TEACH ME TO LOVE (Enséñame a amar)
Capitulo 1: El Beso De Las Serpientes
"No merece tu amor, él no conoce tal sentimiento. Él es cruel y frío, él nunca te amará." "Puede que nunca se fije en mi, puede que no sienta absolutamente nada hacia mi. Quizá nunca me ame, lo se. Pero lo que mas me duele es que yo si lo hago. Yo lo AMO. Lo amo como nunca jamás he amado ni amaré." Estas palabras surgían de la cabeza de Ginevra Weasley, mientras observaba sin disimulo desde lo lejos a un muchacho atractivo que caminaba por la orilla del lago, luciendo su atlético cuerpo, despeinando su cabello tan rubio, casi blanco y posando sus grises y fríos ojos en el lago. ¡Qué apuesto era! Cada vez que volteaba a mirarlo se convencía más y más de que la traía loca. Pero ella sabía muy bien que lejos de su alcance estaba el hecho de poder robarle un beso. ¡Cuánto daría por ser dueña de aquel rubio!...
- Mm... Así que observando a Malfoy otra vez. ¡Vamos, Ginny! Ya es la décimo cuarta vez que e encuentro babeando por el hurón atractivo. ¡No puedes negar que te trae loquita¿O si, eh? – Ginny dejó de hacer la actividad que mas le agradaba (N/A: Es decir mirar a Draco Malfoy :P baba) y clavó sus pardos ojos en los de su amiga.
- Em... ¡No, Lindy¿YO observando a Malfoy¿Ese asqueroso patán? – Dijo la pelirroja señalando al rubio con cara de asco. – No, no, no. No permitiré tal insulto de tu parte, querida amiga. – Y dicho esto comenzó a caminar hacia el castillo, murmurando por lo bajo: "Ja¿Yo mirando a Malfoy¡Qué estupidez! Lo único que faltaba... Ni aunque fuera el último hombre en el mundo..."
Pero Lindy Booth conocía muy bien a la pequeña pelirroja, era su mejor amiga y hubiese jurado que ésta sentía algo hacia el Slytherin. Lindy, que era una muchacha de cabello castaño con ondas, y tenía ojos de un color azul muy intenso, se apresuró a alcanzar a Ginny que se encaminaba hacia el castillo, meciendo su largo y rojo cabello.
- ¡Ginny! – Exclamó. – Hey, Ginny! Espérame. ¿Irás a Hogsmeade mañana? Es que quiero comprarme una varita nueva, supongo que ya sabrás que me la ha roto Liss de Ravenclaw. ¡Solo porque le robé a su novio! (N/A: Que depravada!! grr...)Pero escucha. Yo no tengo la culpa de que Dan se halla enamorado de mi esa vez que nos tocó hacer un trabajo práctico juntos. Tampoco tengo la culpa de ser tan atractiva y traer a los hombres loquitos por mí. ¿Tú que crees Ginny? – Pero de su amiga no obtuvo respuesta alguna. Si había algún defecto que tenía Lindy era el hecho de presumir sobre su belleza en cada ocasión que podía. Aunque no se podía negar que de verdad era guapa, y no solo guapa, se podría decir con palabras mas precisas que era una de las más monas de todo Hogwarts. Otra verdad era que traía locos a los chicos y era muy reconocida por las chicas también, pero nada mas ni nada menos que como "BOOTH LA ROBA NOVIOS" del colegio. Tenía cierto encanto, pero algunas a veces su ego no le era de mucha ayuda.
- Oh, Lindy deja ya de presumir de ese modo, porque acabarás perdiendo algo más que tu varita. Además, en mi opinión, yo creo que Liss McCarney, tiene mucha razón. Te recuerdo, amiga mía, que no solo le has coqueteado a Daniel Wilson, sino que también has informado al colegio entero que te has acostado con él más de una vez y mientras salía con Liss. ¡¡Y has descrito con detalles cada momento de la noche que pasaron juntos¿Y esto te parece poco? Debo agregar también que, luego de estar contigo, Daniel le cortó a Liss diciéndole que tú le gustabas mas por que lo hacías mejor que ella. ¿Tú hubieras reaccionado de otro modo al enterarte que TU novio se ha acostado con otra y además él mismo te lo refriega en la cara? Yo creo que yo misma, en su lugar te hubiera hecho algo muchísimo peor que "romperte la varita". – Ginny estaba muy enfadada o por lo menos eso parecía, a juzgar por su expresión.
