Pece esta de vuelta con un nuevo fic y espero no tan largo xDD
Para los fans de Love blood ya mañana lo paso a la computadora, pero creo que me tardare un poco por que esta un poco mas largo que los demás xDD
Disclamer: Vocaloid no me pertenece, es propiedad de Cripton Media
SECRET LOVE BLACK
Capítulo I
&.
Hace mucho tiempo un pequeño ángel cayó del cielo.
Estaba perdido y no sabía cómo regresar, trato de pedir ayuda a los otros ángeles pero nadie lo escucho. Poco a poco las lágrimas comenzaron a rodar por sus mejillas mientras pequeños sollozos se ahogaban en su garganta.
—No llores —pidió una voz dulce
Al alzar la vista el pequeño ángel se encontró con unos hermosos ojos azules que lo miraban con curiosidad
—No estaba llorando —protesto el pequeño ángel secándose las lágrimas—, es solo que… se me metió algo en el ojo
La pequeña solo sonrió ante tal afirmación. Ambos se encontraban en los jardines de la iglesia, en lo más profundo casi en la entrada del bosque que conectaba con aquel edén de flores.
—Mi nombre es Rin Kagamine —dijo la pequeña con una sonrisa adornando sus pequeños labios—, ¿tu cómo te llamas?
El pequeño lo medito un poco, era la primera vez que veía a una humana de cerca. Los ángeles más viejos siempre hablaban de lo fascinante que resultaban aquellos seres, aunque de cierta forma también resultaban peligrosos.
—Len —contesto al fin el pequeño ángel un tanto nervioso
—Mucho gusto Len —saludo la pequeña mientras tomaba la mano del ángel entre las suyas provocando que este se sonrojara. En un acto reflejo sus alas comenzaron a enroscarse detrás de él, haciendo que la vista de la pequeña rubia se posara sobre estas.
Una exclamación de admiración fue lo que Rin dejo escapar de sus labios. Su voz era suave y cantarina. Sus ojos relucieron de solo pensar en aquellas plumosas y hermosas alas que parecían brillar con la luz del sol.
Sin previo aviso acaricio con delicadeza las plumas y froto su rostro entre ellas, haciendo que el ángel se sonrojara más. El tacto era suave, casi como tocar el algodón aunque era una sensación más placentera.
—Que suaves —susurro la niña para sí. Aquello era algo así como un sueño, puesto que era la primera vez que veía a un ángel de verdad. Había oído habar de ellos en el catecismo, pero esto era algo más emocionante que las palabras en tinta que guardaban los libros.
Con cuidado extendió una de las alas, observándola con curiosidad.
—P-Podrías dejarlas —pidió Len con voz tímida. Una de las partes más sensibles de los ángeles eran las alas, y aunque no lo parecieran eran una extensión de ellos mismos.
Rin lo observo por unos segundos para luego soltar con cuidado el ala de Len, no considero que fuera incomodo para el ángel, cosa que la hizo sentir un poco tonta, tal vez pensara que era una desconsiderada al no pensar en cómo se sentiría él.
—Lo siento creo que me emocione —admitió Rin mientras reía nerviosamente—, ¡eres un ángel! —su voz sonaba inocente, llena de la alegría que tienen los niños de su edad, no más de seis años.
Len solo movió la cabeza en forma afirmativa, lo cierto es que Rin le causaba gracia de alguna forma, se asemejaba un poco a los demás ángeles que habitaban en el cielo. Era una mezcla extraña de Gumi y Miku, sus amigas aprendices de ángel en el paraíso.
—¿ Que hace un ángel como tu aquí? –pregunto la pequeña rubia con emoción. Sus zafiros brillaban expectantes ante la respuesta aun no formulada.
Len pareció pensarlo dos veces antes de responder, ¿Qué podría decir? La razón por la que se había caído era una muy tonta e incluso vergonzosa para un aprendiz de ángel. No podía decirle que se había caído de las nubes por su torpe habilidad con las alas y mucho menos decirle que necesitaba ayuda para regresar con sus amigos, eso sería caer demasiado bajo.
—Me caí —dijo Len desviando su mirada de la niña con un sonrojo. Lo había dicho, definitivamente ella se burlaría. ¿Qué ángel se caía por no saber usar sus propias alas? Ninguno, puesto que era algo tonto e incluso estúpido.
Len cerró los ojos esperando escuchar en cualquier momento la risa de Rin, pero esta jamás llego.
