Hola a todos, esta historia surgio un día cuando estaba escuchando una cancion de James Bay llamada If You Ever Want To Be In Love (nombre de la historia, btw) y estuvo rondando por mi cabeza hasta que por fin decidi escribirla, es mi primer fanfiction en mi idioma original y el primer capitulo, asi que comprendo si la encuentran aburrida pero prometo que el proximo capitulo sera mas entretenido e interesante, estoy pensando en desarrollar de a poco la historia y obviamente habra mucho Rizzles, no se preocupen por eso. Soy nueva en todo esto, asi que estoy aprendiendo de a poco. Escribir es algo que disfruto y me ayuda liberar tensiones, de antemano quiero agradecer por tomarse el tiempo de leer, como siempre mi inbox esta siempre abierta para cualquier duda, comentario constructivo, etc. Muchas gracias :))
• Por cierto, los primeros capitulos de esta historia se ubica en la adolescencia de Maura y Jane, por si no queda muy claro. Repito, prometo que sera mas interesante en el proximo capitulo. Muchas gracias de nuevo, y disfruten. Actualizare en cuanto pueda.
El ruido de su celular la despertó de golpe, ya llevaba sonando un par de veces, lanzó un suspiro de frustración, había pensado en apagarlo para así poder seguir durmiendo pero a último momento se arrepintió y contesto.
– ¿Hola? –contestó la morena, aun con los ojos cerrados.
–Uf, al fin despiertas ¿Cómo puedes dormir tanto? –dijo la rubia con cierta gracia al otro lado del teléfono.
–Maura, generalmente, un domingo, una persona normal no despierta hasta alrededor de las 12 del mediodía. Y por cierto, ¡buenos días! –contesto una sonriente Jane, estirándose un poco y finalmente abriendo los ojos.
–Buenos días Jane, y perdóname pero tenemos muchas cosas que hacer el día de hoy. –dijo Maura con bastante entusiasmo en su voz.
–Ugh, Maur, son las 8 de la mañana, por Dios. ¿A que te refieres?
– ¿No lo recuerdas? ¡Nuestra graduación es la próxima semana! Y hoy te llevare de compras para que elijas tu vestido, vamos, será divertido. – contestó Maura, ya demasiado entusiasmada, realmente estaba feliz de poder pasar el día entero con su mejor amiga.
– Lo había olvidado, perdona. ¿En realidad tengo que usar vestido? ¿No puedo ir en shorts o algo por el estilo? –dijo Jane algo molesta, odiaba usar vestidos, no era para nada de su estilo.
– ¿Hablas en serio? De ninguna manera, anda levántate de la cama. Estaré ahí en una hora, ya sabes lo que dicen, a quien madruga…
–Dios le ayuda, lo se, lo se. Las cosas que hago por ti queridísima Maura. –dijo Jane con una sonrisa, la realidad era que Maura era la debilidad de Jane y viceversa.
– Prometo que será rápido, te veo en un rato. – contesto Maura, dando por finalizada la llamada.
Y así como había prometido, una hora mas tarde, Maura se encontraba en la puerta de la casa de los Rizzoli para así comenzar la mañana de compras con Jane, aunque la morena no era la típica adolescente que amaba ir al shopping y gastar todo su dinero en tiendas, esta estaba bastante acostumbrada gracias a su mejor amiga, Maura Isles. La rubia solía llevarla una vez por mes haciendo que la morena compre aunque sea una nueva prenda para que quedara olvidada en su armario mientras que Maura podría llevarse hasta diez prendas mas para su colección. Todo esto siempre y cuando Jane pudiera llevar a Maura a uno de los lugares de comida rápida del centro comercial y así poder atragantarse de comida chatarra a mas no poder, idea que no le agradaba mucho a la rubia pero aun así, no le importaba siempre y cuando estuviera en compañía de la morena.
Jane conoció a Maura en su primer año de secundaria y desde ese momento se hicieron inseparables, desde el primer momento en que la rubia se había cruzado en su camino sabia que ella era muy especial, aprende algo nuevo cada día así como Maura aprende algo nuevo de ella. Las dos se quieren demasiado y aunque a veces ese amor se ve como algo más que el de dos simples mejores amigas, las dos chicas son demasiado cobardes como para admitirlo aunque también prefieren que las cosas estén como estén para así evitar complicaciones, al final preferían seguir fingiendo que arriesgar todo por culpa de sus sentimientos.
