Alegria. Insana Alegria.
Algo que hace mucho tiempo buscaba, se concreto x fin.
Dormir la siesta le era imposible al recordar la pesadilla de la noche pasada.
Esos pensamientos volvían a asaltarlo de nuevo. Desistió de seguir luchando con el calor y consigo mismo por intentar dormir. Se sentó perezosamente al borde de la cama, cuando un sonido le hizo sobresaltarse.
Era el timbre de la puerta.
¿Quien seria el que molestaba a las cuatro de la siesta?
-¡HARRY BAJA INMEDIATAMENTE !- Rugió la voz de su tío Vernon, un hombre corpulento y que no disimulaba en lo mas mínimo la aversión que sentía hacia su sobrino.
Bajó corriendo las escaleras, hacia el piso inferior preocupado y pensando en cual seria el motivo para aquellos gritos.
Y para sorpresa de Harry, él que se encontraba en medio del salón de la casa de sus tíos, no era nadie que conociera, pero definitivamente no era un Muggle, ya que vestía una túnica color azul oscura. Una especie de sombrero cubría su cabeza y casi toda su rostro.
-¿Que. .Que sucede?- Pregunto Harry sorprendido al ver a ese extraño sujeto, allí parado, sin decir ni hacer nada.
-Te busca este hombre, y ya te lo había advertido NO QUIERO VISITAS EXTRAÑAS EN MI CASA, ya veras cuando estemos solos no saldrás de tu habitación por lo que quedan de las vacac.. AAAAAAAAhhh!-
Vernon no pudo terminar de decir el castigo para Harry, ya que la mano del desconocido agarro algo por debajo de su capa y susurro palabras incomprensibles:
Harry no pudo evitar sonreír de gusto al ver a su tío largo a largo sobre la alfombra del salón.
- De nada Potter- dijo el desconocido al ver un brillo de malicia en los ojos del chico.
-¿Quién eres?- Pregunto Harry sin siquiera molestarse en ver si su tío se encontraba bien.
- Soy Hiram Walker, descendiente del Barón Carl Walker- dijo orgulloso.
Para Harry seguía siendo un desconocido.
-y.. en que le puedo ayudar?- preguntó Harry un poco nervioso.
-Voy a ser tu escolta para trasladarte hasta el Ministerio de Magia
-A DONDE?- dijo Harry sobresaltado
No tenia buenas experiencias en ese lugar, después de lo que había pasado cuando lo juzgaron el verano anterior y mas tarde con la muerte de Sirius, algo por lo que aun sentía una gran culpa. Su corazón se contrajo, como siempre que recordaba a su padrino.
-Al ministerio Potter, pero no te preocupes no te acusan de nada esta vez... creo.- dijo Hiram algo pensativo
-Y para que tengo que ir allá?... pregunto de nuevo Harry con un tono que denotaba molestia.
-Porque así lo dispuso el Ministro, quieren hacerte un par de preguntas... por lo que paso el año pasado en el Ministerio de Magia... en el departamento de Misterios.- dijo temiendo la respuesta del chico.
A Harry se le hizo un nudo en el estomago y la garganta se le seco. Cerro los ojos. Suspiro profundamente. Sabia que tarde o temprano tenia que enfrentar sus miedos y culpas.
- Bueno... ¿cuando nos vamos?- pregunto resignado.
-Ahora mismo, así que si te apresuras seria mejor.- Dijo el mago consultando el tiempo.- y debes llevar también todo lo que necesites para Hogwarts, ya que un miembro de Ministerio se ha ofrecido para darte hospedaje por las tres semanas que faltan para el inicio de clases.
Harry suponía quien era y una media sonrisa se dibujo en su rostro, y para sorpresa de Walker subió rapidamente a buscar sus cosas.
-"Y yo que pensaba que le estaba dando una mala noticia".-pensó Walker- "realmente los adolescentes son difíciles de entender"-
Contrariado subió las escaleras para ayudar a Harry con sus cosas.
El chico se apresuro a guardar sus cosas mas preciadas en el baúl. Colocó su varita en el bolsillo de atrás de los pantalones, pero inmediatamente la saco de allí al recordar los consejos de ojo loco Moody, y la metió en la túnica.
