Sin más me retiro y doy las indicaciones de siempre.
Por favor, sean creativos con sus comentarios, que sean largos, que se note que han leído.
Y, se me había olvidado, pero si van a hacer comentarios ofensivos o despectivos, mejor ahórrenselos. Sin comentarios ofensivos ni insultos. Se les ruega encarecidamente, lean las indicaciones y los apartados de autor que no los pongo de adorno. Están al final de cada capítulo, una breve explicación.
Aclaraciones:
Narración.
— Diálogo. —
‹‹Pensamientos.››
(*) Esto es un apartado para alguna palabra o concepto que aclararé al final del capítulo.
Advertencias:
OoC en los personajes.
OC's.
Situaciones sexuales implícitas-explícitas.
Lenguaje inapropiado o soez.
Género: Romance | Drama.
Clasificación: T | M.
Disclaimer: La serie no me pertenece, sino a ®Masashi Kishimoto.
Este fic participa en el reto What If...? del foro La Aldea Oculta entre las Hojas.
Nota 1: Por favor, lean las notas de autor antes de comentar.
OBRAS DEL DESTINO.
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‹‹El crepúsculo de la desaparición lo baña todo con la magia de la nostalgia.››
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Milan Kundera.
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Prefacio.
La guerra pasó, el mundo quedó en un caos de sufrimiento y destrucción. Muchas vidas de compañeros se perdieron, otras afortunadamente fueron salvadas. Naruto logró detener a Sasuke y sus intenciones absurdas por matar a todo aquel que se le pusiera enfrente con un propósito que ya no tenía razón ni fundamento.
Evocó el recuerdo del hermano mayor, convencerlo no fue lo mas fácil del mundo; de hecho, el mismo Naruto aceptó que su mejor amigo fue la persona con obstinación superior a todos los demás. Sin embargo, lo logró, consiguió un perdón basado en su ayuda y oportuna derrota contra Madara; alegando que sin su colaboración no hubiese sido posible bajo ninguna circunstancia obtenerlo.
Y Tsunade, siendo la mujer con enorme admiración y aprecio que le tenía al Uzumaki (aunque no lo demostrara); permitió que el último descendiente del Clan se quedara en la aldea. Claro, no sin recibir su castigo por todos los delitos cometidos.
Sasuke volvió, Naruto estaba feliz y Kakashi también, el equipo se reuniría de nuevo.
Gran error…
Sakura se alejó.
¿En qué manera?
Mucho mas personal que física, porque sí, la peli-rosa continuaba en Konoha; hacía su trabajo, asistía a sus entrenamientos como en tiempos de antaño. Pero ya no era la misma, todos sentían su evasiva, su alejamiento… Disimulaba su incomodidad con una sonrisa, y la falta a cada invitación con una excusa de trabajo.
Naruto llegó a una conclusión, una que para él, resultaba muy obvia.
Su compañera continuaba enamorada de Sasuke, lo dedujo por la declaración que le hizo antes de su última batalla. Tratando de hacerle entrar en razón, algo que no funcionó pero la dejó en evidencia delante de todo el equipo.
Así, Naruto llegó a la resolución que a Sakura le dolía tener que convivir y compartir espacio con el Uchiha. Que no podía soportarlo, sobre todo porque éste ni siquiera la notaba; no le hacía el menor de los casos. Por lo tanto, el rubio hiperactivo armó un plan que le ayudaría a unir a ese par para siempre.
— ¡Una cita! — gritó.
Kakashi, quien se encontraba a su lado en el Ichiraku Ramen acompañándolo, dejó su lectura para voltear a verlo.
— ¿Qué te propones, Naruto? — preguntó el peli-gris, con el tono de voz mas parsimonioso y cauteloso que pudo conseguir.
No tuvo que preguntar de qué se trataba, Hatake ya lo sabía, lo conocía en demasía como para predecir lo que tanto su escandaloso alumno cavilaba.
— ¡Una cita! — vociferó de nuevo el rubio, levantándose de un salto del banco tirándolo en el proceso — ¡Haré que Sakura-chan tenga una cita para que el Teme se sienta celoso y reaccione!
— Ay Dios… — murmuró el peli-plata.
— ¡¿A poco no soy un genio?!
Kakashi quiso darse un golpe contra el piso, solo Naruto podía concebir una idea de esa magnitud tan descabellada.
— Así Sasuke-teme le declarará sus sentimientos a Sakura-chan y no estará mas triste.
Hatake sonrió debajo de su máscara, las intenciones de su alumno eran nobles; eso no había que cuestionarlo. El único problema radicaba, en que existía la posibilidad que no saliera como el rubio pensaba y el final sería con dos personas decepcionadas en lugar de una.
