Little_Coffee_Boy ha agregado contenido recientemente a su historia.

Al escuchar el sonido de la notificación, el chico con el teléfono no había dudado en entrar a ver de que se trataba.

Como normalmente pasaba, no era la gran cosa, sólo fueron algunas fotos del usuario tomando café del St*rbucks y rematándolo con una última preparando su propio café, en el ya reconocido café de sus padres: Tweek Bros.

En esa, se veía al chico rubio de perfil desde un angulo muy favorecedor, usaba un crop-top deportivo con pantalones anchos que hacían lucir aún más esa cintura que mataba a todos sus seguidores, y tal vez la parte más bella de todo ese ser.

Esa fue la favorita de Craig, no dudó en sacarle capturas, total y Boy no lo notaría, había muchas personas que de seguro sacan capturas a sus bellas fotos.

Craig Tucker amaba a ese chico, era su más grande fan.

Nadie sabía su verdadero nombre, solo lo reconocían como Boy y sobrepasaba el millón de seguidores en Inst*gr*m. Pero Craig lo conoció cuando apenas llegaba a cien, él presenció la evolución de sus fotos y del mismo chico, Boy era simplemente perfecto.

Él era rubio, tenía el cabello algo largo para ser hombre y siempre lo llevaba un poco desarreglado, pero en sus fotos usaba alguna cinta para manejarlo, siendo la más reconocida una de color verde limón.

Boy tenía un cuerpo delgado, rasgos finos y delicados, pero sin perder del todo la masculinidad, aquello era lo que volvía loco a Craig, además de poseer una piel pálida que contrastaba muy bien con sus ropas claras, y ni hablar de sus maquillajes que hacían destacar sus ojos con ese peculiar tono de azul que terminaba en verde.

Que muchos pensaban que eran lentillas, incluso él, pero su amor por Boy le hacía comentar que eran reales al cien por ciento.

Craig había encontrado en él a la persona de sus sueños.

Y le importaba una mierda que fuera un chico, como los comentarios de sus amigos sobre su obsesión con ese angel. Él sabía que lo amaba, sin necesidad de verlo cara a cara estaba seguro que lo conocía como a la palma de su mano, ellos no lo conocían como él.

Coffee Boy era la persona perfecta para él.

Prestó atención a la hora que marcaba su celular, suspirando con fastidio al ver que el momento de ir a su trabajo había llegado. Tuvo que guardar su aparato en la mochila que llevaba consigo, para luego caminar a la salida de su departamento.

Hoy sería otro día pesado como siempre.

En la otra punta del país había un joven en un aeropuerto, había terminado de publicar una ultima foto, por lo que puso en silencio su telefono pues sabía que en cuestión de minutos las notificaciones empezarían a caer como locas. Eso colapsaba su celular de manera que se le hacía insoportable portarlo consigo.

Miró entonces a su alrededor, dudaba mucho que alguien lo reconociera en un lugar como ese, y más aún por como iba vetido, pero por las dudas igual se puso un barbijo blanco de tela.

Sus padres le habían dado una charla antes de partir, explicandole que el lugar al que irían sería frio, por lo que se alegró sabiendo que le permitirían usar ropas más cubiertas anchas y sueltas, por lo tanto comodas.

Aunque a ellos les molestara su "extremismo" como lo llamaron, se había puesto una sudadera ancha, la más grande que encontró, muy contrario a lo que usualmente usaba como esas ropas ajustadas y remeras cortas.

No odiaba eso, para ser sinceros lo amaba de cierta forma, pero de por si usarlas 24/7 se volvía tedioso. Después de todo él no dejaba de ser un chico y por más lindo que sea, el también disfrutaba de vestirse como tal.

Tomó en su mano su espejo de mano que siempre llevaba consigo, viendo el desastre que estaba hecha su cara, con unas ojeras que asimilaban golpes y algunas manchas de acné de su ultima brotación. Su cara lavada no era tan bonita que cuando llevaba maquillaje.

Oh, maquillaje. Bendita sea tu existencia.

Él estaba en su lugar por culpa de ese producto, cuando lo hablaba con sus amigos expresando sus sentimientos le decían que había sido un error usarlo en primer lugar.

Pero él sabía que no era así, su error no fue maquillarse, o provarse un poco de ropa de chicas.

Su error había sido publicar sus fotos en internet.

-Cariño, nuestro vuelo ya va a salir.-La voz femenina de su madre lo quitó de sus pensamientos.

Asintió en silencio y guardó su espejo en su bolsillo más grande, se acomodó su ropa por ultima vez y siguió a la mujer a paso lento, llevando a su lado su mochila de rueditas verde que siempre lo acompañaba a cada lugar donde iba.