- Vamos, Ginny, deja ya de regañarme como si fueras mi madre. ¿No ves que allí viene Dan¡GINNY¡Mírame¡Dime como me veo¿Estoy peinada¿El maquillaje...? – Y así era, cuando Ginny levantó la vista, Daniel Wilson se acercaba a ellas fijando sus ojos verdes en los de Lindy, y sinceramente Ginny no se explicaba como su amiga no había comenzado a babear, como lo hacía cada vez que lo veía acercarse, la castaña solo se limitó a guiñarle un ojo cuando el chico pasó a su lado y le dijo: - ¿Qué tal, preciosa?
A decir verdad, a Ginny no le gustaba para nada Daniel como persona, era muy atractivo, claro, pero parecía no tener ni el menor sentimiento, (N/A: miren quien habla! Y ella que está enamorada de Malfoy... No creo que él tenga algún sentimiento. jaja :P) o eso era lo que ella había deducido por lo que le había hecho a Liss. Ella no quería verlo con su mejor amiga, porque sabía que la haría sufrir y eso no iba a tolerarlo, claro que no. Pero si Lindy lo elegía, pues entonces nada se podría hacer, era su decisión y Ginny no podía decir nada al respecto.
Lindy continuaba hablando acerca de Daniel, Daniel y Daniel, pero Ginny ya no la oía. Estaban llegando a la Sala Común de Gryffindor (N/A: No! si va a ser a la de Hufflepuff!) y en estos momentos la pelirroja lo que mas deseaba era descansar un momento en el sillón o leer un poco si era posible una de esas novelas de amor que tanto le agradaban. Al fin llegaron frente al retrato de la Dama Gorda y Ginny dijo la contraseña.
- ¡Leones colorados! – Las dos amigas ingresaron en la Sala que estaba bastante llena de alumnos. Unos que conversaban, otros que hacían tarea y otros que jugaban ajedrez mágico. Le parecía algo extraño no ver ni a su hermano Ron, ni a Harry ni a Hermione, seguramente estaban en los jardines paseándose, o en algún otro sitio.
- ¡Ginny¡Lindy! Chicas, al fin las encuentro. Me alegro de verlas. – Exclamó un muchacho de cabello castaño y ojos azules al acercarse a ellas. Era Scott Harker, sin dudas el mejor amigo de Ginny y Lindy, desde su primer año en Hogwarts.
- ¡Hola, Scotty! – Exclamaron las dos amigas al unísono y lo abrazaron fuertemente. Ginny apreciaba muchísimo a Scott, el había sido su amigo desde siempre. Los tres eran muy unidos y cada uno sabía absolutamente todo acerca del otro. Ginny lo soltó y le dedicó la mejor de sus sonrisas.
- ¿Qué tal chicas? – Preguntó el muchacho mientras rodeaba el hombro de cada una de sus amigas. - ¿Qué les parece si hacemos algo en este tiempo libre? (N/A¡No sean mal pensados! jajaja :P) Porque sinceramente estoy aburridísimo. Menos mal que aparecieron, ya había comenzado a desesperarme un poco.- Y soltó una risa breve.
- ¡Me parece una estupenda idea! – Dijo Ginny con entusiasmo.
- ¿Y que les parece si voy a las cocinas y les pido a los elfos algunas cosas para comer? – Propuso Lindy.
- Vale, entonces Scott y yo nos quedamos aquí en los sillones, mientras tú vas a las cocinas.- Dijo Ginny.
Y así sucedió, en cuestión de segundos Lindy desapareció por el orificio del retrato. La pelirroja y su amigo, el castaño, se hundieron en el sillón. Al cabo de unos minutos, Booth regresaba a la Sala Común, pero esta vez llena de pasteles de calabaza, grageas de todos los sabores, ranas de chocolate, otros dulces y jugos de calabaza.
Los tres amigos se unieron a Dean Thomas y Seamus Finnigan que jugaban una partida de ajedrez mágico. En la primera partida Dean le ganó a Ginny, entonces continuó jugando contra Lindy. La pelirroja se movió un poco para dejarle el lugar a su amiga. Ginny posó la mirada en su amigo Scott y pudo notar como observaba con atención cada movimiento que realizaba Lindy. La pelirroja rió por lo bajo al pensar en que se distinguía a leguas que su amigo estaba perdidamente enamorado de Lindy. Siempre lo había estado, y Ginny siempre lo había sabido. En su opinión hacían una estupenda pareja y ella prefería mil veces más a Scott que a Daniel para Lindy, porque Scott era la persona más dulce y tierna que había conocido jamás. Era único, y por esa razón era el chico ideal para su mejor amiga. ¿Sonaba algo extraño o no? Su mejor amiga y su mejor amigo. Pero para Ginny hacían una gran pareja. Eran el uno para el otro.
