divertida
-No me es permitido usar magia todavía- contesta Harry muy triste
-Pensé que te gustaba quebrantar las reglas de Hogwarts- agrega Renata en tono retador
-No lo hago a propósito- contesta Harry algo molesto
-¡POTTER!, ¡VEN INMEDIATAMENTE!- tío Vernon se escuchaba molesto
-Ya me metiste en un problema- agrega Harry un poco calmado, Harry se va de la sala en dirección a la cocina
-¿Por qué eres así con él?, pensé que querías conocerlo, pensé que te interesaba, Renata- cuestiona Rena con tristeza
-¡¿Estás loca?!, los debiluchos como él no me importan; no soy como tú, Rena- contesta Renata muy indignada
-No sé como te soporto- dice Rena sentándose en un sillón
Las semanas del verano pasaban y Harry solamente esperaba dos semanas más para ir a Hogwarts, aunque él apostaba que el último curso no sería tan divertido como los anteriores, tendría que ir acompañado de las chicas Sakaguchi, y eso no le gustaba desde la última conversación que tuvo con Renata, en la que ella misma le dijo que era un chico débil y que era pura suerte que sobreviviera a tantos embates de Lord Voldemort.
Pero por otro lado, a Harry le agradaba Rena, pues era una chica con un temperamento más tranquilo que el de Renata, incluso Harry se daba cuenta de que Rena era como una niña buena de un cuento de hadas, porque ayudaba a su padre, a su hermana e incluso a los Dursley en lo que le pidieran. Cuando hablaba con Rena sentía que estaba con Ron o con Hermione, pues lo escuchaba y aconsejaba de cualquier cosa, incluso le hizo el favor de mandar una carta a sus amigos con su lechuza Fine.
Los Dursley se habían dado cuenta de que las hijas de Ryusuke eran brujas por las lechuzas que llegaron volando un noche, con cartas en el pico y como no querían que se enteraran que Harry era un mago también, no cuestionaron nada sobre las chicas Sakaguchi, además de que sería una metida de pata para la fusión de las empresas.
Dudley ya no se acercaba a coquetear con ninguna de las dos, pues después de haberse enterado de que eran brujas, le dio miedo entablar comunicación como Harry lo hacía; aún antes de que lo supiera, le daba miedo hablar con Rena, pues si lo descubría Renata, no le iría muy bien.
Rena y Renata estaban muy a gusto en la casa de los Dursley, pues las trataban como reinas a pesar de que fueran brujas, solamente por el hecho de que las empresas se fusionarían. A Rena se le hizo costumbre pasar la noche en la habitación de Harry, ella dormía en la cama de éste y él en el suelo (después de todo, en la habitación de huéspedes no cabían los tres; además de que Ryusuke era muy consentidor con Rena y confiaba en ella), antes de dormir, los dos hablaban de las aventuras que habían pasado cada uno en los colegios en que estaban; pasaban ratos agradables encerrados en el cuarto, y aunque Harry era regañado a escondidas por los Dursley, seguía con su amistad con Rena, no tanto con Renata, pero le hablaba un poco. Mientras que Renata, hacía sus deberes en el cuarto de huéspedes y solamente salía por necesidades; podría decirse que Renata es algo celosa en cuestión de su hermana, aunque la amistad que ella tenía con Harry no le molestaba, pues sabía que Harry era un buen chico, a pesar de que siempre que se veían se peleaban.
Una mañana, Harry se levantó temprano, tomó su ropa y se fue al baño a cambiarse, teniendo la cautela de no despertar a Rena. Harry se había fijado en Rena y sentía que el gusto que tenía por ella, estaba creciendo muy rápido, temía llegar a quererla, pues sabía que solamente un año estaría con él y después regresarían a Japón.
Bajó las escaleras a preparar el desayuno para todos, no se sentía con sueño como siempre, al contrario, estaba demasiado animado. Pero, escuchó unos pasos pesados que se dirigían a la cocina y se encontró con tío Vernon que estaba rojo y parecía estar enojado...
-Potter, qué bueno que te encuentro solo y no con esa... niña- a Harry le molestó el comentario pero no dijo nada, no quería ser castigado- ... Será mejor que no les cuentes de tu anormalidad, porque podrías estropear todo mi plan- a Harry no le importaban los intereses de tío Vernon
-No he dicho nada- y era verdad, Harry nunca les dijo nada sobre que era un mago, las dos chicas ya lo sabían
-Y me gustaría que dejaras de acosar a esa niña, no quiero que pase una noche más en tu habitación- agrega tío Vernon clavándole la mirada a Harry, éste estaba asombrado por el petición
-Pensé que no les importaría, no dijeron nada- dice Harry algo triste
-No quiero que Ryusuke se llevé una mala impresión de nosotros y que piense que no te tenemos bien controlado... ¡Hoy mismo le dirás a esa niña que no puede pasar una noche más en tu habitación y se acabó!- tío Vernon salió de la cocina más rojo del coraje de lo que entró; Harry se sintió más triste y siguió haciendo el desayuno
Harry pensaba que todo había sido demasiado bueno para ser verdad, que tres personas lo trataran como a un ser humano, que vivieran más magos en la misma casa que él, que al menos con dos de esas tres personas se la llevaba de maravilla y que además había encontrado a otra amiga a parte de Hermione; no sabía que hacer, así que no pensó en otra cosa... le enviaría esa misma mañana una carta a Ron y a Hermione pidiéndoles un consejo de cómo decirle a Rena lo que tío Vernon le había dicho o bien si era mejor no hacerle caso (como es de esperarse, los dos mejores amigos de Harry, estaban enterados de lo que pasaba en casa de los Dursley y que Harry se estaba enamorando de una chica). Aunque alguien interrumpió sus pensamientos...
-¡Vaya forma de pedir las cosas, ¿Verdad, Potter?!- dice Renata con tono tierno
-¿Escuchaste?- pregunta Harry algo sonrojado
-Sí, la verdad pienso que no es justo, aunque ya no somos unos niños, ustedes saben lo que hacen y sé que nunca ha pasado por la mente de los dos hacer algo así- contesta Renata con seriedad
-No esperaba que dijeras eso
-Conozco a mi hermana, Potter, sé que ella está consiente de que no lo ven con buenos ojos los Dursley, pero es que ella quiere hacerte sentir que hay personas a las que en realidad le interesas mucho; Rena es como una niña inocente que le encanta ayudar a los demás... eso de dormir juntos no se me hace correcto, pero sé que los dos lo hacen porque son amigos y se han agradado mucho... sé que te gusta Rena, Potter- Harry se puso más tenso y se sonrojó hasta la nariz- y por ese cariño que le tienes, te pido que si es que decides decirle que ya no duerma en tu habitación, se lo digas de una forma tranquila y que no la hieras, tampoco se te ocurra decirle que te lo dijo el señor Dursley
-No sé como decirle- Harry había disipado su rubor y solamente se notaba más triste
-Si quieres te puedo ayudar, de forma indirecta, pero puedo hacerlo, lo demás es por tu cuenta; no te preocupes, sé como tratar a mi hermana en éstos casos- Harry no sabía si aceptar o no, además se le hacía muy raro que Renata lo quisiera ayudar- ... y no es por ti, es por ella- Harry lo suponía
-Déjame pensarlo, en la tarde te daré mi respuesta
-Está bien- Renata se va de la cocina
ReNaKrIzNeE
