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Dark-on
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• Capítulo I:
«Oscura realidad»
Me sobresalte cuando el timbre de mi celular comenzó a sonar, me moví con pereza en mi cama y estire mi brazo para alcanzar el celular, mi mano busco por la mesita pero no lo encontré y el sonido cada vez iba más alto.
Bufe y rodé fuera de la cama, como mis pies se enredaron en la sabanas caí al piso de cara, con mala cara comencé a buscar el celular, lo encontré debajo de mi cama junto a las zapatillas… excelente lugar, Sakura, pensé irónica.
Mire el identificador y gruñí al ver que se trataba de Ino.
—Maldita sea.
Acepte la llamada y escuche una respiración pesada, fruncí el seño, entonces alguien hablo:
—¿Hola? ¿Eres tú frentona? —conteste con voz ronca, parecía que Ino no estaba en las mejores condiciones, se escuchaba ebria…—. Oh, ¿Podrías buscarme?... no se donde estoy, me duele la cabeza… anoche me excedí con los tragos, dios… veo borroso.
—¿Ino? —me altere—. ¿Dónde estas? Descríbeme el lugar por favor, no se donde tengo que ir —le pedí rápidamente, mientras buscaba mis pantalones por la habitación.
—No lo se… escucho las olas, creo.
«¿Qué rayos estuviste haciendo Ino?» pensé preocupada. Conocía a Ino desde que era chichita, pero habíamos encontrados distintas amistades y cada una tenia su "grupo", yo estaba con los que siempre nos divertíamos en fiestas sin tomar mucho… en cambio ella estaba en la de los populares, en donde tomaban, fumaban, y se drogaban… aunque ella siempre prometía que no se drogaba y que nunca había probado. Últimamente había estado saliendo con un grupo de chicos que… bueno, que era demasiados pandilleros le decía yo pero ella siempre se enojaba.
—De acuerdo —dije, tratando de tranquilizarme—. ¿Hay alguien contigo?
Pareció pensarlo unos segundos.
—Bueno si… es Sasuke —murmuró.
Mis ojos se abrieron de la sorpresa. ¿Sasuke Uchiha? Él era una de los pandilleros más populares de la ciudad, un completo drogadicto y según todas las chicas de la ciudad un DIOS en la cama… cosa que no sabía y seguramente nunca sabría. La pregunta era ¿Qué rayos hacia Ino con él?
Solo esperaba que estuviera un poco mejor que ella.
—¿Me lo puedes pasar? —pregunté.
La escuche carraspear.
—¿Para qué? —me sorprendió la fiereza con la que me hablo, como si desconfiara de que hiciera algo con él. Apreté los labios, solo esta borracha, me dije.
—Para que me digan en donde diablos están así te busco —conteste bruscamente, la paciencia se había ido a la mierda.
—Oh —se calló un segundo—, de acuerdo.
Suspire y comencé a abrocharme las agujetas de las zapatillas, escuchaba murmullos entre ellos y me pareció que había más de dos personas con ella pero ignore eso. Seguramente tendría que ir a buscar a Ino y después traerla a mi casa para que se arreglara y no pareciera tan "reprobable" cuando pusiera un pie en su casa.
Era una rutina que se estaba haciendo demasiado constante, siempre era yo la que le cubría los líos que se hacia, cuando salía no era solo una noche y volvía a la madrugada, sino que se iba un fin de semana entero y yo tenia que decirles a sus padres que se quedaba en mi casa. Mis padres no se hacían mucho problema ya que nunca estaban en casa y los únicos momentos en que los veía eran en la cena y muy de vez en cuando en el almuerzo.
Escuche como el celular cambiaba de mano y alguien mascullaba alguna que otra grosería.
—Hola —dijeron por el auricular.
La sangre cosquilleo en mis venas, ¡Era la voz más sensual que había oído en mi vida entera! Era suave y aterciopelada, pero misteriosa y sexy como la de un modelo playboy, no me sorprendería que fuese tan conocido entre todas las chicas. Era prácticamente un Adonis para todas las mujeres del Instituto, menores o mayores, ni siquiera las maestras podían evitar envolverse en su sensualidad.
—Hola —conteste en un murmullo casi sin aire—, ¿Puedes decirme donde están así paso a buscar a Ino?
Hubo un silencio tensionado.
—No —dijo por fin—, ella no se va. Parece que prefiere quedarse conmigo más tiempo.
—¿Qué? —chillé—, ¡Dime donde están! Ella me llamo y debió ser por algo, así que dime a donde carajos la llevaste.
—Ya te lo dije. NO —parecía de mal humor. Y yo no estaba mejor, pero si quería negociar algo la mejor forma era calmarse y no dejarse llevar por los nervios.
—De acuerdo —suspiré—, solo dime donde están así paso a ver que tal.
—¿Para que te querríamos aquí? —pregunto para nada interesado, me dolió un poco su frialdad.
—Yo… am… —pensé que podría decirle—, porque llevare bebidas.
Silencio.