Acomodo rápido toda la ropa. Luego salió de la habitación con la jaula de su lechuza en una mano y arrastrando el baúl con la otra. Hiriam Walker lo esperaba al borde de la escalera, para ayudarlo.
Al entrar a la sala vio, al tío Vernon sentado placidamente leyendo el diario en un sillón, Harry supuso que Walker había borrado su memoria.
-Hola Harry... Saludo su tío como si nada
Harry lo miro fijamente, nunca lo llamaba por su nombre
-Por primera vez estoy orgulloso de ti muchacho.. Me acabo de enterar, por este caballero, que tu mismo has solicitado mas tiempo en el colegio para intentar corregir tu insoportable actitud... dijo Vernon con severidad
-Ah si?- pregunto Harry mientras le dirigía una acusadora mirada a Walker, quien hizo una mueca excusándose.
Hasta el ministerio se veía obligado a mentirle a Vernon.
-Bueno, nos vamos?- Pregunto Walker
-Seguro-contesto Harry sin despedirse de su tío-
-Adios y no vuelvas hasta que te hayan rehabilitado completamente.- le recomendó Vernon mirando al muchacho con el seño fruncido
-Si.. si.- respondió Harry cansado.
Walker y Harry salieron al calor de la tarde, una tímida y refrescante brisa soplaba.
-¿Como nos vamos a ir?-pregunto Harry
-Tenemos que caminar dos cuadras hasta llegar al coche que mandará el Ministerio, por razones de Seguridad el Ministro no quiere que se enteren de que vas a prestar declaraciones.- aclaro Walker.
Llegaron a la esquina indicada y vieron un elegante coche negro con el emblema del Ministerio pintado en sus puertas delanteras. Los dos subieron al auto y enseguida se puso en marcha.
Por alguna extraña razón este hombre le provocaba confianza, sabia q no deberia irse con cualquier persona.. pero su instinto le decia que estaba a salvo aunque no dejaba de pensar que su función era algo extraña, no era un auror... ¿entonces que cargo desempeñaba en el ministerio?
Se detuvieron en una parte del centro que Harry no conocía. El ambiente no era el mejor, todo el lugar estaba lleno de basura y los negocios todos cerrados y desmantelados. El auto aminoro la marcha y se detuvo ante una cochera abandonada. El chofer saco su varita y haciendo un movimiento circular con ella en el aire, la puerta de la cochera se abrió. Entraron.
Harry se sorprendió de ver la cantidad de autos y el lujo de cada uno de ellos. Un sector estaba ocupado por autos negros, en perfectas condiciones y con el Emblema del Ministerio en las puertas. En otro sector estaban los autos que Harry suponía eran de los empleados, ya que si bien la mayoría eran lujosos, se alcanzaba a distinguir uno que otro auto que necesitara un poco de pintura. Habian llegado al Ministerio en poco tiempo.
Harry y Walker bajaron del auto. Caminaron en completo silencio. Al llegar a una puerta de madera, se toparon con un ascensor. Una monótona y gélida voz, les indicó que se encontraban en el sótano y que presionaran el botón al piso que se dirigían. Walker tomo la iniciativa y toco el botón del Segundo piso.
-Segundo Piso.- confirmo la voz-. Departamento de Operaciones Mágicas Especiales, que incluye Departamento Contra el Uso Indebido de la Magia, Cuartel General de Aurors y Servicios Administrativos del Wizengamont.
Harry ya conocía el lugar. Era el piso en el que trabajaba el Señor Weasley. El mismo piso que visitó el año pasado, cuando lo habían citado por el uso incorrecto de la magia delante de muggles y para su supuesta expulsión del colegio Hogwarts de Magia y Hechicería.
Walker lo condujo al Cuartel General de Aurores. Era un lugar lleno de Cubículos, pero el ambiente que reinaba era extraño, no se escuchaban voces contentas ni risas, simplemente se oían murmullos. Harry abrió la boca pero Walker le dirigió una mirada significativa y se contuvo de preguntar algo al respecto.
Pasaron a una oficina mas amplia. Allí estaban: Ojo Loco Moody, Albus Dumbledore, Tonks, Severus Snape, Remus Lupin, Minerva McGonagall, Kingsey, Percy Weasley y Cornelius Fudge.