No sin antes encontrar el angulo perfecto y tomar una foto, tenía un talento inato para lograr buenas tomas. No necesitó editar mucho, y la publicó sin darle tanta importancia.

Pero antes de guardar su celular miró las ultimas notificaciones de su foto anterior, había resibido un gan alcance como de costumbre, se llenó de comentarios de chicas diciendo lo lindo que era. Y como no, ahí estaba él.

Su presencia se había vuelto ensencial en la vida del rubio, para bien o para mal.

A Space_Fucker_Guy y 253 personas les gustó tu publicación.

Craig había terminado su trabajo en la cocina de un restaurant chino, como lava platos, tambien trató de cumplir con su deber en el Club de Astronomía de la escuela.

El mierdas de su jefe no le había pagado lo que le debía, y además de eso tuvo que trabajar horas extras. Por lo cual al llegar a la escuela tuvo que tragarse un sermón de Kevin, el presidente del club, que al final no le dejó hacer mucho.

Estaba cansado después de un largo día, tomó su teléfono y entró como siempre a esa aplicación que se robaba el 75% de su día, al principio sólo aparecían publicaciones de sus amigos, las fotos estúpidas de Clyde que usualmente subía para hacer reír, las fotos de Token y su novia, y las imágenes con chistes que Jimmy hacía.

Hasta que por fin, se topó con la última foto que Boy había posteado.

Se veía sus pies junto a su maleta, lo que significaba que el chico estaría de viaje, pero en ninguna parte decía a donde, ni lo había comentado en sus historias.

Lo más probable es que se vaya de vacaciones.

Fue entonces cuando sin quererlo chocó con alguien, que al igual que él estaba con la vista absoluta a su celular.

-¡Fíjate por donde vas, imbécil! -gritó al instante al ver que casi le echaba su teléfono.

-¡Mira quien habla, hijo de puta! -Le respondió la otra persona, siguiendo su camino.

Por un minuto Craig no pudo dejar de seguir con la mirada el camino de la persona que lo había chocado, no se había dado cuenta que no era del pueblo.

Sólo era un idiota más que no volvería a ver.

El chico rubio acomodó sus cosas en la habitación que le habían dado sus padres, al parecer allí vivían antes de mudarse a Nueva York, el lugar que Tweek había considerado su hogar desde que nació.

Sus padres como siempre manejando su vida, lo llevaron a la fuerza a ese pueblo según llamado South Park. Él ya había hecho planes en la ciudad con sus amigos Butters y Pip, pero todos se fueron a la basura con los caprichos de sus padres.

No había nada interesante en ese pueblo, no tenía con que o quien divertirse. Suspiró resignado y buscó el escritorio de la habitación, colocando arriba uno de sus tesoros más grandes.

Sacó su kit desarmable de maquillaje, tenía un espejo y cajas con cada cosa que utilizaba, desde sombras hasta bases, delineadores, labiales y brochas. Todo lo fue acomodando en perfecto orden, mirando la armonía que había logrado en la mesa no pudo evitar sonreír con satisfacción.

De pequeño siempre fue bueno en la pintura, la actuación y la cocina. Pero sólo el pintar había sido lo único que lograba relajarlo cuando estaba nervioso, incluso le era terapeuto, ya que ayudaba a manejar más sus temblores y utilizar los pinceles con firmeza.

Luego, llegó el maquillaje, eso cambió su vida para siempre.

Tweek Tweak nunca se sintió especial, nunca tuvo una cara atractiva para chicas y chicos, tenía una autoestima muy baja que empeoraba con sus problemas de nervios.

Pero el día que su primera novia se quedó a dormir en su casa conoció más de cerca eso que se ponían las mujeres, el bendito maquillaje que por primera vez lo hizo sentirse alguien lindo.

Por primera vez se había amado al verse al espejo.

Fue sacando algunas brochas, una base clara, una paleta de sombras de tonos rojizos hasta marrones y un labial rosa claro mate. Eran sus tonos favoritos, y le quedaban muy bien con la ropa que iba a ponerse.

Se vio en el espejo, fue limpiando su rostro con unas toallitas húmedas para ir preparando la base que se pondría.

Recordaba la primera vez que lo había hecho sólo.

Sólo lo hizo para ocultar su acné y ojeras, pero incluso había sentido como otros lo habían mirado pero no en un mal sentido. Se sintió bien, con unas pequeñas correcciones consiguió un poco de atención.

¿Qué conseguiría si se arriesgaba a más?

Allí fue cuando apareció su primer novio, quien siempre lo veía maquillarse de manera más fuerte pero sin salir de su casa. Fue él quien le ofreció la idea de usar ropas más delicadas, que con muchas dudas y muy a regañadientes aceptó hacerlo.

Y ahí, recibió la mirada de todos, incluso de otros que no eran de su escuela. Incluso la cafetería de su padre donde antes trabajaba había aumentado de clientes.

