Buenas y santas, Nakokun presente.

Visto y considerando lo mucho que les gustó "Eternal youth", y como vi que valió la pena el esfuerzo de haber traducido el fanfic, apenas apareció el primer capítulo de la continuación me dije que tenía que traducirlo. Así que, gracias a Red Lioness y a su servidora, hete aquí el primer capítulo de la secuela de "Eternal youth". Pasen y lean…

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-¡Nuestro Jackie! ¡Estoy atrapada en una tabla suelta!- aulló Nana Spicer.

Jack Spicer dejó a sus robots trabajando y trotó medio desbocado hacia el muelle, donde su abuela estaba haciendo un espectáculo al intentar sacar su silla de ruedas de una tabla suelta.

-Lo tengo, Nana- dijo el adolescente albino, forzando la silla de ruedas hacia arriba, sobre la tabla -¿Estás segura que quieres venir todo el camino hacia Austria? Quiero decir, va a ser un viaje largo y probablemente te aburras-

-¡No vas a navegar por medio mundo y dejar que me amojose en esa casa vacía!-

-De hecho, es más como tres cuartas partes del mundo- murmuró Jack –Estamos cruzando el Pacífico, a través del Canal de Panamá, y cruzando el Atlántico. Menos piratas así-

Nana Spicer parecía como si fuera  a hacer un comentario, pero rápidamente alzó su bastón y lo usó para poder subir la camisa de un hermoso joven Chino, quien estaba llevando una caja a lo largo del muelle. El lleva-caja dejó escapar una exclamación de sorpresa y dejó caer su carga. Jack retrocedió cuando oyó el tintinear de cristales rotos desde el interior de la caja.

-¡Nana! Lo siento mucho; ¡está senil!-

-Recuerdo cómo luce un hombre bien parecido- retrucó Nana Spicer, mirándolo de soslayo.

Jack se sonrojó con fuerza y empujó a su abuela rápido hacia el fin del muelle, donde la balandra "The Spice of Life" (1) estaba balanceándose con pesadez en la marea. No parecía ser nada más que una nave para un rico navegante echado a perder, pero estaba cargado con todas las frutas de la bastante destructiva imaginación de Jack.

Había un Moler para reemplazar el que habían dejado en la Atlántida, algunos wombots compactos, de viaje, explosivos, y partes de repuesto.

-¡Vas a hacer que nos echen, Nana! ¡Incluso en Shangai, el culto a los ancestros tiene un límite!- Jack llegó a la rampa que llevaba a la cubierta de The Spice of Life y perdió velocidad de forma abrupta. El delgado joven de esforzó para llevar a su bien rellenita abuela por sobre el plano inclinado. Se salvó de verse como un completo tonto cuando RoboJack 13 se paró en el muelle, tomó las manijas de la silla de ruedas y empujó a Nana Spicer con facilidad a bordo.

-Se, bueno… Voy a arreglar eso- murmuró Jack. Siguió a su doble robótico a bordo, y presionó el botón para retraer la plancha.

Cuando Nana le dio instrucción es a RJ 13 que la pusiera en el frente de la nave para poder ver sobre el agua, Jack se metió en la cabina para poder prepararse. El Sol estaba brillando, la mar estaba calma y el Océano Pacífico parecía listo para hacer honor a su nombre. RJ 13 estacionó a Nana Spicer, asegurándose de poner la barra de estacionamiento en su silla de ruedas, para ir a la cubierta y saludar. Dos trabajadores del puerto tiraron las amarras. Dentro de la cabina, Jack encendió la máquina y The Spice of Life se movió alejándose del muelle.

Jack sintió que empezaba a relajarse mientras sentía la zambullida y oscilación del oleaje. Le gustaba el mar. Era la última gran frontera en el planeta. Si alguna vez se imaginó encontrando tesoros escondidos, siempre se lo figuraba como un tesoro enterrado en una paradisíaca isla tropical con montones de ron y nativos escasamente vestidos… Bueno, hombres o mujeres. Jack al fin se había dado cuenta que no se había decidido por lo uno ni por lo otro. De todos modos, Austria no le saltaba de inmediato a la mente cuando pensaba en tesoros enterrados.

Jack piloteó el barco de gran velaje fuera del puerto, acostumbrándose a la suave sensación de la pesada nave. Se preguntó al pasar si el tesoro haría demasiado pesada la nave, en el viaje de vuelta.