Varias manos saludaron a los recién llegados.
Remus se adelanto y le dio un abrazo al hijo de sus dos mejores amigos. Harry correspondió al gesto.
Fudge fue el primero en hablar.
-Harry en primer lugar debo pedirte una disculpa, aunque yo se que no es suficiente.
Harry lo miro sorprendido. Nunca hubiera esperado una disculpa de Cornelius Fudge "EL SUPER ministro de Magia que nunca se equivoca".
-Se que por mi culpa se perdieron vidas y que en mi estuvo el poder de evitarlo... pero yo no quería... creer que... Vo... Vo... Voldemort había vuelto.-
Fudge vacilo por un momento antes de pronunciar el nombre del Señor Oscuro, pero haciendo acopio de sus fuerzas lo hizo causando un estremecimiento colectivo en la sala
-Temía perder todo lo que había conseguido hasta el momento.- continuo con un nudo en la garganta-. temía perder mi puesto, pensaba que Dumbledore quería arrebatarme el cargo de Ministro para hacerse con el poder... Ahora veo claramente lo equivocado que estaba.
Todos miraron a Fudge y sintieron pena por el, no lo perdonaban, pero lo entendían. Harry miraba a Fudge con mas rencor que ninguna otra persona presente. Una furia incontenible estaba invadiendo todo su ser. No quería escucharlo hablar, no quería saber de sus disculpas; solo sentía un tremendo deseo de provocarle el peor daño posible. Era algo similar a lo que sintió frente a Dumbledore cuando Voldemort invadía su cabeza, pero sabia que en este sentimiento tan profundo, El señor Oscuro no tenia nada que ver.
-Por su culpa.. Mi padrino Murió.- murmuro Harry con los ojos llenos de lagrimas.
-Lo se- admitió Fudge temiendo la respuesta del muchacho.
Lupin lo miraba como diciendo " te lo adverti", pero Fudge continuo
-Creo que con respecto a eso podemos hacer algo. Para eso te cite hoy aquí.
-¿Como?- pregunto Harry perplejo sin comprender nada. -Explíquese.-
-Antes que nada debes conocer una historia, para que puedas entender- dijo Dumbledore tomando la palabra mientras se ponía de pie- Existe una leyenda, que cuenta acerca de un mago tenebroso que le hizo frente al gran Merlín. Por mucho tiempo este mago causó muerte y desesperación por donde pasaba. Se cuenta que un gran día tuvo lugar un enfrentamiento con Merlín, pero asombrado del poder que éste tenia, desapareció en medio de la pelea. Todos lo creyeron muerto pero después de 10 años regresó. En todo este tiempo había estado investigando la manera de burlar a la muerte para poder derrotar a Merlín de una vez por todas, si bien le fue imposible darse con la formula para la inmortalidad, descubrió una manera para volver a la vida una vez muerto. Algo así como un portal para acceder al espacio entre el mundo de los vivos y los muertos, pero con la condición de que alguien estuviese dispuesta a dar su alma, es decir estar dispuesta a quedarse por la que había muerto, para que no se pierda el "Equilibrio" entre la vida y la muerte.
Harry permanecía impasible ante la explicación de Dumbledore, cada vez entendía menos.
-Todo estaba planeado,- continuo el director después de tomar aire- se llevaría a cabo un duelo a muerte con su peor enemigo: Merlin. En caso que el mago tenebroso muriera, su mas fiel aprendiz y mano derecha, entraría al portal para sacarlo de allí y quedarse en el lugar de su maestro. La pelea entre estos dos magos fue la mas terrible jamás acontecida. Todo termino, cuando Merlín completamente exhausto, recurrió a un hechizo de magia antigua muy poderosa. Soltó todo su poder en esta potente maldición que lazó contra su enemigo, quien reconociendo su final, logro aparecer en su castillo, donde se encontraba el portal y lo traspaso. Merlín casi muere en la lucha, pero pensó que había acabado con la vida del mago oscuro, ya no podía sentir su presencia.
-Pero podía volver a la vida gracias a ese portal y a su mas fiel sirviente- razonó Harry, - algo parecido a lo que paso con Voldemort y Colagusano, aunque este ultimo solo dio su mano derecha.
