DISCLAIMER: Severus Snape no nació de mi imaginación, pero es mío (y de todas sus fans, estoy segura).


Capítulo 1

Y hoy, una vez más me permito recordarla, y con recordarla a ella me es inevitable recordarte a ti, pero créeme cuando te digo que no fue intencional recordarla, porque no fue intencional mirar esos ojos verdes tan parecidos a los suyos, a los tuyos... Porque cuando estaba con ella, sentía que estaba contigo, porque era ella, pero yo te veía a ti, siempre fuiste y serás tú... Lily...

La primera vez que la recordé habían pasado diez años, diez años que no la había visto, diez años desde la última vez que te vi...

Era 1 de septiembre y ese año entraba tu hijo, Lily, y desde que lo vi me pareció el vivo retrato de James Potter, pero me bastó con mirarle a los ojos para compararlos con los suyos, los tuyos...

Y es que, ella era tan identica a ti... Y ahora me parece que fue ayer cuando nosotros, aún siendo estudiantes, y más importante, aún siendo amigos, Lily, ¿recuerdas en quinto año, que vimos a una niña de primero idéntica a ti? ¿Recuerdas que su color de cabello era idéntico? ¿Recuerdas que ambas tenían los ojos verdes?

Yo sí lo recuerdo, lo recuerdo tan bien, como recuerdo el primer año como profesor de pociones, y es que la primera clase que di, el primer día, fue la suya, y recuerdo claramente que ella se sentaba en el mismo lugar que tú, Lily, siempre compartimos la clase de pociones, me fue inevitable pensar en ti con sólo verla, y es que, ella era tan buena, como lo fuiste tú...

Y parece que fue ayer cuando tocó por primera vez la puerta de mi despacho, habían pasado dos semanas desde el inicio de las clases y yo ya odiaba tener que impartirles a los alcornoques que se hacían llamar estudiantes, y yo dije un "pase" casi por inercia, porque presentía que era Albus Dumbledore, que una vez más me hacia una visita para preguntarme "¿Qué tal la pasas muchacho?" aunque yo sabía que aún no se fiaba de mi, y como fiarse de un "mortífago arrepentido" de 21 años, que hasta hace menos de seis meses había cometido actos atroces sin ningún remordimiento.

Pero no me lo podía creer cuando la vi entrar, con un libro de Pociones Avanzadas sujeto entre sus temblorosas manos, caminando forma extraña por los nervios, con un moño de cabellos rojizos, y recuerdo que se plantó frente a mi escritorio y con el labio inferior temblando me saludó.

—Buenas tardes, profesor.

—Dippet ¿a qué debo su honorable visita?— pregunte sarcásticamente, levantando una ceja (algo común en mi).

—Bueno, señor... verá, yo quisiera... que sí usted... pues saber... sí usted...

—Deje de balbucear— le reclamé perdiendo la insignificante paciencia con la que contaba. La joven dio un respingo ante mi tono de voz y tras aclararse la garganta empezó con un interrogatorio de la materia, después de haber respondido a todas sus preguntas se retiró.

Pero yo no pude moverme de mi sitio aún después de haber escuchado la puerta cerrarse, y es que en ese entonces yo estaba practicando Oclumancia y Legeremancia, y esta última se salía de control, y pude captar un pensamiento antes de que ella se fuera, "yo lo recuerdo profesor, y me sigue pareciendo atractivo como en mi tercer grado, cuando aún era sólo Snape."

Sólo pude reaccionar cuando vi entrar a un muy extrañado Albus que me preguntaba sí me encontraba bien.

Esa fue la primer visita de muchas que recibí día tras día, siempre referentes a la materia, hasta que un día se quedo sin preguntas y aún así siguió visitando mi despacho, hasta ese día...

Y aún puedo recordar ese maldito día, y como no recordar ese 31 de octubre cuando supe que el Lord realizaría el ataque para acabar con el hijo de Potter, con tu hijo... Lily yo estuve ahí, pero maldita sea, llegue tan tarde, que cuando estaba en la reja del portón escuche una explosión, que cuando entré a la casa vi el cuerpo inerte de James Potter en las escaleras, que cuando llegué a la habitación de tu hijo me desmorone, Lily yo estuve ahí, y te mire, te mire en el suelo con los ojos abiertos y tu piel aún seguía cálida, y no pude evitar sentir impotencia Lily, y rabia, una rabia hacia el Lord, hacia mi, hacia Albus, y hacia tu hijo...

Y es que aún puedo escuchar el llanto del pequeño Potter que yacía en la cuna, y recuerdo cuando me acerque a él, y cuando coloque mis manos en su cuello, pero entonces me miró, con esas esmeraldas, y yo no pude hacer nada más que quedarme ahí, derramando lágrimas sin atreverme a girarme hacia ti para verte, hasta que escuche una moto fuera de la casa, y que alguien entraba, fue entonces que me desaparecí...

Esa noche también tocó a mi despacho, pero nadie le abrió la puerta, y así fue por un mes entero, hasta que una noche se atrevió (a sabiendas que era de mi casa y yo no sería capaz de quitarle puntos) a entrar a mi despacho sin siquiera tocar, y me vio ahí, sentado mirando a la nada, y es que yo estaba pensando en ti... y me gire a ver quien había osado entrar a mi territorio, y un nudo se formó en mi garganta al verla, al verte...

Sé que fue un error acercarme a ella, y fue un error cuando la acorrale entre la puerta y mi cuerpo, y fue peor cuando acerque mi rostro al de ella, y cuando ella acortó la distancia que nos separaba...

Ahora que me pongo a pensar, puedo decir sin temor a equivocarme que con ella fui la persona más egoísta que he conocido... Y es que ella aún no había cumplido los 17 cuando recibió su primer beso (que fue brusco y más parecido al ataque de un depredador que a encontrado a su presa), a manos de su profesor de 21, que en esos momentos no la veía a ella, te veía a ti... Y aún puedo sentir el sabor metálico de su labio inferior al morderlo, y aún puedo escuchar ese pequeño quejido que me volvió aún más loco en ese momento, pero a la vez me regresaba a la cordura.

Porque entonces te recordé sin vida entre mis brazos, y supe que ella no eras tú, ella nunca fue Lily Evans.