Pléyade
Por Muinesva
Disclaimer: El Potterverso le pertenece a J.K. Rowling
Merope es una estrella del cielo, pero Merope Gaunt jamás se ha sentido como una estrella. Jamás ha sido especial. Ella nunca se ha puesto a pensar en si era guapa o lista. Se limita a actuar siempre a la sombra, con cuidado de no sobresalir, porque tiene miedo de hacerlo. Su padre la considera una inútil y ella se lo ha creído. Y todo lo hace mal. No quiere dar a su familia más razones para avergonzarse de ella. Aunque una voz en su cabeza le dice que es ella la que debería sentirse avergonzada de su padre y hermano.
Y duele que su propio padre la trate de esa forma. En lo más hondo de su ser se ha imaginado varias veces huyendo de ahí, pero la ilusión se esfuma casi enseguida, porque ¿qué hará en otro lugar? Los golpes de su padre le han quitado hasta la poca autoestima que un día tuvo.
Piensa en todo eso mientras está frente a la ventana, limpiando el cazo en el que acaba de quemar la comida. Su padre le propinó tal bofetada que la pobre muchacha terminó en el suelo. Las lágrimas de furia y dolor recorren sus mejillas mientras con un paño viejo frota con fuerza la mancha negra del cazo. Podría usar la varita que tiene en el delantal, pero su magia es mediocre, y la anterior vez no logró más que agujerear un caldero.
Mientras llora en silencio, le parece oír el sonido de cascos acercarse, pero los ignora y continúa con su tarea. Pero al escuchar cada vez más cerca el trote del caballo, eleva la vista con curiosidad. Entonces lo ve. Joven, guapo y elegante. El muchacho cabalga con majestuosidad, mirando al frente con la barbilla ligeramente elevada, como si el mundo le perteneciera. Merope lo mira embelesada, olvidando que seguramente él es un muggle.
De vez en cuando, él observa con interés lo que hay a su alrededor. En el momento en que él mira en su dirección, sus miradas se cruzan, y Merope siente que su mundo se detiene. Él le dedica una corta mirada de indiferencia y vuelve a observar el camino, mientras se aleja del lugar. Pero para Merope esa mirada hizo que sintiera en las nubes, en el cielo. Hizo que se sintiera especial por primera vez en su vida. Sintió que era una estrella, y que por fin podía hacer honor a su nombre.
Y cada vez que el joven vuelve a pasar por el lugar, Merope Gaunt se asoma a la ventana para verlo, esperando que él la mire de nuevo, mientras ella cree en su ilusionada mente que él regresa por ella.
N/A: Merope era una de las siete Pléyades. Forman una constelación, pero la estrella que menos brilla es Merope, y según la mitología griega eso es debido a que ella se casó con un mortal.
