Naruto y sus personajes pertenecen a Masashi Kishimoto.

La idea y escritura de esta historia es de mi propiedad. Prohibido cualquier tipo de plagio.


"Yo no hablo de venganzas ni perdones, el olvido es la única venganza y el único perdón."

Jorge Luis Borges.


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.:Dónde habita el olvido:.

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Uno: Remover el pasado.

No fue capaz de entender las sencillas palabras que él acababa de pronunciar, frunció el ceño clavando sus ojos cafés en los oscuros de su acompañante. Abrió la boca intentando que alguna palabra saliera de entre sus labios, pero en al segundo volvió a cerrarla sin saber qué decir. Sus gestos faciales indicaban claramente que no lograba comprender a lo que él se refería. El hombre profirió una pequeña carcajada al ver las divertidas muecas que componían el rostro de Tenten.

―¿Qué quieres decir con que Neji y Hinata volvieron? ―cuestionó finalmente la mujer retomando el trayecto de la humeante taza de café que instantes antes quiso llevar hasta sus labios.

―Que Neji y Hinata Hyūga regresaron después de cinco… ¿o seis? años ―explicó Sasuke con la misma paciencia y calma que si estuviese con una pequeña niña que no entendía las cosas difíciles de la vida.

―¡Eso lo entiendo! No soy tan estúpida ―se defendió la mujer mostrándose levemente molesta por el tono de voz burlón que ocupaba su novio para explicarle la situación―. Lo que no entiendo es por qué me lo cuentas ¿qué importancia tiene que hayan regresado?

―No lo sé ―se encogió de hombros dándole otro sorbo a su matutino café―. Quizás… el hecho que se fueran de la noche a la mañana sin mayor explicación… que Neji haya sido tu novio cuando estábamos en el instituto y que….

―Por favor… ―interrumpió ella con un tono mezcla de fastidio y sarcasmo―. Fue hace tanto tiempo… Además éramos unos adolescentes inmaduros y… lo que sentíamos a esa edad no era verdadero…

―Tenten… ―la llamó Sasuke con paciencia acercándose un poco más a ella―. Que hayan sido adolescentes no significa que no fuese real… y si a mí me hubiesen abandonado sin explicaciones me hubiese gustado al menos saber por qué.

―A mí ya no me interesa saberlo ―confirmó la chica dejándose abrazar y disfrutando secretamente de la caricia que él le otorgaba en la cintura―. Sus razones habrán tenido para marcharse. A mí ya no me importa ―sentenció convencida―. Yo estoy bien; soy feliz contigo, con mi trabajo… y si Neji me rompió el corazón cuando era una jovencita… ―hizo un melodramático gesto de dolor llevándose las manos al pecho―, ya sanó. Tú te encargaste de sanarlo… ―le guiñó un ojo a su novio.

―Eres idiota… ―se defendió él levemente ruborizado y separándose de ella. A pesar de los años que llevaban juntos, Tenten todavía lograba ponerlo nervioso y avergonzarlo como un púbero enamorado.

―¡Muy bien, estúpido! ―remarcó con especial énfasis cada sílaba del ofensivo mote. Bebió de un sorbo lo que le quedaba de café, se puso de pie y se echó el bolso al hombro―. Hoy conduzco yo… así que apresúrate porque tú trabajo queda bastante lejos del mío y a esta hora las calles están a reventar de tráfico…

―¡No es cierto! ―rebatió el hombre intentando engullir rápidamente las tostadas y beber su café. Se acercó al calendario que estaba junto al refrigerador en el cual anotaban los días en que cada quien se quedaba con el automóvil que compartían, observó la fecha frunciendo el ceño al darse cuenta que ella tenía razón, pero optó por no rebatir. Ya se vengaría.

Terminó su café rápidamente dejando todo encima de la mesa de la cocina junto a lo que ella había utilizado en el desayuno. Se enfundó en la chaqueta del traje formal que ocupaba para ir a trabajar, tomó su bolso caminando hasta la puerta en donde Tenten lo esperaba moviendo uno de sus pies impaciente. Bajaron hasta el estacionamiento del edificio en el que vivían y prontamente ya se encontraban conduciendo a través de las congestionadas calles de Tokio.

El trayecto hasta el banco en el cual Sasuke trabajaba fue largo y lento, pero durante el camino se dedicaron a planear lo que harían aquella tarde, recordando además que habían quedado en juntarse con el resto de sus amigos la noche del viernes para asistir a la presentación de la banda de Kiba y Shino en un conocido bar de la ciudad. Finalmente llegaron a su destino y luego de prometerle que en la tarde lo recogería para hacer las compras del supermercado antes de ir a casa de Naruto y Sakura, Tenten se marchó en el automóvil rumbo a la escuela en la que ejercía de profesora.

Se mantuvo tan ocupada con las clases que impartía que no recordó el tema de conversación de aquella mañana hasta que la hora de almuerzo llegó y pudo darse un respiro.

En realidad eran siete años desde que los primos Hyūga se habían marchado quién sabe dónde y por qué. No es que mantuviera contabilizados los años, los días y las horas desde que Neji la dejó sin siquiera despedirse o mencionarle que se iría, pero bastaba sacar las cuentas desde que habían terminado el instituto hasta su edad actual.

Neji fue su primer todo, incluso la primera persona que le rompió el corazón. Pero no mentía al decir que ya no le importaba saber por qué. Después de todos aquellos años dejó de formularse explicaciones, de buscar razones, simplemente lo aceptó y lo dejó de lado, lo olvidaba de a poco, a sabiendas que a pesar de haber conocido mejor que cualquier otra persona al chico, nunca podría adivinar sus pensamientos frente a aquella situación. Seguía siendo un ser enigmático al cual ya no conocía y por momentos creía que nunca conoció.

Ella estaba bien; era feliz.

Actualmente trabajaba en una escuela primaria de Tokio impartiendo clases a primer grado, niños de cinco o seis años que la divertían y lograban que se enamorara cada vez más de su profesión. Mantenía desde hacía poco más de cuatro años una relación amorosa estable junto a la persona que menos esperó. A pesar de todas las diferencias que pudiesen llegar a tener, los disímiles tipos de carácter y la incredulidad de sus amigos frente a la relación que mantenía con Sasuke, seguían juntos e incluso desde hacía un año habían tomado la decisión de vivir en el mismo departamento, situación que hasta el momento funcionaba de maravilla.

