PROLOGO.
Aerith Gainsborough.
La lluvia arremetía contra los cristales de las casas de manera efusiva y descontrolada. No había ni un alma en las calles cubiertas de barro y agua.
-Entonces, ¿tendremos que cambiarnos de casa, incluso? - le pregunté a mi madre adoptiva, Elmyra.
-Si. Ese es el plan. - dijo, intentando restarle importancia al asunto con una pequeña sonrisa reconfortante.
"Ese era el plan". Vale. No me resultaba difícil cambiarme de una casa a otra, no era cuestión de un problema de estancias. Era un problema de adaptación.
Era demasiado tímida, me costaba hacer amigos - de hecho se podía decir que no tenía ninguno - y podía pasarme callada las 24 horas del día, pero tenía una madre en la que confiar, por tanto, se reducían a 20.
-Entiendo - musité. - Pero sabes lo que me cuesta hacerme un hueco en el instituto, mamá. -esa quizá sería la única queja que escucharía salir de mi boca.
-Lo sé, cariño - colocó dos platos sobre la encimera y luego cogió la ensaladera.
Giré la cabeza y fijé la mirada en una revista colocada sobre la mesita de madera, cuya portada traía a una jovencita de 20 años, esbelta, rubia y de espléndidos ojos azules. ¡Ojalá pudiera ser como ella, parecía tan extrovertida! Pero tenía que conformarme, aparte de con mi timidez extrema, con mi cabello castaño largo, que últimamente había decidido dejar suelto, mi piel morena y mis ojos grandes y verdes.
La gente me decía que era muy bonita, incluso bella. Yo no sabía que pensar sobre eso, pues en ocasiones, solía tener un poco de baja autoestima, aunque ese no era un gran problema para mi, puesto que podía controlarlo y sacar lo mejor de mi.
-Pero no te preocupes. Son gente humilde y buena. -me tranquilizó mi madre, poniendo el plato de ensalada frente a mi y acariciándome el cabello.
Al menos me reconfortaba eso.
Cloud Strife.
Sol, sol y mas sol era lo único que se veía en el cielo aquellas últimas semanas, a pesar de que estábamos en invierno. Pero según los listillos de los meteorólogos, se esperaban grandes nevadas, cosa que me destrozaba los planes para las semanas siguientes.
Zack se sentó a mi lado, con una esplendida sonrisa en su rostro. Las gotas de agua de mar caían por su rostro y corrían hasta la punta de su cabello.
Éramos unos rebeldes. En 15 años que teníamos cada uno, habíamos repetido dos cursos, pasábamos, literalmente, de los estudios, habíamos faltado el respeto a demasiados profesores y nos gustaban las bromas, normales y pesadas. Pero al menos éramos felices.
-¿Has escuchado eso, lo de la chica nueva? - preguntó Zack, mientras dejaba la tabla de surf a un lado y se tumbaba a tomar el sol.
Ladeé un poco la cabeza.
-¿Chica nueva? - inquirí.
-Si.
-Bueno, algo he oído. - dije, volviendo a poner la cabeza en línea vertical.
-Tengo curiosidad. ¿Tu no? - dijo, sonriente.
-Algo. - reí un poco.
Definitivamente, éramos felices.
Fin Del Prologo.
Bueeno! Nueva historia! ¿Qué os parece? Espero que os gusten este estilo de historias, para mi son de las mas bonitas que hay. Bueno, bsos! (L)
