Disclaimer: Lo único mío es mi imaginación y los futuros problemas mentales que pueda generarme. Shingeki no Kyojin / Attack on Titan, Levi Ackerman, Mikasa Ackerman Hage Zoe pertenecen a Isayama Hajime... en realidad Levi y Mikasa se pertenecen mutuamente. Imagen: Camelia roja con filtro de suavizado by Rodion Quidam

Note: La camelia roja significa "eres una llama en mi corazón". Fluff a la millonésima potencia… Feliz cumpleaños (un poquito atrasado) diosa!

Chapter summary:'Mientras hablaba, un papel tirado en el piso llamó su atención. Mikasa estaba barriendo de espaldas a él y no lo vio agacharse para tomarlo. Era un trozo de papel con un simple…' Té y Mikasa a la medianoche son suficientes para llenar de inquietud al hombre más fuerte de la humanidad.

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1. Camelia Roja

[Feliz cumpleaños Mikasa]


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Era muy tarde por la noche cuando Levi regresó al cuartel. Los dos últimos días fueron extenuantes; lidiar con los cerdos de la policía militar, cabalgar todo el día para llegar al castillo y por si fuera poco, aguantar la conversación interminable de Hanji. Si solo se hubiera tratado de sus planes para las próximas expediciones, no habría tenido problema, pero la excéntrica mujer estuvo balbuceando sobre sus experimentos con los titanes y en particular sobre el mocoso Yeager. Por algún motivo Hanji consideró que hablar sobre la relación de Yeager y Ackerman era el tema adecuado para acompañar el viaje y Levi estaba sencillamente fastidiado. Hablar de Eren Yeager era una cosa; sus poderes de titán representaban una oportunidad y entre más averiguara Hanji, mejor; pero la amiga de Eren era diferente. Aunque en los últimos tiempos Mikasa ya no lo veía con expresión homicida cada vez que lo tenía enfrente, y casi podía decirse que tomaba en cuenta sus opiniones, el interés de Hanji en la relación de la joven y Yeager rayaba en el morbo.

Estaban cerca del castillo y Hanji hablaba sobre la posibilidad que las habilidades de Eren fueran hereditarias.

"Tienes que admitir que sería un titán realmente poderoso". Levi la había ignorado la mayor parte de la conversación y no entendía de qué estaba hablando. "Si Eren y Mikasa tuvieran un hijo. Imagina que heredara el poder de Eren y la fuerza de Mikasa; sería todo un espectáculo. Quizá deba cambiar la naturaleza de mis experimentos… si sabes a lo que me refiero". Hanji hizo un guiñó con extrema picardía.

"Tse… Ackerman es un soldado. Tú también eres uno, no una casamentera. Deja los jueguitos pendejos y concentrémonos en conseguir los permisos para las próximas expediciones".

"¿Te molestaría?"

"¿Qué?"

"Mikasa y Eren." La expresión de Levi envió una onda gélida por la espina de Hanji Zöe; cualquier otro se hubiera quedado callado, pero ella no era cualquiera. "¿Sabes qué preferiría sobre los bebés titanes? A los bebés más fuertes de la humanidad". Habría seguido hablando pero su instinto de supervivencia le indicó lo contrario.

A Levi le pareció una estupidez, pero no dejaba de pensar en dos cosas; ambas tenían que ver con Mikasa Ackerman y eso le causó un insoportable dolor de cabeza.

Por la hora a la que llegaron supuso que ya todos deberían estar durmiendo. Levi era un hombre de hábitos, y lo único que lo ayudaba en las noches era una taza de té, así que se dirigió a la cocina. El comedor era un verdadero desastre; según podía ver era evidente que los mocosos estuvieron de fiesta. El suelo del comedor era repulsivo para sus estándares. Tse… si tienen tiempo para fiestas pendejas, no tendrán problema en doblar turnos para limpiar este lugar a partir de mañana. Dejó sobre la mesa el paquete que traía de la ciudad, y se disponía a ir a despertarlos cuando unas pisadas que se detuvieron en seco llamaron su atención.

"¡Ackerman!, ¿qué demonios haces deambulando a ésta hora?" Mikasa se había quedado quieta junto a la puerta, era obvio que no esperaba verlo.

"Señor, no los esperábamos hasta mañana."

"Obviamente. ¿De quién fue la brillante idea de hacer una fiesta? ¿Braus, Springer?". Mikasa guardaba silencio y por respuesta cubrió la mitad de su rostro con su bufanda. "¿Te comieron la lengua los ratones? Conteste soldado. ¿O debería ir por tu novio para que limpie toda la noche este lugar?"

"No es mi novio…". Su voz era un susurro, pero luego tomó fuerza. "Es mi culpa, venía precisamente a limpiar."

Mikasa pasó a su lado y regresó pocos momentos después con una escoba y material de limpieza. Levi la observaba en silencio mientras preparaba su té. La presencia de la joven le incomodaba.

Cuatro-ojos de mierda, tú y tus ideas…

"¿Qué estupidez estaban celebrando?" Levi estaba sentado, viéndola de frente, y no se le escapó la reacción de la joven, la tensión en sus hombros fue breve, pero evidente para él.

"Nada importante, Señor." Su mal humor solo empeoraba con las respuestas de la joven.

"Por supuesto no es algo importante. Aún estamos en guerra, tu novio no controla su poder, el gobierno está cada día más inestable y quieren recortar nuestro presupuesto. ¿Qué motivo de mierda podría ser lo suficientemente importante como hacer una fiestita pendeja…?"