-Exactamente Harry- corroboro Dumbledore – fue algo parecido, pero con una diferencia, si bien Peter tenia miedo, dio su mano derecha, pero en cambio el aprendiz de este mago, quería que su maestro volviera a la vida, pero no quería dar su alma a cambio. Pensó, que si capturaba a algún enemigo importante podría sacrificarlo para que su señor volviera. Utilizando magia oscura muy avanzada, logro capturar a un caballero muy importante de la orden de Merlín, el mas fiel y honrado de los caballeros. El caballero fue obligado a traspasar el portal, pero el hechizo no pudo ser completado, el Mago Oscuro no pudo volver de la muerte ya que necesitaba el alma de su "mas fiel seguidor" y éste en su cobardía no la dio. Cuando Merlín se entero de la perdida de su mas fiel hombre, fue hasta el portal para intentar destruirlo, pero le fue imposible. Entonces no encontrando solución lo maldijo "Aquellos que atraviesen este portal, solo podrán volver cuando el mago que los envió ocupe su lugar". Después de hacer esto, lo escondió en lo mas recóndito de su castillo.- termino Dumbledore.
-Muy linda la historia -dijo Harry con algo de cinismo en su voz- pero aun no entiendo que tiene que ver conmigo.
-Harry, cuando murió Black.- intervino Fudge, Harry se estremeció- estaba peleando con Bellatrix Lestrange, verdad?
Harry asintió sin pronunciar palabra
-Según lo que Lupin me dijo, cayó atrás del velo que esta en el Departamento de Misterios ¿no es así?
Harry asintió de nuevo. Empezaba a entender la relación de esa leyenda con aquella reunión.
-Pe.. pero entonces.. el portal del que habla la leyenda...- Harry hablaba muy lento, pensando cada palabra que decía.
-Si Harry, ese portal es el "Velo de la Muerte" – aclaró calmadamente Dumbledore- lo que quiere decir, que para que Sirius vuelva, Bellatrix Lestrange tiene que ocupar su lugar.
Harry no podía articular palabra, estaba paralizado por esa noticia.
-Lo que significa, que después de todo, hay una posibilidad para que Sirius vuelva a la vida- insinuó Lupin mientras le apretaba el hombro en señal de apoyo.
Una lagrimas rodó por la mejilla de Harry, pero rápidamente la retiro con el dorso de su mano..
-Entonces -razono Harry .- podríamos hacer un cambio entre algunos mortifagos de los que están encerrados en Azkaban por ella...
Todos lo miraron y bajaron la mirada.
-No sabes nada ¿eh?-por primera vez tomo la palabra Tonks.
-¿que paso?- pregunto Harry asustado.
-La carcel de Azkaban fue tomada por los Mortifagos que quedaban, los dementores en pleno se les unieron..- Explico la aurora con impotencia.-Todos los presos escaparon, el mundo tango mágico como Muggle esta en graves peligro.
Harry no podía creerlo. Un sentimiento de rabia e impotencia recorrió sus venas. Era como si le hubiesen echado en la cara un balde de agua helada. La esperanza de volver a ver a Sirius se esfumaba. Todos lo miraban.
-Pero.. ¿por que me dicen todas estas cosas? - pregunto Harry, no era que se quejara, pero era mucha información junta, ya se había acostumbrado a las mentiras y a no enterarse de nada hasta ultimo momento.
-Porque me di cuenta que ya eres suficientemente maduro para entender la realidad Harry.-respondió Dumbledore- que el peor error que cometí, fue ocultarte las cosas por intentar protegerte, sin darme cuenta te provoque un mal mayor del que quería evitar.
Harry cerro los ojos intentando controlar todos los sentimientos que bullían en su interior.
-Harry necesitamos que nos ayudes, - dijo Dumbledore con un tono de pesadez en su voz.
-Para que?-Pregunto Harry irritado, furioso y triste, evitando mirar a la cara al Director.
Sintió que el suelo daba vueltas. Ahora entendía el sueño que había tenido, el sentimiento de alegría.
-Creo que has pasado por bastantes cosas malas, pero todas has sabido superarlas.- aporto Dumbledore con una sonrisa que tranquilizo un poco a Harry.