Se conocían desde hacía años; habían ido al mismo colegio, en el mismo grupo de amigos e incluso cuando su relación al principio no fue muy cercana, una vez que entraron a la universidad y luego de una noche de juerga y alcohol habían empezado a ser más íntimos. Mucho más íntimos que unos simples amigos. Tenten recordaba con diversión aquella mañana en que despertó con un enorme dolor de cabeza, desnuda y en la misma cama que Sasuke. Habían tenido sexo y los dos nunca entendieron en qué momento de su borrachera habían tomado aquella decisión, o en qué instante exacto de la noche la amistad que mantenían traspasó niveles de aceptación y las cosas se calentaron al grado de llevarlos a tener sexo como dementes borrachos. Lo que sí sabían es que después de aquello los encuentros sexuales continuaron, por mera calentura y necesidad más que por cualquier otro tipo de interés, pero con el tiempo una cosa llevó a la otra, comenzaron a salir sólo los dos, a reunirse no exclusivamente para tener sexo, a conocerse, aceptarse y comprenderse terminando así en una relación de más de cuatro años, incluido el último de convivencia en lo que denominaron su hogar.

Al principio sus amigos fueron los más sorprendidos al comunicarles que ambos estaban juntos como pareja, principalmente porque Sasuke Uchiha era un hombre con una personalidad bastante difícil de llevar, que aseguraba a pie junto que las relaciones de pareja no eran para él y que prefería disfrutar de su juventud antes de establecerse con alguien, demostrando su convicción con las muchas mujeres con las cuales tenía sexo de una noche y que luego desechaba como trapo viejo, agregándole a eso que a pesar de todos los años que llevaban conociéndose nunca ninguno de los dos había demostrado atracción o interés por el otro, además que la amistad que los unía nunca fue demasiado cercana por lo que todos se mostraron estupefactos cuando ambos anunciaron que eran novios.

Nunca contaron muchos detalles de cómo habían empezado a relacionarse. Preferían mantener en secreto que únicamente se unieron por el sexo. Eso era algo que a los demás no debía importarles.

Y ahora, después de tantos años, sus amigos en común ya estaban más que acostumbrados a la relación de ambos por lo cual las preguntas de cómo, por qué y cuándo habían cesado, aunque Naruto ―mejor amigo de Sasuke― nunca perdía la oportunidad de molestar al Uchiha preguntándole a Tenten cómo podía soportar a un malnacido arrogante, antipático, huraño y amargado como Sasuke.

Tenten siempre se limitaba a sonreír y encogerse de hombros mientras todos los otros reían y el objeto de todas las burlas se ponía furioso. Ella prefería dar a entender que lo aceptaba así tal cual, con sus mañas, su hosquedad, su mal humor y los momentos en que él odiaba a todo el mundo optando por la soledad y el silencio. Tenten lo había aprendido a conocer conllevando la aceptación de todo lo que significaba ser Sasuke. Porque a pesar de mostrarse generalmente como un individuo arrogante, malhumorado y generalmente solitario, resultaba ser que en la intimidad y la confianza que le ofrecía su pareja, era un ser de caricias y gestos, de acciones más que de palabras, que buscaba constantemente recibir caricias, miradas colmadas de cariño y palabras de amor. Sasuke Uchiha necesitaba sentirse y saberse amado y la razón de eso Tenten la atribuía principalmente a la falta de cariño paternal.

La única persona que había amado con todo su ser al más pequeño de los Uchiha había sido su madre, la cual murió de cáncer cuando Sasuke sólo tenía diez años. Después de aquello Tenten no conocía mucho de la historia, pero sabía por boca del mismo sujeto de los hechos, que su padre nunca la demostró mucho aprecio, ni a él ni a su hermano mayor, sino que se encerró en su trabajo y los descuidó durante todo el periodo después de la muerte de su esposa. La mujer concluía que aquella situación era elemental para la actitud y el comportamiento de Sasuke; creía firmemente que él nunca superó completamente la muerte de su madre y el desprecio de su padre, razón por la cual Tenten se esmeraba en sanar la herida que la falta de aprecio provocó en su novio. Hasta el momento parecía estar lográndolo.

―Tenten ―la aludida despertó de su trance al escuchar la dulce voz que la llamaba. Levantó la mirada encontrándose con los ojos negros de Matsuri, su compañera de trabajo y amiga, profesora del otro grupo de primer año.

―Matsuri ―le sonrió a modo de saludo―. Perdóname por no escucharte, me distraje…

―No te preocupes ―la tranquilizó―. Hace poco rato que me senté aquí ―contó al tiempo que llevaba algo de comida a su boca―. ¿En qué estabas?

―Nada importante ―se encogió de hombros e igualmente comió algo de su olvidado almuerzo― Sólo recordaba una conversación que tuve con Sasuke en la mañana.

―¿Discutieron? ―preguntó sorprendida la otra mujer.

―Para nada… ―rio la profesora―. Sólo me contó del regreso de unos antiguos compañeros de instituto. Y tú ¿alguna novedad?

―En realidad… no ―comentó desinteresada―. Con Gaara estamos bien, felices y tranquilos. Y pues… lo único interesante que le ha pasado a mi vida en los últimos días es que hoy llegó un nuevo niño a mi salón ―dio un sorbo a su bebida―. Tiene unos ojos hermosos ―comentó con una sonrisa maternal.

Tenten sonrió de igual manera ante el comentario de su amiga. Le extrañó un poco que se integrara un nuevo alumno, a pesar que llevaban sólo dos semanas desde que el año escolar había comenzado, era raro que ingresara un nuevo estudiante ya que como se trataba del primer grado de primaria la mayoría de los niños venían del pre escolar que se realizaba en la misma escuela. Generalmente eran pocos los alumnos nuevos que llegaban y menos aun cuando el periodo escolar ya había comenzado, pero siempre existían las excepciones.

―Según tengo entendido llegó hace pocos días del extranjero ―explicó Matsuri como si leyera sus pensamientos―. Su padre vino a dejarlo esta mañana y habló conmigo contándome de que había sido un viaje urgente y que por ésa razón la directora lo había aceptado. De todas formas es un pequeño muy dulce, algo retraído, pero que hasta el momento se ha llevado bastante bien con el resto de sus compañeros para ser su primer día.

