Card Captor Sakura y sus personaje no me pertenecen.
Inútil
Con sólo extender la mano y pestañear una vez bastaría. Un nimio movimiento de tu muñeca, el hechizo adecuado y su propio deseo lograrían que pudiese tomar lo que anhelaba poseer. Lo sabe, él lo entiende mejor que nadie; quizá porque lo comprende es que el peso de la decisión cae cual martillo. Puede arrepentirse mil veces de no tomar la iniciativa pero, sabe que hacer lo contrario no causaría más que tragedias repetitivas.
No es Clow; a pesar de las infinitas memorias retozando en su mente, nunca será el hechicero más poderoso de antaño. No siéndolo ni queriendo convertirse en él, sabe impensable cometer los mismos errores que su anterior existencia. Tocar el cielo con apenas mirarle era un suplicio que no se sentía capaz de soportar; sin embargo, las consecuencias de reclamarle como suyo serían desastrosas. Podía verlo al intentar soñar. Él sufriría a su lado, sus lágrimas marcarían el trazo de una vida sin cumplir lo destinado, pues el salirse del trazo del destino equivalía a condenarse.
¿Puedes condenarlo por tu propia necedad, Eriol?
Al verle sonreír sabe que no. Sus preciosos ojos castaños brillan con las palabras de Sakura y sus mejillas se ruborizan tintas de una timidez cándida que no puede dejar de adorar. Lo ve, contempla cada acción suya con la fijeza de artista, consciente que Tomoyo reprime una risita burlona. Él está allí, cerca, palpable y tangible. Puede verle, rozar su piel y jugar con su cabello; está tan próximo y distante a la vez que no cree fácil evitar reclamarle.
El amor es un concepto tan vago, a veces. Quizá si lo supiese a cabalidad podría librarse de él o maquillarlo con mayor habilidad. Su control se desliza entre los impulsos, poco queda ya para evitar cometer una locura.
— ¿Eriol?
Tres miradas fijas se funden en la suya, confundidas por su repentino paseo al mundo de los sueños. Maldice, fingiendo una sonrisa gentil; acaba de notar que Syaoran estaba hablándole de algo, seguramente importante. Importante o banalidad, está seguro que se enfadará si descubre que no entendió ni una palabra que su voz pronunció.
Molestia, preocupación; miles de sentimientos rondan dispersos en las pupilas chocolate. Se alegra, por un momento, de que toda su atención no sea ya más para la maestra de cartas; aun si el título de 'mejor amigo' lo marca a fuego lento, musitando entre dientes aquello que no se decide a reclamar.
— ¿Irás con nosotros? —pronuncia Kinomoto, ignorante. —El festival será en el Templo Tsukimine y ya que has vuelto para la ocasión…
—Claro que sí. —asevera. No quería dar cuenta de la anormal molestia en su voz o las orbes almendra advirtiéndolo, contrariado —después de todo, me gustaría mucho ver a Sakura-chan en kimono. Se vería preciosa, de seguro.
Estos momentos, el gesto ofuscado de Syaoran y un sonrojo tímido en las mejillas de Sakura; una sonrisa ajena y el dulce deseo nublando su paciencia amenazando con destruirlo todo. Egoísta, sabe bien que los hilos de lo inevitable se mueven a su alrededor ya torcidos; no puede consentir que su propia egolatría y su afán arruinen sus destinos.
Syaoran y Sakura. Suspira entre dientes, perdiéndose en sus ojos cálidos hirviendo en celos. La sonrisa surge sola, dolorosa y amable; cierra los ojos memorizando el toque del viento y las voces a su alrededor. Inútil, estúpido. Nada de lo que pueda hacer será suficiente.
Todo es lo mismo.
N/A. Esto prueba que apoyo a la canon, pero mi OTP es esta. Comentarios sinceros, al botón de review.