Empezó a recibir más atención de la que quería, pero sentía que no era algo que no pudiera manejar.

Terminó antes de lo que esperaba con sus ojos, los veía muy bien, estaban exactamente como quería verlos.

Sacó entonces su teléfono, buscó un buen ángulo en el cual sacar la foto, la iluminación ya estaba perfecta en donde estaba. No era la gran cosa, por lo qur sólo lo subió a su historia, no lo sentía tan especial.

Pero aún así, después de unos minutos los mensajes diciendo que se veía hermoso le llegaron. Le decían que era perfecto, pero solamente había sido una foto de sus ojos.

Así eran sus seguidores, siempre adulandolo por ser él y ya.

A veces maldecia el día que su madre lo convenció de subir fotos suyas a internet, si no fuera por las ganancias extras que conseguía con las tiendas que le pagaban por recomendarlas o las marcas de maquillaje por la publicidad habría cerrado su cuenta hace rato.

Internet lo cansaba, pero a la vez lo amaba.

Little_Coffe_Boy empezó a trasmitir en vivo ¡Míralo antes que se termine!

Craig vio la notificación feliz, eran pocas las veces que Boy hacía directos, aunque le parecía raro que lo hiciera tan tarde por la noche, no dudó ni un segundo en verlo.

Como siempre empezaba con un saludo a sus seguidores, llevaba un maquillaje que podría asegurar que le quedaba a la perfección.

Admiraba cada facción del chico, sin prestarle casi atención de lo qur hablaba.

¿En que momento se había vuelto tan obsesionado con el chico ese?

Bueno, todo empezó cuando la novia de su amigo, Bebe, le mostró una foto del chico para ver si le gustaba, la chica siempre le mostraba fotos de chicos aprovechándose de su homosexualidad. Pero esa vez había dado justo en el clavo, le mostró la imagen de un ángel tal cual.

Ese rubio era todo lo que el chico añoraba tener como pareja

Anque estaba lejos de tener una posibilidad con él en esta vida, Craig no era ni de lejos como Boy. Ya sea en lo físico o en lo que sea, puesto que nunca se arreglaba, usaba las primeras ropas que se encontraba, sus cabellos oscuros apenas eran peinados con su propia mano, era el estereotipo de chico masculino perfecto.

Aunque había salido del closet desde tercero de primaria, lo cual según su padre le había quitado todo su crédito de hombre.

Admiraba que Boy siendo una figura pública haya tenido el coraje de declarar su bisexualidad a los cuatro vientos, sin temor a lo que le digan, siendo completamente libre de amar como quiera.

¿Y él? Aceptó que le gustaban los hombres a los diez, tuvo a Thomas, su primer novio a los doce y se lo dijo a sus padres a los catorce.

¿Él resultado? Pues se encontraba viviendo sólo en un departamento pagado por su madre a espaldas de su padre, comiendo las sobras de la comida de sus amigos y pagando sus gastos con el dinero que conseguía de su trabajo de medio tiempo.

Sí, toda una mierda.

Entonces centró su atención al rubio de su pantalla, escuchando su linda voz, contando que estaba de viaje con sus padres y no subiría muchas cosas por ahora, también preguntando por ellos, por como estaban sus seguidores y por un minuto sintió una cálida sensación en su interior.

Aunque sabía que esa pregunta era para todos, en su mente sonaba como si Boy le estuviera hablando exclusivamente a él.

-¿Y tú cómo estás? ¿Has tenido un día pesado? -Hizo la tipoca pregunta que realizaba en sus pocos directos.

Era la falsa felicidad que le ocasionada la idea de que alguien se interesaba por él, que le importaba a alguien realmente.

Entonces respondió, aún sabiendo que al chico no le importaría.

Space_Fucker_Guy
Ha sido un día de mierda, pero siento que valió la pena.

¿Un mal día? ¿Por qué el Space Guy tendría un mal día?

Sonaría raro, pero estaba ansioso por ver un comentario suyo en su directo. Trató de disimular que no había leído eso, pero también quería decirle algunas palabras a su mejor (y más acosador) seguidor.

-Recuerden siempre que deben tratar de ver lo mejor que pudieron conseguir en el día, incluso si pasaron por un mal momento.

Eso sonaba como una buena frase, pero no sentía que eso lo ayudará ahora.

Eso no era lo que necesitaba escuchar, el necesitaba otras palabras para animarse después de un día agotador como ese.

Pero, tal vez Boy no tenía eso que él buscaba.

Space_Fucker_Guy
Y si no he conseguido nada bueno hoy?

Por un minuto se sintió mal por él.

No dejaba de preguntarse como habrá sido el día de ese chico, como para decir eso.