―Me alegro por eso ―contestó Tenten interesada―. Generalmente a los niños les cuesta adaptarse…

La conversación se vio interrumpida cuando el celular de Tenten sonó anunciando la llegada de un nuevo mensaje: "Tengo mucha hambre y el banco está lleno de gente". La mujer sonrió divertida del mensaje de su novio y tardó sólo unos instantes en responder: "Yo estoy terminando de almorzar". No hubo respuesta pero ella no se alarmó, generalmente solían hacer ese tipo de cosas, era una forma de demostrar que en algún momento se acordaban del otro.

La conversación entre las dos profesoras continuó hasta que el periodo de almuerzo terminó. Cada una se marchó a su respectivo salón con su grupo de primer año y continuaron la jornada escolar hasta que el reloj marcó las tres de la tarde, hora del día en que las actividades lectivas acababan.

Tenten salió del edificio para despedirse de sus estudiantes, era como una tradición y costumbre que tenía de asegurarse que cada uno de los niños de su salón se fuera con alguno de sus padres o la persona encargada de recogerlo, era su forma de estar tranquila y evitar cualquier problema o peligro para sus pequeños.

Besó la mejilla del último alumno que quedaba por partir antes que éste lo sonriera y se marchara corriendo junto a su madre. Fue al momento de levantarse y enfocar su mirada en el portón principal del colegio que vio a quien menos esperaba encontrarse después de tantos años.

Era quizás cosa del destino, o la mención de su nombre aquella mañana, un cruel castigo o que había llegado el momento de enfrentarlo después de tantos años, fuese lo que fuese, realmente no estaba preparada para verlo. Nunca se planteó esa posibilidad, era una situación que ya había olvidado; alguien que ya no formaba parte de sus recuerdos, pero ver a Neji parado a pocos metros de ella, saludando y reconfortando a un pequeño niño idéntico a él abrió una herida en su pecho que creía cicatrizada.

Alcanzó a reaccionar en el momento preciso en que él se incorporaba y alzaba la mirada, dio media vuelta ingresando rápidamente en el edificio sin saber concretamente si él alcanzó a verla o reconocerla.

Su corazón latía aceleradamente y se dio cuenta que había contenido la respiración hasta que llegó a su salón y se sintió protegida. Comenzó a hiperventilar y tuvo que sentarse porque sentía que las piernas le fallaban. Realmente no estaba preparada para verlo.

Seguía igual que antes, al menos físicamente. Con su cabello castaño oscuro largo y amarrado en una coleta en las puntas, su piel blanca libre de cualquier imperfección, las facciones del rostro marcadas y masculinas, alto y de espalda ancha. Pensó que de seguro seguía manteniendo aquellos enigmáticos ojos sin un color concreto, entre azules y grises, con destellos de un extraño color lavanda. No sabía exactamente de qué color eran aquellos ojos, no le interesó saberlo en la adolescencia y menos quería saberlo ahora. No quería tener ningún contacto con él.

Estaba entrando en pánico y no había una razón contundente para sentir aquello. Pasaron siete años desde que él se marchó, pronto serían ocho, habían transcurrido muchos años que los distanciaban de cualquier tipo de trato. Ya no había nada que los uniera, ni siquiera la relación que mantuvieron cuando tenían diecisiete años. Todo era parte del pasado, incluso la enorme herida que se formó en su pecho el día en que como cualquier otro se reunirían para pasar juntos un momento agradable y él no se presentó, ni lo hizo en los días consiguientes, ni la llamó para darle alguna explicación, ni nada. Esa herida que se hizo profunda y terriblemente dolorosa cuando su mejor amigo Rock Lee le confirmó que Neji se había marchado del país junto a su familia y nadie sabía dónde o por qué.

Estuvo mucho tiempo destrozada, lastimada, herida, pero se esforzó por sufrir en silencio. No creía que nadie más fuese capaz de entender su dolor. No aceptó la compasión de ninguno de sus amigos y pronto estos entendieron que era mejor dejarla sanar sola. Lo logró con el paso de los meses. Su primer año de universidad le sirvió mucho porque le entregó todas las distracciones y entretenciones que le ofrecía su nueva mayoría de edad. Se emborrachó en un sinfín de fiestas, probó las drogas, conoció otros chicos, hizo amigos nuevos, se esforzó por obtener buenas calificaciones, asistió a actividades culturales, a talleres enfocados en áreas de su interés, hizo todo lo que quería hacer y sin darse cuenta la herida estaba curada, el dolor desapareció y Neji se transformó en un recuerdo lejano. Luego Sasuke se estableció en su vida y hasta el momento se consideraba satisfecha de todo.

Pero ahora el hombre que alguna vez fue su primer amor en la adolescencia, aquel que como en una burda película de adolescentes le rompió el corazón, reaparecía sin esperarlo más cerca de lo que podía enfrentar, sin sentirse preparada para enfrentarlo y pedirle explicaciones. No consideraba la necesidad de hacerlo. No quería enfrentarlo porque no sabía cómo reaccionaría, si con sólo verlo a la distancia casi entra en pánico, enfrentarlo directamente exigiendo explicaciones podría provocarle un infarto. Pero podía jurar, rejurar, asegurar y declarar públicamente que realmente no necesitaba explicaciones. Lo había olvidado y esa era una razón más para quererlo lejos.

Respiró profundamente varias veces hasta que logró tranquilizarse y el color le volvió al rostro.

El pensamiento de que él no la había visto la dejaba en calma por el momento, aunque sabía que tarde o temprano lo volvería a encontrar principalmente porque tenían amigos en común que a pesar de todos los años desde que él se había marchado querrían volver a verlo y saber sus razones de tan inesperada partida. Además estaba la desconocida razón de qué y por qué Neji estaba en la escuela con ese pequeño niño. Nunca creyó en el destino, pero al parecer éste existía y estaba siendo muy cruel con ella.

Más y peores coincidencias no podían existir.

Se dirigió al salón de profesores para prepararse un café completamente sumergida en sus pensamientos.