¡Como le encantaría verlos juntos! Serían tan felices. Pero en realidad eso dependía únicamente de ellos. Aunque quizá con un empujoncito... Bien, algún día ella ayudaría a Scott para que saliera con Lindy, antes de que se la robe el estúpido, inepto y cavernícola de Daniel. Ginny no había notado que una pequeña sonrisa traviesa se le había dibujado en sus labios.
- ¡Ginny¿En que andas pensando?- Le preguntó una voz al oido. Era Scott. Se le había acercado y ella ni cuenta se había dado.
- Pues no cabe duda que anda pensando en Malf...
- ¡Booth!- La interrumpió la pelirroja ruborizada, así la llamaba a Lindy cuando se disgustaba: por su apellido.
- Bien, bien. Ya no bromeo más pequeña pelirroja. ¡Pero no te enojes!- Dijo la castaña. Ginny se enfadó aun más, pues porque no le agradaba para nada que la llamara así. "Pequeña pelirroja". No, no, ella no era pequeña, pelirroja si, pero pequeña no, o quizá tan solo un poco mas menuda que Scott y Lindy, pero no era ninguna enana.
- Pues para que sepas no pensaba en quien tú pensabas que estaba pensando, y cierra de una buena vez tu bocota.
La muchacha de cabello castaño no respondió, pero si se rió por lo bajo. Le causaba gracia cuando Ginny se enojaba. Luego continuó su partida de ajedrez junto a Dean.
- Y ahora, si me disculpan iré a buscar a Luna.- Informó Ginny poniéndose de pie y tomando una última rana de chocolate y metiéndosela en la boca.
- ¿A Lunática Lovegood?- exclamó sorprendido Scott.- ¿Y para qué quieres ver a Lunática Lovegood?
- Porque quiero hablar con ella y para devolverle el libro que me prestó de los "snorkacks de cuernos arrugados"que por cierto, no lo he leído, no he tenido tiempo.- Ginny tomó el libro que estaba dentro de su mochila y dio dos pasos hacia delante, luego se volteó y exclamó: -Y una cosa más, no le digas Lunática. Ella es una persona extraña, si, pero muy adorable.- Y dicho esto se alejó de sus amigos y desapareció por el orificio del retrato.
- Si tú lo dices.- Dijo Scott riendo entre dientes.
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Ginny Weasley caminaba por el extenso pasillo, con el libro de los Snorkacks de cuernos arrugados entre sus brazos. Su cabello, rojo como el fuego, se mecía al compás de sus caderas. Sus ojos pardos se movían en busca de Luna, pero no lograba encontrarla por ningún sitio. Decidió seguir buscándola por los pasillos, pero si no la hallaba allí, entonces la buscaría fuera del castillo, aunque le parecía algo extraño encontrarla afuera.
Mientras Ginny pasaba por al lado de algunos estudiantes de 6to año, es decir un año superior a ella, los muchachos voltearon a mirarla y susurraban entre ellos: "Que linda pelirroja" o "Qué bonita esta la Weasley". Eran unos de Ravenclawpero a Ginny parecía no importarle en lo más mínimo aquello o no haberlo oído y continuó su camino, al fin de cuentas no era la primera vez que los chicos volteaban a verla.
Dobló por el pasillo, casi resignada, pues ya habían pasado por lo menos 20 minutos que buscaba en vano. Pero allí la encontró. Luna estaba rodeada por algunos de Slytherin, Draco Malfoy, Pansy Parkinson, Blaise Zabini, Millicent Bulstrode, Crabbe y Goyle.
Estaba tirando sus cosas al suelo y pisoteándolas, mientras la molestaban llamándola Lunática. Ginny no iba a permitir que continuaran. Se acercó caminando rápidamente, furiosa, y exclamó tan alto que algunos alumnos de Hufflepuff y Ravenclaw que observaban con atención entre risas, la miraron y luego se quedaron callados.