— ¡Muy bien, tengo mucho que hacer! — exclamó, dejando unas monedas para Teuchi y enseguida salió corriendo del local.
— Naruto… ¿qué, dónde está Naruto? — inquirió el dueño del local, llevaba otro plato de ramen cortesía de la casa. Miró a Kakashi esperando que respondiera, éste suspiró con cansancio y se levantó de su banco también.
— Metiéndose en problemas. — respondió Hatake, con aire cansado —. Gracias por el ramen. — seguido, de igual manera se retiró.
Debía vigilar que Naruto no causara mas problemas, suficiente tenía con la ruptura que había en el equipo debido a todo lo que pasó en la guerra como para que su hiperactivo alumno lo empeorara.
— Parece que tuviera hijos… — emuló el peli-plata para sí mismo — ¡Carajo! Ya estoy viejo para esto.
Continuó su camino, mas bien el que tomó su alumno. Esperaba no estuviera causando estragos ya.
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El intenso olor a azucenas le embotó circunstancialmente los sentidos, y cuando la ligera brisa agitó las plantas del jardín le llegó con mayor fuerza al abrir la puerta. Le echó un ligero vistazo a las flores del jardín, el cual en su mayoría contenía azucenas.
Se veían bien, su aroma se volvió potente. Estaban finalizando el verano, por lo tanto, a vísperas del invierno; daban su punto y su fragancia incrementaba favorablemente. Dio un paso, luego se detuvo, volvió sobre el paso dado hasta darse la media vuelta quedando frente al jardín.
Lo contempló, cuidadosamente, habían muchos Lilium's, de todos los colores. Blancos, amarillos, anaranjados, rosados y púrpuras. Algunos tenían unas curiosas manchas, pinceladas y puntillas.
‹‹Cómo le gustaban a mi madre…››
Apretujó contra su pecho los lirios blancos que llevaba recogidos en un bonito ramo, adornado con una laza celeste.
Una ligera brisa cálida azotó contra su rostro y agitó sus rosados cabellos, desordenándolos instantáneamente. Sonrió, tristemente y reanudó su marcha.
Sakura bajó las gradas de concreto y comenzó a caminar, con calma flemática por las aceras de la ciudad.
Era su día libre.
Liberada de sus obligaciones en el hospital, entrenamientos y demás. Un día que comúnmente pasaba con sus amigas, iban a la cafetería y hablaban de tonterías, cosas cualquiera solo para mantener las mentes ocupadas, para no divagar entre recuerdos tristes y dolorosos.
Caminó unas cuadras mas, respiró hondo al verse frente a la enorme estructura del cementerio. Dos ángeles alados a cada lado y un arco de plata uniéndolos, indicaba su parada. Como ya era su costumbre, se forzó a dar un paso hacia adelante…
Sí, iba todas las semanas, era una costumbre adquirida desde que todo eso terminó y dieron santa sepultura a sus familiares… Pero, siempre se veía obligada a pegar un paso infundiéndose valor y así entrar al panteón.
¿Por qué lo hacía, por qué se obligaba a ir?
Para Sakura, ir ahí significaba mucho mas que recordar el dolor de haber perdido no a uno, sino a muchas personas que quería. Aunque entre ellas, estaba la mas importante. Adentrarse al cementerio lo hacía real, y con frecuencia, le gustaba imaginar que no lo era. Adoraba crear historias en su loca cabeza, donde su madre no murió y la esperaba en casa, con la cena hecha y un regaño por su descuido en la dieta. Por su poco amor así misma o su rivalidad con Ino para mantenerse delgada y perfecta.
Rió, todavía la voz molesta de su madre resonaba en sus memorias y al cerrar los ojos, potenciaba la mueca que tendría…
‹‹Si estuviera viva…››
Se detuvo frente a una lápida blanca, en letras negras tenía el nombre de su madre. Mebuki Haruno. Y la fecha de su nacimiento y posterior deceso.
Frente a la lápida, había un jarrón con flores secas. Se arrodilló, quitó los brotes marchitos y colocó los nuevos en su lugar, no sin antes extraer dos lirios púrpuras y colocarlos en las tumbas que se encontraban a los lados, pertenecían a los padres de sus compañeros Ino y Shikamaru.
Esbozó una pequeña sonrisa, triste y melancólica. Puso la mano en la lápida y comenzó con lo acostumbrado, hablar con su madre.
— Hola, mamá…
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Neji Hyūga estaba molesto.
¿La razón?