Recordó el momento exacto en que lo vio y aunque intentaba convencerse a sí misma que probablemente no era él, la imagen inequívoca que sus ojos le habían proporcionado a su cerebro, una observación poco duradera que aun así confirmaba lo pensado, le convencían que aquel no podía ser otro que Neji Hyūga. Rápidamente su cerebro saco a relucir más información importante de aquella pequeña simple mirada de lejos: la razón principal de por qué Neji estaba a ésa hora en ése colegio. Estaba segura que era hijo de Neji, lo poco que alcanzó a ver de él se asemejaba, aunque de igual forma no recordaba muchos detalles, estaba además los dos comentarios entregados por su compañera de labores Matsuri sobre el estudiante nuevo que había llegado a su salón y los hermosos ojos que éste poseía, de seguro iguales a los de su padre. Y simplemente no podía imaginarse al pequeño hijo de su ex novio. No con alguien que no fuera ella. Se enfureció de sus propios pensamientos.

Volvió a su salón con la humeante taza de café aún enfada por sus estúpidos pensamientos sin lógica y concluyendo que de acuerdo a sus conocimientos, el pequeño niño debía tener seis años, sumándole a aquello el tiempo de gestación significaba que Neji había sido padre poco tiempo después de marcharse, o quizás cuando se marchó ya estaba enterado que iba a ser padre y por eso prefirió partir ¿Neji la había engañado? Era una posibilidad, el periodo de tiempo era demasiado estrecho y miles de probabilidades podían presentarse, pero ella no quería pensar más en él.

Suficiente había sido con saber que había vuelto y posteriormente verlo y confirmar su regreso, agregándole a ello la posibilidad de saber que él había sido padre casi en el mismo tiempo que estuvo con ella.

Se enfrascó en preparar las actividades que realizaría durante el resto de la semana para poder alejar a aquel hombre de su cabeza, hasta que la jornada laboral acabó. Tomó sus cosas, se despidió de sus colegas, cogió el auto y partió en busca de Sasuke tal como había prometido.

Al llegar al lugar de trabajo de su novio una sonrisa involuntaria se dibujó en su rostro al verlo de pie en la calle, tan guapo, serio y elegante como siempre, con la perpetua mueca de fastidio que se instalaba en su rostro cada vez que tenía que esperar. Se detuvo frente a él y éste rápidamente subió al vehículo saludándola con un beso en los labios, corto pero significativo. Ella le sonrío pero él de inmediato se dio cuenta que algo le sucedía.

―¿Qué ocurrió? ―preguntó sin esconder su preocupación al tiempo que ella se ponía en marcha.

―Hoy vi a Neji ―contó sin preámbulos―. Realmente volvieron.

―¿Dónde lo viste? ―cuestionó intrigado removiéndose incómodo en su asiento. Su rostro reflejaba la contrariedad de emociones al recibir aquella noticia.

―En la escuela ―respondió sin mayor emoción en su tono de voz o su rostro―. Fue en busca de su hijo.

―¡¿Su hijo?! ―sorprendido enfocó sus oscuros ojos en su novia―. ¿Tiene un hijo?

Durante el trayecto hacía el supermercado Tenten le contó las conclusiones a las que había llegado al verlo junto a la información entregada por Matsuri. También le comentó que no estaba preparada para verlo, que no quería ni necesitaba hacerlo, que estaba bien así, que no necesitaba respuestas, que ya lo había olvidado y que sólo había sido la sorpresa de encontrárselo después de tanto tiempo. Sasuke no dijo nada manteniéndose con la mirada al frente escuchando atentamente todo lo que decía. Finalmente llegaron a la tienda en donde harían la compra de algunas cosas para comer y él seguía en silencio. Sin gustarle aquella y bastante incómoda actitud, porque entendía bien lo que significaba aquel rostro, Tenten se dedicó a tratar de convencer a su novio de que estaba bien y que no sentía nada.

―Es difícil ―comentó él mientras volvían al auto con las compras ya hechas―. Si yo estuviese en tu situación, si me hubiesen abandonado y roto el corazón como Neji lo hizo, me gustaría al menos saber por qué.

―Lo sé ―confirmó Tenten metiendo las bolsas en el portaequipaje―. Pero yo ya no lo necesito, estoy bien así… Te juro que Neji es parte del pasado. Ahora estoy contigo y no necesito nada más.

Y lo besó arrinconándolo contra el automóvil. A pesar de la diferencia de estaturas, ella atrapó sus labios con posesión transmitiéndole la calma que Sasuke necesitaba. Instintivamente él rodeó su cintura apegándola más a su cuerpo profundizando el beso que se alargó lo máximo posible.

―Yo te amo sólo a ti Sasuke ―aseguró ella mirándolo a los ojos y acariciando con una mano la masculina mejilla, no se habían separado y sus labios continuaban muy juntos―. Sólo a ti y eso me hace muy feliz.

Le sonrió tranquilizadoramente dándole otro corto beso. Él suspiró sonoramente recargando su frente sobre la de ella. Cerró los ojos y tomó aire profundamente.

―Es sólo que remover el pasado nunca trae cosas buenas…

―Nada pasará, te lo aseguro. Sólo son dos conocidos que regresan―le sonrió, volvió a besarlo y se separaron para subirse al auto y encaminarse a la casa en la que vivía otra pareja de amigos.

Ver a Naruto y Sakura siempre era entretenido debido a que eran la pareja más extraña del mundo, pero eran los mejores amigos de Sasuke y esa era la razón principal por la que eran capaces de tolerar los constantes gritos de Sakura, los comentarios estúpidos de Naruto y todo lo demás que podía suceder entre ellos. Al final pasaron un momento divertido cargado de risas, comida, conversación acompañada de un par de cervezas, discusiones infantiles entre los dos hombres, carcajadas burlonas por parte de las dos mujeres. En conclusión una amena tarde entre amigos. A pesar que el regreso de los primos Hyūga fue parte de sus conversaciones, no tuvo mayor trascendencia.

Tenten no tuvo tiempo de reaccionar cuando al llegar a su departamento Sasuke comenzó a besarla y desnudarla. Follaron como bestias salvajes consumidas por la lujuria, ni siquiera se dieron el tiempo de llegar al dormitorio, el mesón de la cocina se les presentó como un provocador escenario para su descontrolada pasión. Después del primer encuentro le siguió un segundo todavía más lujurioso ya establecidos en la cama.

Definitivamente Sasuke era el mejor amante que había tenido en su corta vida. No podía pedir más que el león hambriento de sexo que se escondía bajo ese rostro blanco, serio y aparentemente desinteresado. Y ella, ella no se quedaba atrás y es que para los dos el sexo era una lucha de pasiones, de entrega, unión y liberación; una disputa de ferocidad y hambre por el cuerpo del otro, por hacer desfallecer de placer a su compañero y al mismo tiempo morir consumidos por la extrema satisfacción compartida. Todo aquello más el amor que sentían, lograba que el sexo fuera simplemente fantástico y perfecto.