No sabia porque pero con solo la presencia de Dumbledore, sus malestares, dudas, y temores disminuían de forma considerable. Aunque aun lo culpaba en parte por la muerte de su padrino y quería odiarlo con toda su alma no podía, simplemente le era imposible.
-Es necesario que podamos contar con tu ayuda Harry...
-Sabe que siempre estaré dispuesto a ayudar.- le recordó.- esta de mas que me lo pida
Dumbledore sonrió complacido
-No podía esperar menos de ti Harry. Ahora debes ir a descansar un poco, tenemos listo tu viaje a la Madriguera y Arthur Weasley te acompañara.
Harry no disimulo sentirse complacido al escuchar aquellas ultimas palabras. Deseaba abandonar el lugar lo mas rápido posible.
Albus abrió la puerta para acompañar a Harry hasta el pequeño despacho de Arthur.
-Espero que estés bien Harry, esto no es simplemente para tu comodidad tengo que advertirte que te están buscando.- termino de explicar el director-. Te enviamos con Arthur porque allí estarás mejor cuidado y vigilado con miembros de la Orden. Aunque en la casa de tus tíos existe la protección de la sangre, ahora que Voldemort se ha hecho mas fuerte temo por tu seguridad. No te preocupes hasta ahora hemos ganado muchas batallas Harry..
Dumbledore le sonrió y le guiño un ojo, esto quería decir que estaba mas que seguro y no tenia que preocuparse tanto.
Harry se saco un terrible peso de encima en ese momento y muchas de sus preocupaciones se esfumaron.
Por medio de polvos Flu Harry llego a la madriguera acompañado del señor Weasley. Al poner un pie en la cocina, el primer rostro que vio fue el de su inseparable amigo Ron.
Ambos sonrieron y se abrazaron, hacia bastante que no se veían. Con todo el ruido que se armo aparecieron rápidamente los Gemelos, la Madre de Ron, y Ginny, quien se sonrojo al ver como la miraba Harry. Había cambiado mucho desde la ultima vez que se vieron o al menos eso le pareció, al chico. Ron le propinó un codazo a su amigo ya que todos se habían quedado mirando la expresión de su cara, riendo sin disimular.
-Harry, querido¿como estas?- le sonrió la madre de Ron que lo quería como un hijo mas.
-Bien- contesto Harry.
-Ven Harry tus cosas ya están en mi habitación.- dijo Ron quien le dedico una sugestiva mirada
-¿Que pasa? - pregunto Harry una vez que estuvieron en el piso superior.
-Vi la cara que pusiste al ver de nuevo a Ginny- le explico en un tono de complicidad .- te traje para que mis hermanos no te hagan quedar mal frente a toda mi familia.
Harry sonrió y agradeció a su amigo. Quería mucho a los gemelos Weasley pero sabia que las bromas de ese estilo no le convenían.
-Para que te llamaron al Ministerio?-pregunto Ron sin mas preámbulos.
-No te dijo nada tu padre?- se extraño Harry.
-Lo tiene prohibido, cuando le pregunte, me respondió que Fudge no quería que nadie se enterara, así no se corría el riesgo de que el plan que estaban elaborando se arruinara.
-Pero ¿quien podría arruinarlo?- se sorprendió Harry
-Sospechan que hay traidores tanto en el Ministerio como en Hogwarts
Ambos se miraron y supieron al instante quien era el traidor en Hogwarts.
-Malfoy – dijeron juntos
Harry le dijo una versión resumida de lo que había pasado en ese día y justo cuando termino de contarle escucharon los gritos de la señora Weasley desde las escaleras..
-¡Chicos la cena esta lista!
Ron estaba sorprendido, todavía no podía asimilar todo lo que le había dicho su amigo pero en su mente había algo que le preocupaba mas, algo que temía mas que enfrentarse con el mismo Voldemort: expresarle sus sentimientos a Hermione.
Había estado pensando todas las vacaciones y se dio cuenta por fin todo lo que ella significaba para él. No había un momento del día en que no se dibujara su rostro en su mente, recordaba su sonrisa y sus peleas.
Quería hablar esa misma noche con Harry, sabia que él primero se sorprendería, luego se burlaría y por último lo ayudaría.
Cuando bajaron ya todos estaban sentados, Ron al lado de Fred y Harry al lado de Ginny.