Tenten, Ino y Hinata.
Resultó que en el brillante plan de Naruto, no encajaba ningún otro hombre mas que él. Y eso que lo pensó bastante, según el rubio, él era la única persona capaz de asemejarse a Sasuke y con el qué, seguramente, éste reaccionaría al verlo con su mejor amiga.
A esas alturas, no sabía si sentirse halagado u ofendido por semejante comparación… Sin embargo, no fue suficiente sugerirle (porque ya estaba decidido) sutilmente, invitar a salir a la peli-rosa. ¡No! Cuando él se negó rotundamente a participar en semejante charada, comenzaron los ataques del trío diabólico (dícese Ino, Hinata y Tenten).
Pudo soportarlo, estoicamente. Dio salidas lógicas, hasta que al final, de una u otra manera terminó llamándolas ridículas. Fue automático, esta vez no le sugirieron, sino que prácticamente le obligaron a salir con la Haruno.
Tuvo la intención de negarse de nuevo, nadie tenía tanto poder sobre él como para imponerle algo que él no quisiera hacer. Al contrario, todos sabían que perdían. Pese a que podía rechazar tal honor, se dio a la tarea de dejar que su lógica actuara y le recordara que todo ese cúmulo de locos no pararía con su monserga. Lo que le terminaría en un fastidio total.
Así que lo pensó mejor, se sacrificaría un día por tener tranquilidad lo que le restara de vida.
Y así fue como terminó aceptando tremenda propuesta. Salir con Sakura Haruno no era su ideal, tener que soportar a una chica que hablaba mas de lo que pensaba; no encajaba con su idea de mujer ideal. De hecho, se le hacía un entero suplicio. Pero valía mas estar ahí un día que tener fastidios toda la vida, no era un exagerado, no, es porque los conocía lo suficiente que se atrevía a predecir lo que pasaría.
Cuando salió de la mansión, su único propósito era llegar a la casa de la Haruno y hacerle una invitación simple. Tendría suerte si la kunoichi no aceptaba, se ahorraría el fingimiento de toda una tarde. No obstante, al llegar a la esquina que doblaba hacia la casa de la peli-rosa, se dio cuenta de que ésta iba en dirección contraria.
Sin quererlo, se fijó en su vestimenta… La kunoichi vestía de forma civil, llevaba un bonito vestido debajo de la rodilla en tono rosa pastel con pétalos de flores de cerezo desperdigados por toda la tela; y sostenía en sus brazos un bonito arreglo de lirios blancos, que llevaba entre medio un par en color púrpura.
Con el sigilo de un shinobi de élite, escondió todo rastro de chakra y la siguió a una distancia prudente. Sí. Estaba siendo curioso, algo muy poco digno en su persona. Sin embargo, llegó para invitarla a salir, así que nada perdía con saber hacia dónde se dirigía.
Frunció el ceño cuando la vio detenerse frente al panteón, la inseguridad que tuvo antes de entrar llamó en extremo su atención. En el momento que ingresó, él también se detuvo. Neji nunca fue un asiduo a los cementerios, de hecho, ingresar le suponía un trabajo muy arduo. El ambiente era lúgubre y cargado de soledad y sufrimiento, dos cosas, que le gustaba en demasía evitar.
Pese a que no era un hombre encantado de tener que revivir dolores del pasado, se vio empujado por una fuerza invisible que le exigió seguir el mismo trayecto de la Haruno.
— ¿Sabes? Kakashi-sensei ha sido nominado por el consejo para ser Hokage, ¡¿te imaginas?! ¡Nuestro sensei será Hokage! Naruto está muy contento por eso, y ha dicho que todavía no es su tiempo…
Neji se detuvo, debió haberse tardado un tiempo pensando si debía entrar o no e invadir la privacidad de la chica de cabellos rosa. Porque ella estaba hincada en el suelo, hablando y sonriendo a una lápida… Cualquier persona en su lugar, la tomaría como loca. Pero ese no era su caso, no, al contrario… Comprendía perfectamente lo que Sakura hacía.
Hablaba con su madre porque la extrañaba, porque le hacía falta… Porque no encontraba una manera mejor de sentir un vínculo con la persona que mas amas, aunque sea de la forma espiritual. No importa, solo quieres saber que por lo menos la complicidad, el amor y la confianza no cambian. Pese a que ya no está contigo.
— Mamá… — la voz femenina falló y se entrecortó, de repente se le escapó un diminuto sollozo —. Papá te extraña mucho… No come, no duerme… Ni siquiera habla… Y no sé qué hacer… — la kunoichi soltó un sollozo, sin querer hacerlo.
