APRENDE COMO PUEDAS
Disclaimer: Los personajes de esta historia no me pertenecen...bla bla bla. JKRowling es la dueña...bla bla bla.
Pairing: Snape/Granger
Tipo: Romance, y puede que algo de Humor. Bastante OC (original character)
Rating: de momento rating T y algo de UST.
Nota!: Esto será un short fic un poco largo. Solo aviso de que no esperéis muuuuuchos capítulos. ^^
Cambios del libro de HP7, Snape vive después de la derrota de Voldemort, Ron y Hermione no están del todo juntos.
Hola a todas! Aquí mi segundo ff de esta pareja!
Resumen: Ron y Hermione se distancian porque Hermione no está segura de qué sentimientos son más fuertes. Si los que le da Ron o los que le proporciona Severus Snape. Hermione entra como aprendiz de pociones en Hogwarts.
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Severus Snape era un hombre de costumbres.
Ese año era un nuevo curso en Hogwarts, un año en el que muchos alumnos no aparecerían nunca más a sus clases. Eso le torturó mentalmente muchos días. Pero había alguien que sí volvería.
La guerra contra el señor oscuro había terminado el año anterior, provocando un duelo en la escuela que duraría todo el curso.
Sin embargo, el trío dorado había vuelto intacto a terminar su curso. Y la terrible verdad, era que les echaría de menos. A todos. Incluso Neville Longbottom había pasado a formar parte de la gente digna de admiración por Severus Snape.
Su supervivencia en aquella guerra había sido milagrosa en parte. Había sido lo suficientemente inteligente como para hacer un antídoto del veneno de Nagini, pero sus heridas habían sido peores de lo que esperó. Una vez le dio a Potter sus recuerdos, intentó recomponerse y tomarse el vial escondido. Todo era neblina, pero en medio de ella pudo ver como su alumna, la insufrible Hermione Granger; hacía cicatrizar sus heridas. No estaba solo? Había asegurado como los tres salían de la casa, pero ella seguía allí. Por qué le estaba ayudando? Se suponía que nadie confiaba en él. Intentó hablar y decir que no necesitaba su ayuda, pero la varita de la chica le apuntó e identificó un petrificus antes de poder hacer nada más. Fue deshechizado más tarde, cuando Voldemort pereció. Vio entonces, como Harry abrazaba a Hermione y la felicitaba por haberle salvado la vida a su profesor. Ella no supo porqué Harry lo dijo, pero más tarde si que lo hizo.
Snape suspiró.
Sus recuerdos, fueron algo importante. Esos mismo recuerdos le salvaron de Azkaban, su reputación no se vio oscurecida y el Wizangemot declaró que su papel en el guerra e incluso antes de ella, había sido de gran valía. No obstante, Snape no acababa de apaciguar sus pensamientos, la muerte inevitable de Dumbledore, Remus, Sirius, Tonk...y muchos más.
Así que el curso y la reconstrucción de Hogwarts había sido lo primero de la lista después de todos los temas políticos y administrativos.
McGonagall, quien era directora, nombró a Snape subdirector de Hogwarts además de su casi permanente puesto como profesor de pociones. De no ser, por Hermione Granger. Su alumna, la que le ayudó sin cuestionarse nada, había decidido pedir a la Directora que Snape la preparase y la tomase como aprendiz para poder llegar a ser maestra en pociones.
Aquella noticia había dado un vuelco en el corazón de Snape. Y todavía no sabía por qué. Era cierto, que durante todo el curso de "recuperación" no le había dirigido la palabra a la joven. Tenía miedo, vergüenza, inseguridad...sabía qué le tenía que preguntar, pero no sabía como empezar, ni qué respuestas conseguiría, y si estas en el fondo le decepcionarían. Había pensado mil veces como agradecer que le salvara la vida. Pero dar las gracias no era una de sus costumbres.