—No seas tonto, los ángeles no caen del cielo —dijo la pequeña con una sonrisa. Len abrió los ojos. Ella ciertamente tenía razón. Ningún ángel en su sano juicio bajaría al mundo humano y mucho menos uno tan pequeño como él
Ella se encontraba un tanto pensativa. Sus brazos se encontraban cruzados ligeramente sobre su pecho, ocultando los detalles de su vestido rosado.
Len intento defenderse diciendo que los ángeles si podían caer del cielo, pero ella fue más rápida y habló por él.
—Está bien… yo te ayudare a volver —su voz estaba llena de decisión a pesar de ser una niña bastante pequeña aún. Rin siempre lograba lo que ella quería y esta no sería la excepción
Len la miro un tanto sorprendido. ¿Ella conocía una forma de regresar al cielo?, ¿acaso llamaría a algún ángel mayor para que lo fuera a buscar?
—¿ Cómo? —preguntó el pequeño un tanto ilusionado, no llevaba mucho tiempo en el mundo terrenal pero el solo pensar que tal vez nunca volvería al cielo lo hacía añorar a un más su lugar de origen.
Rin le devolvió la mirada con una pequeña sonrisa en sus labios, entonces fue cuando Len se pregunto si de verdad ella era una humana, puesto que aparentaba ser más un ser celestial que un simple terrenal.
—No lo sé, pero averiguare como
En ese momento Len retracto aquel pensamiento, definitivamente no podía ser un ángel, al menos no mientras ilusionara a las personas para luego romper aquellas ilusiones. Definitivamente estaba perdido, no volvería a ver nunca a sus amigos. Len sintió otra vez las lagrimas cernirse en sus ojos, no quería llorar delante de ella.
Rin por su parte se encontraba tratando de pensar la mejor forma de subir a alguien hacia arriba, sin algún instrumento como las escaleras. Eso sería un poco difícil, pero su imaginación la ayudo cuando vio a un par de petirrojos alzar vuelo desde una de las ramas de los arboles.
—¡ Ya se! —Exclamó Rin con emoción—, agita tus alas como los pájaros y asi lograras volver
—Ya lo he intentado, pero no funciona —dijo Len con tristeza
—Inténtalo —lo animó la pequeña rubia
—Está bien —Len comenzó a agitar sus alas con suavidad para luego hacerlo con un poco más de fuerza, sus pies ya no se encontraban en la tierra pero apenas había logado elevarse un poco, para luego caer sentado a los pies de Rin.
La niña lo miro con una mueca de insatisfacción, definitivamente lo estaba haciendo mal
—¡ Con más fuerza! Y más rápido —exclamó Rin mientras corría alrededor de él moviendo sus brazos como si fueran alas.
El pequeño ángel volvió a intentarlo pero esta vez logro mantenerse en el aire por más tiempo, una sonrisa involuntaria apareció en sus labios. Lo había logrado, tenía una oportunidad de regresar.
—Rápido, rápido, rápido —exclamaba cada vez mas alto Rin mientras seguía moviendo sus brazos en el aire
Ambos niños se miraron un par de segundos para luego dedicarse una mirada de satisfacción. Rin estaba más que encantada con las alas de Len, verlas moverse era mucho más hermoso que verlas estáticas en su espalda, parecía que en sus plumas se reflejaban pequeños arco iris. Como si tuvieran luz propia.
—Gracias —susurró Len con felicidad, por primera vez Rin fue la que se sonrojo ante aquel gesto
—D-De nada —tartamudeo la rubia rehuyendo de la mirada del ángel, que era tan azul como la de ella.
Len se acerco poco a poco a la pequeña rubia, dejando un beso oculto en su mejilla derecha, causando un cierto nerviosismo en Rin. Era la primera vez que tenía a alguien tan cerca de ella además de sus padres. El ángel le dedico una última mirada para iniciar su ascenso a los cielos no sin antes escuchar las últimas palabras de Rin
—Hasta pronto mi pequeño ángel —susurro la niña viendo como Len se perdía entre las nubes y el infinito cielo azul.
Este se me ocurrió al ver uno de los vídeos de vocaloid, pero lo cambie ligeramente n.n espero que les guste
Espero que tenga unos diez capítulos máximo, o al menos eso le calculo.
Creo que es todo por ahora, nos vemos en la siguiente actualización.
¿Un review?