Trató entonces de pensar es rápido en algo para decir, estaba bajo la presión de tener a ahora mil espectadores viéndolo en vivo.

-Y si sienten que no consiguieron algo especialmente bueno, miren entonces atrás, a aquello que estaba antes y siempre les hace feliz, ¿Qué es lo que les hace felices a ustedes?

Craig sonrió divertido, se sentía como si el chico estuviera leyendo lo que le decía.

También pensó en sus palabras, trató de ver aquello que siempre le sacaba una sonrisa aún después de estar en la mierda misma.

No tuvo que pensarlo mucho, lo tenía frente a él.

Space_Fucker_Guy
Tú eres lo único que me hace más feliz ahora.

Tweek leyó el comentario una y otra vez, hasta que se terminó perdiendo por completo entre los otros.

Esperaba que nadie lo notara, pero se había sonrojado por leer algo así. Siempre recibía comentarios de ese tipo, pero nunca habían llegado a tocarlo realmente.

Trató de seguir hablando, sentía que ya le estaba dando mucha atención a esa persona, pero en parte sabía que lo merecía.

Él había sido de sus primeros seguidores, siempre le comentaba cosas para animarle y era de los primeros en ver sus historias o publicaciones.

Para su mala suerte él no tenía ninguna foto suya en su perfil, sólo había de imágenes del espacio y fotos de cuyos. Sí, era raro, exactamente como ese usuario.

Pero Space Guy era especial para él, aunque nunca pasarán la barrera de seguidor e ídolo.

Little_Coffee_Boy ha terminado el directo.

Space_Fucker_Guy se ha desconectado.

Era de mañana, Craig estaba con hambre ya que había salido a la escuela sin comer, así que buscó algún café accesible para él, encontrando un enseguida uno pero que para su mala suerte tenía una larga fila ante él, odiaba tanto tener que esperar entre tantas personas.

Sacó los auriculares de su bolsillo, poniendoselos sin desenrredarlos del todo, tenía la música fuerte para no tener que prestar atención a los idiotas a su alrededor, se encontraba la mayotía de su maldita clase allí, al parecer ese lugar era un punto de encuentro entre estudiantes.

Hubiera seguido con su indiferesncia, pero un raro movimiento en la fila le hizo llamar su atención.

Tiró su cuerpo para un costado con la intención de mirar más adelanté de si, percatandose de una extraña situación. A punto de retirar su orden había un joven de espaldas, tenía el cabello rubio y apenas peinado, usaba una sudadera corta de mangas largas que dejaba ver su cintura desde atrás, pantalones ajustados y botas de invierno, se le hizo increíblemente familiar, pero no pudo pensarlo mucho al notar como los chicos de atrás lo estaban molestando.

Craig se sacó sus audífonos, prestando más atención a la escena adelante de él.

-¿Qué hace por aquí un marica como tú? -decía el más grande de los tres.

El chico parecía ignorar lo que le decían, sólo estaba concentrado con su café, esperando lo que faltaba de su orden.

-Cartman, ya es suficiente... -Le dijo más de cerca otro de los chicos, que ya había dejado de molestarlo.

-En serio Cartman, ya no es gracioso. -Siguió sus palabras el tercero del grupo, cruzando sus brazos con molestia.

-Owww, el par de maricas defendiendo a la florecita mayor.

Craig se estaba irritando de la asquerosa voz de Eric, se encontraba apunto de salir a decir algo, hasta que de un minuto a otro se quedó sin palabras.

La persona de espaldas se dio la vuelta en silencio, mientras que el grupo tras suyo lo miraban extrañados. Pero el azabache pudo reconocer casi al instante de quien se trataba, era imposible que no lo hiciera.

Era el mismísimo Boy.

Tenía una cara de fastidio y como no, teniendo que soportar a idiotas como esos, viéndolo así, Craig estaba más que preparado para romperle los culos a esos imbéciles para defender a su amor.

Más para su sorpresa, antes de que se diera cuenta, ese lindo muchacho le había dado un puñetazo al de huesos anchos que lo hizo caer al piso, con un labio roto que empezaba a sangrar.

Luego de eso otro de los chicos lo golpeó, iniciando así una pelea de a tres contra uno, quien además parecía darle una justa batalla.

Las personas gritaban y se alejaban, nadie quería meterse a separarlos, por más que el rubio recibía golpes él sí lograba hacerlos caer al piso con algo de sangre.

Craig se quedó muy cerca, paralizado en su lugar, sin poder tragar aquello que había ocurrido tan de repente.

Permaneció allí, con la boca abierta, viendo como esa belleza delicada daba una pelea digna de un torneo de boxeo profesional, usando movimientos tan rápidos y ágiles que daba miedo.

No podía emitir palabra alguna, sólo había algo que rondaba su mente.

"¿Qué mierda está pasando aquí? "