- ¡¡¡DEJEN DE MOLESTARLA!!!- Luego de gritar esto, los de Slytherin la miraron con asco y frialdad y Malfoy exclamó casi al instante:
- Valla, valla. Miren quien llegó. ¡Pero si es la pequeña comadreja y quiere defender a la Lunática! Pues bien, no creo que TÚ, una gran pobretona pueda decirme lo que debo hacer ¿No les parece?- Dijo el rubio, dirigiendo esto último a su grupito de fans que echaron a reír a carcajadas, en especial Pansy Parkinson.- ¿Acaso vas a impedir que continúe molestándola?
- Claro que si, idiota. ¿Acaso no me escuchaste? Al parecer además de patético eres sordo. – Replicó Ginny mientras se colocaba enfrente de Luna, quedando de esta manera justo en frente de Draco. Malfoy cambió su expresión, que se volvió aún más fría y calculadora. Sus ojos grises se posaron en los pardos de Ginny y estuvieron unos segundos observándose, desafiantes.
- Mira Weasley, aquí la única patética eres tú, y apártate. No te entrometas.- Dijo con su tono tan habitual de arrastrar las palabras.
- Mira, Malfoy. No voy a permitir que molestes a Luna. Ella es mi amiga.- Y le dirigió la mirada más fría que pudo.- ¿Por qué no te metes en tu vida, y dejas en paz a los demás? Continuó. En ese momento, Pansy Parkinson dio un paso hacia delante y le dijo a Ginny con cara de repugnancia:
- ¿Y por qué mejor tú no haces lo mismo y vas a rogarle amor a Potter. ¡Vamos, Weasley! Ya todos sabemos que estás loquita por él.- Luego de decir esto, se echó a reír. Ginny la miró con un odio inconfundible en los ojos, pero no explotó de la ira, trató de contenerse. Sabía que podía lastimarla, pero no con un hechizo, ni tampoco con una bofetada. Ginny sabía muy bien, al igual que todo el mundo, cual era el punto débil de Parkinson.
Soltó una carcajada y luego exclamó con una sonrisa burlona: -¡Mira quien habla, Parkinson! Mejor tu cierra el pico, porque para que sepas, yo no ando tras Harry, primero porque se superar las cosas y no me quedo en el pasado siempre enamorada del mismo chico. –Miró a Draco y luego continuó. – Y nunca anduve tras Harry las 24 horas del día y los 365 días del año, como tú lo haces con Malfoy, ya pareces su perrito faldero. Y yo tampoco necesito rogarle amor a nadie, me parece que aquí la única que hace eso eres tú. Pero al parecer no da resultados, al pareces tú a Malfoy no le gustas ni-un-poquito. ¿O me equivoco? Dime, Parkinson. ¿Qué se siente amar a alguien toda tu vida, pero por lástima, no poder ser correspondida? Mm... Me das lástima, niña.- Dijo Ginny, pero lo que vio a continuación la dejó paralizada. Pansy había tomado a Draco por la corbata del uniforme y lo estaba besando apasionadamente. El chico parecía sorprendido. Luego lo soltó y miró a Ginny con satisfacción. ¡Esto era el colmo! La idiota de Parkinson besaba a Draco en-sus-narices. Bien, pero ella debía serenarse. Debía tratar de limitarse a poner expresión de asco y no de sufrimiento, porque sino dejaría al descubierto sus sentimientos, y eso si que la perjudicaría. Quizá algún día Draco debía enterarse de que ella estaba enamorada de él, pero si era así, no debían estar en presencia de ningún Slytherin, ni mucho menos de Parkinson. Seguramente que lo que la serpiente de Pansy quiso darle a entender a Ginny con aquel beso, era que algo pasaba entre ella y Draco (cosa de la cual Ginny dudaba mucho) y que al menos ella si podía besarlo, y Ginny a Harry no. Pero lo que ni se le cruzaba por la cabeza a la Slytherin, era que, en primer lugar, la pelirroja no estaba enamorada de Harry, y en segundo, que a Ginny ese beso no le causó asco, sino unos celos enormes que la carcomían por dentro y un dolor en el pecho que le impedía el habla. Pero igualmente unió sus fuerzas y al fin habló:
- La próxima vez que quieras besar a este gusano, trata de hacerlo en privado, y no enfrente mío, porque te informo que no fue para nada agradable, al contrario FUE ASQUEROSO. Sigues dándome lástima...- Y dicho esto dirigió la mirada a Draco: - Y tú mejor deja de molestar a Luna porque tendrás problemas...- Posteriormente miró a su amiga y le dijo: -Vámonos de aquí.- Comenzaron a alejarse de los Slytherins y una vez que doblaron por el pasillo y se encontraban muy alejadas, al fin Ginny dijo: -Ese estúpido de Malfoy me tiene fastidiada, siempre molestando a la gente. Pero yo no voy a permitir que moleste a mis amigos. Y esa idiota de Parkinson se atreve a besar a aquel gusano enfrente mío, como si...