Por eso lo practicaban en cada momento que podían sin importar la hora o el lugar.

El resto de la semana transcurrió con normalidad. Ocupada en sus deberes y en su trabajo, entretenida con los pequeños niños que diariamente le proporcionaban una enorme felicidad, compartiendo con su novio, con sus amigos, con su mejor amiga la llevaron a distraerse de lo acontecido aquel inicio de semana. Afortunadamente no volvió a ver a Neji a la salida de la escuela y sólo para asegurarse que no había sido su imaginación, ni que se estaba volviendo paranoica, se acercó al salón de Matsuri para confirmar la existencia y apariencia del niño. Tal cual lo percibió aquel día, confirmó que el pequeño era una copia en miniatura de Neji: el mismo color blanquecino de piel, el mismo color y la forma de ojos, la mirada serena e incluso la pequeña sonrisa que florecía de sus labios. Lo único que no se asemejaba era el color de cabello, más oscuro, negro, pero ese fácilmente podía atribuirse a un rasgo heredado por la desconocida madre del niño.

Un rasguño pequeño, de esos que escocían y molestaban terriblemente se formó en su corazón al recordar que posiblemente Neji se marchó por haber embarazado a otra.

El viernes llegó con toda la embriagadora felicidad momentánea que puede acarrear el alegre pensamiento de saber que al otro día no se trabaja, en algunos casos, pero dichosamente era el de ella, el de Sasuke y el de la mayoría de sus amigos, razón por la cual habían acordado todos reunirse aquel viernes por la noche en el bar que tocarían sus amigos. Principalmente por el mero compañerismo y apoyo que significa una amistad de años y también por salir a divertirse y distraerse un rato que siempre se tornaba agradable cuando era con amigos.

Llegó junto a Sasuke al lugar acordado, sorprendiéndose levemente de la algarabía que ya reinaba en aquel bar. Sin soltar sus manos en ningún momento buscaron entre la multitud a su grupo de amigos que ya sabía que se encontraban ahí. Su novio señaló un rincón cercano al escenario en donde se ubicaba una amplia mesa redonda rodeada de largos sillones acolchados ocupados por personas conocidas. Tenten sonrió acercándose a ellos.

―¡Por fin llegó mi groupie favorita! ―exclamó sonriente su amigo Kiba al verla llegar. Ni tiempo le dio de soltarse de la mano de su novio cuando la estrechó en un fuerte abrazo―. Sólo faltaban ustedes ―mencionó al tiempo de soltarla.

―Eres un idiota Kiba ―fue el saludo de Sasuke para con su amigo al tiempo que le constreñía la mano y se palmoteaban la espalda como los camaradas de años que eran.

―¡Me alegro que llegaran, Teme! ―la estruendosa voz de Naruto se escuchó por sobre el ruido del lugar―. Miren quien está aquí con nosotros después de tantos años…

Y fue ante la mención de aquello que los recién llegados captaron la presencia de dos personas que no habían visto en más de siete años.

Tenten sintió el peso de aquellos ojos extraños clavados en ella y por unos segundos fue capaz de sostenerle la mirada. Lo enfrentaba, ahora sí, sin distancias ni suposiciones, frente a frente después de muchos años de incertidumbre, de una partida sin explicaciones, un corazón roto y muchas lágrimas. Neji estaba sentado entre a su prima y Rock Lee, mirándola, analizándola, detallando en su mano que se había entrelazado nuevamente a la de Sasuke, frunciendo el ceño para luego desviar sus ojos hasta el hombre a su lado. Y Tenten suspiró aliviada porque no sintió nada y supo de inmediato que no obtendría nada con el regreso de los Hyūga. Las explicaciones que no quería nunca llegarían.

―Hinata… Neji ―intentó que los nombres de aquellas dos personas sonaran con un tono entusiasmado, pero no lo logró―. ¡Qué sorpresa!

Tampoco le sorprendía, ni la emocionaba verlos nuevamente y eso fue notorio en su tono de voz y en la expresión de su rostro. Tampoco es que el semblante de Sasuke demostrara mucha satisfacción de volver a verlos y es que con el ceño fruncido y la mueca de disgusto dejaba bastante en claro que no le agradaba para nada. Esto fue percibido por el resto de sus amigos que rápidamente comenzaron a hablar de otras cosas para amenizar el ambiente.

Se apretaron un poco más en los sillones para darle espacio a los recién llegados, quedando estos finalmente sentados casi en el medio de la mesa; Sasuke junto a Naruto, a su otro lado Tenten, Temari (la mejor amiga de Tenten) terminado con Shikamaru que por las insignificantes vueltas de la vida se había convertido en el novio de la mujer que estaba a su izquierda. Las conversaciones se hicieron presentes con prontitud y la emoción de volver a ver a amigos de la infancia después de tantos años quedó opacada por el mal humor de Sasuke y la incomodidad de Tenten.

La castaña mujer evitaba bajo cualquier circunstancia desviar su mirada hacía el hombre que se encontraba en la esquina de la mesa, casi en frente de ella, a pesar de sentir como éste la miraba de vez en vez siendo esto confirmado por la leve presión que sentía a la altura de su rodilla proporcionada por la mano de su novio que parecía darse cuenta cada vez que el Hyūga la miraba. Sasuke estaba tenso y eso se le notaba perfectamente incluso cuando parecía bastante interesado en la conversación que mantenía con Naruto, por lo que optó por acariciar levemente la mano masculina que se ceñía a su rodilla. Una caricia íntima bajo la mesa que ninguno de los otros presentes parecía notar. A excepción de aquel que no era capaz de convencerse que esos dos estuvieran juntos.

La presentación de Kiba, Shino y el resto de los otros integrantes comenzó entre gritos de apoyo por parte del grupo de amigos, principalmente por Tenten y Naruto quienes habían sido reconocidos por el resto como los más escandalosos y gritones. La chica pronto se olvidó de las razones de su molestia y al pasar la primera canción propuso al mejor amigo de su novio que fueran a alentar a sus amigos frente al escenario. Sasuke se tranquilizó notoriamente al ver a su novia y su mejor amigo correr entusiasmados al frente del escenario para ponerse a gritar como locos.

