Las vacaciones de Semana Santa se acercaban y todos los alumnos de 6º curso del más famoso colegio de magia, Hogwarts, estaban especialmente emocionados, ya que iban a ir, por fin, de viaje de estudios.
Al principio de curso, Dumbledore había decidido que, tras el duro año de los TIMOS y, antes de enfrentarse a los temidos ÉXTASIS de 7º, ya era hora de que los alumnos se tomasen un respiro, pero no un kit kat sino un poco de diversión. Y al hombre no se le ocurre otra cosa que organizar un viaje de estudios nada menos que a Italia y acompañados por un colegio muggle de curas, el "Sagrado Corazón" de Zaragoza (España) que todos los años se iban a Italia de viaje de estudios en 1º de Bachillerato. Esto no lo sabían los alumnos y, aunque McGonagall le había advertido a Dumbledore que debía decírselo a los chicos desde principio de curso, el director pensó en decírselo dos semanas antes en plan sorpresa.
La reacción de los alumnos fue muy variada: a algunos, como Malfoy y sus matones, no les gustó, otros, como Hermione, estaban muy emocionados y a otros simplemente les daba igual.
Dumbledore tenía previsto que, antes de ir a Italia, fuesen a Zaragoza a conocer el colegio y la ciudad y, desde allí, salir hacia Italia con los alumnos españoles. La idea de alargar un poco el viaje gustó a casi todos los alumnos, aunque no tanto a los profesores y a Hermione, que le parecía excesivo el tiempo que iban a estar sin clase. Como es de suponer, Ron estaba en total desacuerdo con su amiga y cuando sacaban a relucir el tema del viaje siempre acababan discutiendo, cosa que a Harry le sabía muy malo.
Pronto estuvo todo preparado; Dumbledore había contactado con un viejo amigo suyo, profesor del colegio español, el hermano Antón, un squib español, que todos los años dirigía dicho viaje y que parecía encantado con la visita de los de Hogwarts.
Al llegar el mes de abril se hizo más cercana la fecha del viaje. Poco a poco, se fueron abandonando las conversaciones sobre el quidditch o las excursiones a Hogsmeade y se pusieron a hablar del viaje a Italia. Llegó un momento en que sólo hablaban del viaje, de manera que los profesores llegaron a castigar a la gente por pillarlos hablando del viaje en mitad de clase, como le pasó a Seamus en clase de Snape, quien amenazó con envenenarlo. Sí, los profesores estaban hasta las narices de oír lo que iban a hacer, lo que se iban a llevar, a quién se querían ligar, qué putadas iban a hacer a la gente, etc... Vamos, todo lo que se dice antes de un inocente viaje de estudios.
Sólo Hermione atendía en clase y hacía los deberes como Dios manda, sin hacer caso de las provocaciones de Ron, hasta que un día tuvieron una reunión con los jefes de las casas, que les repartieron unas listas con el itinerario, los hoteles y los nombres por orden alfabético y numerados de todos los alumnos que iban.
- No se para qué queremos esta lista.- dijo Ron agitando la hoja donde estaba la lista de alumnos.
Hermione lo miró mal:
- La profesora McGonagall nos ha dicho que es para que los profesores nos organicen mejor en las habitaciones.
Harry, que no había hablado hasta entonces porque estaba leyendo con atención, preguntó:
- ¿Qué profesores vendrán? McGonagall no nos ha dicho nada de eso.
- Espero que venga mi hermano.- dijo Ron esperanzado. Y es que Charles, el hermano de Ron, había entrado ese año en Hogwarts como profesor de quidditch sustituyendo a Madame Hooch (que se tuvo que ir a cuidar a su anciana madre enferma de Alzheimer) y "para echarle una mano a Hagrid con los animales", como dijo él al volver de Rumania.
- Sí, yo también. Estoy seguro de que se portará bien con nosotros y nos dejará...
Hermione le cortó enseguida:
- Harry, por favor, Charlie es profesor, ¿crees que nos va a dejar hacer lo que nos dé la gana?
- Yo no he dicho eso Hermione, pero pienso que lo pasaremos mejor si viene Charlie que si viene... Mc Gonagall, por ejemplo.
Hermione lo fulminó con la mirada al decir eso de su querida profesora McGonagall. Era obvio que deseaba que fuera ella al viaje, pero antes de que le diera tiempo de decirle a Harry cualquier cosa habló Ron:
- Bueno, seguro que con la suerte que tenemos no viene. Sólo espero que no venga Snape.