- A ti te gusta Malfoy.- La interrumpió Luna.
- ¿¡Pero que dices, Luna!?- Gritó Ginny que se había puesto completamente roja, como su cabello.
- Si Ginny, a ti te gusta Malfoy. No trates de ocultármelo.
- Claro que no.
- Claro que si
- ¡Que no!
- ¡Que si!
- Bueno, bueno. Está bien, me gusta, lo admito. Pero NO debes decírselo a NADIE.
- Gin, tú sabes mejor que nadie que puedes confiar en mi. Yo no abriré la boca. Lo prometo.- Y levantó sus manos.
- Por que si lo haces... ¿Ya sabes como reaccionaré¿O, no?
- Claro, claro. Pero eso si. Debes contármelo todo con lujos de detalles.
- Bien, pero no aquí.- Miró hacia los costados, aunque no había mucha gente, ni tampoco parecían escucharlas. – Podrían oírnos.- Vamos allí.- Y señaló aquel hermoso árbol que se hallaba justo enfrente del lago, donde siempre le encantaba pasar las tardes junto a sus amigos.
Cuando llegaron allí, se sentaron sobre el pasto y entonces Ginny comenzó a contarle la historia de su príncipe verde, su amor imposible. Le dijo que hace un tiempo estaba enamorada de él, pero que sabía muy bien que él nunca se fijaría en ella, ni aunque fuera la última mujer en el mundo.
- Odio cuando se comporta así.- Dijo
- ¿Así como?- preguntó Luna Lovegood.
- Así, molestando a la gente e insultándola, como si fuera el mejor. A veces siento que es taaaaaan patán. Pero sin embargo a veces siento que es taaaaaan apuesto. Luna, es que ya no se que pensar. Siento como si lo odio, pero lo estoy amando a la misma vez.
- Mira Ginny, si es por lo que me ha hecho a mí, pues no te preocupes. No era Malfoy quien me molestaba, sino Bulstrode y Parkinson. Al fin de cuentas todo el mundo bromea llamándome Lunática. Pero no les doy importancia.
- Claro que debes darle importancia, y si no se la das tú, entonces yo se la daré. ¡Que se creen! Tú no eres ninguna Lunática, es más, para mí eres una persona maravillosa y una gran amiga...- Ginny abrazó a Luna y ésta también lo hizo, mientras una gruesa lágrima resbalaba por su rostro. Luego se soltaron, y entonces la pelirroja se percató de que su amiga estaba llorando.
- ¡¡Luna¿Por qué lloras?- Interrogó, preocupada.
- Es porque nunca nadie me había dicho que era una persona maravillosa, excepto mi padre, tal vez. Tampoco nadie nunca me consideró una amiga.
- Pues para mí si lo eres.- respondió Ginny, mientras secaba delicadamente con sus dedos las lágrimas del rostro de Luna y al mismo tiempo le dedicaba una de sus mejores sonrisas.
- Gracias, Ginny.
- Tú te lo mereces y no debes agradecerme nada. ¿Sabes? – Luego cambió de expresión. –Aguarda un momento. Luna ¿Cómo supiste que me gustaba Malfoy?
Luna rió y posó su soñadora mirada en el lago mientras decía: - Debiste haberte visto de la forma en que lo mirabas y el dolor reflejado en tus ojos cuando Pansy lo besó. Pero no te preocupes, creo que yo fui la única que pudo percatarse de eso, porque ninguno de los que estaban allí te conoce más que yo...
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Wiii ), Aquí va el primer capitulo de mi tercer intento de fic. Espero que lo disfruten!! Ya lo había escrito hace días, pero lo que me costó tiempo fue pasarlo al Word. En fin, espero que les guste!! Besitoos!! Dejen reviews!!
♥Miss Feltoneana♥