Bebió un trago de su botella de cerveza, suspiró y se reclinó lo suficiente hasta que su espalda dio con el respaldar suave del sillón.

No sabía exactamente si estaba molesto o celoso, quizás los dos y mucho, pero no podía evitarlo. Saber que el ex novio de Tenten estaba compartiendo junto a ellos después de muchos años le crispaba los nervios, verlo tan tranquilo como si jamás le hubiese roto el corazón al haberla abandonado sin explicaciones, mirándola sin inhibiciones sin importarle el hecho que él fuera el actual novio de Tenten y eso quedara más que claro al verlos llegar. Lo peor de todo es que no tenía motivos para sentirse así, confiaba en su compañera y debía creerle cuando ella decía que ya no sentía nada por Neji. Pero aunque tratara de tranquilizarse no lo lograba, quería agarrarlo de ese largo cabello que tenía y azotarle el rostro contra la mesa gritándole hasta el cansancio que dejara de mirar a su novia, porque Tenten era sólo de él.

Después de más de una hora de presentación Naruto y Tenten regresaron a la mesa, visiblemente agotados, sudados, despeinados y quizás hasta afónicos pero con una enorme sonrisa de satisfacción adornando el rostro de cada uno.

―Estuvo fantástico ―exclamó Tenten con voz ronca al tiempo que se dejaba caer en la posición que antes ocupaba y daba un sorbo a la cerveza tibia de su novio. Hizo una mueca de desagrado limpiándose con la mano. ―Los chicos están tocando cada vez mejor… espero que algún día puedan tocar temas propios, aunque no me molesta para nada el tributo a los grandes del rock…

Naruto le dio razón y ambos se sumieron en una conversación demasiado entretenida y eufórica para dos personas que segundos antes estaban visiblemente cansadas, pero a ninguno de los demás pareció llamarles demasiado la atención, a excepción de los primos Hyūga que los miraban entretenidos.

Ignorando la mirada que Neji le dedicaba a Tenten, Sasuke reparó en aquellos ojos cargados de anhelo y felicidad con los que Hinata miraba a Naruto ¿Ella todavía estaba enamorada de su mejor amigo? ¿Después de tantos años?

Sólo el regreso de Kiba acompañado de Shino interrumpió la conversación que reinaba en la mesa y que era mantenida por dos personas. Aprovechando que Temari había dio al baño y Shikamaru a la barra por más cervezas, ocuparon las posiciones vacías. Inmediatamente Kiba rodeó la cintura de Tenten llenándole la mejilla de besos mientras le aseguraba que era la mejor groupie de todas y que si un rock star tan fabuloso como él no tuviera novia de seguro le daría todos los favores sexuales que su enloquecido fanatismo merecía. Tenten reía divertida sin quejarse por los mimos recibidos a sabiendas que su amigo sólo lo hacía para molestar a Sasuke provocando el efecto esperado.

―Ya es suficiente ―dijo el Uchiha notoriamente molesto y celoso separando a su novia del atosigante abrazo de su amigo. Todos los presentes rieron ante aquella situación tan común, a excepción de Neji que miraba la escena con una ceja alzada.

Temari y Shikamaru regresaron cargados de cerveza para todos, sólo en ese momento notaron que Shino había desaparecido pero a ninguno pareció sorprenderle aquello. La conversación y las risas se hicieron presentes y el ambiente se distendió alegremente. Hinata y Neji participaban con menor intensidad de aquella alegría simplemente porque después de tantos años de ausencia ellos ya no pertenecían a aquel grupo tan unido.

En un momento inesperado de la conversación y entre risas Kiba rodeó la cintura de las dos mujeres de que estaban sentadas a su lado atrayéndolas hacía él. Las carcajadas se hicieron más sonoras y los rostros de molestia de Sasuke y Shikamaru se intensificaron cuando el alegre hombre exclamó: ―Este es el momento ideal para que estas dos mujeres dejen a sus aburridos novios y se queden conmigo… que soy mucho mejor.

La situación fue captada por la cámara de Sakura quedando así para el recuerdo la imagen de un sonriente Kiba rodeando la cintura de las dos mujeres que besaban sus mejillas, como si verdaderamente se tratara de una famosa estrella de rock recibiendo los halagos de sus fanáticas. Después de aquello el hombre besó la mejilla de cada una de sus amigas y se despidió con un gesto del resto explicando que tenía que compartir también con su novia que estaba en otro lugar del bar.

Al momento de marcharse, a Sasuke no se le pasó desapercibido que Kiba no había mirado en todo el rato a Hinata quien en sus tiempos de adolescencia fuera su mejor amiga.

Al partir Kiba las conversaciones del grupo se hicieron más personales, formándose así grupos pequeños que charlaban y reían de cosas que el resto no alcanzaba a entender y prefería ignorar al no ser parte de aquella intimidad. Sasuke aprovechó que Temari había iniciado una conversación en susurros con su novio para poder acercarse a la castaña que había quedado abandonada y que con una sonrisa intentaba inmiscuirse en lo que tramaba la pareja junto a ella.

Al sentir las manos de su novio en la espalda volteó la cabeza rápidamente dedicándole una enorme sonrisa de esas que sólo podía entregarle a él. Se sorprendió un poco cuando el Uchiha posó sus labios sobre los de ella mirándola intensamente; fue un contacto sutil que pasó desapercibido por el resto del grupo, pero aun así extraño. Sasuke no acostumbraba a demostrar su afecto en público, en ocasiones quizás le daba la mano o un pequeño beso cuando los demás no estaban al pendiente, pocas veces la abrazaba o se sentaba tan cerca de ella que faltaba poco para que se fundieran en uno. Sus cuerpos estaban tan juntos que incluso por sobre la tela eran capaces de percibir la calidez del otro. Tenten deslizó lentamente una de sus manos por el torso de su novio llevándolas a parar en las piernas de él mientras éste, aprovechando la distracción del resto y la oscuridad del lugar había alcanzado con su boca el largo y femenino cuello deteniéndose justo allí, aspirando su aroma, expirando su deseo, clavando sus dientes en la piel tersa para marcarla como suya. Aquella acción era bastante común y practicada por ambos; Sasuke conocía los efectos que una mordida en el cuello de su novia podía provocar, por su parte Tenten sabía que él sólo realizaba eso cuando la lujuria comenzaba a estremecer su cuerpo, pero en ese momento podía deducir que aquello significaba algo más. Como toda respuesta un gemido que sólo él alcanzó a oír salió de sus labios.