—Bien. Estamos en… —me paso la dirección y corto rápidamente.
Suspiré. Maltita Ino y sus estupidas salidas. Y estupida yo por cubrirla siempre.
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Al llegar, estacione mi auto viejo y destartalado y baje con las botellas que tenia. No las había comprado, simplemente se las había quitado a mis padres de sus estanterías con licores, no me importaba, total yo no era de beber mucho y como ellos nunca estaban era muy fácil sacárselas sin que lo noten.
Sabia que lo único que tenia que hacer era darle las botellas y me llevaría a Ino a casa, para que se mejore un poco y luego a su casa para que pudiera descansar tranquila. Algo así como un trueque; las bebidas por Ino. Patético, pero negociable para ellos.
Comencé a caminar buscando con la mirada. No me costo mucho diferenciarlos, estaban sentados en un grupo de muchos chicos y chicas. Como era recién las seis de la mañana el sol recién se estaba asomando y dejaba una vista hermosa para contemplar el océano, algo que a ellos no le interesaba en lo más mínimo.
Los chicos estaban riendo exageradamente, tenían botellas en sus manos y los ojos inyectados en sangre. Podía identificar el olor a marihuana y a faso fácilmente, no era una experta pero tampoco era una ignorante total… además estaba estudiando medicina y conocía algunos de estos síntomas.
Las chicas estaban vestidas tan… exageradamente carentes de ropa, que no me extrañarían que les dijeran que solo estaban en ropa interior. Cada una estaba con un chico, sus caras se veían cansadas y bajoneadas… se notaba lo perdidas que estaban… drogadas.
Distinguí una melena rubia entre el montón, sentada justo en el medio. Estaba sentada en las piernas de un chico pelinegro que tenía la cara enterrada en su cuello, ella tenía los ojos serrados y sonreía como si se estuviera ganando el premio gordo. Camine con lentitud y la mirada gacha, notaba todas las miradas puestas en mi… bueno, los que estaban concientes.
Mi sangre volaba a mis mejillas con rapidez. ¿Por qué me veían tanto? De acuerdo, no estaba tan mal vestida… tenia un Jean y una remera común, nada fuera de lo normal, no quería llamar la atención… o quizás miraban las botellas. Si, seguramente era eso.
Cuando llegue enfrente de los dos, me mordí el labio y carraspee un poco incomoda. Escuche a Ino gruñir y elevar lentamente la vista, sus ojos azules estaban cristalizados y se veían dilatados. Me preocupe.
—Hola —saludo sin mucha alegría.
El pelinegro subió enseguida su vista y pude ver la perfección de la que tanto las mujeres hablaban. Era extraordinario. Me concentre en observar su perfecto rostro blanco marcado por unas ojeras, los ojos negros penetrante y poderoso estaban bastante dilatados y tenia la nariz rojita.
Sasuke me observaba muy entretenidamente, y no pude hacer otra cosa más que sonrojarme. Me incomodaba mucho cuando alguien me miraba así, y no es como si muchos lo hicieran… mucho menos alguien tan apuesto como él. Sus ojos se clavaron en la bolsa con botellas que llevaba en la mano, elevo una ceja y sonrió torcidamente.
—Yo… eh… —tome aire para poder hablar—. Traje la bebida que querías, ahora… ¿Puedo llevarme a mi amiga?
Se sorprendió un segundo y me miro curioso.
—¿Planeas que cambiemos o algo así? —dios, ¡Su voz no podía ser tan perfecta!
Reí nerviosamente y baje la mirada. ¡Mierda! ¿Por qué me pongo tan nerviosa?
—Solo busco a Ino —susurré. Mire a mi amiga, me sorprendí al ver como me miraba con un brillo extraño… incrédula y sorprendida. Me confundí un poco.
—Quédense —dijo Sasuke. Podría haber sonado mil veces más lindo si lo hubiese pedido, pero él solo lo ordeno, como si fuera nuestro rey o algo por el estilo.
—No —negué—, tengo que irme.
Alzo una ceja incrédulo, al igual que Ino.
Fruncí el seño: —De acuerdo, tengo sueño y quiero ir a casa, ¿Contentos?
Sasuke sonrió burlesco.
—Pareces niña pequeña.
Lo ignoré, me gire para ver a mi amiga: —Oye Ino, ¿Vamos?
—No frentona, no seas aburrida. Diviértete un poco.
Me mordí el labio inferior y mire a un costado. Los chicos seguían toqueteando a las chicas con las que estaban y solo las dejaban unos segundos para ingerir más alcohol y volver a lo de antes. Al ver como Ino se volvía a concentrar en Sasuke, suspire y me senté en la suave arena, esto seria aburridísimo.
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Mientras jugaba en la arena, haciendo dibujitos con el dedo, podía escuchar como Ino gruñía molesta cada vez que Sasuke se negaba a besarla. Suspire por décima vez en los cinco minutos que llevaba allí. No entendía que es lo que le encontraban de divertido a este tipo de salidas ¡Y a estas horas! Dios, como deseaba estar en mi cama calentita y abrigada.