Mientras hablaba, un papel tirado en el piso llamó su atención. Mikasa estaba barriendo de espaldas a él y no lo vio agacharse para tomarlo. Era un trozo de papel con un simple [¡Feliz cumpleaños Mikasa!]…

¡Merde!, merde, merde, merde. ¿Cuándo vas a aprender a cerrar la boca Levi?

¿Era culpa lo que sentía? Era evidente que estaba de mal humor, era evidente también que la estaba tomando en contra de la joven. Lo que no era evidente, no para Levi, era por qué sintió como si le hubieran dado un gancho al hígado, en el momento que se dio cuenta que acaba de decir que el cumpleaños de Mikasa Ackerman era un motivo de mierda para hacer una fiesta, y que no era algo importante. La joven no se veía molesta y no rebatía con alguna respuesta ácida; como solía hacer cuando él la provocaba. Era como si Mikasa estuviera de acuerdo con lo que acaba de decirle. Levi tampoco entendía por qué eso le molestaba más que su propia metedura de pata.

Algo dentro de él estaba francamente en oposición con ese argumento, pero no quería pensar en eso; sabía que debía retirarse, era lo más razonable. Aun así, razonamientos aparte, y sin ser completamente consciente de sus acciones, se levantó para preparar más té. Después de rellenar su taza y servir otra, acercó el paquete que había olvidado y llamó a Mikasa.

"Ackerman, siéntate."

"Aun no termino."

"Es una orden soldado". El puf de fastidio que escuchó casi lo hace sonreír, sobre todo porque lo acompañó el fuego en los ojos de Mikasa.

Así me gustas… ¡¿qué?!

Estuvo a punto de levantarse e irse, pero se quedó sentado. Levi nunca evadía un reto. Sin embargo, tuvo que controlar el repentino nerviosismo que sentía. Mikasa lo veía como intentando descifrarlo. Levi abrió con calma el paquete frente a él; era un delicado pastel de té verde, matcha kasutera, si recordaba bien el nombre. El pastel tenía una cobertura de crema y decoraciones en forma de hojas; era un gusto muy costoso que casi nunca se daba, pero ese día no pudo resistir la tentación. Lo partió a la mitad y puso una parte frente a Mikasa. La joven estuvo a punto de rechazarlo, Levi vio la incredulidad y las dudas en la intensa mirada negra que estaba fija en sus ojos, pero Mikasa no dijo nada.

Levi estaba listo para todo, al menos eso le gustaba pensar, pero nada lo preparó para la expresión de Mikasa Ackerman al probar el pastel y mucho menos para la sonrisa que siguió. El sabor que recordaba palidecía con el que experimentaba en ese momento. O era porque había mejorado la calidad, o era porque Ackerman estaba sonriendo. Levi se daba cuenta de lo peligrosa que era la segunda y más probable opción; a pesar de eso, no le disgustaba en lo más mínimo. Continuaron un largo rato sin hablar, pero no era un silencio incómodo.

Al terminar, permanecieron en silencio un rato más. Los ojos de Mikasa fijos en los suyos. Cuando ella bajó la vista, Levi creyó ver un ligero rubor en sus mejillas y agradeció que ella se levantara de la mesa, dándole la espalda, porque estaba seguro que también él se había sonrojado. La vio retomar la escoba para continuar con la limpieza; aún faltaban un par de minutos antes de medianoche.

"Ackerman, deja eso ahí y ve a descansar."

"Pero…"

"Es una orden soldado."

Mikasa lo veía pensativa, la terquedad usual no aparecía, pero si el fuego en sus ojos. Volvió a fijar sus ojos en los ojos de Levi, y él sintió un nuevo golpe en el estómago. Antes que llegara a la puerta volvió a llamarla.

"Ackerman."

"¿Señor?" Cuando Mikasa dio la vuelta para verlo, lo encontró a menos de un paso de distancia.

Levi extendió la mano y sintió una onda cálida cuando los dedos de la joven rozaron los suyos para tomar lo que le ofrecía; él sostuvo su mano más segundos de los necesarios. Mikasa lo veía con más dudas de las que él se sentía capaz de contestar aún.

"Feliz cumpleaños Mikasa." No era la primera vez que la llamaba por su nombre, aunque lo normal era Ackerman, Mocosa, Soldado o Amiga de Eren. "Es solo una tontería".

Levi había tomado una de las flores que decoraban la caja en la que venía el pastel que acababan de comer. Era una camelia roja, de papel. Casi se arrepiente de ofrecérsela, pero ella la tomó, dejó su mano entre las suyas y sonrió. ¡Mikasa Ackerman sabía sonreír y su sonrisa era hermosa!

"Gracias."

Su voz era suave, en un tono que nunca antes había escuchado en ella. La vio alejarse y fue hasta que dejó de escuchar sus pasos que se dio cuenta que él también estaba sonriendo.

Desde su conversación con Hanji había pensado en dos cosas, hasta poco menos de una hora ambas le parecían un disparate; ambas tenían que ver con Mikasa Ackerman. La primera, era una duda sobre cómo se vería la joven sonriendo. La segunda, tenía que ver directamente con algo que Hanji había dicho. Escondió la cara entre sus manos incapaz de contener su corazón…

¡Merde! Carajo, cuatro-ojos, yo también lo preferiría…