-Que rico huele – dijo Harry
-Es mi especialidad – se enorgulleció la señora Weasley
-¿Qué es?- pregunto Harry sintiendo un ruido en su estomago que le demandaba comida a gritos, se estaba muriendo de hambre
-Aquí tienes, son Canelones cielo
Harry se sorprendió. Era una comida Muggle. Pero no dijo nada al respecto, se sirvió y empezó a comer muy rápido.
-¡Harry!... ¡no se te escaparan!- le dijo George al ver como comía
Todos se rieron, Harry se puso colorado
-Déjalo George – le gruño la señora Weasley- seguramente no comió desde que salió de la casa, pobrecito debe estar muriéndose de hambre-
Y así era. Pero no era para menos, con todo lo ocurrido, ni cuenta se había dado del hambre que tenia.
-¿Como pasaste tus vacaciones Harry?- pregunto Percy que ya había vuelto del ministerio.
Todos lo miraron..
-Bien. Bien.. Gracias por preguntar Percy.-
Harry se sentía incomodo al iniciar una conversación con Percy, hacia un par de meses que lo había considerado un loco y recomendado a Ron que no se juntara con él y ahora lo trataba como a un viejo amigo.
Cuando terminaron la cena Ron llamo a Harry para que lo acompañara de nuevo a la habitación.
-Ne... necesito hablar contigo de una cosa muy importante...
Harry se sorprendió de ver tan serio a su amigo, nunca le hablaba de esa forma.
-¿Que pasa Ron?... Me estas preocupando
-Te quiero decir... que... erm... este...me ..
-Es sobre Hermione ¿verdad?- Harry sonrió, solo había algo que ponía tan nervioso a su amigo: hablar sobre ella.
-¿Como lo supiste?- pregunto el pelirrojo mucho mas relajado
-Solo adivine- mintió Harry
-Es que...
Ron tomo aire profundamente. Parecía que le costaba decir lo que quería decir. Harry permaneció en silencio observándolo atentamente.
-¡NO PUEDO DEJAR DE PENSAR EN ELLA! ME ATORMENTA, ME ACUERDO DE SU SONRISA, DE SUS HERMOSOS OJOS.. DIA Y NOCHE SUEÑO CON ELLA!...¡ NO SE QUE ME PASA!-estallo por fin Ron
Harry estaba muy sorprendido, si bien sabia que a Ron le gustaba Hermione desde hacia tiempo, él nunca lo había reconocido.
-Pues.. me alegro por ti Ron, hacen una hermosa pareja- dijo en tono casual, como si fuera algo muy normal reconocer que se piensa en alguien cada segundo, de cada minuto, de cada hora.
No sabia que mas decir no era un especialista en cuestiones del corazón.
-¡HARRY!... ¿es que no te das cuenta¡Me estoy muriendo por dentro!... dijo Ron desesperado comenzando a caminar por toda la habitación... no se como reaccionara... pase todas las vacaciones pensando en si se lo diría o no.. cuando por fin me decidí en contarle TODO, me entro pánico... no se como decírselo.. definitivamente necesito ayuda.
-Pues...- dijo una voz desde la puerta
-creo que podemos- dijo otra voz muy parecida
-darte una mano en eso- termino la primera voz que había hablado.
-¿QUE HACEN USTEDES ESCUCHANDO CONVERSACIONES! - grito Ron enojado al saberse descubierto por sus hermanos gemelos.
-Por si no te diste cuenta...- replico George
-Nosotros solo pasábamos por aquí- esta vez era Fred
-Cuando oímos sin querer parte de tu conversación- termino George
-Aparte no estabas hablando muy bajo que digamos- acoto Fred
Harry se reía con disimulo, le encantaba como hablaban los gemelos y aparte habían llegado en el momento justo para ayudarlo, ya que él no sabia muy bien como aconsejar a Ron
-Quieres nuestra ayuda ¿no?- dijeron ambos gemelos al mismo tiempo.
Ron dudo un instante. No sabia que se traían entre mano sus hermanos pero al fin cedió
-Esta bien ayúdenme.. si es que pueden- dijo con una voz que no denotaba mucha seguridad
-Bien... pero primero les tenemos que dar una GRAAAAAAAAAAAN noticia- dijeron a coro
-¿que paso?-pregunto Ron curioso
-Pues.. bien Hermanito... Harry .. parece ser... comenzó a decir George
-que este año... continuo Fred
-seremos... agrego George con una sonrisa
-COMPAÑEROS DE CURSO!- concluyeron juntos uniéndose en un solo abrazo, encerrando en el medio a Ron y Harry.