Neji no supo porque, pero sintió el impulso de dar un paso y darle un abrazo, de esos fuertes que te dicen: "Aquí estoy, no estás sola y todo estará bien." Pero no pudo, porque el corazón se le hizo un puño al ver a una mujer que se negaba a sí misma a desahogarse.
Él sabía que Sakura estaba destrozada y se culpaba a sí misma por no poder salvar a su madre, por no haber estado ahí… Porque estuvo salvándole la vida a él, porque estaba dándole una nueva oportunidad a él…
Neji se lo agradecía, entera y eternamente. Solo que no supo cuánto le dolía, y siempre pensó que salvarle la vida a los shinobis era parte de su trabajo, como un deber o una obligación para con la nación. Entonces se dio cuenta, que estaba siendo muy despectivo y soberbio al pensar de esa manera.
— No quiero perder a nadie mas, mamá…
Las palabras le llegaron como un terrible lamento, uno ahogado, uno que se negaba a salir. El corazón del Hyūga se contrajo dentro de su pecho, realmente había mucho dolor en ella, demasiado…
Hubo un momento de silencio, una brisa cálida los azotó a ambos y desordenó un poco los cabellos de Sakura. La escuchó reír de repente, negar con la cabeza y luego levantarse.
— Lo sé, mamá, sé lo que debo hacer. — musitó a la brisa que jugaba con sus cabellos.
Neji se alertó, pero no se movió de su lugar. Escuchó a la peli-rosa despedirse de la lápida, al darse la vuelta, la kunoichi ahogó un grito del susto al verlo ahí de pie a pocos pasos.
— Haruno. — saludó el chico.
Las mejillas se la chica se colorearon, pero respondió.
— Neji, ¿qué haces aquí? — entendía que estaba siendo mal educada, pero, su presencia en el panteón era por de más extraña.
El heredero del Bouke suspiró, ¿cómo justificaría su presencia ahí?
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Para Neji, tener que mentir con respecto a una situación que no planeó era caer en lo más bajo. Eso con respecto a sus altos valores morales, estaba claro que a Neji Hyūga no le gustaba engañar para justificar sus deslices. Sin embargo, fue en busca de la kunoichi por un motivo y se quedó por uno diferente.
En pocas palabras, justificarse no era lo suyo.
Pero ya estaba ahí, e iban saliendo de una bonita cafetería. Muy rústica y tradicional.
Bebieron un café, Sakura lo pidió negro y cargado, Neji un chocolate espumoso. La orden a la peli-rosa le sorprendió mucho, ya que según Tenten, su compañero no es ningún amante de los dulces; copiosamente menos del chocolate.
Asombrosamente, tuvieron una plática bastante amena. El castaño se dio cuenta que Sakura era una kunoichi talentosa e inteligente, para su pesar debía admitir que la muchachita llorona eternamente enamorada de Sasuke Uchiha floreció, convirtiéndose en una mujer. Haruno maduró, aún tenía algunas cosas de niña pero era digno de su edad.
— Sé que los chicos te enviaron. — expelió repentinamente, al mismo tiempo que caminaban sobre la silenciosa acera hacia la casa de la kunoichi.
Neji se sintió sorprendido, pero no lo demostró ni un ápice.
— ¿Qué te hace pensar eso? — retorció él, serenamente, entretanto metía las manos en los bolsillos de su pantalón azul.
Sakura le miró de reojo y rió, sin humor.
— No fue casualidad que nos encontráramos en el cementerio. — dijo —. No te he visto nunca por ahí, ni siquiera en el aniversario de tus padres.
En eso tenía razón, era bien sabido que a él no le gustaba el funesto olor del cementerio, afloraba cosas en él que por su bien deseaba ignorar y dejar atrás. Un punto a favor de la Haruno.
— Es verdad. — cedió con un asentimiento de cabeza.
— Sé que los chicos están preocupados por mí, sobre todo Naruto… — murmuró, culpable.
— Naruto cree que sigues enamorada de Uchiha, por eso piensa dándole celos, él admitirá lo que siente por ti.
Sakura se detuvo en seco y giró hacia el Hyūga, tenía los ojos abiertos de la sorpresa y un poco de molestia. ¿Cómo se atrevía…?
— ¡Por Kami! ¿Por qué piensa eso? — exclamó, con voz algo ahogada e indignada. Posiblemente el Uzumaki moriría lenta y dolorosamente.
El castaño se encogió de hombros y respondió.
— No lo sé.