Tenten sospechaba que los celos estaban cegando a Sasuke y no entendía por qué. Ella ya le había dejado bastante en claro que la presencia de Neji no la perturbaba ni le generaba mayores inconvenientes ―aunque quizás fuera una mentira― pero de alguna manera lograba concluir que por sólo estar sentando en la misma mesa que ellos y compartir con el grupo de amigos, Neji generaba ese malsano sentido de pertenencia en el Uchiha provocando acciones poco vistas en público por el hombre. Sasuke se había molestado con las miradas que el Hyūga le dedicaba a su novia y él quería demostrarle que Tenten le pertenecía, que ahora ella estaba con él y que su regreso no afectaría en nada a la relación que llevaban. Él sabía que Neji los miraba.

―¡Oigan ustedes! ―la estrepitosa voz de Naruto rompió con todo el ambiente creado entre la pareja. El hombre, quien se había mantenido con el rostro oculto en la curvatura del cuello de su novia, se levantó de golpe enfocando sus ojos oscuros en los de su amigo expresándole toda su molestia por ser interrumpidos y sorprendidos.

―Qué quieres ―la voz le sonó ronca producto del enojo y la excitación que ya comenzaba a florecer en su cuerpo.

Y sin darse cuenta, toda la atención del más joven de los Uchiha fue captura por sus dos mejores amigos, aunque no se movió de su posición y su mano intrusa seguía deslizándose como una serpiente por bajo la tela de la camiseta de su novia. Lenta, sinuosa, acariciando aquello que le pertenecía, la piel que se erizaba al paso de sus dedos, la textura que su tacto conocía de memoria. Ese cuerpo marcado como su propiedad.

―Es idea mía o Sasuke está más enojado que siempre ―la voz grave de su mejor amiga tomó la total atención de Tenten. Esta sólo le sonrío con un gesto de confusión. ―Parece muy molesto por algo y no creo que sea por lo de Kiba… ¿discutieron?

―Ahhh… ―suspiró la mujer de castaño cabello. Cerró los ojos intentando ordenar sus ideas―. No, no hemos discutido ―miró de reojo a la posición en la que estaba sentado Neji y volvió a suspirar―. ¿Recuerdas cuando estábamos en la universidad y te conté la historia del novio que me había abandonado sin explicaciones?

―Sí ―afirmó Temari realizando un gesto con la cabeza, de pronto sus ojos se abrieron impactados―. ¡No me digas que…!

―Sí ―fue el turno de la morena asentir―. Es el que está sentado al lado de Lee…

Tenten pasó a conversar en susurros con su mejor amiga contándole detalladamente lo que había pasado aquella semana desde que Sasuke le comentó el regreso de los primos Hyūga hasta el momento en que lo vio parado en busca de su hijo. Expuso sus conclusiones e intentó expresar los sentimientos que experimentó en ese momento, sus temores, la rabia que ya no sentía y cómo en el momento de haber llegado al bar simplemente no sintió nada al tenerlo en frente. Enfatizó también en el punto de no necesitar explicaciones, en no quererlas simplemente porque no sabía cómo reaccionaría en ese instante. A pesar de estar en un lugar público, las mujeres se enfrascaron en una conversación íntima sin temor de ser escuchadas ya que eran conscientes que cada quien estaba concentrado y entusiasmado en su particular charla.

Desde su posición y sin dejar de conversar con su mejor amiga, pudo ver el momento en que la atención de Neji se centraba en Shikamaru quien hasta ese momento se había mantenido en silencio y fumando un cigarrillo al ver que su novia disponía de su atención para con otra persona. Ambos hombres estaban separados por la mesa pero optaron por intentar disminuir la distancia acercándose más al mueble. Tenten posó sus ojos en el Hyūga, lo hacía por intervalos sin querer que alguien más se diera cuenta que lo observaba, era el único momento de la noche en que podía dedicarse a examinarlo con detalle albergándose en el cobijo de la conversación que mantenía con su amiga y que si en algún momento dado alguien la descubría perfectamente podía aparentar que miraba a Temari.

Dentro de su análisis pudo confirmar una vez más que físicamente Neji seguía igual; con su piel blanca y libre de cualquier impureza o lunar, al menos a simple vista ya que ella sabía que él poseía uno en la barbilla casi al llegar a la curvatura donde comenzaba el cuello, sus ojos seguían siendo de aquel color indefinible pero absolutamente hermoso y atrayente, tentador. Sus labios no eran delgados ni tampoco gruesos en un rictus serio en el que sus comisuras no iban ni hacía abajo ni había arriba, rectas, como si su boca no supiera sonreír ―aunque Tenten podía asegurar que la sonrisa de Neji era sincera y radiante: bella― cejas delgadas y cabello castaño oscuro largo hasta la cintura. Seguía igual, quizás sus facciones se habían tornado más masculinas con el paso de los años, su mandíbula estaba más tensa y su mirada había perdido el brillo que antes poseía. La mujer se sorprendió levemente al descubrir que los ojos de Neji estaban tristes, apagados, que aquel color impreciso ahora estaba opacado por algo que la última vez que lo vio no existía, ni siquiera aquellas largas pestañas de las que Neji siempre se avergonzó le entregaban un poco de calidez a su mirada. Era algo más que tristeza, más dañino que el dolor, menos enfermizo que la felicidad; era como si ya no tuvieran vida. Por breves instantes y de forma casi imperceptible, la apariencia de aquel hombre simulaba llevar a cuestas una carga muy pesada que no le pertenecía.

Como si la intensidad de su escrutinio lo quemara, Neji desvió su mirada de Shikamaru lo suficiente como para encontrarse con aquellos ojos grandes y brillantes, de mirada tan intensa que podía desarmarlo y reducirlo en sólo un segundo. Como en aquellas absurdas situaciones en que parece que un segundo es eterno, sus ojos se mantuvieron en contacto con la simple intensión de reconocerse después de tantos años, de encontrarse, de saberse ahí, que seguían siendo los mismos a pesar de todo lo que los había separado; del daño, las lágrimas, la ausencia de explicaciones, las desconocidas razones. Durante aquel segundo eterno, Neji percibió que aquella mujer de largo cabello castaño y piel morena seguía siendo la única que él había amado, que la poseedora de aquellos ojos intensamente cafés, de aquel café que cambia de acuerdo a la luz que los ilumine, aún continuaba entregándole una calidez acogedora a través de una simple mirada. Se reconfortó al no percibir odio, pero la herida de su pecho se hizo todavía más grande al no percibir ningún sentimiento hacía él.