-¿QUEEEEEEEEEEEE?- Ahora eran Harry y Ron los que hablaron juntos.
- WOW! ...Este año será MUY interesante – sentenció Harry con una gran sonrisa.
Comenzaba a imaginarse un año con los Gemelos. Realmente la idea le encantaba, el que no estaba muy seguro de como responder era Ron
-Pero ¿Qué?.. ¿Cómo?... ¿Cuándo?..-tartamudeaba Ron
-Mira te explicaremos.. Mamá fue a hablar con Dumbledore por el tema de nuestra expulsión cuando las cosas se normalizaron, dijo que quería que volviéramos- George hizo una cara de exasperación- y ya saben cuando a mamá se le pone una idea en la cabeza...
Ambos chicos asintieron, Molly podía ser la mejor del mundo pero cuando quería algo o se enojaba no existía quien la parase.
-Entonces Dumbledore le dijo que esa decisión no estaba en sus manos ya que la expulsión había sido efectuada desde el Ministerio. El mismo Fudge le dio súper poderes como "inquisidora" a la Umbridge– al oír el nombre, los cuatro chico se estremecieron por la rabia, al recordar todo lo que tuvieron que pasar por culpa de aquella odiosa mujer-. entonces Dumbledore hablo con Fudge y la única manera de volver al colegio, es volviendo a cursar el Sexto curso... explico Fred suspirando resignado
-Según Fudge "es para que aprendamos, que a un miembro del ministerio se lo debe respetar" – agrego George imitando al ministro.
-Ese Fudge podrá hacer el papel de arrepentido pero en realidad sigue siendo el mismo idiota... concluyo Fred molesto.
-NIÑOOOOOOOS TODOS A LA CAMA! Mañana hay trabajo que hacer- Grito la Señora Weasley desde la cocina.
-Bien hermanito creo que habrá tiempo de hablar de tu problema una vez en el tren camino a Hogwarts... te prometemos que lo pensaremos todo el tiempo que queda.- dijo George y con una sonrisa de complicidad
Se escucho un ¡CRACK!. Y desaparecieron.
Harry y Ron se colocaron sus pijamas y se acostaron. Al poco tiempo se escuchaban los ronquidos de Ron. El moreno no tenia sueño, en realidad con todas las noticias que había recibido ese día, no se sentía tranquilo.
Se hizo la media noche y comprendiendo que no le seria fácil conciliar el sueño, bajo las escaleras y fue al jardín a tomar un poco de fresco. Se acostó en el frió césped. A los pocos minutos sintió que alguien se acercaba y al ver quien era su corazón empezó a acelerarse, nunca le había puesto tan nervioso estar cerca de alguna chica como en esos momentos.
-Hola Harry... ¿no puedes dormir?-Pregunto una suave voz
-Hola Gi... Ginny..-Harry se quedo con la boca abierta cuando la vio, solo una bata la cubría, era impresionante como había cambiado durante el tiempo que no se vieron.
Ya no existía le "pequeña Ginny" ahora era toda una mujer. Sus curvas se habían acentuado y simplemente no había palabras para describir lo hermosa que era.
Ginny se acostó en el césped al lado de Harry intentando ocultar la sonrisa que le provocaba verlo con la boca abierta.
Su plan había dado resultado. Estaba viendo por la ventana pensando en su amor imposible, cuando lo vio salir por el patio. Rápidamente se decidió acompañarlo cuando se percato de como iba vestida: Tenia puesto un camisón que en otra época había pertenecido a su madre, unas sandalias con forma de conejo y el pelo revuelto. Se acomodo el pelo, se cambio de ropa y salió rápidamente hacia afuera.
Ginny estaba decidida a que ese año el amor de su vida iba a ser de ella, ahora tenia mucha mas confianza en si misma. Su cuerpo ya no era el de una niña.
-¿Como estas Harry?- Ginny tenia que iniciar la conversación, él estaba muy ocupado admirando su cuerpo.