La mañana paso rápido, después de visitar varias tiendas en el centro y descartar miles de vestidos Jane había encontrado uno que realmente le gustaba y Maura se sintió agradecida, ya estaba un poco cansada de escuchar las quejas de la morena, aunque no podía evitar reírse cada vez que veía las caras que Jane hacia con cada vestido que se probaba.
Después de que Maura también conseguiría el suyo decidieron ir a almorzar a uno de los lugares de comida rápida como siempre solían hacerlo cada vez que terminaban agotadas por tantas compras, o al menos ese era el caso de Jane.
Pidieron unas hamburguesas y se sentaron en una de las mesas del patio de comida.
–Así que ¿Ya sabes que es lo que harás después de la graduación? –dijo Maura, rompiendo el agradable silencio que se había formado mientras disfrutaban de sus almuerzos.
–Si tu pregunta es si iré a la universidad, la respuesta es no. –contesto la morena, limpiándose la comisura de los labios con una servilleta.
–Jane, ¿Por qué no? Eres muy inteligente, si te preocupa no entrar, pues no lo hagas. Eres muy capaz –dijo Maura, lanzándole una tierna mirada a Jane.
–No, no es eso…–suspiró. –No tengo el dinero suficiente, mi padre es plomero, Maur. Mi madre es ama de casa, no puedo hacerle eso a mis padres. –la morena agacho la mirada mientras sus manos estaban inquietas debajo de la mesa.
Maura no puedo evitar sentir empatía por su mejor amiga, se levanto de la mesa y se ubico rápidamente a su lado, tomo las manos inquietas de la morena y las coloco en las suyas. Jane la miro con los ojos brillosos.
–Encontraras una manera, siempre lo haces. Tienes un gran futuro por delante Jane, no te rindas. –dijo la rubia mientras miraba sonriente a su amiga, sus manos aun unidas.
– ¿Qué pasa si consigo ir y no funciona? Nunca me ví como una chica universitaria, no lo se Maur, tengo miedo. –contesto la morena, ahora con la vista en sus manos observando como Maura las acariciaba, sintiendo como iba relajándose de a poco.
– Tranquila, todo el mundo tiene miedo, dejar toda tu vida aquí e irte hacia otro lugar desconocido para iniciar una carrera, es difícil pero no imposible. Eras capaz, solo tienes que tenerte fe, lo lograras. –dijo una muy convencida Maura.
Jane se limito a sonreír y mirar fijamente por primera vez a Maura, sus ojos color avellana estaban mas hermosos que nunca y la morena no puedo evitar sentir que su pecho ardía, aunque no comprendía la razón por la cual se sentía así, tan ¿enamorada? NO, pensó. Sacudió la cabeza, tratando de despejarse a lo que Maura la miro confusa y se levanto desde donde estaba para volver a su asiento.
La morena carraspeó –Deberíamos volver, tengo que ayudar a Ma con unas cosas y no quiero que comience a llamarme mil veces como suele hacer siempre –dijo Jane con una mueca que hizo que la rubia riera y asintiera.
Salieron del centro comercial con dirección al tren, era un largo viaje a casa pero las chicas se la pasaron bastante entretenidas haciendo bromas o simplemente hablando de nada en particular. Al llegar a la casa de Jane, ella se paro en seco en la puerta y se dio la vuelta sorprendiendo a Maura.
– Estaba pensando, Ma hará su famoso risotto para cenar ¿quieres venir? –pregunto la morena con una sonrisa llena de esperanza.
– Seria un placer –contesto la rubia con una gran sonrisa, balanceándose de un lado a otro con las bolsas de compras en las manos.
– Genial, te espero a las ocho, no llegues tarde. Y gracias por el día de hoy, fue fantástico. –la morena le guiño un ojo y luego le dio un tierno beso en la mejilla, despidiéndose y entrando a su casa.
– No lo haré. –dijo Maura, aun shockeada por el tierno gesto de Jane, y así recorrió las pocas cuadras que la separaban de su casa con una tonta sonrisa en su rostro.