Note como Ino se levantaba mascullando maldiciones y se iba por entre la gente, fruncí el seño y me levante decidida a seguirla, pero Sasuke me tomo la mano y mi piel se erizo al sentir su tacto. Me gire para verlo.
—¿A dónde fue Ino?
—Al baño —contesto simplemente, me soltó y se volvió a sentar tomando la bolsa que había traído, comenzó a registrar la botella y eligió una, vertió el líquido en dos bazos y me paso uno. Negué con rapidez—. Oh, vamos Sakura no seas miedosa, solo es para que pruebes un poco. No es muy fuerte —prometió.
¿Cómo sabe mi nombre?, me pregunte.
—No, gracias.
—Enserio pequeña, no es fuerte, lo prometo —sonrió ladinamente.
Me sonroje, ¿Por qué diablos tenia que ser tan lindo? Suspire y tome el baso con lentitud, solo era probar… ¿Qué podía ir mal? Mire el baso con recelo y luego mire a Sasuke, el ya se había tomado lo suyo de un solo trago, trague pesado y lleve el baso a mi boca.
El gusto era de alcohol con cerezas… y me gusto. Era dulce y amargo a la misma vez, sin exagerar en ninguna de las dos partes. Bebí un poco más, al ratito escuche a Sasuke reír lentamente. Lo mire curiosa.
—¿Qué sucede?
Se subió de hombros y respondió: —Nada, no creí que te gustaría. Es de cereza. Se me hizo familiar a ti pequeña, por eso lo elegí.
—Oh. Me gusta mucho la cereza —confesé sonrojada.
—Desde ahora es mi fruta favorita —dijo.
Escuche como pasos rápidos se acercaban y vi como Ino venia tambaleándose para llegar rápidamente aquí. Me levante, camine hasta ella y la ayude para que se acercara al pelinegro con el que estaba, pero él simplemente miro el estado de mi amiga.
—Nos vamos —dijo ella, me sorprendió la seriedad con la que hablo.
Asentí. Sasuke camino junto a nosotras mientras yo llevaba a Ino dentro del auto, me sonroje cuando Sasuke comenzó a reírse del auto en el que andaba, le patee y regañe porque se haya estado burlando.
Una vez que deje a Ino en el auto, ella le grito a Sasuke para que se acercara a su lado. Me aleje con rapidez… lo ultimo que quería ver era una muestra de afecto entre ellos. Mientras ponía en marcha el auto, me procure de contar hasta cien cada vez que quería escuchar su conversación.
12, 13, 14, 15, 16…
—Sakura —la voz de Sasuke me saco de mis pensamientos.
Me sorprendí al ver que estaba parado junto a la puerta de mi lado, fruncí levemente el seño y me perdí en sus oscuros ojos negros. Le pregunte por Ino (ya que ni siquiera podía mover mi cabeza para no romper el contacto visual).
—Se durmió.
Y efectivamente, mi rubia amiga se había dormido profundamente en su asiento. Me concentre otra vez en el perfecto rostro de Sasuke, su piel tan blanca y parecía tan suave al tacto que yo… ¡Basta!, me dije, ¡Es el chico de tu amiga! Lamentablemente… de acuerdo, tome aire y le sonreí levemente.
—Oye, gracias por decirme donde estaban.
—Hmp.
Me sorprendí cuando su rostro se acerco al mió, a solo escasos milímetros susurro un quedo: de nada. Mi aliento se volvió pesado y mi corazón bombeaba sangre con fuerza, me dejo un casto beso en la comisura de mis labios y una corriente eléctrica me recorrió entera, entonces se separo y sonriendo se fue.
Con la respiración entrecortada como si hubiera corrido una maratón, arranque mi auto y salí como si me estuvieran siguiendo la muerte. Me lleve una mano a la boca, tratando de tranquilizarme, pero mi corazón no quería hacerlo.
Mierda. ¿Por qué sus labios eran tan suaves?
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• Fin del capítulo.
«Continuará»
Nota Autora:
¿Qué les pareció? ¿Está buena la trama? ¿Se va entendiendo un poco de que trata? Siempre me sucede que casi nadie entiende los primeros capítulos de mis historias :B, a veces ni yo misma lo hago xD
Esta historia me salio de la nada la verdad, simplemente estaba aburrida… mi mamá estaba escuchando las noticias de chicos que vivían en orfanatos, de pandilleros y de la tanta gente que se droga en el país… entonces me dije, ¿Por qué no hacerlo en un fic? Desde ya les voy advirtiendo que no estoy muy enterada de esto, por lo que no lo haré una trama TAN pesada… y en algunos casos lo crearan fuera de lo normal, ¡pero vamos! Aquí hay que dejar volar la imaginación, ¿Cierto? xD
Ok, no las aburro más.
¿Me dejan review?
_O_
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PD: ¿Han notado la poca imaginación que tengo para esos "dibujitos"? xD
V.