Harry volvió a la realidad y viendo como se estaba comportando cerro los ojos y la boca. Su cara adopto un tono un poco mas oscuro que el cabello de la familia Weasley.
-Bien... Bien... Ginny.. Has cambiado mucho.. estas muy .. muy linda- Harry no sabia como pero sus palabras habían salido de su boca sin poder controlarlas.
Ahora la colorada era Ginny, no podía creer que Harry le hubiese dicho eso
-Gracias Harry.. tu también has cambiado...
No se había percatado del cambio que sufrió su cuerpo en los últimos meses, ahora la estatura era casi la misma que la de Ron, pero su cuerpo no era delgado si no que una creciente musculatura se había formado, gracias a los pesados trabajos que le obligaban hacer sus tíos
Lentamente Harry se apoyo en un codo. Miro los ojos cerrados de Ginny, ella intentaba relajarse al sentirse tan nerviosa por las ultimas palabras de Harry.
Y él no sabia lo que hacia. Simplemente no podía controlarse. Se aproximo a Ginny, sus labios estaban muy cerca de los de ella, sintió su respiración y sin pensarlo dos veces se fundió en la boca de aquella chica que tanto deseaba. Su sabor era delicioso, sus labios eran tibios y tiernos.
Al principio Ginny se había quedado de piedra, sintiendo como él se acercaba, podía oír los latidos del corazón de él. Sonaban muy fuerte y rápido; seguramente estaba tan nervioso como ella, pero cuando sus labios tocaron los suyos, toda su pasión se vio reflejada en ese beso.
Harry al principio la beso tiernamente, no sabia como iba a reaccionar Ginny, pero cuando sintió que ella le devolvía el beso con mucha fuerza y amor, experimentó algo que nunca había sentido. Parecía que con su beso quería marcar al chico y en verdad que lo hizo, le estaba entregando parte de ella, ahora su corazón estaba en sus manos. Harry dio rienda suelta a su pasión y se siguieron besando, acariciando.
Él introdujo sus manos por debajo de la bata, deleitándose sin problemas con la suavidad de la piel femenina. Ginny suspiro al sentir sus carias mientras sus dedos se enredaban en su cabellera azabache.
Las manos masculinas se apoderaron de los pechos de ella, algo que hizo a ambos sorprenderse. Harry no podía creer lo que hacia, pero era tan increíblemente satisfactorio que decidió continuar mientras Ginny no se lo impidiera. Y como impedírselo, si ella estaba tan embelesada con lo que sentía que no tenia tiempo para pensar.
Y en un arrebato de locura, él rápidamente le quito la bata.
Ambos se miraron por un instante, conteniendo la respiración.
Él con el temor de que ella respondiera de forma violenta, ante aquel acto. Ella deseando que continuara, por lo que le sonrió con picardía.
Y antes de que tuviese tiempo de arrepentirse Harry comenzó a besar y a succionar con suavidad los pechos femeninos. Ella gimió complacida.
De pronto comenzaron a sentir urgencia por mas. Pero una luz de cordura invadió el cerebro de Ginny y contra su voluntad aparto aquellos labios de su piel.
-No Harry... susurro excitada
-No te gusta?... pregunto él con incertidumbre
-Mucho...- confeso sin problemas...- pero creo que mejor me voy.
-No... no te vallas... le pidió Harry apartándose... prometo portarme bien... pero no te vallas.
-Esta bien... acepto ella... me quedo... pero guarda la compostura
Él asintió, haciendo el esfuerzo sobrehumano de contenerse mientras contemplaba como Ginny volvía a vestirse. Y fue solo en ese momento que se percato de cuan excitado estaba.
Ella se tendió en la hierba y con ademán de su mano le invito a tenderse a su lado. Harry así lo hizo y comenzaron a besarse de nuevo, aunque de una forma mas tranquila y pausada. Sin embargo era difícil poder apagar el fuego que ardía dentro de ellos. Por lo que él decidió cumplir con su promesa. La abrazo, ignorando su mirada interrogativa.
Para su alivio Ginny no insistió, porque había comprendido que era mejor calmarse. Y sin pronunciar palabras, abrazados, como si fueran uno, se durmieron en el calor de la persona que tanto les había hecho sentir esa noche.