El Hyūga estaba siendo sincero, y Sakura llegó a la conclusión de que seguramente se vio involucrado en todo eso de forma totalmente involuntaria. Conocía a Naruto, él debió obligarlo a hacer semejante cosa. Su mejor amigo se valía de cualquier cosa, si con eso conseguía hacer un bien…
Suspiró, era su culpa. Pero la verdad es que no le agradaba en lo absoluto tener que convivir con Sasuke. No después de su desprecio, no después de cómo los trató… Ni de que la humillara por segunda vez al exponer sus sentimientos. Cuando la verdad era, que solo trató de frenar su ceguera y su locura para evitar un daño mayor. Ella cambió, dejó de ser la niña enamorada del chico cool de la Academia.
Se dio cuenta de la verdadera naturaleza de aquel que consideró su amigo y que amó en algún momento. No era el tipo de hombre que quería en su vida, no era el tipo de hombre con el que se casaría. Ya ni siquiera uno al que pudiera amar.
Neji observó cada una de sus reacciones, el rostro de la kunoichi se deformaba en cada pensamiento y sus ojos se llenaban de un vacío sin fondo que le hirió profundamente. Prontamente, Sakura le miró y le sonrió, pero el gesto no llegó a sus hermosos ojos jade.
Para el Hyūga, esa sonrisa solo pareció una mueca ensayada. Él las conocía bien, porque un tiempo intentó fingirlas también.
— No debiste prestarte a esto.
— No lo hice.
Reanudaron la marcha.
Hubo una pausa prolongada antes de que Sakura la rompiera de nuevo.
— Entonces, no debiste invitarme a salir. — murmuró la peli-rosa, en voz baja y reprimida.
Se detuvieron frente a la casa, Neji la miró, realmente hay belleza que no se sabe apreciar si no se ve bien.
— No lo hice porque me lo pidieran, lo hice por mi cuenta.
La declaración sorprendió a la kunoichi, levantó la mirada y se encontró con otra opalina, iluminada por la luz de los faros de la calle. Sin embargo, lo que mas le asombró fue la tenue sonrisa del chico.
— Pero…
— Me agrada tu compañía. — cortó —. Ha sido una tarde agradable, me gustaría que se repitiera.
Sakura abrió la boca, pasmada por las palabras del castaño. Éste sonrió bastante divertido por la expresión chistosa en su rostro.
La kunoichi parpadeó y luego esbozó una sonrisa.
‹‹Las mejores cosas surgen de inesperadas situaciones.›› palabras de su madre.
— Sí, claro. Me encantaría. — respondió la Haruno, con una sonrisa, sincera esta vez. No fingida.
El castaño asintió, complacido con la respuesta. Se despidió, dispuesto a marcharse estaba cuando la voz de la kunoichi le hizo girar.
— ¡Neji! — llamó, el shinobi dio un medio giro y la observó sin decir nada — ¿Cuáles eran las flores favoritas de tu madre?
La pregunta lo descolocó, y por primera vez en esa tarde, sus ojos demostraron algo.
Asombro…
Pese al sentimiento fulminante de impresión, contestó.
— Narcisos poeticus. — articuló, despacio y claro.
— Gracias. — Sakura le sonrió, de una manera que hizo que se le iluminara el rostro, provocándole también una sonrisa.
Dio media vuelta y continúo su camino, la peli-rosa también lo hizo con un propósito en mente.
La próxima vez que visitara la tumba de su madre, llevaría Narcisos.
‹‹Todo el mundo merece un detalle.›› pensó al entrar a su casa.
Neji se había detenido a medio camino, se dio la vuelta y la atisbó al entrar en la residencia. Esbozó una sonrisa, en el momento que la kunoichi preguntó por las flores favoritas de su difunta madre, supo lo que se proponía.
Lo sabía, y se planteó a sí mismo, que la próxima vez que ella fuera al cementerio… Él iría con ella.
Nota de Autor:
¡Hola!
Bien, como verán esto dejó de ser un OS para pasar a ser un fic.
La única razón por la que sucedió es porque este momento (el cual coloqué como OS en mi topic Momentos NejiSaku), mas el What If...? Que cree, me dieron una idea para alargarlo y de paso, no dejar las cosa en el aire; además de que hubieron varias lectoras que esperaban una continuación, sobretodo Mar Angys Dreams, a quien le gustó mucho lo que ahora coloco como el prefacio de la historia, y el OS que participó contará como el primer capítulo.
No daré mas explicaciones, solo espero que las personas que lean sea de su entero agrado, y Mar, espero no decepcionarte en lo absoluto con lo que leerás después. Cuídense mucho, será un gusto tenerlas por aquí.