Así pues, ese año empezaría con Hermione Granger como su aprendiz. Se preguntaba porqué ella se interesaba en el tema. Había tratado a casi todos los alumnos con desprecio y con cara de pocos amigos, y ella no era menos. Insufrible sabelotodo, niña tonta...todo eso para luego tener que ver como ella le salvaba? No era adecuado, no lo era, y él lo sabía. Tenía que besar el suelo por donde pisara esa gran bruja. Pero no. Severus Snape no tenía esa costumbre. Nunca la había animado en ningún aspecto, pero sabía que pociones era un buen aliciente para ella. Tan solo, no estaba seguro de como tratar a alguien como ella, a ella. Todavía no entendía porqué McGonagall había aceptado la propuesta. Hogwarts no tenía aprendices desde hacía muchos años, y algo que no le gustaba eran las preferencias, pero sabía que era el momento de mirar hacía otro lado. Quizás este año podría encontrar alguna respuesta a sus incontrolables preguntas.
Hizo ondear su capa y salió de la torre de Astronomia camino a la entrada del castillo para recibir a la que sería su aprendiz. Una de las pocas mujeres que le conocían de verdad.
Hermione Granger era una mujer pragmática.
Sin duda estaba contenta por volver a Hogwarts después de obtener títulos excelentes en todas las materias, sin embargo, le había costado más que de costumbre. Sabía el quien y el por qué. Ahora solo necesitaba acercarse más.
Recordó que en aquel momento no sabía del todo porqué lo hacía, pero estaba segura, de que si alguien dentro de la escuela les estaba ayudando, ese hombre tenía que ser Severus Snape. Era lo más lógico. Aunque a veces se preguntaba si todo era lógica.
Su corazón había bombeado de una manera que nunca había experimentado. Estaba allí, desprotegido, pereciendo, su mirada, sus ropas negras disimulando la sangre que las mordeduras de serpiente le habían causado. Salió reprimiendo las lágrimas por la perdida de un gran mago, pero algo dentro de ella le hizo girar sobre si misma y volver a entrar dentro de la casa mientras la guerra continuaba sin ella unos momentos.
Ayudó al hombre sin dejarle que protestara. Le conocía suficiente como para saber que se interpondría a sus curas, así que le hechizó y rezó para que todo saliera bien.
Y salió. Después de todo, se preguntaba mil veces qué la había impulsado a hacer eso. Y por qué sus latidos aumentaron más que con Ron.
Cuando recuperó el curso después de la caída de Voldemort, no esperó amabilidad de parte de Snape, pero si esperó un "gracias" que nunca llegó. Eso la molestó e incluso intentó enfadarse con él y consigo misma. Pero tan solo consiguió encontrarse con la mirada perdida mirándole sin que él se diera cuenta.
Intentó olvidarle, Ron la hacía reír, aunque no se sentía completa. Y eso fue lo que la hizo tomar una decisión. Tenía que conocer al hombre que había provocado algo en ella que no podía descifrar. Quería enseñar, y pociones le gustaba. Así que le propuso a la directora sus deseos.
Claro que McGonagall aceptó diciendo que eran nuevos tiempos y que era una bruja excepcional, pero no sin antes advertirle lo difícil que podía llegar a ser tratar con Severus Snape.
Los tres se reunieron y acordaron que el próximo curso empezaría el tutelaje. Se estrecharon las manos y una corriente bajó de la nuca a los pies de Hermione. Eso, eso era. Algo en la mirada de Snape le decía que había mucho por descubrir y que ella era quien debía de hacerlo.
Se despidió en el andén 9 ¾ de Ron, Harry y Ginny. Todos la animaron, sabiendo que Snape podía ser irritable, pero sabían que era una leona. Ron le dio un beso como despedida, pero Hermione no supo hacia dónde mirar. Habían decidido tomarse un tiempo para pensar en su relación y Hogwarts era el plazo. No estaba segura de que Ron la quisiera como ella quería ser amada. Así, y siempre con una sonrisa, abrazó a sus amigos y el tren puso rumbo al castillo.
Continuará...Espero que os haya gustado...es una preview de lo que tratará el ff.
Espero los reviews encantada! :) Besos a todas!