-Bueno, ¡aquí estamos, Amo!- declaró RJ 13, apoyándose en la puerta abierta de la cabina -¡Saliendo en otra aventura!-

Jack miró a su doble robótico, quien había completado su largo abrigo negro con un par de vaqueros negros y una remera negra.

-¿Dónde conseguiste la remera?- preguntó.

RJ 13 miró hacia la remera que usaba, que tenía las palabras "Máquina de sexo"  cruzando el pecho en letras azules.

-En una tienda- dijo, encogiéndose de hombros. Había sido enviado a Shangai para preparar The Spice of Life para zarpar unos cuantos días después –Traje mi juego de adaptadores también. Estoy preparado para Europa, amo-

-Nunca pensé que inventaría un repugnante pervertido- resopló Jack.

RJ 13 resopló y se volvió hacia la rampa.

-Hey. Ven aquí un minuto- instruyó Jack. Mientras su doble robot se daba la vuelta hacia él, el joven albino activó el piloto automático. El joven albino se deslizó del taburete y fue hacia su laptop, que había estado en un mostrador cercano, asegurado con cuerdas de bungee. Con unas cuantas teclas presionadas, su unidad de disco rígido se abrió. Jack sacó un CD Rom y RJ 13 se acercó.

-Abre tu disco rígido; tengo un nuevo programa que quiero instalar-

RJ 13 se inclinó un poco hacia atrás, mirando el CD con disgusto.

-¿Qué es eso?-

-¿Cuánto te gustaría reemplazar "Máquina del sexo" con "Patea traseros"?-

RoboJack 13 lo consideró.

-De hecho, estoy muy bien con "Máquina del sexo".

Jack frunció el ceño.

-Ábrelo antes que cambie tu opinión manualmente- ordenó.

RJ 13 lo consideró, hizo una mueca y se levantó la remera. Jack abrió el pecho del robot e instaló el CD. Por un momento, el autómata se quedó quieto, y un zumbido vino de su pecho mientras copiaba la información a su disco rígido-

Los ojos rojos del robot se abrieron de repente.

-Whoa. Sé kung-fu-

-Nada de duh, Neo- empezó Jack –He descargado Kung Fu estilo Xiaolin del Norte en tu disco rígido. Vas a enseñarme kung fu mientras navegamos hacia Europa-

-¿Voy a ser tu Maestro, Maestro?- preguntó el robot.

-No vamos a ir así- empezó Jack –Vas a entrenarme y enseñarme kung fu como nunca más nadie se molestó en hacerlo. Estoy enfermo de ser un alfeñique. Necesito ser fuerte-

RJ 13 lo considero, y sonrió.

-Me alegro, Maestro Jack- dijo calmado –Era bueno verlo crecer. Ahora yo voy a ayudarlo a hacerse fuerte. Me pone orgulloso-

El autómata dejó ver sus esmaltados dientes en una sonrisa.

-¿Estás… orgulloso de mí?- preguntó Jack.

Fuera, en la cubierta, Nana Spicer chilló por atención. La cambiante cubierta había quedado de forma tal que le daba el Sol en la cara y no le gustaba. RoboJack 13 dejó la cabina y fue a moverla hacia otro punto más sombreado.

Jack consideró lo que su robot le había dicho, volvió al timón y detuvo los artefactos. Con presionar un botón, las velas de The Spice of Life se desplegaron. El joven genio albino colocó la balandra de lado, frente al viento, como se le había enseñado hace años, y fue recompensado con un suave "whump" y las velas capturaron el viento.

La pequeña embarcación empezó a rockear con el ritmo de las olas.

Jack sonrió.

-¡Sabes qué?- le dijo a nadie en particular –Al carajo el Heylin; ¡hay un mundo entero allí fuera y voy a conseguirme un poco!

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Notas de Nakokun (traductora):

(1) Si lo traducía se perdía el juego de palabras. Traducido quedaría cómo "El picante/condimento de la vida" ya que  "Spicer" significa picante.

Técnicamente iba a subirlo la semana pasada, ya que el capítulo era corto, pero como saben, la facultad va primera. Y si por algún casual pensé que los primeros seis meses iban a ser los más difíciles, me equivoqué de medio a medio, ya que la segunda parte del año se hizo mucho más pesada.

Nos leemos

Nakokun