Hola! Bueno este es el primer fanfic que escribo, no les voy a decir que las actualizaciones van a ser regulares, porque les mentiría. Pero si les puedo decir que tengo pensado en actualizar una vez cada 2 semanas. Espero que les guste!
Era un día muy soleado y caluroso en Hyrule, cuando Link despertó ya estaba muriendo de calor. Por eso se había despertado temprano, porque normalmente él duerme hasta mediodía. Ese día era un día muy especial y esperado por Zelda y Link. Ese día viajarían hasta una isla donde Link "escoltaría" y "cuidaría" a Zelda. Pero ambos sabían que no habría grandes peligros para ellos durante mucho tiempo. Por lo que ese viaje de vacaciones no sería sólo de Zelda, sino también de Link. Y lo que era aún mejor era el hecho de que en esa temporada muchos jóvenes viajaban a esa isla, porque por ley todos los menores de edad de todas las clases sociales debían descansar ese mes. Por lo que muchos de ellos ahorraban dinero para viajar a la isla Aicara. Aquellos raros que querían seguir trabajando debían enviar una carta a la Corte del Rey para informar que ellos querían seguir trabajando. Una de esas personas era Saria, porque ella podría dejar sus funciones como Sabia del Bosque durante ese mes, pero no quería por ser su función algo inherente de ella después de 6 años y Link quien también mandó la carta, para poder ir con Zelda a la isla.
-¡Quiero que sea invierno otra vez!- gritó Link mientras preparaba su desayuno y se tomaba un gran vaso de agua fría.
-¡Hola Link!- dijo Saria apareciendo repentinamente por la puerta que estaba cerrada con una cortina.
-Hola Saria, ¿Qué haces aquí?- respondió Link con "mucho" entusiasmo.
-Solo venía a saludar a mi mejor amigo, ¿Hay algún problema con eso?
-No, ninguno, ¿Quieres desayuno? Tengo leche fría y huevos revueltos.- dijo Link mostrándole a Saria un plato lleno de huevos revueltos recién cocinados.
-Creo que sólo tomaré la leche fría, ya comí mi desayuno.-
-Bueno.- Link le puso un vaso de leche fría al frente, se sentó en la mesa y empezó a comer.
-¿Así que en unas horas más vas a estar en una isla paradisíaca?- preguntó Saria intentando hacer a Link hablar.
-Seep.-
-Con Zelda.-
-Seep.-
-Es decir, con el amor de tu vida.-
-S…cof cof… ¡No!- dijo Link mientras intentaba no atorarse con sus huevos revueltos.
-Pero ibas a decir que sí.-
-Pero nunca dije que sí.-
-Ahggg... hacer hablar a Link va a ser más difícil de lo que pensaba, ¿Cómo voy a tener la información suficiente para ganar la maldita apuesta? Soy la Sabia con más posibilidades de ganar las cinco mil rupías, supuestamente Link me debería contar todo por ser su mejor amiga… mmm qué voy a hacer?! Pero él iba a decir que sí, así que puedo suponer que Link ama a Zelda, bueno también se nota eso al ver como la mira. Espero que Impa cumpla con su parte del trato, ella es la más cercana a Zelda, así que no debería tener problemas sacándole información, así vamos a ganar la apuesta y nos repartiremos el premio. Sí, este plan es a prueba de fallos.- mientras Saria pensaba esto cada vez se hacía más grande la sonrisa malvada que a veces tenía.
En qué está pensando Saria? Su sonrisa malvada ,al parecer tiene que ver algo conmigo, sino porqué estaría mirando la foto en que salimos Zelda y yo? Ahhh… ese día fue genial estuve con Zelda todo el día en el Lago Hylia.- Link se quedó mirando la foto con una sonrisa muy grande en la cara y en los ojos el brillo característico de quién está enamorado. Y esta mirada no pasó desapercibida para Saria.
Ja! Lo logré ya tengo todo lo necesario para poder apostar hoy en la noche con los sabios y sólo una mirada fue todo lo que necesité.- Saria se tomó todo su vaso de leche fría de un solo trago y se levantó de su asiento.
-¿Mmm? ¿Saria, ya te vas?-
-Sí, tengo que asistir a una reunión con los Sabios.-
-Pero sus reuniones normalmente las hacen en la noche.-
-Sí, pero como los portadores de la Trifuerza del Coraje y de la Sabiduría no van a estar vamos a hacer encantamientos para extra seguridad del reino.- y hacer las apuestas obviamente.
-Bueno, espero que les vaya muy bien con sus encantamientos y cuidando el reino.-
-Gracias, pásalo muy bien en la isla Aicara y con Zelda.- mientras decía esto, Saria levantó las cejas de una forma muy significativa.
-Saria te he dicho muchas veces que entre Zelda y yo hay nada.-
-Sí, sí, claro.- dijo Saria mientras se despedía de él con un abrazo y un beso en la mejilla.
-Adiós Saria, espero que cuando nos veamos otra vez no discutiremos sobre lo mismo de siempre.-
-Jajaja, créeme no tendremos que discutir cuando vuelvas.-
Link veía con tristeza como su mejor amiga salía de su casa sabiendo que iba a ser la última vez que la iba a ver por un mes entero. Bueno todo tiene su contra y pro, voy a estar con Zelda pero no con el resto de mis amigos, y eso no suena como algo muy positivo.
Link miró hacia el reloj de Sol que tenía en su ventana y se dio cuenta de que estaba muy atrasado. Rápidamente corrió la mesa hacia un costado de la habitación y destapó la entrada al sótano (que creó cuando volvió de Termina) bajó las escaleras tomo una mochila hecha de cuero muy desgastado y la llenó con la ropa que necesitaría para el viaje, después fue a su pared-arsenal y puso todas sus armas en el bolso mágico que llevaba siempre en sus aventuras, con ese bolso no tenía que cargar todo el peso de sus armas, porque el meterlas ahí iban a parar a una dimensión paralela donde se guardaban. Después corrió a toda velocidad con su equipaje al hombro afuera del bosque hacia las planicies de Hyrule. Sacó su ocarina, tranquilizó su respiración y tocó una dulce e hipnotizante melodía. Después de un minuto se escuchó el sonido del galope de Epona, cuando llegó al frente de Link le dio un suave golpe con su nariz en la frente, esa era su forma de saludarlo, Link le acarició el cuello como respuesta y después se subió a su montura.
-¡Vamos Epona, rápido que otra vez estoy atrasado!-
Epona giró la cabeza y lo miró de reojo entrecerrando los ojos.
-Epona, juro que es la última vez que voy atrasado y te hago correr tanto.-dijo Link sonriéndole y poniéndole su mejor cara de "perrito con ojos llorosos"
Epona solo entrecerró más los ojos. Fue entonces que Link recordó que decía siempre lo mismo desde hace un mes.
-¡Por favor Epona!, ¡Te lo suplico!
Epona volvió la cabeza hacia el frente y empezó a correr MUY rápido. Link casi cayó de su montura, pero logró sujetarse de las riendas justo a tiempo. Él sabía que esa era la manera que Epona tenía para vengarse.
-Gracias Epona, tú nunca me has fallado.- dijo Link mientras le acariciaba el cuello.