Al verse descubierta y darse cuenta que por un breve segundo perdió el hilo de la conversación que mantenía con su amiga, cortó el contacto visual centrando su atención nuevamente en la mujer que le contaba algo acerca de una discusión con sus hermanos. Rio sonoramente al entender la situación y se compadeció de Shikamaru por los cuñados que tenía, fue nuevamente consciente de la mano de su novio que ahora serpenteaba insinuante entre sus piernas mientras el dueño de aquella extremidad parecía concentrado en la conversación que mantenía con su mejor amigo. Olvidó la mirada sin vida de aquel que años atrás fue su novio concluyendo que él se había roto en el transcurso de todos aquellos años. No le interesó saber cómo ni por qué.

―Hey… ―la voz de Sasuke se filtró por sus oídos en su susurro provocador que erizó los vellos de su nuca, sintió la masculina mano sobre su pierna mientras aquellos largos dedos se movían lentamente rozando su intimidad por sobre la tela del pantalón. ―Ya es hora de irnos.

―Sí ―sonrió divertida al entender claramente el mensaje de su novio.

Se levantaron de improviso anunciando al resto de sus amigos que ya era hora de partir porque tenían un compromiso importante para el siguiente día. Fue Tenten la que rápidamente explicó que el hijo mayor de Itachi cumplía años y que habían acordado reunirse todos en casa del padre de Sasuke. Naruto la entretuvo diciéndole que ya era hora que no sólo Itachi le diera nietos a Fugaku, todos rieron y ella le dedicó una señal de su dedo medio antes de correr para alcanzar a Sasuke que la esperaba a unos pocos metros. Neji volteó sólo para ver como el Uchiha rodeaba la cintura de su novia al llegar esta junto a él y le susurraba algo al oído provocando que ella riera. Cuando volteó nuevamente se encontró con los ojos de su prima quien le dedicaba una mirada condescendiente y una sonrisa culpable. Él sólo bufó molesto.

El lunes se presentó provocándole menos molestia por empezar la semana laboral que otras veces y es que luego de un fin de semana grandioso en compañía de su novio y la familia de éste, se encontraba radiante, descansada y con energías renovadas para otra larga semana de trabajo.

Su alegría no hizo más que aumentar con la simple presencia de los pequeños a los que debía impartirles clases, porque ellos eran capaces de entregarle el cariño sincero e infantil que sólo los niños poseían. Su entusiasmo la mantuvo entretenida durante todo el transcurso de la jornada escolar y ni siquiera se dio cuenta cuando se encontraba en la puerta de la escuela despidiendo a cada uno de sus alumnos.

Si hubiese presentido algo siquiera, si hubiera recordado que él estaba en la ciudad, que su hijo estudiaba en aquella escuela, quizás se habría dado cuenta que la esperaban, que el hombre parado junto al portón principal la miraba impaciente, angustiado, ansioso.

Tal vez si se hubiese dado cuenta que él la esperaba habría apurado el paso al ingresar nuevamente al establecimiento, se hubiese dirigido hasta su salón albergándose en el refugio que aquel lugar le proporcionaba. Quizás si hubiera estado más atenta lo habría visto a pocos metros de ella, siguiéndola, incluso podría haber evitado a Matsuri quien la detuvo en medio del pasillo ofreciéndole una sonrisa y una conversación. Quizá, quién sabe, si aquel día se fuera más temprano, si él no hubiese regresado… si él no necesitara tanto hablar con ella.

―Tenten ―la masculina voz interrumpió la conversación de las dos profesoras quienes centraron su mirada en el emisor. El rostro de la aludida se descompuso notoriamente al reconocerlo.

―¿Conoces al padre de Himoru? ―preguntó Matsuri sorprendida al ver que el padre de uno de sus alumnos conocía a su amiga.

―Algo así… ―respondió nerviosa la aludida sintiendo el peso de aquella mirada sobre ella―. ¿Qué quieres Neji?

Realmente no esperaba que él fuera en su búsqueda, que tuviera que enfrentarlo a solas. Distinto era compartir con él en un ambiente conformado por varias personas, incluido su novio que podía salvaguardarla de cualquier intensión que el Hyūga tuviera de acercarse, pero Tenten no sospechó, ni recordó que aquel hombre sabía jugar sus cartas, que se había enterado que ella trabajaba en aquella escuela ―no sabía cómo― y que la atacaría en el momento preciso que ella no tuviera escapatoria.

―Necesito hablar contigo ―sentenció sin dejar de mirarla, con la voz grave y peligrosa.

Estuvo tentada a negarse rotundamente, a gritarle que ellos no tenían nada de qué hablar, pero en aquel entorno, en aquel momento, significaría tener que darle explicaciones a Matsuri y al resto de sus compañeros de trabajo a los que la situación les había llamado la atención.

―Sígueme ―pronunció con el semblante serio al tiempo que se encaminaba a su salón.

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Bueno, a petición del público esta historia vuelve a la página.

El otro día pregunté en otra historia que subí, cuál de mis historias antiguas les gustaría volver a leer. Al final la que obtuvo más votos fue esta, que quedó inconclusa la vez pasada. No sé si recuerdan quienes leyeron, pero originalmente la historia contaría de tres capítulos y se mantiene así, serán sólo tres capítulos de los cuales alcancé a subir dos.

Ahora la pregunta es, con quién quieren que termine Tenten. La verdad es que nunca terminé de escribirla, quedó sólo en la segunda parte y siempre estuve indecisa respecto a con quién dejar a Tenten, razón por la cual ahora se los pregunto a ustedes mis queridas lectoras ¿con quién quisiera que se quedara Tenten al final?

No garantizo un final feliz, no son lo mío, pero con algo puedo sorprenderlas. Elijan entre Sasuke, Neji o sola. Tienen esas tres opciones. La opción que tenga mayoría de votos puede determinar el final.

La segunda parte será subida en breve, dependiendo del interés que genere la historia y su final. Pueden elegir a través de los comentarios (los cuales, cabe recalcar, me hacen enormemente feliz y me incentivan a escribir más)

Así también pueden seguir eligiendo otras historias que recuerden y que quieran leer de nuevo.

Nos leemos!